En el programa de Radio León Cadena SER dedicado a la historia de León no es raro que mezclemos las noticias de actualidad con hechos históricos de nuestra tierra. Ese ha sido el caso de hoy: usando como excusa la abdicación el pasado lunes de Juan Carlos I, hemos hablado de algunas de las crisis dinásticas en el reino de León.
Por un lado, las abdicaciones no abundaron en el reino de León. Tampoco lo he mirado en profundidad, pero la más sonada fue la de Alfonso IV: en el año 931 murió su esposa y el monarca entró en una depresión, se hizo monje en Sahagún y abdicó en su hermano Ramiro II. Uno o dos años después Alfonso se arrepintió y comenzó una guerra civil contra su hermano, pero fue derrotado y Ramiro ordenó que le sacaran los ojos para que no pudiera volver a intentar ser rey. El pobre acabó sus días en el desaparecido monasterio de Ruiforco, en el Torío.
Así que tras mencionar este hecho pasamos a hablar de los distintos "cambios dinásticos" ocurridos en el reino de León. Antes de empezar, aclaramos que el concepto de dinastía en lo que atañe al reino de León es bastante decimonónico y machista, como vamos a ver. En realidad nunca se interrumpió la línea de sucesión, aunque fuera por vía femenina en ocasiones. Fueron los historiadores del siglo XIX y de comienzos del XX quienes marcaron arbitrariamente estos cambios dinásticos, ya que fue algo que no se percibió así en la época.
Habitualmente se dice que hubo tres dinastías en el reino de León: la primera sería la “asturleonesa”, la segunda la “navarra”, y la tercera la “de Borgoña”. Como ya he dicho, son nombres totalmente arbitrarios que se pusieron muuchos siglos después de los acontecimientos.
Habitualmente se dice que hubo tres dinastías en el reino de León: la primera sería la “asturleonesa”, la segunda la “navarra”, y la tercera la “de Borgoña”. Como ya he dicho, son nombres totalmente arbitrarios que se pusieron muuchos siglos después de los acontecimientos.
-Dinastía ástur o asturleonesa: es la dinastía que procede de tiempos del reino de Asturias. Ya hemos dicho muchas veces que en realidad en el año 910 sólo cambió la capital de Oviedo a León, y que el reino, las instituciones y la casa regente siguieron siendo los mismos. Esta dinastía comenzaría con Pelayo en el 721-722, y acabaría con Vermudo III en el año 1037, contando unos 26 reyes en su haber. Se considera que finaliza con la muerte de Vermudo III a manos de su cuñado Fernando en la batalla de Tamarón (año 1037, como hemos dicho). El trono tenía que recaer en su hermana Sancha, pero en la Edad Media era inédito que una mujer reinara, así que figuró como nuevo rey su marido, Fernando I, que era conde de Castilla, aunque procedía de Pamplona: por eso se dice que con él comienza la dinastía navarra. Fueron tiempos difíciles para el reino, porque Fernando I no fue bien recibido como rey.
-La dinastía navarra: empezaría con Fernando I en 1037, y abarcaría además los reyes Alfonso VI, Sancho II (que sólo reinó en León unos meses), y Urraca I. Es decir, contaría con algunos de los principales reyes de la historia del reino. Fin pacífico en el año 1126, porque Urraca se había casado con Raimundo de Borgoña, un noble francés, con el que tuvo al que sería Alfonso VII, y que supuestamente se iniciaría la dinastía de Borgoña. Otra vez machismo, y más teniendo en cuenta de que Urraca había gobernado como reina en solitario una gran parte de su reinado, siendo una de las primeras mujeres en Europa en esto.
-Dinastía de Borgoña: comienza en 1126 precisamente con el monarca más poderoso de toda la historia del reino de León, Alfonso VII el Emperador, que ya hemos dicho en otras ocasiones que llegó a tener como vasallos a todos los demás reyes cristianos de la Península, y a los nobles del sur de Francia. Después serían reyes de esta dinastía Fernando II y Alfonso IX (bueno, y el mal llamado Alfonso VIII -debería ser Alfonso I- en Castilla).
-Pero si hubo una crisis sucesoria realmente importante en la historia del reino de León esa se dio a la muerte de Alfonso IX en 1230. Alfonso IX estuvo casado en dos ocasiones, y las dos veces vio como el papa anulaba su matrimonio. Su segunda esposa fue Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII (o I de Castilla). Con ella tuvo varios hijos, destacando el que con el tiempo sería Fernando III. Cuando Alfonso tuvo que divorciarse de Berenguela, ésta regresó a Castilla, donde seguía reinando su padre Alfonso VIII. Además a través de una estratagema consiguió engañar a Alfonso IX y se llevó consigo a su hijo Fernando, que en principio iba a ser el heredero de la corona leonesa. En 1214 muere el rey de Castilla y le sucede su hijo Enrique, que era apenas un niño. La cosa es que este niño murió en 1217 en extrañas circunstancias, por un tejazo en la cabeza que le propinó otro niño. Algunos historiadores han visto la mano de Berenguela en esta muerte, ya que gracias a ella fue nombrada reina de Castilla. Pero la reina renunció al trono en favor de su hijo Fernando (que sería Fernando I de Castilla). Alfonso IX se sintió burlado al ver a su hijo como rey de Castilla, lo que llevó a varias guerras entre ambos reinos. Pero el leonés no supo dejar preparada su propia sucesión, y cuando murió en 1230 Berenguela a través de varias maquinaciones y manejos políticos logró que Fernando fuera también nombrado rey de León, siendo el tercer monarca de ese nombre. No está muy claro cómo lo hizo: parece que Alfonso IX había dejado como sucesoras a sus hijas Sancha y Dulce (algo muy extraño, por otra parte), y que Berenguela las convenció cubriéndolas de oro para que renunciaran al trono. Por otro lado parece que también se propuso el trono leonés a Alfonso de Molina, otro hijo de Alfonso IX y Berenguela, pero éste declinó el ofrecimiento. En cualquier caso tenemos que fiarnos de las crónicas castellanas, porque existió una auténtica destrucción documental sobre los diplomas emitidos por Sancha y Dulce, y , probablemente, de Alfonso de Molina. Como curiosidad final añadiré que de la famosa Concordia de Benavente, tan importante porque plasma el acuerdo entre Fernando III y Sancha y Dulce, sólo se conserva una copia en los archivos vaticanos, y ninguna en nuestro país.
Podéis descargaros el programa en mp3 en este enlace.
Podéis descargaros el programa en mp3 en este enlace.
Fernando III en el Tumbo A de Santiago de Compostela. |
2 comentarios:
Buenos días, Ricardo.
Como siempre, enhorabuena por tu síntesis.
Te hago una pregunta: ¿existe algún estudio monográfico que aborde las crisis sucesorias del siglo XIII en los reinos de León y de Castilla? Si no recuerdo mal, tanto el heredero 'directo' de la corona de Castilla -un infante Fernando- y otro de la corona de León -curiosamenmte otro infante Fernando- murieron sólo unos años de la 'unificación' de Fernando III. ¿Es así?
Saludos.
Zacut
Hola Ricardo. Pedro me ha mandado tu enlace porque mencionabas el espinoso y oscuro tema de la Concordia de Benavente. No sabía que se encontraba una copia de tan fundamental tratado en el vaticano. ¿Cuánto daríamos por leerla? En fin, felicidades por tu artículo. Un abrazo y besos para la familia
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