Simplemente voy a copiar la Tribuna del Diario de León del día 11 de marzo, pero no sin antes decir que suscribo lo que en ella se dice. Prometo que las siguientes entradas del Cuaderno de Notas no van a ir dedicadas al leonés...
NICOLÁS BARTOLOMÉ PÉREZ
La realización de un curso de leonés en El Bierzo organizado por la asociación cultural astorgana La Caleya con la colaboración del Consejo Comarcal del Bierzo y de la Academia de la Llingua Asturiana ha puesto muy nerviosos a los grupos del pequeño entramado político-lingüístico que controla el concejal de la ciudad de León Abel Pardo. Parece clara la pretensión de este político nacionalista de que el leonés constituya su coto particular donde nadie, sin su permiso, pueda actuar. Así parece indicarlo también el reciente comunicado con motivo del Día de la Lengua Materna del entorno pretendidamente cultural que se mueve al servicio de la estrategia política del veterano líder de Conceyu Xoven, y donde todas las asociaciones, entidades y personas que trabajan por el leonés sin someterse a sus directrices políticas (Furmientu, Llibros Filandón, La Caleya) aparecen excluidas de la labor de recuperación de la lengua, lo que, bien mirado, constituye todo un honor.
Que La Caleya, una asociación con más de una década de existencia y muy comprometida con la recuperación de los valores culturales leoneses (música popular, tradición oral, lengua), sea quien oferte el curso es de por si una garantía de calidad. Pero la solvencia del curso se la otorga especialmente el profesor que imparte las clases, el filólogo leonés Héctor García Gil que cuenta con experiencia docente, ha realizado investigaciones sobre las hablas leonesas vivas del Bierzo y sobre numerosos aspectos de nuestro patrimonio lingüístico, cuenta con un currículo formativo muy notable y, además, es hablante de leonés. Pero, sobre todo, García Gil es una de las poquísimas personas que puso en marcha a principios de la pasada década el proceso cívico de recuperación del leonés y que lleva muchos años trabajando en esta tarea, no en vano fue el principal promotor de Facendera pola Llingua, con lo que los asistentes al curso se van a encontrar con una persona que aúna rigor, honestidad intelectual y compromiso con el futuro del leonés. En este curso, como ya se ha apuntado, también colabora la Academia de la Llingua Asturiana lo que ha dado pie a una desproporcionada campaña instada directamente por el señor Pardo contra la institución académica cargada de insultos, provocaciones y mentiras. No merece la pena entrar en este insensato juego de diatribas, quienes tienen que recurrir al exabrupto no hacen más que constatar su carencia de argumentos, su bajeza moral y una absoluta falta de educación que resulta muy llamativa en gente que pretende dedicarse a la enseñanza y que se autodenominan profesores. La Academia de la Llingua lleva muchos años colaborando de buena fe con cuantos colectivos leoneses se lo han solicitado, y eso debería de saberlo bien Abel Pardo porque el mismo, de lengua materna castellana, aprendió a hablar leonés en un curso de asturiano avalado por la Academia. El 1991 la UPL contactó con la Academia de la Llingua Asturiana pidiendo ayuda para impartir un curso de lengua «lleunesa» (sic), y la institución lingüística envió un profesor versos materiales educativos, exactamente igual que acontece ahora con el curso de La Caleya, aunque en este caso el profesor es leonés. A aquel curso de asturiano celebrado a principios de 1992 asistieron bastantes leoneses, entre ellos Pardo que adquirió unos conocimientos rudimentarios sobre la lengua que hasta entonces no tenía. Esos conocimientos fueron ampliándose mediante la lectura de literatura asturiana y el estudio de la normativa académica y, así, Pardo superó con éxito los exámenes de asturiano (orales y escritos) que realizaba la Academia en Oviedo por lo que obtuvo el diploma de conocimiento básico de asturiano, algo de lo que en su momento se sintió muy orgulloso como el mismo me manifestó. En 1996 apareció el volumen «Cuentos de Lleón» coordinado por Héctor García Gil con el ánimo de impulsar la creación literaria en leonés y donde se recogían relatos de varios autores leoneses, la mayoría noveles, y donde Abel Pardo publicó dos narraciones en asturiano central en un libro de literatura en leonés sin que nadie se rasgara las vestiduras por ello. Por supuesto los contactos de Abel Pardo con la ALLA fueron durante mucho tiempo muy intensos como él mismo declaró en una entrevista concedida al semanario asturiano «Les Noticies» (edición de 2 de mayo de 1999), y donde realizó una serie de consideraciones muy interesantes: «Una cosa que tenemos muy clara [en Conceyu Xoven] es que leoneses y asturianos hablamos la misma lengua. El problema es que la Academia de la Llingua Asturiana no puede actuar fuera del Principado por cuestiones administrativas y de competencias y ante esto nos encontramos con una desprotección evidente, lo que nos plantea la necesidad de crear instituciones propias que traten todo lo que se refiere a nuestra lengua en León, pero siempre en coordinación con la Academia y con las instituciones mirandesas». Más adelante el señor Pardo Fernández apuntó: «Lo cierto es que en este momento existen dos normativas en nuestro dominio lingüístico [la asturiana y la mirandesa], aunque lo ideal sería que hubiera un solo sistema para todos los hablantes de asturleonés». Para concluir Pardo insistió en que «tenemos unas relaciones cercanas y preferentes con varios colectivos asturianos, e incluso con la propia Academia de la Llingua Asturiana, pero tenemos muy claro que somos dos pueblos que tenemos la misma lengua, que partimos de una misma raíz.»
Probablemente Abel Pardo dejó de cortejar a la Academia en el momento en la institución asturiana no accedió, con buen criterio, a colaborar con él en la creación de algún tipo de entidad lingüística leonesa que supongo querría dirigir el propio Pardo. Esta situación marcó el nacimiento del «llïonés», el producto ideológico-lingüístico elaborado directamente por Abel Pardo sobre la base del asturiano normativo al que le ha añadido algunos elementos del asturleonés occidental y otros aditamentos extraños que han adoptado con la fe del converso los militantes castellano-hablantes de Conceyu Xoven y asociaciones vinculadas. Rápidamente este «llïonés» ha sido elevado por un sector muy minoritario pero radicalizado del leonesismo a la categoría casi sagrada e intocable de símbolo supremo de lo leonés, pero con una funcionalidad que no supera los límites del uso ritual que de él se hace y desconectado de las variedades leonesas de la lengua. Abel Pardo ya ha proclamado que su creación pseudo-filológica es una lengua diferenciada, pero en realidad este político sin ninguna formación lingüística seria no ha hecho más que recrear de forma pésima y artificial (al menos a nivel fonético, morfosintáctico y de conjugación verbal) una variedad lingüística viva como es el asturleonés occidental de tipo A, de acuerdo con la clasificación del asturleonés occidental que en su día hizo el gran lingüista Diego Catalán, y que se habla exclusivamente en Asturias en una amplia zona que abarca los concejos de Cudillero, Pravia o Grado, entre otros. Es decir, quien quiera oír algo parecido a este «llïonés» de voz de hablantes nativos lo encontrará en Asturias no en el Viejo Reino, aunque sus hablantes patrimoniales lo conocen como «asturianu».
Donde la Academia de la Llingua no quiso seguir el juego a Pardo sí que entró la Universidad de León empeñando su prestigio al amparar unos cursos de monitores de «llïonés» realizados a iniciativa de Abel Pardo, cuyas constantes maniobras en nuestra Universidad son bien conocidas. Esos cursos, o lo que sean y que no sé si todavía existen, carecen del más mínimo rigor como reconocieron en su momento responsables de la Universidad, y , por supuesto, no otorgan ninguna titulación oficial universitaria. Los monitores de Abel Pardo exigen la exclusiva de la enseñanza del leonés, aunque nadie les ha concedido esa potestad, y exhiben para ello un supuesto título que no vale más que para mostrar la adscripción de sus poseedores a los dogmas político-lingüísticos del inventor del «llïonés».
Con todo, lo preocupante de todo esto no radica en que este nacionalismo esencialista que representan Abel Pardo y sus leales voceros quieran el monopolio de la enseñanza del leonés o pretendan imponer su visión deturpada de nuestro maltrecho patrimonio lingüístico, lo serio está en que los nacionalismos dogmáticos de esta laya siempre quieren más; ya lo estamos comprobando con su insolente reclamación irredentista de zonas castellanas, gallegas y portuguesas que incluyen sin pudor en su modelo territorial «llïonés», incluso con viajes turísticos a unos imaginados territorios leoneses de Portugal.
NICOLÁS BARTOLOMÉ PÉREZ
La realización de un curso de leonés en El Bierzo organizado por la asociación cultural astorgana La Caleya con la colaboración del Consejo Comarcal del Bierzo y de la Academia de la Llingua Asturiana ha puesto muy nerviosos a los grupos del pequeño entramado político-lingüístico que controla el concejal de la ciudad de León Abel Pardo. Parece clara la pretensión de este político nacionalista de que el leonés constituya su coto particular donde nadie, sin su permiso, pueda actuar. Así parece indicarlo también el reciente comunicado con motivo del Día de la Lengua Materna del entorno pretendidamente cultural que se mueve al servicio de la estrategia política del veterano líder de Conceyu Xoven, y donde todas las asociaciones, entidades y personas que trabajan por el leonés sin someterse a sus directrices políticas (Furmientu, Llibros Filandón, La Caleya) aparecen excluidas de la labor de recuperación de la lengua, lo que, bien mirado, constituye todo un honor.
Que La Caleya, una asociación con más de una década de existencia y muy comprometida con la recuperación de los valores culturales leoneses (música popular, tradición oral, lengua), sea quien oferte el curso es de por si una garantía de calidad. Pero la solvencia del curso se la otorga especialmente el profesor que imparte las clases, el filólogo leonés Héctor García Gil que cuenta con experiencia docente, ha realizado investigaciones sobre las hablas leonesas vivas del Bierzo y sobre numerosos aspectos de nuestro patrimonio lingüístico, cuenta con un currículo formativo muy notable y, además, es hablante de leonés. Pero, sobre todo, García Gil es una de las poquísimas personas que puso en marcha a principios de la pasada década el proceso cívico de recuperación del leonés y que lleva muchos años trabajando en esta tarea, no en vano fue el principal promotor de Facendera pola Llingua, con lo que los asistentes al curso se van a encontrar con una persona que aúna rigor, honestidad intelectual y compromiso con el futuro del leonés. En este curso, como ya se ha apuntado, también colabora la Academia de la Llingua Asturiana lo que ha dado pie a una desproporcionada campaña instada directamente por el señor Pardo contra la institución académica cargada de insultos, provocaciones y mentiras. No merece la pena entrar en este insensato juego de diatribas, quienes tienen que recurrir al exabrupto no hacen más que constatar su carencia de argumentos, su bajeza moral y una absoluta falta de educación que resulta muy llamativa en gente que pretende dedicarse a la enseñanza y que se autodenominan profesores. La Academia de la Llingua lleva muchos años colaborando de buena fe con cuantos colectivos leoneses se lo han solicitado, y eso debería de saberlo bien Abel Pardo porque el mismo, de lengua materna castellana, aprendió a hablar leonés en un curso de asturiano avalado por la Academia. El 1991 la UPL contactó con la Academia de la Llingua Asturiana pidiendo ayuda para impartir un curso de lengua «lleunesa» (sic), y la institución lingüística envió un profesor versos materiales educativos, exactamente igual que acontece ahora con el curso de La Caleya, aunque en este caso el profesor es leonés. A aquel curso de asturiano celebrado a principios de 1992 asistieron bastantes leoneses, entre ellos Pardo que adquirió unos conocimientos rudimentarios sobre la lengua que hasta entonces no tenía. Esos conocimientos fueron ampliándose mediante la lectura de literatura asturiana y el estudio de la normativa académica y, así, Pardo superó con éxito los exámenes de asturiano (orales y escritos) que realizaba la Academia en Oviedo por lo que obtuvo el diploma de conocimiento básico de asturiano, algo de lo que en su momento se sintió muy orgulloso como el mismo me manifestó. En 1996 apareció el volumen «Cuentos de Lleón» coordinado por Héctor García Gil con el ánimo de impulsar la creación literaria en leonés y donde se recogían relatos de varios autores leoneses, la mayoría noveles, y donde Abel Pardo publicó dos narraciones en asturiano central en un libro de literatura en leonés sin que nadie se rasgara las vestiduras por ello. Por supuesto los contactos de Abel Pardo con la ALLA fueron durante mucho tiempo muy intensos como él mismo declaró en una entrevista concedida al semanario asturiano «Les Noticies» (edición de 2 de mayo de 1999), y donde realizó una serie de consideraciones muy interesantes: «Una cosa que tenemos muy clara [en Conceyu Xoven] es que leoneses y asturianos hablamos la misma lengua. El problema es que la Academia de la Llingua Asturiana no puede actuar fuera del Principado por cuestiones administrativas y de competencias y ante esto nos encontramos con una desprotección evidente, lo que nos plantea la necesidad de crear instituciones propias que traten todo lo que se refiere a nuestra lengua en León, pero siempre en coordinación con la Academia y con las instituciones mirandesas». Más adelante el señor Pardo Fernández apuntó: «Lo cierto es que en este momento existen dos normativas en nuestro dominio lingüístico [la asturiana y la mirandesa], aunque lo ideal sería que hubiera un solo sistema para todos los hablantes de asturleonés». Para concluir Pardo insistió en que «tenemos unas relaciones cercanas y preferentes con varios colectivos asturianos, e incluso con la propia Academia de la Llingua Asturiana, pero tenemos muy claro que somos dos pueblos que tenemos la misma lengua, que partimos de una misma raíz.»
Probablemente Abel Pardo dejó de cortejar a la Academia en el momento en la institución asturiana no accedió, con buen criterio, a colaborar con él en la creación de algún tipo de entidad lingüística leonesa que supongo querría dirigir el propio Pardo. Esta situación marcó el nacimiento del «llïonés», el producto ideológico-lingüístico elaborado directamente por Abel Pardo sobre la base del asturiano normativo al que le ha añadido algunos elementos del asturleonés occidental y otros aditamentos extraños que han adoptado con la fe del converso los militantes castellano-hablantes de Conceyu Xoven y asociaciones vinculadas. Rápidamente este «llïonés» ha sido elevado por un sector muy minoritario pero radicalizado del leonesismo a la categoría casi sagrada e intocable de símbolo supremo de lo leonés, pero con una funcionalidad que no supera los límites del uso ritual que de él se hace y desconectado de las variedades leonesas de la lengua. Abel Pardo ya ha proclamado que su creación pseudo-filológica es una lengua diferenciada, pero en realidad este político sin ninguna formación lingüística seria no ha hecho más que recrear de forma pésima y artificial (al menos a nivel fonético, morfosintáctico y de conjugación verbal) una variedad lingüística viva como es el asturleonés occidental de tipo A, de acuerdo con la clasificación del asturleonés occidental que en su día hizo el gran lingüista Diego Catalán, y que se habla exclusivamente en Asturias en una amplia zona que abarca los concejos de Cudillero, Pravia o Grado, entre otros. Es decir, quien quiera oír algo parecido a este «llïonés» de voz de hablantes nativos lo encontrará en Asturias no en el Viejo Reino, aunque sus hablantes patrimoniales lo conocen como «asturianu».
Donde la Academia de la Llingua no quiso seguir el juego a Pardo sí que entró la Universidad de León empeñando su prestigio al amparar unos cursos de monitores de «llïonés» realizados a iniciativa de Abel Pardo, cuyas constantes maniobras en nuestra Universidad son bien conocidas. Esos cursos, o lo que sean y que no sé si todavía existen, carecen del más mínimo rigor como reconocieron en su momento responsables de la Universidad, y , por supuesto, no otorgan ninguna titulación oficial universitaria. Los monitores de Abel Pardo exigen la exclusiva de la enseñanza del leonés, aunque nadie les ha concedido esa potestad, y exhiben para ello un supuesto título que no vale más que para mostrar la adscripción de sus poseedores a los dogmas político-lingüísticos del inventor del «llïonés».
Con todo, lo preocupante de todo esto no radica en que este nacionalismo esencialista que representan Abel Pardo y sus leales voceros quieran el monopolio de la enseñanza del leonés o pretendan imponer su visión deturpada de nuestro maltrecho patrimonio lingüístico, lo serio está en que los nacionalismos dogmáticos de esta laya siempre quieren más; ya lo estamos comprobando con su insolente reclamación irredentista de zonas castellanas, gallegas y portuguesas que incluyen sin pudor en su modelo territorial «llïonés», incluso con viajes turísticos a unos imaginados territorios leoneses de Portugal.
25 comentarios:
Demos gracias a Dios porque siga habiendo leoneses inteligentes y que se atrevan a edcir públicamente las cosas como son.
Lo siento por d. Abel, pero Nicolás Bartolomé dice unas verdades como templos; y ello pese a que D. Abel y sus conceyeiros son los únicos que v-e-r-d-a-d-e-r-a-m-e-n-t-e trabajan por León (nótese la ironía); SI al Leonés, SI a su recuperación y dignificación, pero un ABSOLUTO NO a su utilización como arma política; León es Región y merece la autonomía sin necesidad de utilizar al idioma leonés como arma arrojadiza contra los castellanos y la junta. Leones del Bierzo
El artículo de Nicolás Bartolomé me parece digno de elogio por su claridad y rotundidad a la hora de desenmascarar las patrañas y la manipulación a que se ve sometido el leonés en las manos de Abel Pardo. Como leonés, mi enhorabuena y mi agradecimiento al señor Bartolomé Pérez por su valentía y claridad de ideas.
De cuanto cuenta resulta fácil deducir que la relación de Pardo con la Academia de la Llingua Asturiana es mas bien de amor-odio o yo casi diría que se trata de un amor reñido. Y esto, todo hay que decirlo, me temo que es igual por ambas partes. Es decir, que ese amor reñido es correspondido por la señora Academia. Esto último lo digo como aviso para navegantes: los veis tan peleados, enseñándose las uñas un día sí y otro también pero están deseando unos y otros reconciliarse y llegar a un arreglo, se parecen demasiado, tienen muchas cosas en común (ideología, intereses). Y el día que eso ocurra, algunos que obran con muy buena intención y amplitud de miras se van a sentir estafados como poco.
¿Qué más puedo añadir?
La pena es que D. Abel sigue teniendo apoyo en la UPL.
Me da la impresión que cada vez menos.
¡Alabado sea Dios!
Se ha dicho : "León es Región y merece la autonomía sin necesidad de utilizar al idioma leonés como arma arrojadiza contra los castellanos y la junta."
Totalmente de acuerdo, sobre todo en la primera parte: León es Región y merece la autonomía sin necesidad de utilizar al idioma leonés como arma arrojadiza contra los castellanos....
No lo tengo tan seguro respecto del final:
"..necesidad de utilizar al idioma leonés como arma arrojadiza contra la junta..."
(Sobre todo tras rememorar la ingente cantidad de armamento pesado, no tan pesado, propaganda, guerra psicológica, etc que han usado y que siguen empleando con gran donaire y desparpajo... Y mi memoria alcanza bastantes años.)
Lo que no me quedó claro en la exposición de Bartolomé es por qué está en contra de la Autonomía Leonesa, y así de paso nos aclaraba por qué está en contra de que los leoneses podamos hacer lo mismo que en su día hicieron los asturianos sin necesidad de ninguna tutela.
De todas maneras tampoco sorprende nada de un defensor a ultranza de la ALLA. Tampoco me explica porque la Academia es sólo ASTURIANA y no ASTURLEONESA, ya que de lo segundo sólo se acuerdan cuando les interesa. Vamos que nada nuevo.
Me gustaría que el anterior interviniente nos explicara dónde dice Nicolás Bartolomé que está en contra de la Autonomía Leonesa, porque por más que leo y releo su exposición no encuentro semejante afirmación por ninguna parte. Conozco personalmente a este señor y no me cabe ninguna duda que es partidario de la autonomía para León, lo que no tiene nada raro en un leonés enamorado de su tierra, estudioso y defensor de su cultura.
La Academia de la Llingua asturiana no dice "asturleonés" ni cuando le interesa, de hecho es un término que no les gusta ni más lo mínimo, y hasta a alguno de sus miembros más conspicuos se le ha ocurrido últimamente la disparatada idea de difundir el glotónimo "llingua ástur" para el conjunto del dominio lingüístico. Esta Academia tiene mucho de criticable en su modo de actuar pero curiosamente con ocasión del curso de Ponferrada (organizado por una asociación leonesa y una administración leonesa) me parece que no ha hecho nada reprobable sino todo lo contrario: se le ha solicitado colaboración desde aquí y la ha concedido sin condiciones. Así que para una vez que lo hacen bien me extrañan tantas críticas.
Lo que si que ha llegado a mis oídos es que en la Academia estaban muy extrañados de la actitud de Pardo porque al parecer hacía muy poco que habían estado hablando con él para recomponer las relaciones y colaborar. Mucho me temo que una vez más han caído en la trampa. Y una vez más los responsables de la ALLA han demostrado ser unos ingenuos y unos necios (por empeñarse en andar con malas compañías) y Abel Pardo un perro.
Anónimo, Nicolás no se pronuncia en este artículo ni a favor ni en contra de la autonomía leonesa, sólo sobre prácticas negativas para al recuperación efectiva de la lengua leonesa.
La ALLA es una institución asturiana, ya deberías saberlo, de fomento de una lengua que además de ser la tradicional de Asturias, también lo es de aquí. Sibn embargo, Nicolás tampoco hace defensa alguna de la ALLA (¿Tú has leído el artículo?)
Anónimo leyó el artículo y también las respuestas que no responden a lo que dije. Efectivamente no habla de Autonomía, pero eso de que no habla de la ALLA me hace pensar que el que lo dice sí que no lo leyó.
Bartolomé nunca defendió a León más allá de sus intereses particulares respecto al tema y a su animadversión a Abel.Lo que está claro es que éste último puede ser bueno o malo, pero para pocos resulta indiferente. Y lo que tmpoco tengo claro es si la prioridad es la lengua o la autonomía, y ahorraros el decir que no tienen nada que ver porque la política tiene que ver en casi todo en nuestra vida. Hasta en la calidad del aire que respiramos
Anónimo leyó lo de Bartolomé e incluso vuestros comentarios donde no respondéis a mis dudas. Realmente, tenéis razón, no dice nada sobre leonesismo y es que Bartolomé nunca defendió a León más allá de sus intereses particulares respecto al tema, y ya no digamos al leonesismo sea de Abel o de cualquier otro porque le da igual. De la ALLA sí que habla y mucho(Tailesín ¿lo leíste o ya te lo sabías?) pero tampoco es de extrañar ya que él se define claramente como asturianista(no me refiero a este texto en concreto). Lo que si tenemos claro algunos es que queremos la autonomía y entre lo poco o malo que hagan Abel y CX y la nada de personajes como Bartolomé, no hay lugar a dudas.
Claro me diréis que no tiene nada que ver la cultura con la política, ingenuos. Habría que ver que pasaba si la autonomía fuera Castilla-Asturias con capital en Valladolid, y no les diera la gana de hacer ninguna ALLA, entonces seguro que personajes como Bartolomé o se volverían más beligerantes o una vez más se plegarían al poder establecido.La ALLA se creo por una decisión política de un gobierno autónomo, como política son muchas decisiones de la Xunta de Galicia que también cuentan con el beneplácito de la Junta de CyL, y del Consejo Comarcal. Tampoco os engañéis que no todo es lingüística ya que Bartolomé le tiene más que cariño a Abel. No me preguntéis, que no se por qué, pero me temo que no es una cuestión méramente intelectual.
Suelo constatar cómo en León, en torno al leonés o asturleonés, se reproducen polémicas y enfrentamientos que se dan en otras Comunidades, en especial en Valencia y en cierto modo en Galicia: imposición versus educación, creación de una koiné, una lengua estándar, artificiosa, etc. Lo que me parece lamentable es que en León esas polémicas, peleas, cainismos, resulten tan grotescos. Con una lengua leonesa, o lo que queda de ella, a punto de la extinción, ¿tanto costaría ponerse de acuerdo y ofrecer a los leoneses que lo deseen, la posibilidad de aprendizaje, sin tener que dilucidar en todo momento si nos están metiendo gato por liebre, si la lengua es un invento o nunca existió...? ¿Es tan difícil aceptar, por un lado, la unidad lingüística, y, por otro, que sin "neofalantes" la lengua se extingue? En todos los ámbitos culturales, León tiene decenas de asociaciones, agrupaciones y clubs con muy pocos miembros, que se suelen dividir y subdividir para crear otros grupos y asociaciones, según ha explicado muy bien Callado Cobo en su libro sobre la cultura leonesa, con lo cual, más que pluralidad lo que hay es debilidad, personalismo y un grado no desdeñable de paranoia, lo cual debe de hacer las delicias de quienes quieren vernos divididos.
JM DIEZ
Mira, Anónimo. No veo la relación que hay entre la reivindicación autonómica leonesa y la reivindicación de los derechos lingüísticos de los hablantes de asturleonés. Hacéis una relación unívoca entre ambos que lo único que hace es perjudicar.
Evidentemente una comunidad autónoma leonesa ayudaría muchísimo no sólo a estos hablantes de asturleonés, sino también a los de gallego (¿O no son igualmente leoneses?) pero no hay que ignorar cuáles son nuestras circunstancias actuales y que la desaparición del asturleonés es inminente.
Tampoco entiendo el rollo ese de la intromisión de Asturias y tengo que decir que es falso, que lo estáis utilizando como disculpa para ocultar vuestra verdadera motivación, el no haber sido vosotros los que impartieran el curso en Ponferrada. La asociación que promovió el curso es leonesa, el profesor es leonés, la institución que la apoya también, y Nicolás también.
Raúl Sánchez se presenta como científico y todos conocemos la historia del romance en bable que decía haber recogido en su pueblo y resulta que se lo había INVENTADO.
Antes de referirte a Raul Sánchez podías poner su artículo y así todos lo leemos:
La ignorancia es la madre de todas las calumnias
14/03/2009
LEO CON ESTUPOR en la edición del miércoles del Diario de León una tribuna de opinión del licenciado en Derecho y residente en Asturias, Nicolás Bartolomé Pérez. Es difícil encontrar tantos exabruptos, calumnias y afirmaciones infundadas como en el escrito de alguien con estudios de Derecho metido a filólogo sin conocer ni la realidad cultural ni lingüística leonesa. Es más, creo que como doctor en filología y estudioso del leonés y de otras lenguas minoritarias es mi deber defender al estamento de investigadores-filólogos de los ataques infundados de quien ni es filólogo ni trabaja de modo científico en pos de la conservación y recuperación de la lengua leonesa.
Este señor con estudios de Derecho carga contra aquellas organizaciones y asociaciones culturales de defensa del leonés que no son de su agrado, elevando a unos inciertos y dudosos altares a colectivos prácticamente extintos como la asociación político-nacionalista La Caleya, que bajo su paraguas de cultural tiene entre sus fines la difusión del nacionalismo, tal y como consta oficialmente en el registro de la Junta, o interesados exclusivamente en la divulgación no científica de vocabularios locales, sean en la lengua que sean, como Furmientu. Estos colectivos, el uno prácticamente inactivo desde hace años y revivido ahora desde el norte de la Cordillera Cantábrica con fines estrictamente políticos, el otro sin interés alguno en hacer progresar una norma de la lengua supracomarcal, son ahora rehenes del abogado Bartolomé Pérez, quien no sólo habla en su nombre, sino que me atrevo a decir pretende controlar férreamente desde Oviedo, convirtiéndolas en sus títeres. Ya en un artículo publicado a finales en 2008 en una monografía sobre lenguas minoritarias en una prestigiosa editorial centroeuropea avisaba yo sobre el peligro que corría el ingente trabajo realizado por el leonés en los últimos años a cargo de personajes sin formación específica filológica como Bartolomé Pérez.
Este trabajo ha sido realizado, como allí exponía, en la provincia de León y en la de Zamora por la Asociación Cultural pula Llingua Llïonesa El Fueyu, en El Bierzo por la Asociación Cultural El Toralín y en Salamanca por la Asociación Cultural La Barda. Basta visitar la página web de la primera (www.elfueyu.net) para hacerse una idea equilibrada de la gran cantidad de actividades organizadas solamente por El Fueyu, que van desde la docencia de cursos de adultos en las ciudades más grandes de León y Zamora hasta la publicación libros (como «Cuentos del Sil»), la celebración de jornadas de estudio o la colaboración con la Diputación de León para impartir cursos de Lengua Leonesa.
Todos los que hemos venido colaborando con las organizaciones y asociaciones culturales a las que tanta aversión tiene el jurista afincado en Asturias Bartolomé Pérez somos testigos de primera mano de la alta calidad de la docencia de los cursos desarrollados, así como de su éxito de participación, con más de cien matriculados sólo en los cursos para adultos de la ciudad de León. ¿Por qué critica estos cursos sin haber tomado parte en ellos, viviendo en Asturias y careciendo de la formación filológica necesaria para emitir juicios de opinión?
En especial me corresponde a mí, como doctor en filología y con la experiencia de ser co-responsable del diseño y la preparación de los nuevos títulos de grado de la facultad de filología de la Universidad de Salamanca, certificar que las personas implicadas en el diseño curricular y la docencia tanto de los cursos de adultos como de menores son (somos) personal altamente cualificado, en algunos casos doctores en filología o investigadores con publicaciones internacionales. La bajeza moral y la falta de educación a la que alude este señor es fácilmente aplicable a él mismo, por obrar de mala fe, por un lado, y dar muestras de más absoluto desconocimiento de la realidad formativa y académica de los integrantes de los grupos de trabajo de las asociaciones a las que critica sin motivo alguno.
Son de especial reprobación las malintencionadas referencias a Abel Pardo, concejal de Cultura Leonesa del ayuntamiento de la capital. Haciendo uso de falacias, mentiras y críticas sin fundamento típicas de quienes no son capaces de encontrar argumentos, el señor con estudios en derecho canaliza su odio insultando vilmente a una de las personas que más ha trabajado para mejorar la situación del leonés en los últimos tiempos, Abel Pardo.
Critica usted sin sonrojarse, señor Pérez, la falta de formación en el campo de la filología de Abel Pardo, cuando éste no sólo es Licenciado en Filología por la Universidad de Pisa con un brillante expediente, sino además Diplomado en Estudios Avanzados en Filología Románica, lo que acredita su suficiencia investigadora en este campo. El señor Pardo ha superado dos tribunales universitarios, uno para obtener su Laurea Universitaria en Italia, y otro para obtener la suficiencia investigadora con trabajos sobre la Lengua Leonesa, uno defendido en italiano, que le ha valido el grado de Dottore y otro defendido en leonés por primera vez en la historia.
Yo mismo, y mi condición de doctor en filología y estudioso de la materia me avalan, he podido comprobar en mis encuentros con Abel Pardo su perfecto dominio de los campos referidos a la lengua leonesa, tanto a nivel gramatical como léxico e incluso dialectal, contando Abel Pardo con publicaciones científicas a nivel internacional en alguna de las editoriales más prestigiosas de Europa. Resulta curioso que desde Asturias se nos pretenda hacer creer que el señor Pardo aprendió leonés yendo a clases de «asturiano», cuando el concejal leonés escribe en lengua leonesa desde los catorce años. Y es que hay mentiras que no se las creen ni ustedes. Además, el señor Pérez se inventa una campaña de acoso y derribo a la ALLA, obviando que Pardo ha colaborado más de una vez con esta institución asturiana.
De la misma forma me gustaría recordar que fue Abel Pardo quien dio el empujón definitivo a los cursos de adultos en León, Zamora y Salamanca, quien organiza los días de la lengua leonesa, quien ha llevado el leonés a la calle en multitud de campañas culturales y quien está fomentando en la sociedad de la capital leonesa una actitud sana hacia la lengua propia, el leonés, sin caer en los excesos ultranacionalistas de imposición propios de políticos y organizaciones de otros lares. ¿Pertenece el señor con estudios en derecho a alguno de estos colectivos en Asturias?.
Prueba de que en León y de mano de Abel Pardo se lleva a cabo una política lingüística del más absoluto respeto hacia todos los ciudadanos es la introducción del leonés como actividad extraescolar optativa en los colegios. Ya nos gustaría que en otros sitios siguieran esta actitud respetuosa, coherente y para el leonés altamente fructífera del concejal Abel Pardo.
Pura ponzoña. Como el Raúl este se muerda la lengua, igual se envenena.
"Licenciado en Filología por la Universidad de Pisa".
Jajajajajajajajajajajja
¿Será un artículo humorístico? ¡Cuanta mentira junta!
Como no sea cierto que en los fines de los estatutos de La Caleya figure la difusión del nacionalismo, el amigo Raulín podría ponerlo a güebo (aquí si van bien los puntines) para una demanda judicial.
Publicado en las ediciones digitales de Diario de León, El Bierzo Digital, La Nueva España y Les Noticies.
MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ
Soy uno de los alumnos que está asistiendo al curso de asturleonés organizado por la Asociación Cultural La Caleya en colaboración con el Consejo Comarcal del Bierzo y con la Academia de la Llingua Asturiana en Ponferrada. En éste, no sólo estoy aprendiendo la gramática y uso de esta lengua. También estoy aprendiendo que:
El patrimonio cultural de El Bierzo es rico, y precisa conocimiento, protección y promoción.
Que los hablantes patrimoniales y potenciales de asturleonés y de gallego tienen unos derechos reconocidos, pero aún insatisfechos, por la Constitución Española, el Estatuto de Autonomía de Castilla y León y el Instrumento de Ratificación Español de la Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minorizadas.
Que el patrimonio cultural lingüístico no obedece a ninguna influencia sino a una evolución propia y que no existe contraste cultural, sino continuidad, entre el Bierzo occidental y el oriental.
Que existen profundos, reconocibles y muy antiguos lazos culturales de El Bierzo con el occidente de Asturias, de Zamora y Noreste de Portugal, así como con comarcas como Cepeda, Maragatería, Omaña, Cabrera, Babia o Laciana, no menores que los mejor conocidos con el oriente de Galicia.
Que la consideración de dialecto a un sistema lingüístico como el asturleonés sólo obedece a la intención de desprestigiar unos rasgos culturales frente a otros. En rigor, todas las lenguas son dialectos y ninguna mejor o peor que otras.
Que se pueden emprender iniciativas de recuperación lingüística en aquellas zonas en las que la lengua o su recuerdo están aún vivos, y que en este sentido, El Bierzo y comarcas vecinas son afortunadas. Estas actividades pueden comprender la recuperación de toponimia tradicional, conversar y aprender de nuestros mayores, publicaciones, teatros, etc. Promocionar, en definitiva, nuestra cultura tradicional sin importar etiquetas, prejuicios o banderas.
Que mis compañeros en el curso se pueden convertir también en maestros al compartir con el resto sus conocimientos y recuerdos.
Que es posible escuchar a hablantes patrimoniales de asturleonés de La Baña, de Palacios del Sil, de Furniella, de Cangas del Narcea, Tineo y Somiedo, que los rasgos lingüísticos propios del Alto Bierzo son idénticos a los de Cepeda, y que la lengua asturleonesa es hermosa, con muchos recursos y posibilidades literarias. Hemos escuchado poemas del palaciego Roberto González-Quevedo, de Xuan Bello (con raíces familiares en Borrenes) y Berta Piñán. También hemos trabajado con textos literarios de los leoneses Xosepe Vega y Eva González y los zamoranos Juan Andrés Oria de Rueda y Jose Alfredo Hernández.
Puede que alguien no haya entendido, o no haya querido entender, el papel de apoyo jugado por la Academia de la Llingua Asturiana. Berciano, asturiano, leonés, asturleonés, cepedano, pal.luezu, etc. son distintos nombres regionales o locales de una misma lengua, y desde esta institución asturiana nos han bridado, de forma muy generosa por cierto, material de estudio muy completo que incluye gramática, textos medievales, estudios sociolingüísticos que comprenden El Bierzo y textos literarios. El profesor que ha impartido el curso, el leonés Héctor García Gil, posee un currículo más que completo: licenciado en Filología Hispánica y en Lingüística, Especialidad de Filología Asturiana por la Universidad de Oviedo, doctorando en Filología Hispánica en leonés medieval, traductor y autor de relatos y artículos, con obra de investigación sobre literatura, historia de la lengua y dialectología sobre el asturleonés.
En definitiva, quiero felicitar y agradecer a los organizadores y colaboradores de este curso: El Consejo Comarcal del Bierzo, La Caleya, asociación muy comprometida en la recuperación de la cultura tradicional, y la Academia de la Llingua Asturiana por brindarnos esta oportunidad de conocer y valorar un poco mejor nuestra cultura tradicional.
Yo solo queria decir que a mi si que me deja indiferente, el Abel ese al que no conozco y no sé si me interesa conocer y el Raul este tambien me es indiferente aunque miente cada vez de escribe algo (y va de cientifico, juas, juas...) el articulo anteriormente posteado es para partirse la caja, argumentación falaz y mentira tras mentira desde la licenciatura de Pisa juas, juas hasta el final. Hablar del asturianismo de Nicolas, de verdad lo que se puede decir para defender los cuartos y los votos...
Un saludo.
Y digo yo, ¿A qué viene ese odio?¿Cuál es el problema en que de defienda una posición que dice que el leonés es leonés y el asturiano asturiano?¿Por qué algunos odian tanto lo castellanoleonés y luego son los máximos defensores del asturleonés?¿Por qué no ha habido ni una crítica lingüística y son todo ataques personales?¿Por qué se pone en tela de juicio las titulaciones en materia lingüística de Abel Pardo?
Y ahora la pregunta clave. ¿Si Abel Pardo nunca hubiera sido concejal, hoy se estudiaría leonés en los colegios de León?
El problema de defender la postura de que el leonés es el leonés y el asturiano es el asturiano, es que es una postura acientífica e indefendible. Leonés, asturiano y mirandés son una misma legua,la llames como la llames. Y eso de que lo que se estudia en algún colegio es leonés... es más que discutible.
Vamos a ver... Anónimo, por favor. ¿Podrías explicarme cuáles son las diferencias lingüísticas (no geográficas) entre el leonés y el asturiano?
"¿Por qué algunos odian tanto lo castellanoleonés y luego son los máximos defensores del asturleonés?"
Me parece que estás queriendo mezclar cosas que no tienen nada que ver.
"Castellanoleonés" hace referencia a una supuesta indentidad, que los leoneses, por considerarnos leoneses y no castellanos o castellanoleoneses, rechazamos.
"Asturleonés" es una más de las denominaciones que se le da a una lengua que se habla en determinadas zonas del NO de la península, incluyendo gran parte de Asturias y de León. También se le llama leonés, asturiano, mirandés, etc. Hace referencia a una lengua, no a una identidad. Defender esa denominación de asturleonés, sin menoscabo de las otras, como modo de hacer visible que se trata de la misma lengua, independientemente del territorio donde se hable o de las variedades que tiene, no es ni tiene nada que ver con defender una supuesta identidad asturleonesa. Son cosas que no tienen nada que ver. Porque lengua no es igual a identidad. Si por eso fuera, los leoneses (o los aragoneses, los andaluces o incluso la mayoría de los vascos y los asturianos, entre otros, que hablan en castellano) seríamos castellanos. Y del mismo modo, los leoneses que hablan en gallego no serían leoneses sino gallegos (tal como pretenden algunos que ya sabemos, por cierto).
Así que no mezclemos la velocidad con el tocino. Hacer juegos de palabras con "castellanoleonés" y "asturleonés" es muy fácil. Lo difícil, pero lo más honrado y saludable, es defender y mantener un discurso coherente y fundamentado.
Yo sigo queriendo saber qué diferencias hay entre el leonés y el asturiano...
El "asturismo" de la ALLA y el Abelpardismo concejil tienen disputas sobre su modo de entender "la nuesa llingua". Peru, vraeiramente tenemos que siguir aguantándu estu...Venga oh, el finxu cimeiru ye caltenere la llingua, nun xenerare alderiques ensin xacíu pur quién vai protagonizare y llevase las grorias...
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