Aprovechando que hoy es el 532º aniversario de la llegada de Colón a América, os quiero explicar cómo este navegante estaba completamente equivocado cuando inició este viaje y, es más, cómo murió seguro de que tenía razón, a pesar de que las evidencias le decían que estaba equivocado.
A todos nos han contado la historieta de que Colón estaba convencido de que la Tierra era redonda, y de que se podía llegar a Asia fácilmente navegando hacia el oeste. Y que los cosmógrafos y astrónomos de los reyes a los que presentó este proyecto lo tildaban de loco, porque creían firmemente que la Tierra era plana, y que sus naves caerían por el borde del mundo. Colón se empecinó en que tenía razón, y a veces se ilustra la leyenda con la famosa anécdota del huevo. Finalmente consiguió que los Reyes Católicos le financiasen el viaje, descubriendo América y de paso demostrando que la Tierra era redonda. De hecho, todavía he podido leer versiones parecidas de esta teoría en libros de texto de 2º de la ESO.
Sin embargo, esta versión de la historia es falsa de cabo a rabo. Para empezar, en 1492 ya hacía más de mil ochocientos años que se sabía que la Tierra era redonda. Lo había demostrado Aristóteles en el siglo IV a.C. con un montón de pruebas, aunque es probable que ya se supiera desde bastante antes. No voy a aportar aquí esas pruebas por no alargarme, aunque quizás lo haga en un posterior artículo. En cualquier caso, en la Edad Media todos los astrónomos, filósofos y sabios en general ya daban por supuesta esa esfericidad del planeta, tal y como puede comprobarse en el libro "El mito de la Tierra plana", de Jeffrey Burton Russell. Por si fuera poco, el científico Eratóstenes de Cirene midió con asombrosa precisión la circunferencia de la Tierra en el siglo II a.C., estableciéndola en unos 250.000 estadios (aproximadamente 40.000 km), utilizando un método muy ingenioso que detalla Carl Sagan en este vídeo:
Hubo otros astrónomos que intentaron repetir la hazaña: uno de ellos fue Posidonio de Apamea, que utilizó una técnica diferente y también muy inteligente, consistente en medir la diferente altura de una misma estrella (Canopo) en dos diferentes lugares (Rodas y Alejandría), y poniéndola en relación con la distancia entre ambos sitios. Posidonio obtuvo 240.000 estadios, un resultado ligeramente inferior al de Eratóstenes. Sin embargo, un tiempo después parece que Estrabón recalculó erróneamente a la baja la distancia entre las dos ciudades, y rebajó la medida de la circunferencia de la Tierra a unos 32.000 km. Posteriormente, Ptolomeo aumentó el error, y estableció 29.000 km. Esta fue la medida que se encontró Cristóbal Colón, y fue seguramente lo que le dio la idea de que la distancia entre la península ibérica y Asia era muy pequeña, por lo que sería fácil y rápido llegar a Zipango (Japón), China y la India atravesando la Mar Océana (el Atlántico). Primero presentó su proyecto al rey de Portugal, que era la principal potencia marítima de Europa en aquella época, y después a los Reyes Católicos, quienes lo rechazaron porque sus astrónomos y cosmógrafos ya eran conscientes del verdadero tamaño y forma del planeta y tachaban de locura semejante viaje. Y es que creían que de Europa a Asia mediaba un vastísimo océano de decenas de miles de kilómetros de ancho, por lo que la tripulación de cualquier barco que lo quisiera atravesar estaba condenada a morir de hambre y de sed, ya que era imposible cargarlo con la suficiente cantidad de víveres para tan larguísimo viaje.
Colón debatiendo con astrónomos y cartógrafos. Imagen generada por IA |
Colón siguió empecinado en su teoría, y finalmente consiguió convencer a los Reyes Católicos, quienes, de forma bastante prudente (o rácana), le dotaron de dos carabelas y una nao que les costaron bien poco, ya que las carabelas eran aportadas como pago de una multa por parte de varios vecinos de la localidad de Palos. El viaje fue secreto, pues vulneraba el Tratado de Alcáçobas firmado con Portugal, y los Reyes Católicos lo sabían. Según avanzaba, Colón se fue mostrando muy preocupado en sus diarios, ya que sus cálculos fallaban, y las costas de Asia no acababan de aparecer, así que falseaba las distancias recorridas para que sus hombres no se amotinasen. Finalmente, el 12 de octubre de 1492 avistan tierra firme, y tras explorar la zona a Colón no le cabe duda de que están en Asia, en las Indias, y por ello llama "indios" a sus habitantes. Incluso identifica a la isla de Cuba con la mítica Zipango (Japón). Cuando regresó a España con muestras de oro y de las maravillas y gentes del oro lado del océano, los Reyes Católicos ya organizaron una segunda expedición mucho más espléndida al año siguiente, con una flota de diecisiete barcos y casi dos mil hombres.
Viajes de Colón. |
El viaje imaginado por Colón (National Geographic) |
Explicado esto, una última curiosidad: entonces, si en la Antigüedad ya sabían que la Tierra era redonda, e incluso que existían las antípodas (ya habló de ellas Platón en su diálogo "Timeo"), ¿por qué no la exploraron más a fondo? Pues porque pensaban que era obvio que el calor aumenta cuanto más al sur se viaja, y comienza a haber desiertos, por lo que imaginaban que en el Ecuador había una zona tórrida donde era imposible la vida y, seguramente, la navegación. Quizás existieran otros pueblos más allá, pero esa franja de inimaginable calor haría imposible llegar hasta ellos...
Ilustración de las antípodas en el poema L’Image du monde' (c. 1246) de Gautier de Metz. |
BILIOGRAFÍA
RUSSELL, Jeffrey Burton, El mito de la tierra plana, Barcelona, Stella Maris, 2014.
https://elpais.com/sociedad/2009/02/26/actualidad/1235602806_850215.html
https://historia.nationalgeographic.com.es/edicion-impresa/articulos/llegada-colon-nuevo-mundo_22235