Y por fin llegamos a los dos primeros puestos del "Top Ten" de la historia leonesa que os propusimos desde Radio León Cadena SER. Son dos momentos bastante separados en el tiempo, pero que están muy relacionados, tal y como vamos a ver. Como siempre, os podéis descargar el programa en formato mp3 en este enlace.
2.- Invasión romana y fundación de León y Astorga.
Fueron un momento vital en la historia de León, y de Hispania, porque tanto la cultura romana como las ciudades de Legio y Astúrica jugaron un gran papel en la Península en ese momento, y en la Edad Media. Y cuando hablamos de cultura hay que pensar en costumbres, el Derecho romano, monumentos, vías de comunicación... pero también en la lengua: todas las lenguas de la península, salvo el vasco, proceden del latín vulgar de los romanos conquistadores, que se impuso a las lenguas que se hablaban con anterioridad (de las que no queda casi ni rastro).
Conviene recordar que Legio/León sería la capital militar de toda Hispania (la península) durante la mayor parte del Imperio Romano. Esto explicará que en la Edad Media fuera elegida como sede de la Corte regia en la Edad Media.
Antes de la llegada de los romanos aquí vivían los ástures, que ocupaban la mayor parte de las actuales provincias de Asturias, León, Zamora, y un trozo de Galicia y Portugal. Los romanos habían entrado en la Península Ibérica en el 218 a.C., y tardaron dos siglos en dominarla por completo. Los últimos pueblos en ser conquistados fueron los ástures y los cántabros, que presentaron una feroz resistencia del 29 al 19 a.C. Como excusa Roma los acusó de atacar a sus aliados vacceos para robar sus abundantes cosechas, aunque la verdadera razón era que Octavio Augusto deseaba aumentar su prestigio personal, así como arrebatar el oro de sus tierras para financiar su recién creado Imperio.
Las dificultades para los romanos fueron mayores de las previstas, y el propio emperador Augusto se vio obligado a dirigir en persona las operaciones militares. En la guerra contra cántabros y ástures participaron unas siete legiones (más de 35.000 soldados), además de una escuadra de barcos. Hubo una importante batalla cerca del río Esla en la que los ástures fueron derrotados. Los restos del ejército ástur se refugiaron en la ciudad de Lancia (en las cercanías de Villasabariego), donde ofrecieron una terrible resistencia. En el 25 a.C. fueron vencidos y sometidos.
Pero hubo varias rebeliones, pero se suele considerar la fecha del 19 a.C. como el final de las guerras astur-cántabras. Por esos años se fundó la ciudad de Astúrica Augusta, capital administrativa del conventus asturum, o de los ástures, si se prefiere, que junto a Bracara (Braga) y Legio fueron las principales ciudades del Noroeste hispano.
En esta guerra asturcántabra participó entre otras la Legio VI Victrix, que poco después asentó su campamento en la actual ciudad de León (primer precedente de la ciudad). Sabemos que todavía hubo revueltas ástures durante la época del emperador Nerón (54-68 d.C.), que precisamente fueron sofocadas por esta Legio VI. Estos levantamientos armados nos hablan de inestabilidad: de hecho tras el traslado de la Legio VI a Germania provocaron el establecimiento de la Séptima Legión (Legio VII) en el año 74 d.C. en el lugar que hoy ocupa la ciudad de León, donde antes había estado la Legio VI.
La Legio VII fue la única legión en toda Hispania desde el s. I d.C. hasta las invasiones bárbaras del 409. Construyó unas potentes murallas en su campamento permanente que la acabaron convirtiendo en una de las ciudades mejor defendidas de toda la península. Esas murallas seguro que fueron muy convincentes a la hora de que León fuera escogida como capital del reino asturleonés. Desde Legio/León se romanizó nuestra zona, imponiendo la cultura, la lengua, etc., etc. Y también conviene recordar que con los legionarios de la Legio VII llegó también una nueva religión a Hispania: el cristianismo. Algunos de los primeros testimonios de cristianismo en la península son de León y Astorga, precisamente.
Un fotomontaje que hice hace tiempo de la Legio VII con un fotograma de la serie "Roma". |
1.- Fundación del reino de León (910 d.C.).
Este es un momento muy importante según nuestro punto de vista, porque sabemos todo lo que pasó después, y lo que supuso el reino de León (que tuvo reyes propios hasta 1230, si no contamos a Juan I de León), pero en la época fue lo más normal del mundo. Para los contemporáneos sólo significó el cambio de capital del reino ástur o asturiano. Pero no cambiaron ni la dinastía, ni las instituciones. Oficialmente fue decisión de García I trasladar la capital desde Oviedo a León. Pero tenemos noticias de que ya su padre Alfonso III residía aquí largas temporadas.
Retrocedamos algo en el tiempo: el llamado reino de Asturias nació en el 720, con el alzamiento de Pelayo en los Picos de Europa. Los reyes asturianos, aprovechando momentos de debilidad de los musulmanes, se fueron expandiendo hacia el sur. Fue Alfonso III el que aseguró el norte de la Meseta, con ciudades como León, Astorga y Zamora. En sus tiempos fue obispo de León el famoso San Froilán. Su sucesor, García, fue quien cambió la capital en el 910 de Oviedo a León. Pero no era la primera vez que se cambiaba la capital: la primera había sido Cangas de Onís, después San Martín del Rey Aurelio, más tarde Pravia, y por último Oviedo.
Los historiadores arbitrariamente decidieron que el cambio de capital del 910 dio fin al reino de Asturias y comienza el de León, pero ya digo que los coetáneos no lo vieron (ni lo vivieron) así.
7 comentarios:
¡Meca! Pues yo nunca pensé que nel númberu 1 propuxeres la creación del Reinu de Llión...
Á ho, si tu, Ricardo, dices que si hubiera un Asterix sería ástur... ¿entós si pa los Romanos hubiera un Vietnam, esti podría ser Asturies?
Prestariame qu'asina fora.
Un abrazu, y munches gracies por estes entraes tan guapes.
Resulta sumamente significativo que en la lista de los 10 momentos decisivos de la historia de León la mitad correspondan a periodos previos a la reunión de las coronas leonesa y castellana en las sienes de Fernando III, el Santo, hijo de Alfonso IX.
Ninguna referencia correspondiente al periodo 1230-1808, casi seis siglos ¿de oscuridad?.
Y desde entonces 5 momentos de crisis (con sus brillos): 5 años de lucha 1808-1813 (con el reconocimiento del Reino de León en la Constitución de 1812 como uno de los integrantes de España –que incluía las posesiones americanas, africanas y asiáticas-) [nada se dice de la subdivisión administrativa de los reinos en provincias de 1833 (el Reino de León se divide en las de León, Salamanca y Zamora)], varias desamortizaciones y enfrentamiento entre ‘dos Españas’ que nos conducen hasta finales del siglo XX, con una amenaza mortal para la identidad leonesa: la imposición de una comunidad autónoma etnocida denominada ‘Castilla y León’, como escribió Juan Beneyto en 1980: ‘la inclusión de León, vieja región y aún nacionalidad, en Castilla la Vieja, ha sido impuesta contra una opinión extendida y una acción democrática organizada’.
No se subraya suficientemente la confabulación de izquierda y derecha en esa imposición, propulsada inicialmente por la izquierda PCE-PSOE –con algunas resistencias- y asentada en los pactos de 1981 PSOE-PP, a la vez que ejecutada tras la victoria socialista de 1982 de Felipe González. Lo de Zapatero ha sido más bien pose.
Falta resaltar la brillantez e importancia de los movimientos culturales a favor de la identidad regional leonesa (desde el folklore a la lengua leonesa) que tiene lugar desde finales del XIX y a lo largo del primer tercio del siglo XX, de una calidad y profundidad impresionantes. Falta también destacar la labor de los que a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI se han mantenido y se mantienen como defensores vivos de la Región Leonesa y de sus señas de identidad, dentro y fuera de nuestra región, figuras de relieve como Menéndez Pidal o Miguel de Unamuno.
¿Falta un Epílogo a esos momentos decisivos? Creo que sí y que sería muy ilustrativo.
Gracias, Ricardo, por tu trabajo.
Saludos.
Zacut.
Bueno, esto no deja de ser una encuesta de opinión. Y los criterios de valoración están permeados por el victimismo que reina en el pensamiento leonesista (me atrevo a suponer que la mayoría de los participantes se pueden enclavar en ese sector, entendido de manera amplia y difusa). De ese victimismo vienen la exaltación casi siempre acrítica e idealizada del reino y todos esos tópicos ya casi folklóricos que adornan el pensamiento leonesista y sus contornos. Y con ello no me refiero a este blog, quede claro. En cualquier caso, como ninguno estamos libres de pecado, no seré yo quien tire la piedra contra nadie.
Bueno, esto no deja de ser una encuesta de opinión. Y los criterios de valoración están permeados por el victimismo que reina en el pensamiento leonesista (me atrevo a suponer que la mayoría de los participantes se pueden enclavar en ese sector, entendido de manera amplia y difusa). De ese victimismo vienen la exaltación casi siempre acrítica e idealizada del reino y todos esos tópicos ya casi folklóricos que adornan el pensamiento leonesista y sus contornos. Y con ello no me refiero a este blog, quede claro. En cualquier caso, como ninguno estamos libres de pecado, no seré yo quien tire la piedra contra nadie.
Curioso comentario, Campeón...
Un breve apunte.
Desgraciadamente, el Pueblo Leonés, el Reino de León, está sometido a un etnocidio clamoroso y a una invisibilidad pasmosa, muy alejados del victimismo del que se acusa a los que señalan estas circunstancias.
Para llenar el vacío temporal al que aludía en mi comentario anterior, me siento en la obligación de destacar como acontecimientos históricos de un valor incalculable los contactos de Fray Diego de Deza con Cristóbal Colón en el convento de San Esteban de Salamanca, que hicieron posible el descubrimiento de América. El propio Colón confirmaría a su hijo en 1504 que el 'fraile dominico fue causa de que sus Altezas hoviiesen las Indias'.
Otro dominico, Francisco de Vitoria, también en Salamanca -hacia 1534-, dará comienzo al Ius Inter-Gentes, al Derecho Internacional y a los Derechos Humanos.
Otras aportaciónes de altura internacional desde el Reino de León que se pretenden invisibilizar.
Saludos.
Zacut
El etnocidio leonés es tan claro como evidente el victimismo de los leonesistas. No querer admitirlo revela una ceguera seria.
El problema del victimismo no es de razón (que en el caso de los leonesistas la tienen); es de cómo de gestiona esa razón, de cómo se manifiesta, de cómo se vende. El victimismo es, además, señal de mala salud de la colectividad que lo padece.
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