Yo no pude asistir por motivos de trabajo, así que os transcribo la noticia tal y como aparece en el Diario de León de hoy. Tan sólo añadir que comparto por completo las opiniones de González-Quevedo, Morala, García Gil, y las asociaciones Facendera y Furmientu.
La Universidad respalda el leonés de los hablantes frente a uno «inventado»
Dos asociaciones defienden la unidad con Asturias y otra de ellas se sitúa en contra
«La politización de la lengua puede llevar al desastre», dijo Roberto González-Quevedo
La jornada de clausura del congreso El leonés en el siglo XXI que ha albergado durante dos días la Universidad de León se celebró ayer con dos conferencias sobre el estado actual de esta lengua autóctona, una mesa redonda con asociaciones en defensa de la llingua y tres intervenciones sobre la normalización y futuro del asturleonés en nuestra región.
Así, Héctor García Gil habló de la realidad lingüística actual de la provincia de León y Juan Carlos González Ferrero de la de Zamora. El primero de ellos se apoyó en los dos estudios sociolingüísticos realizados recientemente por profesores de la Universidad de Oviedo, uno sobre las comarcas del norte leonés y otro sobre toda la provincia. Hizo notar Gil los desajustes e inexactitudes de algunas de estas encuestas pero, por regla general, la «actitud favorable» de la mayoría de la gente hacia el mantenimiento, enseñanza en la escuela y publicación de obras en leonés, pese a su fragmentación de hoy en día y su supervivencia real en dos áreas de la provincia.
Por su parte, González Ferrero trazó un bosquejo muy completo de cómo está el leonés de Zamora, asegurando que hoy, «del leonés histórico se ha pasado a una modalidad regional leonesa del español», señalando que el grado de pérdida de leonesismos es mucho mayor que el de términos gallegos en el área zamorana de este habla (en algunos lugares, de en torno a 65%). Sí es cierto que hay un leonés histórico «recluido» a ámbitos de intimidad en diversos pueblos sanabreses y carballeses, pero «peor punto de partida para salvar el leonés, imposible», reflexionó. Y es que, a su juicio, «lo que languidece es la propia sociedad zamorana, en estos pueblos no hay jóvenes ni niños que puedan aprender de los ancianos». No obstante, el gran volumen de léxico leonés que puede enriquecer el español o la adopción de un estándar leonés como lengua de cultura, prestigiada, podrían ser vías para su pervivencia y utilidad en el siglo XXI.
A continuación, la mesa redonda evidenció dos maneras diferentes de contemplar el leonés: mientras Xosepe Vega (Facendera) y Alfredo Hernández (Furmientu) contemplaron el dominio lingüístico de forma unitaria y apostaron por seguir las normas de la Academia de la Llingua, «con las que se puede escribir perfectamente cualquier variedad leonesa y que se inscribe en una tradición histórica asturiana y leonesa», según Vega; El Fueyu, asociación cercana a Conceyu Xoven, se posicionó a favor de una normativa propia, en algunos casos rupturista con esa tradición. El debate posterior giró en torno a esa polémica. Después intervinieron José Ramón Morala y María Cristina Egido, de la Universidad de León, Julio Borrego, de la de Salamanca, y José Carlos Herreras, de París-Diderot, quienes hablaron sobre la normalización del leonés.
Mantener la cultura pero sin imposiciones
Una de las conclusiones más claras que se desprenden del congreso, aportada por el escritor, filólogo y antropólogo de Palacios del Sil Roberto González-Quevedo, es el hecho de que la gente quiere mantener su cultura pero sin imposiciones. Así, en los lugares en los que se mantienen -de manera natural y viva- variedades de leonés, hay que proteger esa variante concreta «pero sin imposiciones de ningún tipo». «La politización de la lengua nos lleva al desastre», dijo González-Quevedo, recordando que, en Ribasdesil y Laciana, 40 personas han suscrito un manifiesto según el cual quieren que se proteja su fala sin imponer ninguna lengua artificial «para que se respeten las características del habla y las grafías de la zona».
De hecho, José R. Morala mostró ayer cómo algunos escritos procedentes de sectores afines a Conceyu Xoven muestran un leonés «con errores internos», «diferencias forzadas y arbitrarias» y «añadidos gráficos que no tienen una razón de ser desde el punto de vista de la lingüística». «O el leonés enlaza con la realidad de los hablantes o no tiene ningún futuro», dijo.