·La mecánica

Cada una de estas primitivas consolas traía un único juego, aunque con dos modalidades: Game A, o "normal", y Game B, en versión más acelerada y difícil, apta en principio sólo para los más expertos.
Recuerdo que el primer modelo que vi fue en 1º de EGB, allá por 1981, y era el juego en el que se maneja a un buzo rescata-tesoros que tiene que esquivar los tentáculos de un enorme pulpo.
·Cómo surgieron

·Su impacto
En aquellos tiempos de crisis y recesión económica (¿a qué me suena ésto?) sólo los padres con más posibilidades podían regalar uno de estos trastos a sus hijos: por ejemplo, por mucho que insistimos mi hermano y yo, nosotros tardamos años en conseguir una (en una inolvidable visita a Ceuta, por cierto).
Los afortunados compañeros del colegio que contaban con una (o más) se convertían en los más populares, y recuerdo cómo los rodeábamos los demás en el patio o en el autobús sólo por verlos jugar, y si era amigo nuestro, para ver si nos dejaba "echar una partida". El objetivo de todos los niños (y no tan niños) en todas las versiones existentes era "darle la vuelta al marcador", es decir, pasar de 999 puntos, lo que era francamente difícil.

·Descargas de emuladores
Conozco desde hace un tiempo dos sitios de Internet en los que uno se puede descargar varios emuladores de maquinitas: se trata de "Madrigal's Handhels Simulators", y "Game&Watch mania", con descargas en principio para Windows, pero muchas de las cuales se pueden usar en Linux a través del Wine.
·Reflexiones finales
Después de haber jugado de nuevo a algunos de estos emuladores, comprendo que a las nuevas generaciones les puedan parecer monótonos y repetitivos, y sin ningún aliciente estético. Sin embargo, creo que las maquinitas aportaban algo de lo que no éramos muy conscientes en su momento: te forzaban a concentrarte, y a tener ciertos reflejos, por lo que creo que en cierto modo eran muy beneficiosas. No sé qué pensaréis vosotros.