1.1. LA ESCRITURA ENTRE LOS ASTURES
Es casi seguro que este pueblo prerromano, al igual que los demás del Noroeste hispano, desconocía la escritura o, al menos, no disponía de una propia. En todo caso, los relativamente numerosos hallazgos de denarios ibéricos hacen pensar en la (remota) posibilidad de que algunos (escasísimos) astures conocieran la escritura ibérica, aunque por desgracia nunca podremos saberlo con certeza.
En todo caso, no estará de más echar una ojeada al sistema de escritura ibérico como curiosidad, ya que es un alfabeto bastante original, y constituye el único ejemplo de una escritura propia hispana.
La escritura ibérica existió desde el siglo IV al I a.C., y se caracteriza por ser básicamente silábica, esto es, que cada signo equivale a una sílaba, salvo excepciones como las vocales (cada vocal cuenta con su propio signo). Originaria de Levante, llegó al menos hasta el actual País Vasco y amplias zonas de la Celtiberia. En el caso de que llegara hasta la Asturia (actual Asturias, León y Norte de Zamora), tuvo que ser en época tardía, y los astures probablemente sólo vieran letras de este alfabeto en los denarios de comienzos de la dominación romana. Estos denarios abundan en diversos yacimientos leoneses, y parecen indicar que los astures participaron como mercenarios en las guerras celtibéricas y/o en las sertorianas, y que recibieron estas monedas como pago. Otra pista en este sentido es que los denarios siempre proceden de dos o tres únicas cecas (sobre todo acuñaciones de Turiasu, como si fueran acuñaciones dedicadas especialmente al pago de mercenarios).
1.2. ESCRITURAS ROMANAS
Según la época y el soporte utilizado, los romanos emplearon una cierta variedad de escrituras. Por supuesto, cuando éstos conquistaron la Península Ibérica, las trajeron consigo. Así, podemos encontrarnos inscripciones en “antigua escritura romana” (también conocida como “capital mayúscula”, y que coincide a grandes rasgos con nuestras mayúsculas actuales), en “nueva escritura romana”, etc.
Pero para el caso de León nos interesan especialmente las escrituras uncial y semiuncial, ya que ambas fueron empleadas en el denominado “Palimpsesto de la Catedral de León”, y pudieron influir grandemente en escrituras posteriores. También en letra uncial está otro libro conocido como “Codex Ovetensis”.
Pero volviendo a la escritura uncial, ésta se utilizó sobre todo en códices (o libros manuscritos) desde fines del Imperio Romano hasta el siglo IX d.C. aproximadamente. Este tipo de letra parece que recibió influencias muy concretas del alfabeto griego, y convivió con la semiuncial, que también fue utilizada principalmente en códices.
Por su influencia en la futura letra visigótica, cabe destacar la escritura de las pizarras visigodas aparecidas en las provincias de Salamanca, Cáceres y Ávila.
En todo caso, no estará de más echar una ojeada al sistema de escritura ibérico como curiosidad, ya que es un alfabeto bastante original, y constituye el único ejemplo de una escritura propia hispana.
La escritura ibérica existió desde el siglo IV al I a.C., y se caracteriza por ser básicamente silábica, esto es, que cada signo equivale a una sílaba, salvo excepciones como las vocales (cada vocal cuenta con su propio signo). Originaria de Levante, llegó al menos hasta el actual País Vasco y amplias zonas de la Celtiberia. En el caso de que llegara hasta la Asturia (actual Asturias, León y Norte de Zamora), tuvo que ser en época tardía, y los astures probablemente sólo vieran letras de este alfabeto en los denarios de comienzos de la dominación romana. Estos denarios abundan en diversos yacimientos leoneses, y parecen indicar que los astures participaron como mercenarios en las guerras celtibéricas y/o en las sertorianas, y que recibieron estas monedas como pago. Otra pista en este sentido es que los denarios siempre proceden de dos o tres únicas cecas (sobre todo acuñaciones de Turiasu, como si fueran acuñaciones dedicadas especialmente al pago de mercenarios).
1.2. ESCRITURAS ROMANAS
Según la época y el soporte utilizado, los romanos emplearon una cierta variedad de escrituras. Por supuesto, cuando éstos conquistaron la Península Ibérica, las trajeron consigo. Así, podemos encontrarnos inscripciones en “antigua escritura romana” (también conocida como “capital mayúscula”, y que coincide a grandes rasgos con nuestras mayúsculas actuales), en “nueva escritura romana”, etc.
Pero para el caso de León nos interesan especialmente las escrituras uncial y semiuncial, ya que ambas fueron empleadas en el denominado “Palimpsesto de la Catedral de León”, y pudieron influir grandemente en escrituras posteriores. También en letra uncial está otro libro conocido como “Codex Ovetensis”.
Pero volviendo a la escritura uncial, ésta se utilizó sobre todo en códices (o libros manuscritos) desde fines del Imperio Romano hasta el siglo IX d.C. aproximadamente. Este tipo de letra parece que recibió influencias muy concretas del alfabeto griego, y convivió con la semiuncial, que también fue utilizada principalmente en códices.
Por su influencia en la futura letra visigótica, cabe destacar la escritura de las pizarras visigodas aparecidas en las provincias de Salamanca, Cáceres y Ávila.
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