Ayer Tere y yo estuvimos de nuevo visitando la comarca de Tierra de Miranda, en Portugal, que también es conocida como "L Praino Mirandés". Es una de nuestras zonas favoritas, y a ello ayuda tanto el paisaje como el paisanaje, así como la amistad que nos une con
Thierry Alves, un cicuirano orgulloso de su tierra y
de su lengua. Siempre nos sorprende la amabilidad con la que somos recibidos allí: además, la arquitectura y la gente transmite una sensación de familiaridad que hace que siempre estemos a gusto.
En esta ocasión quisimos ver de nuevo las cazoletas y otros grabados que abundan en los alrededores de Cicuiru (Cicouro en portugués), a los que Thierry también es muy aficionado. Nos enseñó algunas piedras en distintos lugares del pueblo que contienen muchas de esas curiosas marcas, y después fuimos al castro ástur de San Martino (São Martinho), donde vimos muchas cazoletas alineadas y en grupos como las de la foto:
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Lo que brilla es una moneda de 1€ para dar idea del tamaño de las cazoletas. |
Como puede verse, algunas estaban medio tapadas por la hierba, lo que da prueba de su antigüedad, y a la vez nos hizo preguntarnos si no habrá otros ocultos por debajo del nivel del suelo.
Después de esta mini-excursión regresamos a Cicuiru. Comimos en casa de Thierry y salimos por el pueblo en busca de gente para hacer encuestas lingüísticas. Es muy fácil encontrar gente que hable mirandés en los pueblos de Tierra de Miranda, ya que allí afortunadamente sigue siendo la fala habitual, aunque cada vez más mezclada con el portugués. Por desgracia no ocurre lo mismo con Miranda de l Douru, la capital, donde prácticamente ya no existe como lengua hablada. Y es que allí ocurre el mismo fenómeno que en España: las ciudades son focos de castellanización (portuguesización, en este caso), y son los primeros lugares donde se pierden las lenguas tradicionales. Al final dimos con un grupo de gente muy simpática: Çeleste, Clariçe y Aniceto, todos con algo más de 60 años.
Tuvieron mucha paciencia, y gracias a ellos completamos la encuesta modelo que usó Menéndez Pidal para su estudio de "El Dialecto Leonés". Los resultados fueron los que esperábamos: palatalización de l inicial (lluna, llado...), mantenimiento de la f inicial (fuolla, faceira...), etc. Además también se observaban los rasgos del asturleonés occidental, con diptongaciones (curdeiru, mulineira...), plural femenino en -as (outras cousas, áiguilas...), etc.
Es curioso cómo se mantiene la lengua asturleonesa en esa zona fronteriza de Portugal, ya que la situación cambia drásticamente nada más entrar en Zamora. Alcañices, el primer pueblo español por ese lado, está castellanizado casi por completo, y lo mismo se puede decir de comarcas zamoranas y leonesas que sabemos que usaban el leonés como lengua principal a comienzos del siglo XX. La escolarización y los medios de comunicación son sin duda los principales responsables, pero actualmente está habiendo un proceso en Miranda que no se está dando en nuestra región: la recuperación y dignificación de esta lengua. Los mirandeses cada vez publican más libros, los carteles de los pueblos están casi todos en portugués y en mirandés, etc. Y en Miranda partieron de un punto muy similar al nuestro, ya que se consideraba que era "hablar mal", y sin embargo hoy en día los pueblos disputan por cuál es el que mejor "fala mirandés". Muy bien se están haciendo las cosas por allí, y mal (muy mal) se están haciendo por aquí, donde ninguna institución ni personaje importante mueve un dedo en favor de la conservación del leonés. Habrá que hacer algo.