Estos dos últimos días los hemos pasado en mi queridísima provincia de Cáceres, y por fin pude saldar una deuda que tenía desde hace tiempo, visitando el puente romano de Alcántara. Estando allí me vino a la mente un pasaje de las crónicas de Ibn Hayyan sobre el rey Ordoño II:
"Acampó en la aldea de Qawlasana, en el Guadiana, cerca de la ciudad y allí pernoctó, regresando luego de tierras musulmanas con gloria y victoria, sin que nadie le hiciera frente ni le hirieran un solo caballero. Cruzó el puente de Alcántara en un día y una noche, a causa de lo inmenso de su ejército, y regresó a su país (envíelo Alá con los que sufren el fuego ardiente)"
Algunos lugares acumulan más historia de la que un simple humano puede soportar...
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