(Este artículo fue publicado en la Revista del Diario de León el 19 de febrero de 2006)
Hoy en día, en pleno siglo XXI, todavía es frecuente encontrarse con gente que confunde términos tan contrapuestos y antagónicos como “Astronomía” y “astrología”. Así, no es rara la ocasión en la que, cuando afirmo que me gusta observar las estrellas con mi telescopio, mi interlocutor me pregunte si soy un aficionado a la astrología. Por desgracia, tampoco es raro encontrase con titulares de periódicos que engloban noticias relativas a las misiones espaciales o a descubrimientos astronómicos dentro de la sección “Astrología”. Una muestra más de que, a pesar de vivir en una sociedad que pone a nuestro alcance conocimientos inimaginables para nuestros antepasados, muy poca gente se molesta en adquirirlos (y los periodistas no son una excepción).
Veamos lo que nos dice el Diccionario de la Real Academia sobre cada una de estas palabras:
- Astrología: "estudio de la posición y del movimiento de los astros, a través de cuya interpretación y observación se pretende conocer y predecir el destino de los hombres y pronosticar los sucesos terrestres.” Es decir, es una pseudociencia que carece de cualquier fundamento empírico o científico. Debido a ello, es de carácter hermético, ya que sólo saben interpretar estas cosas un selecto grupo cerrado de iniciados.
- Astronomía:"Ciencia que trata de cuanto se refiere a los astros, y principalmente a las leyes de sus movimientos”. O sea, que es una CIENCIA cuyos trabajos se basan en estudios empíricos y demostrables al alcance de cualquier persona normal que se lo proponga.
Podrían presentarse multitud de pruebas en contra de la Astrología, pero hoy quiero centrarme en sólo una, que consiste en demostrar la falsedad de los Signos del Zodíaco en la actualidad. Me refiero al curioso hecho de que la Astrología divide a toda la Humanidad en doce tipos de personas dependiendo de en qué signo zodiacal estaba el Sol en el momento de su nacimiento. Pero llegados aquí he de hacer una puntualización: en los cursos de Astronomía que impartimos en la Asociación Leonesa de Astronomía, es frecuente que alguien pregunte cómo se sabe en qué constelación se encuentra el Sol, si de día no se ven las estrellas. La respuesta es sencilla: atendiendo a las constelaciones que se ven por la noche, es fácil colegir cuáles oculta el brillo diurno, y en qué posición respecto a ellas se encuentra el Astro Rey. Volviendo al “razonamiento” astrológico, si una persona nace el 24 de mayo, es Géminis, porque, en teoría, ese día el Sol se encuentra en la Constelación de Géminis. Pues bien: esto podía ser cierto en el siglo V antes de Cristo (época en la que se fundó la astrología tal y como la conocemos hoy en día), pero en el presente ello es totalmente falso. ¿Por qué? Porque la astrología, como pseudociencia que es, prescinde del estudio científico del cielo, y desconoce un concepto tan básico como es el movimiento de la precesión de los equinoccios. ¿En qué consiste este movimiento? Bien; todos hemos oído decir en el colegio que la Tierra tiene dos movimientos: la rotación sobre sí misma (que marca la duración del día), y la traslación alrededor del Sol (que marca la duración del año). Pero la realidad es bastante más compleja: la Tierra sufre más de quince movimientos distintos. El más importante de ellos, después de los dos descritos, es el de la precesión: consiste en que el eje de la nuestro planeta no se está quieto, apuntando inmutable a la Estrella Polar, sino que completa un círculo a lo largo de 25.765 años. Así, dentro de unos miles de años, será la brillante estrella Vega la que señale el Norte, mientras que en la época de los faraones era Thuban la que cumplía esta tarea. Este movimiento provoca que las estaciones del año vayan cambiando de fecha a lo largo de los siglos, y así se dará la situación de que, con el transcurrir de los milenios, las estaciones estarán al revés de como están hoy (el 21 de diciembre comenzará el verano, el 21 de junio el invierno, etc.). Estos cambios, que pueden parecer muy lentos, son muy perceptibles a lo largo de unos pocos siglos, lo que conlleva que también cambian de posición aparente las constelaciones de una fecha determinada. Volviendo al ejemplo, sí que es correcto que el Sol estaba en Géminis cuando alguien nacía el 24 de mayo del año 500 a.C., pero, debido a este movimiento de precesión, las cosas han cambiado mucho, y cuando hoy en día alguien nace ese mismo día y ese mismo mes, en realidad el Sol está en el medio de la constelación de Tauro. Y aquí algunos os preguntaréis cuál es vuestro verdadero signo del zodiaco. Para que lo veáis, os incluyo este cuadro:
LOS SIGNOS CLÁSICOS (ASTROLOGÍA) | LOS SIGNOS HOY EN DÍA (ASTRONOMÍA) |
Aries: 21 marzo-20 de abril Tauro: 21 abril-20 mayo Gemini: 21 mayo-21 junio Cáncer: 22 junio-22 julio Leo: 23 julio-22 agosto Virgo: 23 agosto- 21 septiembre Libra: 22 septiembre- 22 octubre Scorpio: 23 octubre-21 noviembre Sagitario: 22 noviembre-22 diciembre Capricornio: 23 diciembre-21 enero Acuario: 22 enero- 22 diciembre Piscis: 22 febrero-20 marzo | Aries, 18 de abril al 13 de mayo Tauro, 13 de mayo al 20 de junio Gemini, 20 junio al 19 de julio Cancer, 19 julio al 9 agosto Leo, 9 agosto al 15 septiembre Virgo, 15 septiembre al 30 de octubre Libra, 30 octubre al 22 noviembre Scorpio, 22 noviembre al 29 noviembre Ophiuchus, 29 noviembre al 15 diciembre Sagitario, 15 diciembre al 19 enero Capricornio, 19 enero al 16 febrero Acuario, 16 febrero al 11 marzo Piscis, del 11 de marzo al 18 de abril |
Como podéis ver prácticamente todos los signos han cambiado de fecha, a pesar de lo cual la astrología sigue ignorando este hecho científico, y continúa distribuyendo los signos exactamente igual que hace 2500 años. Además, debido a la precesión y a las redistribuciones de los límites de las constelaciones que se hicieron en el siglo XX, el Sol en la actualidad pasa por una constelación más que en la Antigüedad (Ofiuco).
Este asunto es más importante de lo que parece, ya que, aún aceptando que la astrología tuviera algún fundamento real, demuestra que TODOS los horóscopos que se hacen en la actualidad están equivocados, porque lo que pronostican para un Géminis en realidad debería ser aplicable a los Tauro, lo de Acuario para los Capricornio, etc.
En conclusión: si está demostrado que los signos del zodíaco son un camelo, y éstos constituyen la más básica de las creencias astrológicas, ¿qué demonios es la astrología? Pues precisamente lo que digo en el título del artículo. Lo siento, Rappel.