Aquí os dejo uno de los vídeos que grabé: tenéis alguno más aquí.
LOS LEONESES RESPONDIERON A LA LLAMADA DE SU PATRIMONIO
30 diciembre, 2006
Aquí os dejo uno de los vídeos que grabé: tenéis alguno más aquí.
ME PASO AL EDUBUNTU (LINUX)
18 diciembre, 2006
PD: A pesar de su facilidad de instalación, sigue siendo altamente recomendable poseer ciertos conocimientos informáticos (o tener un amigo que los posea). Gracias, Edu.
HISTORIA DE LA ESCRITURA EN EL REINO DE LEÓN: INTRODUCCIÓN
15 diciembre, 2006
CASTILLA Y LEÓN, AUTONOMÍA ANTICONSTITUCIONAL SEGÚN ÁNGEL VILLALBA
06 diciembre, 2006
Vaya, vaya. Así que el texto reconoce "implícitamente" que Castilla y León son en realidad dos regiones, y que, diga lo que diga el señor Villaba, este hecho no se ha plasmado explícitamente porque violaría la Constitución. ¿Se dio cuenta de lo que estaba diciendo? Porque es evidente que ese "implicaría colisionar con la Constitución" hace referencia al Artículo 2º del Título Preliminar:
"La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".
¿En qué quedamos? Si en esta comunidad hay dos regiones, alguien se está saltando a la torera la máxima norma del Estado.
¿CUÁNTE GENTE SE APELLIDA COMO YO? DISTRIBUCIÓN DE APELLIDOS EN ESPAÑA: EL CASO DE LOS CHAO
29 noviembre, 2006
¿Alguna vez has querido saber cuánta gente se apellida igual que tú? ¿Y en qué provincia se encuentran? Pues entonces esta página del Instituto Nacional de Estadística te dará la solución. Es más, podrás elegir entre ver los que nacieron en esas provincias y los que actualmente viven en ellas. También averiguarás cuántas personas tienen tu apellido como 2º apellido.
FOLLETO "MONUMENTOS DE LA PROVINCIA DE LEÓN"
26 noviembre, 2006
VÍDEO DE LA MANIFESTACIÓN LEONESISTA DEL 29 DE OCTUBRE DE 2006
08 noviembre, 2006
EXITAZO MEDIÁTICO DE LA MANIFESTACIÓN
30 octubre, 2006
LOS LIBROS DE TEXTO DE CASTILLA Y LEÓN (II)
28 octubre, 2006
Y aquí os dejo un vídeo de una televisión local que colgaron del YouTube sobre el mismo tema. Aunque convendría aclarar que no fue la UPL ni Conceyu Xoven los que destaparon el asunto, sino el periodista Emilio Gancedo en el Diario de León.
EL MAYOR PROBLEMA DE LA HUMANIDAD
16 octubre, 2006
LOS ESCRÚPULOS DE UN HISTORIADOR ANTE "CASTILLA Y LEÓN"
11 octubre, 2006
Cuando se emprende una escritura como la aquí propuesta, a la que ha de ponérsele el rótulo Historia contemporánea de Castilla y León, el autor puede sentirse, como es el caso, ante dudas no pequeñas que, creemos, debe darlas a conocer al lector de este libro —o de esta parte del libro— cuanto antes. (...) No resulta sencillo de escribir una historia «regional» desde la perspectiva obligada de un marco «estatal». Y no lo resulta, especialmente, cuando uno no quiere engañarse, ni engañar, dejándose llevar por la cómoda idea de que la Historia regional es la Historia estatal en miniatura. Particularmente en estos tiempos, nos van acostumbrando a aceptar que una Historia de una región consiste en contar los hechos de la Historia del Estado «que han ocurrido» en tal región. Y cuando se tiene poco o nada que contar de la región se cuenta lo que ocurre en el Estado. (N. de R.: que es precisamente lo que está ocurriendo con los libros de texto de esta comunidad en cuanto se salen de la Edad Media)
Creo sinceramente que este recurso engaña al lector de Historia y pretende engañar a la Historia misma. Hacer una Historia regional cuando estamos acostumbrados a hacerla estatal o hacerla «local» —que es otra cuestión— no es, atento lector, nada fácil(...)
Porque, ¿es posible realmente hacer una Historia de la «Castilla y León» contemporánea que tenga en sí misma un significado y que no fuerce las cosas a la anacronía, la ucronía o a la falsa topología, la falsa toponimia? Es imaginable, sin duda, una larga retahíla de preguntas, al hilo mismo de esas primordiales que hacemos, que ni siquiera podemos atrevernos a plantear aquí. ¿Cómo debe esta Historia encajarse en la historia del «Estado»? ¿Hay una entidad «Castilla y León» sujeto de una Historia delimitada en los siglos XIX y XX o estamos proyectando caprichosamente, y, tal vez, interesadamente, nuestro presente en el pasado para crear una entidad que no existe?
Una Historia de entidad tal como «Castilla y León» contemporánea es, si se toma la empresa con escrúpulo de rigor, un ejercicio de composición complicada, por las razones que aludimos brevemente. Esa entidad política que pretendemos historiar no existe, como sabemos muy bien, hasta el año 1983. Podemos buscar sus raíces y podemos intentar explicarnos sus problemas en el pasado inmediato. Pero transportar esa realidad al pasado, sin más, falsea ciertamente las cosas (...)
El lector tiene ya, pues, una pequeña pista como elemento de juicio para calibrar el problema de este «historiar con dudas», Castilla y León, sujeta hoy a una realidad «autonómica», no es tal tipo de entidad en toda la época en que tenemos que historiarla. ¿Cómo superar esta aparente aporía? Y, en todo caso, ¿existen razones que hagan razonable y productiva la intención de tal superación? El historiador ha de hacer frente a estos problemas con buen ánimo, con recto ánimo, porque la Historia o bien sirve para hacernos entender mejor nuestro presente o no sirve para nada. Lo injusto será que queramos hacer nuestro pasado a la medida de lo que, en efecto, nos complace en él.
¿HOMEOPATÍA? NO, GRACIAS
10 octubre, 2006
Comencemos por el principio. El padre de la criatura fue Samuel Friedrich Hahnemann (1755-1843), médico alemán que concibió la curiosa teoría de que la medicina que cura una enfermedad, en grandes dosis provoca esa misma enfermedad. Invirtiendo el razonamiento, llegó a la conclusión de que las sustancias que curan (que él y sus sucesores decidieron arbitrariamente cuáles eran y para qué servían), si son suministradas en cantidades infinitesimales, curan mejor y más rápido. Así que procedió a crear disoluciones de esas sustancias en agua destilada, y posteriormente continuó haciendo disoluciones de esas disoluciones hasta que aparentemente no había otra cosa que agua destilada. Pero según el ínclito Hahnemann, aunque los análisis nos digan que sólo tenemos agua pura 100%, en realidad el principio activo sigue ahí, porque el agua tiene memoria (!!), lo que hace que cure más eficientemente al enfermo .
En fin, que la gente que confía en esta especie de medicina alternativa, lo que está haciendo es tomar un placebo puro y duro. Podría decirse que la homeopatía es una pseudomedicina del siglo XIX que triunfa en el siglo XXI.
Lo que sí sería interesante es que los médicos y los científicos en general investiguen qué es lo que se esconde detrás del "efecto placebo", porque es innegable que es un fenómeno que existe, y que hay mucha gente que cuando toma un azucarillo pensando que es un medicamento, se cura de forma inexplicable. Será que la fe mueve montañas... o enfermedades
Si queréis saber más sobre el tema, seguid este enlace
La trastienda de la etapa contemporánea de León
05 octubre, 2006
A partir de mediados del siglo XIX, el modelo territorial liberal de Estado basado en la división de 1833 es cuestionado desde posiciones político-ideológicas que plantean una reforma territorial-administrativa que reconociera y otorgara competencias a un nivel regional (sectores tradicionalistas o partidarios del republicanismo federal). Como oposición a estos regionalismos surge un regionalismo de tipo económico denominado castellano o “castellano-leonés” impulsado por oligarcas cerealistas de Tierra de Campos y especialmente de Valladolid que plantean la unidad de España en torno la hegemonía de Castilla y su defensa frente a los regionalismos periféricos, y muy especialmente, el catalán. Promueven una región correspondiente a la Meseta Norte que identifican con Castilla la Vieja y que es capitalizada por esta ciudad. Este concepto encontraría gran resonancia con escritores de la Generación del 98.
Durante la I República se propone la división española en estados que según el preámbulo constitucional debía responder a los antiguos reinos. Contradiciendo este precepto, el regionalismo vallisoletano propone la creación de un estado federal castellano que incluye a la región leonesa y que es recogido en el proyecto de Constitución Federal de la República Española el 17 de julio de 1873 (redactada por Castelar en menos de 24 horas). El cuatro de agosto de 1873 la Comisión Provincial de León (que representaba a la Diputación) exigió la autonomía para la provincia de León en la constitución federal que elaboraba la I República española, debido a su Historia, superficie, población y costumbres: “No pretende León en manera alguna ser el centro de un Estado, al que concurrieran otras de las actuales provincias; sino formarse por sí sola, y no perder su autonomía, ni el glorioso nombre de Leoneses sus habitantes, que con él y no con el de Castellanos se han distinguido siempre por su patriotismo, su laboriosidad y su cordura”. En la sesión del Parlamento del 18 de septiembre de 1873, Pi y Margall, refiriéndose a las divergencias surgidas por la división territorial planteada por Castelar en el proyecto de la Constitución federal, dijo: “He estado siempre por que se reconstruyan los antiguos reinos, puesto que de otro modo no comprendo que puedan ponerse límites a la federación”. En 1877, Pi y Margall en Las Nacionalidades, mencionaba nominalmente a Galicia, Asturias y León como entidades históricas que deben conservar su propia personalidad al lado de los demás estados o regiones integrantes de la Federación Española.
Entre los años 1900 y 1931 se impulsa un regionalismo cultural leonés, desarrollado a través de artículos de prensa y festejos: el centenario del Padre Isla, los Juegos Florales, y sobre todo, la celebración del IX Centenario de los Fueros de León como respuesta al centenario de las comunidades castellanas, la adopción del Pendón Real púrpura con el escudo de León y la organización, por parte de la Diputación de León, de una biblioteca de temas y autores leoneses.
El siguiente proyecto autonómico del siglo se produjo durante la II República Española que iba a instaurar un sistema político, compromiso entre unitarismo y federalismo, para dar autonomía a las regiones españolas sin atacar la unidad del Estado español. En éste, el Tribunal de Garantías Constitucionales tenía jurisdicción sobre todo el territorio nacional y sus competencias le configuraban como el máximo poder equilibrador compensando los desequilibrios entre el poder estatal y los regionales. Este tribunal contaba con un representante por cada una de las Regiones españolas: Andalucía (provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla); Aragón (provincias de Huesca, Teruel y Zaragoza); Asturias (provincia de Oviedo); Baleares; Canarias (provincias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife); Castilla la Nueva (provincias de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo); Castilla la Vieja (provincias de Ávila, Burgos, Logroño, Palencia, Santander, Segovia, Soria y Valladolid); Extremadura (provincias de Badajoz y Cáceres); Galicia (provincias de La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra); León (provincias de León, Zamora y Salamanca); Murcia (provincias de Albacete y Murcia); Navarra; Vascongadas (provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya); y Valencia (provincias de Alicante, Castellón y Valencia). En 1932 la Diputación de León tratará de hacer un estatuto de autonomía contando con los representantes en las Cortes y los ayuntamientos de la provincia mientras que la oligarquía cerealista de Valladolid también intentó la autonomía de su concepto regional “castellano-leonés”.
En plena guerra civil se produjo una situación autonómica al margen de la prevista en la Constitución de 1931: debido a las circunstancias bélicas, el aislamiento territorial y la presión popular se refrenda y reconoce por el Decreto de la Presidencia del Consejo de Ministros de 23 de diciembre de 1936 el Consejo Interprovincial de Asturias y León que tuvo su sede en Sama de Langreo y, al parecer, se planteó la necesidad de un Estatuto de Autonomía regional. Llegó a emitir moneda propia y el Consejo asumió la plena responsabilidad del mando en el territorio de su autoridad. Todo acabaría con la ocupación de Gijón el 20 de octubre de 1937.
La oligarquía agraria castellana propugnada desde Valladolid y contraria a los regionalismos españoles se incorporó al régimen de Franco, en el que aunque se respetó la división regional española (esto es, con León y Castilla la Vieja como regiones distintas), favoreció la difusión de la idea de una Gran Castilla, núcleo y matriz de España, integrada por León y Castilla la Vieja. A pesar de ello, la región leonesa fue objeto de estudios geográficos, históricos, etnográficos, lingüísticos, socioeconómicos, estadísticos, etc. hasta 1975.
Recordamos, por ejemplo, el trabajo de Julio Caro Baroja que en Los Pueblos de España recogía una región leonesa conservadora de una antiquísima tradición que junto a Galicia, Asturias, Cantabria, Vascongadas y Navarra integraba al conjunto de los Pueblos del Norte, y que curiosamente contraponía con el Reino de León castellanizado agrupado con Castilla: “Difícilmente se podrá encontrar en toda Europa una región en la que los elementos de la cultura moderna se hallen tan en armonía con los datos de un pasado remoto como León”. O el de Elías López Morán que a comienzos del siglo XX recogía en El Derecho Consuetudinario Leonés el vigor de la administración local, usos y costumbres leonesas y que hizo exclamar a un famoso tratadista: “Si desaparecieran todas las leyes del Estado seguirían los leoneses rigiéndose al amparo de sus costumbres”. Joaquín Costa en El Colectivismo Agrario señalaba cómo la explotación comunal del terreno se había conservado muy bien en la región leonesa. En el terreno lingüístico, un artículo de Ramón Menéndez Pidal, El Dialecto Leonés hacía una llamada de atención en 1906 sobre la presencia, en diversos territorios ocupados por el Antiguo Reino de León, de restos de un sistema lingüístico que se correspondía con la antigua lengua de la administración y del estado medieval leonés. Éste se conservaba bastante bien en la parte noroccidental de la región leonesa, mientras que en el sur se había degradado o desaparecido. Este artículo, junto al Estudio fonético-histórico de los dialectos españoles occidentales, escrito en 1914 por el filólogo alemán Fritz Krüger y junto a un estudio sobre el leonés medieval publicado en 1907 por el sueco Erik Staaf, son la base de todos los estudios posteriores sobre el leonés. Podíamos encontrar una Guía del Antiguo Reino de León, un viaje geográfico, artístico y pintoresco por las provincias del viejo reino en el año 1886 y la región leonesa era recogida en las enciclopedias como una de las regiones históricas españolas siendo representada en mapas con las provincias de León, Zamora y Salamanca (y en ocasiones también las de Palencia y Valladolid). El Instituto Nacional de Estadística, en el tomo I, volumen 4, de las Características de la Población Española deducidas del Padrón Municipal de Habitantes, según la inscripción realizada el 31 de diciembre de 1975, recogía los datos correspondientes al Reino de León como formado por las provincias de León, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora e incluso en el Tratado Internacional entre España y Suiza de 1975, de materia comercial, se relacionaban las regiones españolas, estando la leonesa integrada por las provincias de León, Salamanca y Zamora.
A pesar del concepto castellanista de España, a pesar de la secular ocultación de León, la región leonesa seguía siendo reconocida como pieza esencial del puzzle de España y el leonés como uno de los pueblos españoles, como nos recuerda el poema de Miguel Hernández, Vientos del pueblo me llevan:
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de hierba mala,
yugos que habréis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Identidad y directrices
21 septiembre, 2006
Existen muchas cuestiones polémicas que podríamos tratar sobre estas DE, pero no es el propósito de esta columna tocar todas. Sin embargo merecía la pena realizar unos comentarios sobre sus objetivos en transportes, lo que abarcó las dos columnas anteriores. Ahora, para terminar, volvemos la vista sobre los aspectos relativos a la identidad.
Como es conocido, esta Comunidad Autónoma se formó por la adición de dos regiones históricas: la Región Leonesa y Castilla la Vieja. Ambos territorios tienen sus orígenes en la Edad Media y nunca han permanecido unidos institucionalmente más allá de lo que lo hayan estado a su vez con Galicia, Asturias o Madrid. Este hecho sumado a una base gentilicia diversa fue forjando unas notables caracterizaciones culturales. En León en torno a dos territorios: uno al norte del Duero y otro al sur. Por su parte, Castilla se ha configurado como un espacio político, pero resultante de la adición de siete núcleos culturales que permanecieron diferenciados.
La Junta pretende eliminar esa riqueza cultural, tal y como se plasma en las DE. Acudamos a su texto para comprobarlo:
«Para incidir en los factores territoriales que fomentan la sociedad del conocimiento es necesario (...) priorizar las acciones que contribuyan a crear una imagen de marca regional colaborando a fortalecer la identidad territorial» (Título I, art. 4).
«Se fomentará una perspectiva integral de la riqueza natural de Castilla y León fortalecedora de la identidad regional» (Título III, Cap. 1, art. 12).
«Se fomentará una perspectiva unitaria de la riqueza cultural de Castilla y León, fortalecedora de la identidad regional» (Título III, Cap. 2, art. 17).
«La acción pública debe activar estrategias que fomenten la identidad regional recomponiendo su imaginario» (Título VI, art. 40).
Como se aprecia, la Junta pretende acometer la eliminación de la identidad cultural que a cada pueblo le es propia. En consecuencia, dado que su acción ha sido hasta ahora abiertamente castellanizante –desde una perspectiva vallisoletana–, de lo que se habla en las DE es de la eliminación de la cultura leonesa.
Estas prácticas, propias de los regímenes totalitarios, no pueden ser aceptadas con un criterio democrático. La cosmética de un acuerdo entre partidos no debería servir para que la Junta maquille una pretensión reprobable desde la ética más elemental.
LOS LIBROS DE TEXTO DE CASTILLA Y LEÓN
14 septiembre, 2006
CONTINÚA A LA VENTA EL MAPA "COMARCAS REGIÓN LEONESA"
07 septiembre, 2006
BIEN POR EL NUEVO "GRAN ATLAS DE BOLSILLO" DE ISTMO
VIGGO MORTENSEN EN LA PRESENTACIÓN DE "ALATRISTE" EN LEÓN
02 septiembre, 2006
LOS JUDÍOS EN PUENTE CASTRO Y MAPA DE LAS JUDERÍAS LEONESAS
30 agosto, 2006
La judería o aljama de Puente Castro fue la más antigua e importante de la ciudad de León: esto es lo único que sabemos a ciencia cierta de su origen, ya que no tenemos constancia documental de su fundación ni de sus comienzos. Realmente, la escasez de documentación acerca de esta judería resulta llamativa: el único dato histórico preciso que conocemos sobre ella es la fecha de su destrucción a manos de castellanos y aragoneses en 1196. Tras esta masacre, los judíos supervivientes se instalaron en el famoso barrio de Santa Ana, pero su población nunca llegó a ser tan numerosa como cuando estuvieron en nuestro barrio.
Sabemos poco de la judería, y ello a pesar de que Puente Castro se llamó “Castro Iudeorum” (Castro de los Judíos) durante toda la Edad Media, y el nombre se mantuvo incluso después de su destrucción. El historiador Justiniano Rodríguez señala que muy posiblemente la sinagoga se encontraba en la actual Calle de la Misericordia, pero su localización exacta es desconocida. Sin embargo, es más probable que estuviese situada en el cerro de la Mota, ya que según las excavaciones de los últimos años, parece que fue allí donde estuvo asentada la judería.
Los judíos de Puente Castro desarrollaron un gran comercio económico y social con la ciudad de León. Se dedicaban a la orfebrería, al comercio de mercados y a la elaboración de cueros finos. Poseían prados, tierras de cultivo, viñedos y molinos. Es de destacar el hecho de que estas gentes llegaron a alcanzar un alto nivel de estimación social y de reconocimiento público entre los habitantes de nuestra ciudad, lo cual contrasta con su situación en el resto de la Península (persecuciones, malos tratos, segregación racial, etc.). Desde el siglo XI los reyes leoneses aceptan de buen grado a los judíos, incluso les profesan cierta simpatía, aunque esto no impide que les cobren un impuesto anual consistente en quinientos maravedíes leoneses, una “buena piel” y dos guadamecíes (un guadamecí es un cuero adobado y adornado con dibujos). Este impuesto se pagaba al rey, hasta que Fernando I se lo cede a la Catedral para iluminar sus altares : esta tarea costaba treinta maravedíes, y el resto se repartía entre el Obispado y otros prelados de la Iglesia de la ciudad.
La judería de Puente Castro disponía de libros hebreos muy importantes : Abrahan Zacut, historiador judío, hizo referencia a ciertos manuscritos religiosos muy antiguos (podrían datar del siglo VII) que eran “guardados celosamente” por los judíos de nuestro barrio.
El poblado estaba en la ladera sur del cerro de la Mota, y lo culminaba un castro (pequeña fortificación de carácter defensivo). Este castro medieval estaba construido sobre otro romano, que a su vez seguramente se levantaba sobre uno de origen astur. Parece que el castro estaba ocupado por mercenarios judíos al servicio del rey de León, aunque este dato no está comprobado.
Los judíos fueron atacados por las huestes de Alfonso VIII de Castilla y Pedro I de Aragón el 23 de Julio de 1196, y resistieron valientemente hasta el día 25, día en que fue tomada la fortaleza y saqueada la judería. Los supervivientes que no consiguieron huir por el lado del río, fueron asesinados o hechos esclavos. Fue tan concienzuda la destrucción de Puente Castro, que estuvo prácticamente deshabitado hasta el siglo XV.
Antes del descubrimiento del cementerio, aparecieron ocho lápidas funerarias, que son los mejores ejemplos de epigrafía hebrea en España (la mayoría de ellas se encuentran en un museo de Toledo). Los restos humanos encontrados apuntaban hacia el Este (como era costumbre entre estas gentes) y estaban enmarcados por gruesos cantos rodados. Llama la atención que dos de las inscripciones señalen que sus propietarios fueron asesinados (probablemente para ser robados), y que uno fuera el hijo del príncipe de la aljama.
Señalar que prácticamente sólo hay una obra publicada sobre el tema : “La judería de la Ciudad de León”, de Justiniano Rodríguez Fernández, publicado en la colección de Fuentes y Estudios de Historia Leonesa (1969). Todavía no se han publicado los resultados de las excavaciones del cementerio judío, aunque se espera que salga a la luz en breve la memoria de las excavaciones arqueológicas del castro en sí.
Mis vídeos aparecen en La Opinión de Zamora
28 agosto, 2006
Está claro que Internet ha dejado de ser un medio usado únicamente para compartir información o intercambiar mensajes. La última moda adoptada por los internautas es ver y difundir vídeos. Como era de esperarse los zamoranos no son la excepción. Con un simple click se pueden ver en la pantalla del ordenador desde momentos memorables protagonizados por el Zamora Club de Fútbol, las celebraciones de Semana Santa, o algunos de los momentos anecdóticos sucedidos recientemente durante la Europeade 2006.
La nueva televisión
Se estima que diariamente se cuelgan en la red un aproximado de 100 millones de nuevos vídeos y que los usuarios emplean un promedio de 28 minutos al día para verlos. Es por eso que ya se está hablando de «la nueva televisión», aquella que cuenta con teclado y desde la cual no sólo se elige que ver y cuando hacerlo, sino en la que todos pueden convertirse en productores y protagonistas de sus propios espacios. (...)
Los contenidos que se suben en YouTube pueden ser vistos libremente por cualquier visitante de la página. Para encontrar vídeos sobre Zamora hay que ejecutar una búsqueda en la pequeña caja ubicada en la parte superior de la página. Los resultados son tan variados como sorprendentes. Podemos ver contenidos interesantes como conjuntos de fotos de la Semana Santa, no faltan los goles del equipo de la provincia, escenas de conciertos realizados en la capital o en las comarcas y hay quienes comparten a través de sus vídeos aficiones como el motocros o el snowboard. En Internet también han encontrado su espacio quienes quieren dar a conocer, a manera de vídeo turístico, los atractivos de sus pueblos. Hay uno que deja ver el entorno de Toro, encontramos también paisajes de Aliste, Tábara y Alcañices, otro muestra la fiesta del toro enmaromado de Benavente. Un aficionado que se da a conocer bajo el nombre de Chaobeta ha colgado un vídeo que muestra un buche o burro zamorano en la comarca de Las Arribes. Él mismo ha colocado otro en el que se luce una hermosa puesta de sol en San Pedro de la Nave. Hay vídeos para todos los gustos. Están los que muestran escenas familiares, bodas o momentos disfrutados durante las vacaciones. Y los que han colgado vídeos con situaciones hilarantes buscando tal vez conseguir su minuto de fama. (...)Uno de los últimos vídeos colocados en la net toca el controvertido tema del cementerio nuclear que ha puesto al pueblo de Peque en el centro de la tormenta.No hay duda de que esta nueva moda tiene para ofrecer mucho más por lo que cada día seguiremos encontrando vídeos que pongan a los zamoranos y a Zamora en los ojos del mundo.
POR FIN SE HIZO JUSTICIA: PLUTÓN NO ES UN PLANETA
25 agosto, 2006
Sin embargo, los que seguís con asiduidad este blog ya sabéis mi postura acerca de este asunto: siempre he defendido que Plutón no es un planeta. Precisamente el 2 de agosto del 2005 escribí una entrada titulada ¿Ocho, nueve o diez planetas?, donde expuse mis preferencias. En la Asociación Leonesa de Astronomía han tenido que sufrir pacientemente todos estos meses mi continuada campaña en contra de Plutón, que podía resumirse en el lema "Plutón al paredón".
Comparación de tamaño entre Plutón y la Tierra.
Sí, Plutón es más pequeño que nuestra Luna
ARTÍCULO SOBRE PUENTE CASTRO EN LA REVISTA "MUY INTERESANTE"
24 agosto, 2006
El reino de León dejó huella en la Historia moderna
23 agosto, 2006
El paso del siglo XVIII al XIX marca también la transición entre el Antiguo Régimen y el Estado Liberal. La organización territorial del Antiguo Régimen es sumamente compleja con multiplicidad de instituciones y demarcaciones que se solapan por lo que el proyecto que esta nueva etapa acomete es el de lograr una nueva organización territorial uniforme. Previamente y en esta línea, Felipe V en 1707 había promulgado los decretos de Nueva Planta por “mi deseo de reducir todos mis reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente todos por las leyes de Castilla tan loables y plausibles en todo el Universo”. La organización fiscal de la Corona Española se realiza en función de las intendencias, que en 1785 son: Galicia, León, Zamora, Toro, Salamanca, Extremadura, Palencia, Valladolid, Ávila, Burgos, Segovia, Soria, Guadalajara, Madrid, Toledo, Cuenca, La Mancha, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Murcia, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca e Islas Canarias, estando, según la Real Cédula de 13 de noviembre de 1766, el ámbito competencial de los intendentes circunscrito a las áreas de hacienda (recaudación de tributos) y guerra (levas y abastecimiento del ejército). En cuanto a la organización judicial, encontramos las chancillerías de Valladolid y Granada, las audiencias de Galicia, Asturias, Extremadura, Sevilla, Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca, Canarias, los adelantamientos de Campos y Burgos, partidos del anterior adelantamiento de Castilla, el adelantamiento del Reino de León y, a nivel inferior, los distintos corregimientos. En lo relativo a la organización militar, los Borbones habían creado las capitanías generales de Galicia, Castilla la Vieja, Extremadura, Andalucía, Granada, Guipúzcoa, Navarra, Aragón, Valencia, Cataluña, Mallorca y Canarias. En 1805 se crea la Capitanía de Asturias. Paradójicamente, en 1805 la Capitanía General de Castilla la Vieja estaba formada por las provincias de Asturias, León, Zamora, Salamanca, Valladolid, Palencia y Ávila mientras que la de Burgos lo estaba por las de Santander, Burgos, Logroño y Soria.
Llegados a este punto, podemos preguntarnos ¿qué es León? En esta transición León tiene tres ámbitos distintos. El primero, el correspondiente a la provincia de León integrada por los partidos de Oviedo, Ponferrada y León hasta que se escinde definitivamente la de Asturias de Oviedo a finales del siglo XVIII. El segundo, el correspondiente al Reino de León, que al igual que el resto de los reinos españoles desaparecería con el Antiguo Régimen. El alcance de sus instituciones (Adelantamiento, Procurador General y Defensor, Sargento Mayor, etc. del Reino de León) quedaba limitado al espacio comprendido entre la Cordillera Cantábrica, el Cebrero, el Duero y el Cea aunque otras instituciones tuvieran un ámbito mayor, el correspondiente al Reino de León medieval (Galicia, Asturias, León y Extremadura) como el Notaría Mayor del Reino de León. Finalmente, el tercer ámbito de León se refiere a la consideración del Reino de León como parte integrante de la división territorial española en reinos y provincias, como ya vimos en el capítulo anterior. En torno al siglo XVI había surgido un concepto exclusivamente geográfico que fue denominado Castilla la Vieja identificado con la Meseta Norte, frente a Castilla la Nueva identificada con la Meseta Sur, considerados como territorios nucleares de la Corona de Castilla (Galicia, Asturias, León, Andalucía, etc.) que era identificada con Castilla. Sin embargo, el Reino de León y Extremadura (que toma su nombre de la Extremadura del sur del Duero) consiguen diferenciarse de ambas Castillas, resultando la división regional que ya conocemos.
Con objeto de racionalizar estas divisiones surge la división de Floridablanca de 1785 en la que se recogen ocho regiones divididas a su vez en treinta y una provincias. Una de estas regiones era la del Reino de León que contaba con las provincias de Extremadura, León (con Asturias de Oviedo), Palencia, Toro, Zamora, Salamanca y Valladolid. En 1799 la Superintendencia General de Hacienda durante el reinado de Carlos IV continúa la labor de racionalización de mapa provincial, suprimiendo la provincia de Toro y creando las de Oviedo, Sanlúcar, Alicante, Cádiz, Cartagena, Málaga y Santander.
Después del alzamiento de los leoneses el 24 de abril de 1808 (¿Por qué retrasarlo al dos de mayo?) podemos considerar que comienza la Guerra de Independencia consecuencia de la ocupación de los franceses (sabemos de la existencia, en 1809, de un Gobernador General del Reino de León en nombre de Napoleón). La resistencia se organiza en 13 juntas provinciales: Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, La Mancha, Madrid, Mallorca, Murcia, Navarra, Sevilla, Toledo y Valencia. Con objeto de constituir una Junta Central, tratan de unirse las Juntas de Galicia, Asturias, León y Castilla la Vieja. Asturias abandona y el 10 de agosto se ratifica el Tratado de unión entre los reinos de Castilla, León y Galicia. Por otra parte, el gobierno francés de José I crea la división en 38 prefecturas y 111 subprefecturas entre las que se encontraba el Departamento del Esla o Prefectura de Astorga. Un curioso guiño al antiguo Convento Astur (Astura = Esla).
Surge una confrontación entre la Junta de León y la Capitanía de Castilla la Vieja por el intento de ésta de disolver e incorporar a aquella. Éste conflicto alcanza su máxima tensión cuando el capitán general detiene a los delegados de la Junta de León que iban a incorporarse a la Junta Central. El conflicto es resuelto por la Junta Central que arresta al capitán general y ordena que se admitan los diputados en representación del Reino de León. Durante la Guerra de la Independencia, la Junta Central convoca Cortes en la ciudad de Cádiz cuyo acto inaugural se celebra en septiembre de 1810. León envió a las Cortes de Cádiz siete diputados, cinco en representación de la provincia y reino de su nombre, uno de la Junta y otro de la capital, por tener esta ciudad voto en Cortes. En el artículo 10 de la Constitución de Cádiz de 1812 se enumeran los territorios españoles: “El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de África”. De acuerdo a esta Constitución, se plantea una nueva división provincial en 1813, cuyo responsable sería Felipe Bauzá. Como novedad, este proyecto dividía las 44 provincias en tres clases: las de 1ª clase serían las provincias de gran volumen de riqueza y de población. Las de 2ª, en sus propias palabras, serían las “de menos estensión, población y riquezas, (pero) que siempre se han manejado por sí solas”. Finalmente, Bauzá dice de las de 3ª clase: “he formado dentro de las de primera clase otras de tercera (...), subalternas necesarias por la demasiada extensión de aquéllas”. León aparece dividido en dos provincias: la de León (de 1ª clase), y la de Astorga (de 3ª clase, y que incluiría El Bierzo y otras comarcas orientales leonesas), si bien, como hemos visto, ésta última estaría incluida en la primera. Pero en 1814 Fernando VII declaró nula la Constitución y toda la obra legislativa de Cádiz, restableciendo el Antiguo Régimen previo a la ocupación napoleónica. La proyectada división de Bauzá, que estaba a punto de ser llevada a cabo, dormirá el sueño de los justos.
Con el restablecimiento del orden constitucional de Cádiz durante el Trienio Liberal (1820-1823), vuelven a abrirse las Cortes (9-VI-1820) y se reanudan los proyectos interrumpidos seis años antes, culminando con la promulgación del Decreto de división del territorio del 27/1/1822, entre cuyos autores estaban el mencionado Bauzá y José Agustín Larramendi. Esta vez se eliminaron las referencias a los antiguos reinos, y se crearon algunas provincias nuevas, entre las que se contaba la de Villafranca. Esta provincia no se circunscribía al Bierzo, sino que, en palabras de los autores, “casi toda la gobernacion de Cabrera, el Valle de Orres y los Concejos del Sil de arriba y de abajo, Salientes, Salentinos y Valseco, Tejedo y Mata de Otero quedan comprendidos en esta provincia”. En realidad, esta división es considerada “provisional” en el artículo 1º del mismo Decreto, y algunos historiadores como Eduardo Garrigós Picó creen que nos encontramos ante una resurrección de la provincia de Astorga de 1814, aunque con algunas variaciones en sus límites. El Decreto debía servir como marco para la elección de diputados, pero las elecciones no llegaron a tener lugar. Pocos meses después de su promulgación, se estableció una nueva clasificación jerárquica de las provincias, dividiéndolas en de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª clase. Desconocemos si las de 3ª y 4ª se pensaban incluir en las de 1ª (como ocurría en el caso de 1814), pero, en todo caso, toda esta obra desaparece en 1824: la Provincia de Villafranca seguirá el mismo destino que las de Játiva y Calatayud, y no volverá a aparecer en ninguna de las posteriores divisiones provinciales.
QUEDADA EN LEÓN
08 agosto, 2006
1ª YERA DE FOLK DE LLIÓN Y ASTURIES
28 julio, 2006
¿Nos vemos en Cabreira?
EL REGRESO DE LAS LEYENDAS URBANAS
23 julio, 2006
- La del examen sorpresa de Filosofía con una única pregunta: "¿Por qué?" Todos suspendieron menos el listillo que respondió "¿Y por qué no?" En León se dijo que había ocurrido en la Universidad, en el Legio VII, en el Lancia, etc. AL viajar, me han dicho que de eso nada, que ocurrió en Cáceres, Valencia, Madrid, etc. (dependiendo de dónde me encontrara) Y casi siempre se añade el instituto donde pasó, aunque si hay dos o más interlocutores nunca se pondrán de acuerdo sobre ese punto.
- La del perro Rufo y Ricky Martin: esa sí que fue sonada. En un programa de Concha Velasco, en directo, para dar una sorpresa a una adolescente escondieron a Ricky Martin en su armario, y pusieron una cámara oculta en la habitación. La chica llega, pero en lugar de abrirlo y llevarse la sorpresa de su vida, llama a su perro ("Rufo" según la versión predominante en León), y se unta nocila (paté según otras versiones) en cierta parte de su cuerpo para recíproco disfrute del can y de la interfecta. Nadie vio el programa, donde supuestamente casi le dio un soponcio a los presentadores, pero todo el mundo "tenía un amigo que te juro que lo vio" o, como me dijeron a mí, "te juro que una amiga mía lo tiene grabado en vídeo". Por supuesto todo fue mentira.
Pero las leyendas urbanas no son un invento de hoy en día: en la Edad Media, fueron frecuentes las que acusaban a los judíos de asesinatos rituales para beberse la sangre de pobres e inocentes niños (que luego eran canonizados a pesar de no haber existido nunca). Y en la Roma Imperial, los cristianos fueron acusados de exactamente lo mismo por sus enemigos. En ambos casos, judíos y cristianos fueron asesinados a cientos por el populacho y los Estados respectivos. Hoy cambian los sujetos, y afortunadamente los resultados, pero el medio de transimisión sigue siendo el mismo: Radio Macuto.
PD: Podéis encontrar el desmentido de este escabroso asunto en este enlace.
PDD: Hay otras variantes de esta historia, cambiando a la pareja de ancianos por un niño y su madre. He llegado a escuchar que cuando entró la policía el niño estaba desnudo, muerto, y con el pelo rapado y extrañas marcas por el cuerpo. A veces esta historia se añade a la anterior con el consabido "y además, los chinos en otro sitio hicieron algo parecido en...".En fin...
Reacción de la señora Xiuxiu cuando le contaron la historieta
III FESTIVAL CELTA DE CABREIRA
18 julio, 2006
-Día 28, viernes
-Día 29, sábado
-Día 30, domingo
Mapas antiguos de España (XXX)
EDICIÓN CONMEMORATIVA DE "EL DIALECTO LEONÉS"
04 julio, 2006
Una ojeada a León desde la cartografía histórica
03 julio, 2006
Historia Visual de León, nº5, Revista del Diario de León 2/7/2006 Diario de León 2/7/2006 MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ RICARDO CHAO
En la obra clave Crónica General de España iniciada por Florián de Ocampo (Zamora, 1543) y completada tres décadas más tarde por Ambrosio de Morales (Alcalá, 1574), se dedican varios de los capítulos introductorios a tratar «la cosmografía de España», y uno específicamente a las divisiones (lo que ellos llaman «repartimientos») provinciales, antiguas y actuales, de la Península. Tras mencionar las sucesivas divisiones romanas, los autores se refieren a los diferentes «pueblos y gentes españolas» actuales situándolos en el marco de los «cinco reinos principales de cristianos que en España se hicieron después que los árabes y moros africanos entraran en ella cuando la hallaron en poder de los Godos, a saber: el reyno de Portugal, el reyno de León, el reyno de Castilla, el reyno de Navarra y el reyno de Aragón» (ibíd., fol.XVI). A continuación, describe con relativa precisión, longitudes y distancias incluidas, sus límites territoriales principales; y nombra también, al igual que hacía Fernández de Enciso, algunos de los reinos, provincias, comarcas y señoríos englobados en ellos.
El Libro de Grandezas y Cosas Memorables de España (Sevilla, 1548) de Pedro de Medina extrae la mayor parte de sus informaciones de la Crónica de Florián de Ocampo, pero a diferencia de éste organiza la descripción de la Península en once grandes apartados, con las denominaciones y el orden siguientes: «Provincia del Andalucía; Provincia de la Lusitania y Reyno de Portugal; Provincia de Extremadura; Reynos de Castilla y León; Reyno de Galicia; Asturias, señorío de Bizcaya y provincia de Guipúzcoa; Reyno de Navarra; Reyno de Granada; Reyno de Cartagena y Reyno de Valencia; Reyno de Aragón; Principado de Cataluña; e Islas de Mallorca, Menorca e Ibiza». La portada de la edición sevillana de la obra de Medina contiene el primer mapa moderno de España impreso en la Península, en el cual aparecen, sin expresión de sus límites territoriales, los nombres de las provincias y reinos relacionados y descritos en el libro.
En las obras Regni Hispaniae post omnium editiones locupletissima descriptio de Abraham Ortelius de 1572 y en la Regni Hispaniae post omnium editiones locupletissima descriptio de Pirro Liborio de 1578 encontramos un Reino de León entre los ríos Cea y Duero aunque todavía no se muestran los límites entre los distintos territorios.
En el siglo XVII se delimitan mejor los reinos: Galicia, Asturias (de Oviedo y de Santillana), León, Extremadura, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Vizcaya, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Andalucía, Granada, Murcia, Mallorca e Islas Canarias. Hasta mediados del siglo XVII el límite oriental del Reino de León llega hasta el río Pisuerga, manteniéndose el occidental en el Burbia, el septentrional en la cordillera Cantábrica y el meridional en el río Duero. La explicación de por qué se considera el Pisuerga como el límite entre León y Castilla no es bien conocido. Podría ser por tradición recogida por Pedro de Medina, el Padre Mariana en la Historia General de España de 1603 ó Esteban de Garibay en el Compendio Historial de España de 1628. A. Melón, en «De la división de Floridablanca a la de 1833» (1958) lo explica de acuerdo a una convención de Alcalá de Henares de 1349, por la cual quedaron fijados los límites entre León y Castilla: al norte del Duero estaban señalados por el Pisuerga; y por el sur, siguiendo el Adaja hasta Ataquines. Después seguían una línea quebrada, pero siempre con dirección sudoeste hasta las sierras de Béjar y Gata.
Con frecuencia encontramos al Principado de Asturias y al Reino de León representados juntos en los mapas, como en la obra Legionis Regnum et Asturian Principatus de Willem Janszoon Blaeu de 1640.
A partir de mediados del XVII y hasta finales del XVIII se mantienen todos estos límites excepto el del Sur que alcanza la Sierra de Gata. Encontramos un Reino de León extendido por el territorio de las actuales provincias de León, Zamora, Salamanca y la mitad occidental de las provincias de Valladolid y Palencia, con frontera en el río Pisuerga quedando las ciudades de Palencia en el Reino de León y de Valladolid en Castilla la Vieja. Las obras Hispaniae et Portugalliae Regna de Nicholaus Visscher de 1670 y Carte Historique et Geographique Des Royaumes D Espagne Et de Portugal Divises Selon Leurs Rouyame et Province de Henri Chatelain de 1719 son dos ejemplos.
A finales del siglo XVIII se busca racionalizar la división regional española con la provincial, por lo que se ajusta la delimitación de los antiguos reinos y principados a los de las provincias coetáneas que contienen. La división en reinos española estaba formada entonces por Galicia, Asturias, León, Extremadura, Castilla la Vieja (que incorpora la provincia de Santander), Castilla la Nueva, Provincias Vascongadas, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Andalucía (reinos de Sevilla, Córdoba y Jaén), Granada, Murcia, Islas Baleares e Islas Canarias. El Reino de León ajusta sus límites a las provincias de León, Zamora, Toro, Palencia, Valladolid y Salamanca, aunque en ocasiones se incluye también Asturias de Oviedo. Algunos ejemplos son los mapas Spain and Portugal: divided into their respective Kingdoms and Provinces from the Spanish and Portuguese Provincial Maps, de William Fadem de 1795 ó Carte d'Espagne et de Portugal en neuf feuilles, de Edme Mentelle de 1799.
En lo relativo a talleres españoles, la obra de Tomás López y Vargas (1731-1802) encuentra una gran difusión que alcanza los primeros decenios del siglo XIX, permaneciendo en el primer plano del panorama cartográfico español, sintetizada en las sucesivas ediciones y reimpresiones póstumas del Atlas geográfico de España (1804-1844) por sus hijos.
En representaciones como España dividida según acostumbran los geógrafos de 1757, se muestran las regiones de Andalucía, Asturias (denominación aplicada ya solo al área del Principado), Aragón, islas Baleares (el nombre no aparece, aunque López colorea de forma unitaria el archipiélago), Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Extremadura, Granada, León, Murcia, Valencia y Vizcaya (denominación que aplica al conjunto de las tres provincias vascongadas). En su última etapa, incluido el llamado Mapa General de España de 1802 se combina ya la identificación cromática de las unidades corográficas principales (reinos y grandes provincias) con la especificación de los nombres (y en ciertos casos de los límites) de las intendencias o provincias incluidas en aquellas como explicamos anteriormente.
Asimismo, Antillón y Marzo (1778-1814) en su obra más conocida, los Elementos de la Geografía astronómica, natural y política de España y Portugal coincide casi totalmente con la de los mapas finales de López describiendo las unidades: Castilla la Nueva; Castilla la Vieja; Extremadura; Reinos de Córdoba, Jaén y Murcia; Reinos de Valencia y Aragón; Reinos de Sevilla y Granada; Principado de Cataluña; Islas Baleares; Reino de Navarra; Provincias Vascongadas; Principado de Asturias; Reino de León; y Reino de Galicia.
Resulta evidente que el Reino de León o región leonesa ha formado siempre parte de la división territorial española, lo cual queda evidenciado en la cartografía referida a la Península Ibérica de los siglos XVI al XX.
UNA IGLESIA LEONESA EN ÁVILA
Abajo a la izquierda, la sirena de doble cola de San Vicente de Ávila, y a la derecha, la de León.