A Jose Pedro Pedreira ya lo entrevistamos para que, como experto en Alfonso VI, nos hablara sobre aquella serie titulada “El Final del Camino”. Nació en 1954 en Brañuelas (La Cepeda, pegando al Bierzo). Es diplomado en Relaciones Laborales y con estudios de Psicología. Durante más de 5 años ha sido columnista semanal para la prensa local, así como de diversas colaboraciones esporádicas en otros medios escritos y hablados. Entre otros galardones, posee el "Ciudad de Astorga" de poesía y el "Galaico-Leonés" de cuentos. Algunos de los libros que ha publicado son: Alfonso VI: vida pública y privada del rey (Edilesa), Recuerdos y memoria, Solana Núbil, Una valla con espinos en el borde, El miedo, Pueblos de León, Las ciudades y la vida, y La Catedral de León, esa señora.
Alfonso IX es uno de los reyes más singulares de nuestra historia. En sus más de cuarenta años de reinado desarrolló una importante labor legislativa. En 1188 convocó en la basílica de San Isidoro a los representantes del clero, la nobleza y el pueblo a las que se pueden considerar las primeras Cortes democráticas de la vieja Europa, lo que convertiría a León y por lo tanto a España en «cuna del parlamentarismo».
Así mismo fundó y refundó numerosas poblaciones o les concedió fueros para su desarrollo: Coruña o Betanzos en Galicia; Villafranca del Bierzo, Bembibre, Laguna de Negrillos o Sanabria en territorio leonés…
No menos notables fueron sus tareas de conquista, recuperando para su reino Cáceres, Mérida o Badajoz y otras villas y ciudades. De especial relevancia es su victoria en la batalla de Alange donde derrotó al caudillo árabe Ibn Hud, cuyas tropas doblaban en número a las del ejército que él dirigía.
También cabe destacar el apoyo de Alfonso IX al mundo del saber y la cultura con iniciativas tan trascendentes como la creación de la Universidad de Salamanca.
Pero si como rey la imagen que nos llega de él es extraordinaria, las crónicas cuentan que como hombre era fuerte y atractivo, dotado de elocuencia y potente voz, lo que le ayudó a ganarse el favor del pueblo y el amor de bellas mujeres, tanto sus esposas Teresa de Portugal o Berenguela de Castilla como las amantes con quienes compartió pasiones y numerosos hijos.
A su muerte fue enterrado en la catedral de Santiago de Compostela, a la que había dedicado afanes y cuantiosas sumas de maravedíes para que el maestro Mateo pudiera finalizarla durante su reinado y cuya solemne consagración presidió en el año 1211.
Podéis escuchar la entrevista en este enlace: https://cadenaser.com/2022/04/26/novelando-a-alfonso-ix-el-rey-democrata/
1 comentarios:
¿Demócrata, dicen? Yo creo que también era flexivegano, altermundista y hipster. Basta con asomarse a sus redes sociales para hacerse una idea.
Publicar un comentario