LEONES PASANTES MEDIEVALES EN EL MUSEO DE ASTORGA

13 agosto, 2007

El pasado viernes visité el Museo de Astorga por vez primera. Aunque algunas de las principales piezas se encuentran en Ponferrada para la exposición de Las Edades del Hombre, pude disfrutar de la gran cantidad (y calidad) de obras de arte históricas que allí se alojan. Entre otras, encontré este trozo de tela datada aproximadamente en el siglo XII, y que está expuesta modestamente en una sala dedicada a vestimentas eclesiásticas.

Me parece muy interesante porque los leones tienen la disposición pasante que tanto caracteriza a los signos rodados del Reino. Su estilo parece orientalizante, lo que reafirma mis sospechas de que los notarios y escribanos leoneses se basaron en modelos musulmanes a la hora de dibujar estos animales. Algo semejante ocurre con los leones de San Baudelio que se exponen en el Museo del Prado. Esta influencia oriental es clarísima, por ejemplo, en el último signo dorado que se conoce de Alfonso IX, y que es el que sirve de logotipo a la cabecera de este Cuaderno de Notas. Aquí os dejo uno de los leones de la citada tela, que por cierto viene rotulada como "Tela de la Virgen de la Majestad, s. XII (?)"

LA PERSONALIDAD DE LOS PUEBLOS DE LA CORONA LEONESA SEGÚN LAS CRÓNICAS MEDIEVALES (II)

08 agosto, 2007

Los castellanos
El cronista Jiménez de Rada demuestra sus orígenes navarros y para quién trabaja en este fragmento de su mencionada obra Historia de los Hechos de España: “Los castellanos y los navarros (…) llevando siempre a gala su innata lealtad...”.


No salen tan bien parados en la Historia Compostelana. Hablando de los castellanos, el autor dice: “Y puesto que los he mencionado, no paso por alto su cobardía militar. Ciertamente en tiempos del muy noble rey Alfonso, hijo del rey Fernando, los soldados castellanos se esforzaban mucho en el arte de la guerra y soportaban el peligro y el esfuerzo, y cuanto más frecuentemente se ocupaban de los asuntos militares, tanto más animosos y más rápidamente se precipitaban a las armas (…) Hispania los tenía por los más preclaros y no temía enviarlos como los más valientes a la guerra, pues entonces el rey Alfonso era su caudillo y príncipe y se afanaba por transferirles como muy especiales y queridos herederos el ejemplo de su valor y honradez. Él mismo se lanzaba contra los enemigos el primero, el primero derribaba las filas de los enemigos y animaba a sus soldados a hacer lo mismo, él les enseñaba a ir contra los agarenos y esforzarse valerosamente en el ejercicio militar siguiendo su ejemplo. Pero, muerto el rey Alfonso, que era modelo de honradez y escudo de los castellanos, todo en aquéllos cambió a peor: los castellanos se entregaron a la desidia y a la pereza; el lujo y la codicia destruyó su valentía y el anterior valor quedó oculto por el miedo que se iba apoderando de ellos, y cuanto más os invitaba la necesidad al estrépito de la guerra, tanto más deseaban alejarse del combate y esconderse lo más lejos posible; no se afanaban ni en defender lo suyo, ni en conseguir luchando lo ajeno. (…)En modo alguno latía en ellos el antiguo valor. (…) Les llamaban soldados afeminados (…) pues cedían mil ante quinientos y triunfaban cien ante doscientos.” (págs. 200-201).

“[La reina Urraca] consideraba que los castellanos, que anteriormente eran valientes en el combate y poderosos por su virtud., ahora eran cobardes y no se enardecían casi por ninguna alabanza de honradez” (pág. 202).

“Los castellanos, cobardes e incapacitados para toda clase de guerra, eran enemigos y devastaban por todas partes el reino” (pág. 203).

“Los soldados castellanos (…) en otro tiempo habían aprendido por experiencia con qué impetuosa audacia se dirigían los aragoneses a la guerra, y por ello procuraban apartarse de tan gran esfuerzo. ¡Dios mío! Los valientes caballeros de Castilla ven que los enemigos atacan sus tierras y, aun apoyados en la protección de otros, temen hacerles frente” (págs. 210-211)

“¡Oh, vergüenza! Los castellanos necesitan de fuerzas ajenas y son protegidos por la audacia de los gallegos. ¿Qué será de esos miedosos caballeros cuando el ejército de Galicia, su escudo y protección, se haya marchado?” (pág. 216).


El Poema de Almería dice de los castellanos: “ciudadanos famosos y poderosos durante muchos siglos (…). Entre ellos no existe la pobreza, sino una gran riqueza. Ninguno es mendigo, ni débil o indolente en gran manera; todos son fuertes, seguros en el combate (…) Su lengua suena como tambores. Son muy soberbios, están enorgullecidos con sus riquezas. Las fuerzas de Castilla fueron rebeldes durante siglos (..) [El Emperador] domó a Castilla como a una asnilla, imponiendo nuevos pactos legales a su indómita cerviz (…) Permaneciendo en su valor inquebrantables, la fuerte Castilla avanza a guerras nada entrañables”. Lo de "su lengua suena casi como tambores" lo he puesto en cursiva porque no hay seguridad de cómo traducir el término "tympanotriba": en principio haría referencia a un tipo de tambor, pero el traductor de la Chronica dice que es un término griego que sólo aparece en un texto de Plauto para hablar de un tipo de tambor que sólo tocaban los sacerdotes de Cibeles. Y como estos sacerdotes estaban castrados, el traductor entiende que el autor quería decir "su lengua suena como afeminada", aunque a mi personalmente me parece un argumento demasiado rebuscado.


Por último, el Libro Quinto del Códex Calixtinus define de la siguiente manera a las tierras y hombres de Castilla y Tierra de Campos: "Es una tierra llena de tesoros, de oro, plata, rica en paños y vigorosos caballos, abundante en pan, vino, carne, pescado, leche y miel. Sin embargo, carece de arbolado y está llena de hombres malos y viciosos".

EL HÉROE DEL CERCO DE ZAMORA

09 julio, 2007

El domingo 9 de julio apareció en las páginas centrales de la Revista del Diario de León mi artículo sobre Bellido Dolfos. En realidad es básicamente una suma de los tres artículos que ya publiqué sobre el tema hace tiempo en este Cuaderno de Notas, aunque he añadido algunos datos nuevos y, por supuesto, el tono también ha variado un poco. Aprovecho para informaros de que este verano no podré actualizar casi nada este blog, ni participar en foros, ni en otros proyectos (radio, filandones, asociaciones...) que esperaba poder afrontar en esta época del año. Ah, por cierto, desde el 1 de julio ya no trabajo en Reportero Digital León, así que ya no soy periodista. Bueno, al menos ha sido medio año de lo más interesante. Un saludo a todos.

EL HÉROE DEL CERCO DE ZAMORA

Desde hace siglos, decir “Bellido Dolfos” ha sido sinónimo de traición e ignominia. Ello es debido a que la escasa información que nos ha llegado sobre este personaje nos ha sido transmitida por los cantares de gesta castellanos (y ojo, que este dato es de suma importancia), y la Crónica Najerense. En dichas obras entre otras cosas se nos cuenta la historia de las luchas entre los hermanos Alfonso VI de León y Sancho I de Castilla (conocido hoy incorrectamente como Sancho II) a la muerte de su padre Fernando I (1037-1065). Tras vencer el castellano, la resistencia leonesa se hizo fuerte en Zamora, una de las principales ciudades del Reino. En ella se encontraba Bellido (o Vellido, que tanto da) Dolfos, quien, en confabulación con Urraca (hermana también de Sancho y Alfonso), tras fingir que abandona la ciudad, se pasa a las filas castellanas, y consigue hacerse amigo de Sancho para después matarlo de forma execrable por la espalda, mientras el egregio monarca se encuentra defecando en un lugar apartado. La muerte de Sancho ocurrió el 7 de octubre de 1072.

Gran parte de la historiografía actual, a pesar de que los cantares y la Najerense presentan graves (gravísimos) errores históricos, ha aceptado sin reservas esta tesis, y la ha divulgado con tal éxito que la mayoría de la gente desconoce las demás versiones contenidas en otras crónicas de la época. Sobre la peligrosidad de las “fuentes” castellanas se puede poner un ejemplo muy ilustrativo: en El Cantar del Mío Cid, que todos hemos estudiado en el colegio, se habla de las dos hijas de Rodrigo Díaz de Vivar con los nombres de Doña Elvira y Doña Sol. Sin embargo, sus verdaderos nombres eran Cristina y María, y tuvieron un hermano, Diego, al que jamás se menciona en el Cantar. Esto sólo por poner un ejemplo, porque hay docenas de “errores” similares en lo relativo a personajes, anacronismos, etc. La Crónica Najerense, a finales del siglo XII recogió parte de estos u otros cantares populares, por lo que también heredó varios de sus yerros. Y ésta, junto los cantares, a su vez sirvió de fuente a Alfonso X para sus Crónicas, con lo que los errores se convirtieron en “historia oficial” de la Corona de Castilla y, con el tiempo, de España. Añádase el innegable atractivo literario y romántico del Cantar de Mío Cid y del Cantar del Cerco de Zamora, y la leyenda se convierte en esa Historia indiscutible que se enseña hoy en día en nuestras escuelas. Por poner un paralelismo empleado por una amiga, es como si en un futuro lejano los historiadores estudiasen la época actual únicamente a través de la prensa del corazón.

Pero, afortunadamente, existen otras crónicas medievales, y algunas están más próximas en el tiempo a los hechos que se narran. Por ejemplo, la Historia de los hechos de España de Rodrigo Jiménez de Rada, aunque es una crónica posterior a la Najerense, cuenta lo acontecido en el cerco de Zamora de una forma totalmente diferente. Veamos el pasaje en el que el de Rada narra este episodio:

"Y aparejados los batallones a su mando, [Sancho] atacó la ciudad de Zamora y, luego de rodearla por completo, inició un duro asedio. Pero Arias González, del que he hablado, y los demás asediados se defendían bravamente y el agresor no pudo conseguir lo que pretendía. Mientras se llevaban a cabo los enfrentamientos por uno y otro lado, saliendo de la ciudad un caballero llamado Bellido Ataúlfo, sin pensárselo dos veces atravesó con su lanza al rey que paseaba por el campamento y se volvió a la ciudad con la misma rapidez con que había salido. Mas Rodrigo Díaz el Campeador, llevado por su lealtad al rey muerto, lo persigue al punto y estuvo a pique de darle muerte en las mismas puertas de la ciudad, pero no pudo atajar la velocidad de Bellido. Con la herida perdió el rey Sancho lo que poseía y lo que ambicio­naba, su vida y sus reinos, y surgida una gran confusión en el ejército, se puso fin a la porfía entre asediados y asediadores; y huyendo unos a las claras, otros buscando caminos poco frecuentados, cayeron en las redes de la muerte o del cautiverio"

Curiosamente, no se dice una sola palabra acerca de la traición. Es más, Bellido aparece como un osado caballero al que no le importa arriesgar su vida en solitario para atacar al rey enemigo en medio de su campamento. Además conviene remarcar que Jiménez de Rada no puede ser sospechoso de “leonesismo”: fue un importante personaje de la corte de Alfonso I de Castilla (Alfonso VIII según el uso establecido), y en sus escritos se denota su castellanismo, si bien por lo general suele ser un autor bastante objetivo. Escribe su crónica unos años después del Cantar del Mío Cid, por lo que resulta más significativo que no incluya la versión "cidiana" de la muerte de Sancho.

Un poco anterior en el tiempo, pero también de la primera mitad del siglo XIII, es la "Crónica de España" de Lucas, obispo de Tuy, conocido por lo general como "El Tudense", que se suele datar en el año 1236. Está escrita en latín, pero el siguiente fragmento pertenece a la edición en castellano del siglo XV que publicó Julio Puyol en 1926:

"Mas los çamoranos, no podiendo sofrir el destierro de su señor el rey Alfonso, en ese tiempo porfiaron muy non vencidos, y alçaron sobre sí principe a Arias Gonçalez, que auia criado a essa Vrraca, asi como la noble Urraca auia establecido. Y mientras quel rey Sancho estudiese en essa çerca, salio de essa çibdad vn cauallero de gran osadia, que auia nombre Vellido Arnolfo, que ferio, sin sospecha, de traues a esse rey Sancho con vna lança, el qual rey, llagado con la lança por el pecho, derramó juntamente la vida con la sangre; fuió [huyó] esse cauallero que tan osadamente le ferió, e con arrebatado correr de cauallo se metio en Çamora"

Como podemos ver, esta versión es muy similar a la contenida en la Crónica de Jiménez de Rada. A Bellido se le atribuye una “gran osadía”, y se dice que hiere “osadamente” a Sancho I. Sigue sin hablarse de su fingida amistad con el rey castellano, ni de su traición posterior.

Pero vayamos más atrás en el tiempo: a continuación veamos un fragmento de la llamada Crónica Silense, que es la más próxima a los hechos que se narran, ya que el cerco de Zamora tuvo lugar en el año 1072, y esta crónica se escribió en torno al año 1115.

Semurenses etenim ea tempestate inmobiles permansere; qui profecto Semurenses, Adefonsi regis presidio muniti, repulsam domini sui non ferentes, misso magne audacie milite, dum circumsederet eos, Sancium regem dolo interfecerunt. Qui nimirum ab eo lancea inopinate ex adverso perfosus, vitam pariter cum sanguine fudit. Idem uero qui eum tam audaciter percussit, sicuti consilium fuerat, cursu rapidissimi equi, apertis portis, ab opidanis incolumis receptus est. Sed interempto rege, tunc cerneres ex tanta audacia, tantaque letitia, dispersio quanta, quantaque tristitia in illo tanto tanque nobili exercitu fuerit”. (Edición de Pérez de Urbel y González Ruiz-Zorrilla, Madrid, 1959)

La traducción la ha realizado en su mayor parte D. Maurilio Pérez, catedrático de Latín de la Universidad de León. Margarita Torres, profesora de Historia Medieval de la misma Universidad, ha colaborado con una versión previa, y yo mismo he traducido algún fragmento (si hay algún error, la responsabilidad es exclusivamente mía):

"Entre tanto, los zamoranos permanecieron inmóviles en medio de aquella tempestad. Sin duda estos zamoranos, cuyas defensas habían sido fortificadas con el auxilio del rey Alfonso, al no soportar la derrota de su señor, mataron mediante la astucia al rey Sancho mientras les asediaba gracias al envío de un caballero de gran audacia. En efecto, el rey, inesperadamente atravesado por la espalda con una lanza por él, perdió la vida junto con su sangre. El mismo que lo abatió tan audazmente, según se había planeado, montado en un rapidísimo caballo fue recibido incólume por los ciudadanos, una vez abiertas las puertas de la ciudad. Y, muerto el rey, hubieras podido ver cuánta dispersión y cuánta tristeza hubo en vez de tanta audacia y tanta alegría en aquel ejército tan grande y tan excelente"

Este texto es muy interesante por varias razones: en primer lugar, dice que Alfonso había reforzado las murallas de Zamora, lo que indica que, como Rey de León, era su señor superior, incluso por encima de Urraca, a quien le correspondía el señorío de la ciudad (aunque, por cierto, ni la Crónica Silense ni la de Jiménez de Rada la citan como presente en el cerco). En segundo lugar, que los zamoranos permanecieron fieles a Alfonso (otra posible traducción para "inmobiles" es, precisamente, "fieles"), y que por ello se enfrentaron al usurpador Sancho. Tercero: contra lo que afirma Pérez de Urbel, el cronista simpatiza con Bellido y con los zamoranos: al primero lo califica de "audaz" en dos ocasiones, y está clara la intención irónica cuando el narrador cambia a la segunda persona en la parte final: ese "hubieras podido ver..." parece reflejar una mueca de total ironía por parte del autor ante la desbandada de los asediadores.

En estas tres crónicas, el plan urdido por los zamoranos y ejecutado por Bellido tiene toda la apariencia de las acciones de los comandos del siglo XX: el soldado actúa dentro de las líneas enemigas, da un golpe maestro, y regresa sano y salvo a la base. Como se ve, mucho riesgo, y nada de traición: es un caso singular que un asediado salga en solitario al campamento enemigo, y mucho más que consiga acabar con la vida del rey contr
ario. Con esta acción, Bellido Dolfos consiguió salvar a la ciudad de Zamora del asedio castellano que amenazaba con destruirla, y además dejó el terreno preparado para el regreso del exiliado Alfonso VI, con lo que se recompuso la unidad de la corona leonesa que se había perdido con la división en tres reinos (Galicia/León/Castilla) llevada a cabo por Fernando I. Está claro que Bellido tuvo que ser considerado como un héroe en el reino leonés, si bien es comprensible el odio que suscitó entre los castellanos. Pero, como se suele decir, la Historia la escriben los vencedores, y con el paso del tiempo, al final el reino que consiguió imponerse fue Castilla, y con ella, la versión de los hechos que más le interesaba.

Lo que ya resulta más difícil de comprender es el auto-odio de los zamoranos en relación a este episodio, aunque probablemente responde al mismo hecho: si la historiografía siempre ha dicho que de Zamora salió un traidor, lo más fácil es creerlo e inventarse toda una serie de romances en los que se trata de "limpiar" la imagen de la ciudad. Basta con darse una vuelta hoy en día por Zamora para encontrarse restaurantes, hoteles, institutos, etc. dedicados a la memoria del rey Sancho como si de un héroe o mártir se tratase, lo que no deja de parecer curioso, ya que fue el personaje que casi devastó la población. Por poner un paralelismo, sería como si León le dedicase una calle a Almanzor, a pesar de que prácticamente destruyó la ciudad.

Se puede rastrear documentalmente la existencia real de Bellido Dolfos: según Margarita Torres, que ha elaborado la entrada dedicada a este personaje para el Nuevo Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, fue señor de amplios territorios en Tierra de Campos, y sobrevivió en varios años los acontecimientos del Cerco, de lo que se deduce que no fue mandado descuartizar como afirman los antihistóricos cantares de gesta. Su hijo fue tenente de Zamora y de Toro con posterioridad, lo que no parece precisamente un castigo por la supuesta "traición" de su padre. Afortunadamente, para los realmente interesados en estos temas a veces todavía se conservan fuentes históricas que no han sido tenidas en cuenta, pero que nos permiten atisbar otros ángulos de la Historia medieval. Y es que, aunque una mentira se repita mil veces, no por ello se convertirá en realidad.

Ilustración que hizo mi amigo Alejandro Fernández Giraldo para el artículo. El original es en blanco y negro, aunque yo he cometido el atrevimiento de pintarlo con el Photoshop para sacarlo en este post.

Filandón de presentación del IV Festival Folk de Cabreira

29 junio, 2007

Mañana sábado 30 de junio, a las 21:30 se presentará la cuarta edición del Festival Celta de Cabreira 2007 en el Bar Folk Lusitania, situado en la calle Virgen de Velilla (LEÓN). Actuará el duo TARNA y finalizará con un Filandón, o como se llama en Cabrera, un serano.

El festival sigue fiel a sus comienzos. Tres días de música tradicional en un paisaje tan singular como el que ofrece Cabrera. De los sonidos más tradicionales al folk más contemporáneo. Este año, el festival se traslada a Valdavido (Truchas) y celebrará un fin de semana repleto de sonidos celtas, el 16, 17 y 18 de agosto. "Por cuarto año consecutivo, lucharemos para mantener nuestra cultura y nuestras raíces. Queremos seguir creciendo", afirman desde la organización.

Las novedades irán apareciendo en la web www.festivaldecabreira.es.vg

Os advierto que habrá un representante de la Casa de León de Méjico; es un chico que se llama Enrique Suárez, y he tenido la fortuna de haberlo conocido hoy. Si alguien le deja una gaita, nos deleitará con alguna canción de la tierra (leonesa).

LA PERSONALIDAD DE LOS PUEBLOS DE LA CORONA LEONESA SEGÚN LAS CRÓNICAS MEDIEVALES (I)

19 junio, 2007

A lo largo de la lectura de las distintas crónicas medievales me he ido encontrando pasajes en los que se describe la presunta mentalidad de los pueblos de los distintos territorios de la Corona de León. Y digo “presunta” porque, por supuesto, son opiniones personales del autor de cada crónica, aunque muy posiblemente estas opiniones eran la “vox populi” entre sus paisanos. Es decir, que el origen geográfico o el entorno social de los “historiadores” será determinante.

orona Leonesa:
Aunque ya lo he repetido en varios artículos, por lo general estuvo compuesta por los reinos de León, Galicia, Asturias y Castilla, y por el territorio de la Extremadura (entendida en un sentido amplio como todas las regiones situadas al sur del Duero). A continuación os expongo por origen geográfico las referencias que me he encontrado sobre el carácter de cada pueblo. Que conste que tan sólo reflejo referencias puntuales que me he encontrado, y que por una u otra razón, he apuntado en mis cuadernos de notas.


Gallegos y leoneses

En ocasiones vienen citados juntos, sobre todo cuando el autor de la crónica es castellano. Así en la Historia de los Hechos de España, de Rodrigo Jiménez de Rada, se dice: “(..) y caer al amanecer sobre los leoneses y los gallegos, que estarían desprevenidos, pues aquellas gentes solían pavonearse y ridiculizar a los demás en los momentos de triunfo, y lanzar graves amenazas en los de derrota”. Tan sólo recordar que el autor es de origen navarro, si bien estuvo al servicio de Fernando III.


Las opiniones sobre los gallegos son fáciles de encontrar en la Historia Compostelana, si bien no suelen ser todo lo positivas que cabría esperar. Por ejemplo, se dice: “Pues los gallegos tienen por costumbre el chisme y el dejar caer en los oídos de los príncipes unas veces verdades, otras mentiras” (pág. 251).


“Los hombres de Galicia son chaqueteros y seguidores de la fortuna” (pág. 256).


“Pero, ¿para qué referirse a las costumbres de la mayoría de los gallegos? Son compañeros de la fortuna, se crecen en la prosperidad, en la adversidad se quiebran, un leve soplo los conduce a cualquier parte, consideran la mayor libertad cambiar de señores y rebelarse contra los suyos; siguen al dinero, no a la justicia, y para ellos es pecado que cada uno se contente con lo suyo; están siempre dispuestos a murmurar algo nuevo en los oídos de los poderosos, a criticar y denigrar a sus señores y a sus amigos; el arte de la adulación es bien conocido por ellos; aman el perjurio y la traición.” Aunque el autor añade a continuación: “Pero quisiera haber dicho estas cosas sin ofender a los buenos gallegos”. Según la traductora y editora, esta frase podría ser una interpolación de algún escribano gallego escandalizado por el pasaje anterior. De hecho, el texto continúa así: “Por lo demás, si insistiese en narrar tales costumbres, antes se acabaría el día que la materia” (pág. 256).


Otro pasaje: “(…) algunos que ya habían abandonado al rey niño [Alfonso VII] y se habían pasado a la reina [Urraca], costumbre propia de Galicia” (pág. 257).


“Los gallegos, seguidores como he dicho más arriba de la fortuna (…)” (pág. 258).


“El obispo, porque conocía las costumbre de algunos gallegos, los había unido a sí por medio de un juramento” (pág. 263).


“Oh nefanda traición de Galicia! Aquellos a los que el obispo consideraba muy íntimos, quienes comían con él al mismo tiempo, éstos deseaban con todo su corazón aniquilarle” (pág. 265).


“¡Oh pérfida fidelidad gallega!” (pág. 280).


“Pues hay muchos que se complacen en dañar a otros, aunque no les aproveche a ellos, para impedir el beneficio de los otros. Especialmente lo hacen los gallegos” (pág. 305).


“Pues la gente gallega ansía saber las decisiones secretas de este tipo y pocos entre ellos son los que guardan fielmente lo que se les confía”. (pág. 331).


“Pero ¿quién hay en Galicia amante de la verdad y de lo sagrado? ¿Quién hay allí seguidor de la justicia y de las otras virtudes? Pues allí casi todos, compañeros de la fortuna, siguen lo contrario de las virtudes, pocos son los considerados fieles: No hay nadie que haga el bien, ni uno siquiera (pág. 360).


¿Cómo es posible que en una de las principales obras de la cronística gallega aparezcan estos comentarios tan sumamente desfavorables hacia los gallegos? Pues sencillamente porque esta parte de la Historia Compostelana parece estar compuesta por Giraldo, el eclesiástico de origen francés. Pero en el resto de la obra hay multitud de alabanzas hacia los gallegos: de ellos se dice que “eran valientes en la guerra” (pág.202), y se los suele ensalzar en las hazaña guerreras y en la defensa de la causa de Alfonso VII.


Curiosamente, el Poema de Almería, incluido en la Chronica Adefonsi Imperatoris, al describir el ejército gallego no hace referencia a la idiosincrasia ni a la personalidad de estas gentes (cosa que sí hace con otros ejércitos): tan sólo destaca su número.


El Codex Calixtinus, la guía medieval del Camino de Santiago escrita por el francés Aymeric Picaud, dice que "los gallegos son el pueblo que, entre los demás pueblos incultos de Hispania, más se asemejan a nuestra nación gala, si no fuera porque son muy iracundos y litigiosos". No es descartable que el autor englobe a los leoneses dentro de los gallegos, ya que los pueblos a los que describe anteriormente son los castellanos y los hombres de Tierra de Campos, y aparentemente se salta a los de León.

DESMAYO EN EL AYUNTAMIENTO DE LEÓN

16 junio, 2007

A las 10:20 grabé este vídeo en el Pleno de constitución del nuevo Ayuntamiento de León.



Tenéis la noticia en Reportero Digital León. Yo estaba grabando a Francisco Fernández, quien juraba su cargo como concejal de la corporación municipal, justo antes de que se procediera a la votación que le nombraría alcalde. Había llegado un pelín tarde al Ayuntamiento viejo, por lo que tuve que conformarme con ponerme de frente a los que componían la mesa que controlaba la votación y los nombramientos, pero tenía de espaldas a los políticos que iban saliendo. Todos los demás medios tuvieron más suerte, y podían grabar en la situación inversa, por lo que me imagino que fui el único que pude registrar la escena de frente.

La concejala María Rodríguez García (del PSOE, a la derecha en la imagen), que es la más joven dentro de la nueva corporación, sufrió un desvanecimiento durante la jura de Francisco Fernández, pero, como yo estaba concentrado en grabar a éste último, no me di ni cuenta de lo que había pasado. Al final me enteré por el revuelo que se montó entre los asistentes más próximos, y después pude comprobar que toda la escena del desmayo había quedado grabada en mi cámara.

Tras ser atendida por sus compañeros y asistentes, el pleno de investidura prosiguió con normalidad. Antes de sufrir su desvanecimiento la concejala tuvo un ligero lapsus jurando su cargo "como alcalde" y no como "concejala". Instantes después se desvaneció. El público, comprensivo en estos momentos de tensión, ovacionó a María Rodríguez después de que ésta se recuperara.

El vídeo lo tengo en una calidad muchísimo mayor de la que ofrece YouTube, y así es más gracioso, porque se aprecian mucho mejor los detalles. Toda la escena me ha parecido muy simpática, porque al final fue un susto sin importancia, y por eso he querido compartirlo con los lectores de "Corazón de León".

EL REINO DE LEÓN A MEDIADOS DEL SIGLO XVI SEGÚN AMBROSIO DE MORALES

12 junio, 2007

Hace poco he estado consultando un libro de Ambrosio de Morales, un polifacético humanista del siglo XVI que en 1572 realizó un viaje por distintos reinos del norte de España por mandato de Felipe II. La obra se titula, precisamente, “Viage de Ambrosio de Morales por orden del Rey D. Phelippe II a los Reynos de León, y Galicia y Principado de Asturias para reconocer las reliquias de santos, sepulcros reales y libros manuscritos”, aunque la que he manejado ha sido una edición facsímil de la edición que realizó a su vez el Padre Enrique Flórez en 1765.

Me interesaba hojear este libro por varias razones: en primer lugar, para comprobar qué se entendía por “Reino de León” a mediados del siglo XVI. Y en segundo, sencillamente por si encontraba alguna referencia interesante acerca de León.

Como ya hemos dicho, Ambrosio de Morales escribió este libro por orden de Felipe II, y el autor se toma la molestia de transcribir la real cédula en la que se le transmite el mandato de ir “a las Iglesias y monasterios de los nuestros Reynos de León, Galicia y Principado de Asturias”.

El Índice de la obra divide en territorios las zonas que visitó el erudito, si bien de una forma bastante imprecisa, ya que sigue el orden del viaje, por lo que comienza en el “Reino de León” (el autor salió de Alcalá de Henares), sigue por el “Principado de Asturias”, recorre el “Reino de Galicia”, y regresa por el Bierzo, Astorga, Sanabria y Zamora, aunque no engloba estas localidades bajo ningún epígrafe geográfico. En todo caso, como veremos, a estos últimos los considera territorio del Reino de León.

Estas son las localidades que visitó Ambrosio de Morales en su primera visita al “Reino de León”: Valladolid, Palazuelos, San Isidoro de Dueñas, Villa-Muriel, Palencia, Colegial de Husillos, Santa Cruz de Husillos, Frómista, San Zoil de Carrión, Benevivere, La Vega, Sahagún, San Pedro de Eslonza, Sandoval, León, San Miguel de Escalada, San Toribio de Liébana, Piasca, Naronzo (creo que este nombre lo copié mal), Celorio y San Antolín.

A éstas podríamos añadir las localidades que cita Ambrosio después de visitar Asturias y Galicia: Villafranca del Bierzo, Carracedo, San Andrés de Espinareda, Ponferrada, San Pedro de Montes, Compludo, Astorga, San Martín de Castañeda, Nogales, Benavides, Moreruela, Zamora, Valparaíso, La Espina, Bueso, San Mancio, Matallana, Bamba, Aniago y La Mejorada. Algunas de estas últimas poblaciones se encuentran en la actual provincia de Valladolid.

Como vemos, en el siglo XVI se considera que, ya sea en parte o bien por entero, las actuales provincias de Valladolid, Palencia, León y Zamora pertenecían al Reino de León. En todo caso, nos quedamos sin saber la adscripción de Salamanca, ya que Ambrosio de Morales no pasa por esa provincia, pero si observamos con detenimiento el mapa de la misma época que incluyo al final de la entrada, veremos que en su mayor parte también estaba considerada leonesa, exceptuando una estrecha franja del sur.

En cuanto al Bierzo, éste recibe un tratamiento especial dentro del libro de Ambrosio de Morales. Veamos cómo lo define el propio autor: “El Vierzo es una Región que cae entre Galicia y el Reino de León, y está encerrada entre los dos Puertos de Rabanal acia Castilla, y el Cebrero acia Galicia”. Pero, curiosamente, hacia el final de la obra, cuando hace el recuento de los cuerpos de santos enterrados en los diferentes reinos que ha visitado, concluye diciendo lo siguiente: “También cuento por de Galicia á S. Pedro de Montes, Monasterio de Benitos, aunque es en el Vierzo, que ya es del Reyno de León”. Probablemente hace esta mención tan extraña porque Galicia ocupa el último lugar en este recuento, y anteriormente se le olvidó incluir a este monasterio en el Reino de León. Y es que toda la obra rezuma cierta improvisación y desestructuración, como si Ambrosio hubiera tenido mucha prisa en acabarla.

Como hemos dicho, este recuento de cuerpos santos lo hace agrupándolos por reinos. En el de León, incluye los que se encuentran en León, Sahagún, S. Zoyl de Carrión (Palencia), Villanueva de San Mancio (Valladolid), y Zamora, además del mencionado Monasterio de San Pedro de Montes, que aparece al final del recuento de Galicia.

Como curiosidades anecdóticas, señalaré que de la iglesia de San Marcelo de León dice que la llaman “corruptamente” San Marciel, nombre que aparece en algunos documentos medievales en leonés de San Isidoro; y que al hablar de la tumba de Alfonso VI en Sahagún describe el sarcófago de la siguiente manera: “En medio de la Capilla mayor está enterrado el Rey D. Alonso el VI con harta magestad de sepultura, sobre Leones grandes de alabastro”.

Resulta muy interesante el listado de tumbas regias de San Isidoro de León, porque lo hizo mucho antes de que los franceses devastaran el Panteón. Podéis ver la lista en este archivo PDF. Por cierto, uno de los sarcófagos pertenecía al cadáver de Sancho Garcés III, y una inscripción narraba cómo lo había trasladado su hijo Fernando I desde Oña.


Hispania en la década de los 70 del s. XVI

ALGUNAS CURIOSIDADES DE LA "HISTORIA COMPOSTELANA"

31 mayo, 2007

Ya que el último "Punto de Lectura" ha tratado acerca de esta crónica medieval, os expondré algunas de las muchas curiosidades que me he encontrado en ella.
  • Sobre la lengua. Hay varias referencias de las que se deduce que la lengua que se hablaba en Galicia ya no era el latín. Por ejemplo, en la página 73 de la edición que comenté en el Punto de Lectura, el autor dice "su mayordomo le sirvió (...) en una escudilla de plata uno de los intestinos de aquella vaca que en gallego se llaman "callos" [duplicia pone en el original latino]" Y en la página 78 se dice textualmente: "...la tierra que en nuestra lengua se llama Montaos": el primer autor de la Historia Compostelana es Nuño Alfonso, de probable origen gallego. Es muy reveladora la expresión "en nuestra lengua", porque indica que el autor es consciente de que habla una lengua "propia" diferente del latín. En el mismo sentido, en la página 137 se afirma que "...el propio obispo compostelano y en presencia del rey y de todo el concilio, personalmente y en latín, presentó querella". Si se especifica "y en latín", ello quiere decir que no era la lengua que Diego Gelmírez utilizaba normalmente. Una cosa muy similar ocurre en la página 145, cuando se dice que "presentó en latín ante el Papa una querella". Para finalizar, hay un pasaje donde se habla del euskera (pág. 337): "...un indígena, que conocía la lengua de los vascos...".

  • Sobre las Cruzadas. Ya que el primer Punto de Lectura trataba sobre ellas, comentaré alguna de las referencias que aparecen en la Historia Compostelana. En una carta enviada por el Papa Pascual II (1099-1118) al rey leonés Alfonso VI (1065-1109), el romano pontífice dice "Por ello, velando por tu reino y por las fronteras de tus aliados, hemos prohibido que vuestros soldados, a los cuales hemos visto, vayan a Jerusalén" (pág. 88). Según la traductora (E. Falque), no se puede descartar la traducción "vuestros soldados, por los que nos preocupamos, vayan a Jerusalén". En todo caso, demuestra que Alfonso VI estuvo interesado en las Cruzadas, a pesar de tener a los musulmanes al lado de casa. En el mismo sentido hay otra carta del mismo Papa en la que se afirma "prohibimos a los soldados y a los clérigos de vuestra región que, para ir a Jerusalén, se atrevan a bandonar su iglesia y su provincia, que con tabta frecuencia ataca la ferocidad de los almorávides" (pág. 89). Si Pascual II lo prohíbe, es señal de que había hispanos que lo hacían hasta esa época. Todo esto quedó reflejado en una bula (pág. 146) en la que también se prohíbe ir a Jerusalén a los súbditos de Alfonso VI.
  • Sobre las regiones del reino de Alfonso VII. En distintos momentos de la crónica se enumeran los pueblos de los dominios del Emperador. Aunque en ocasiones el cronista se olvida de algunos (los asturianos, por ejemplo, aparecen mencionados raras veces), en total, estos son los pueblos mencionados en la Historia Compostelana: gallegos, asturianos (a veces figuran como "astures"), leoneses, de Campos, castellanos, y extremeños. Estos últimos no coinciden con los pobladores de la actual Extremadura, sino que la crónica parece referirse a los habitantes al sur del Duero en general. Hay pasajes muy jugosos en los que se emiten opiniones muy subjetivas sobre el carácter de los gallegos y de los castellanos, pero eso lo dejo para un futuro articulín.
  • El límite entre Galicia y León. Se deduce que estaba en las cercanías del castillo de Santa María de Autares (Villafranca), ya que se dice que el dueño de esta fortaleza "podía impedir el paso a todos los que entraban en las montañas de Galicia a través de los desfiladeros de las montañas y los profundos valles" (pág. 218). Este límite viene a coincidir con el que se traza en el Codex Calixtinus.
  • Admiración por Alfonso VI. Uno de los autores dedica un pasaje entero a cantar las alabanzas de este rey leonés, que fue abuelo de Alfonso VII. Entre otras flores, se dice de él que "hostigó las espaldas de sus enemigos", y "se esforzó por construir iglesias". Aunque la mejor parte es en la que dice que "en el gobierno de sus súbditos, aunque era muy poderoso, fue de tanta discreción, sabiduría y humildad que si siquiera describirlo el ingenio humano, en vano podría. Pues no se complacía en su excepcional y elevada posición, sino que él mismo creía en la igualdad de la condición humana" (pág. 153). Me parece de lo mejor que se puede decir de un rey medieval, aunque es un rasgo que debieron compartir muchos de los reyes leoneses, ya que tiempo después, un heredero suyo (Alfonso IX), reunirá en Cortes a representantes elegidos del pueblo llano. Por otro lado, esta semblanza de Alfonso VI concuerda con la presentada en la Crónica Najerense.
  • Seguridad en los caminos. En la Historia Compostelana se describen varios viajes a Francia y a Roma, y de ellos se deduce que la parte peligrosa comenzaba al pasar Sahagún hacia el Este. Por ejemplo, en un pasaje se dice que "el camino de Sahagún hasta Burgos era bastante peligroso y estaba lleno de bandas de ladrones" (pág. 338).
  • Hay muchas otras curiosidades, como que a los sacerdotes les estaba permitido el matrimonio en Hispania antes de la introducción del rito romano, pero las dejaré para que las descubra el lector atento que se sienta atraído por esta Historia Compostelana.

PUNTO DE LECTURA (IV): "Historia Compostelana"

Hoy le toca el turno a la última crónica medieval que he leído. La "Historia Compostelana" es, precisamente, una de las crónicas medievales más atípicas que existen. En primer lugar, porque en lugar de centrarse en los reyes, toda la obra gira entorno a un único personaje: Diego Gelmírez, el obispo de Santiago de Compostela que llegó a conseguir el arzobispado para su sede en el año 1120.

De éste personaje ignoramos la fecha de su nacimiento, pero sabemos que antes de ser nombrado obispo (1 de julio del año 1100), tuvo un papel de cierta relevancia en la corte del rey leonés Alfonso VI (1065-1109), pero será con la reina Urraca (1109-1126) y con su sucesor, Alfonso VII (1126-1157) cuando este gallego cobre toda su importancia.

Pero volviendo a la "Historia Compostelana", otro de los rasgos que la convierte en atípica es su amenidad, ya que está narrada de una manera expositiva más acorde con nuestros gustos actuales que el resto de las, por lo general, áridas crónicas medievales. Se introducen pasajes narrativos, diálogos, discursos, etc. También introduce documentos que aumentan su valor histórico.

La obra fue escrita por gente del entorno de Gelmírez, por lo que no es de extrañar el tono hagiográfico y laudatorio que predomina en ciertas ocasiones, llegando en algunos momentos a extremos bastante llamativos (como cuando se intenta justificar el descarado latrocinio de reliquias portuguesas por parte del obispo).

Sabemos que la Historia tuvo varios autores: Nuño (o Munio) Alfonso; el arcediano Hugo, de origen francés; el maestro Giraldo (o Gerardo), oriundo también de Francia, o, al menos, de origen no gallego; un tal Pedro, del que no sabemos nada; y se sospecha que hubo un quinto autor desconocido. Curiosamente, a pesar de ejercer importantes cargos eclesiásticos en Galicia, algunos de ellos demuestran un profundo desprecio por los gallegos.

Como es lógico por la cantidad de autores, la Historia Compostelana se hizo de varias veces. Se sospecha que la comenzó a redactar Nuño Alfonso en el año 1107, y que se finalizó algo después de 1140, aunque la obra quedó inconclusa. Desgraciadamente, no nos ha llegado ninguna copia coetánea, y la primera de la que disponemos data del siglo XIII.

La edición que poseo es de Akal Ediciones, tiene 648 páginas, y ha sido traducida y anotada por Emma Falque, doctora en Filología Clásica por la Universidad de Sevilla, y profesora titular de Filología Latina. La traducción parece de buena calidad, si bien adolece de algunos defectines, como la parquedad en el uso de los signos de puntuación (da la impresión de que no conoce el uso del punto y coma ni los dos puntos), y como traducir "Hispania" como "España", o llamar "Viadangos" al lugar de una batalla en vez de Villadangos. También es un error que en ocasiones denomine "rey de Castilla" o "castellano" a Alfonso VII, pero es una equivocación harto extendida.

Como colofón, os recomendaría la lectura de esta obra si alguna vez queréis aproximaros a las crónicas medievales, porque su lenguaje ameno y directo la convierte en accesible para todo el mundo.

"EL LEÓN PASANTE"; MI OTRO BLOG

28 mayo, 2007

Se me había olvidado hablar de mi otro blog: se llama "El León Pasante", y lo tengo alojado en Periodista Digital. En él escribo los artículos más relacionados con política, y los que no quiero insertar en Corazón de León. Como muestra, os incluyo la última entrada, titulada "Impresiones post-electorales".

Una vez pasado el lío de las votaciones, avances informativos, escrutinios, etc., llega la hora del balance. Por supuesto, ningún partido reconocerá haber perdido (salvo, tal vez, Izquierda Unida), y, como siempre, todos habrán ganado. En el caso leonés, el panorama es de lo más variopinto: el PSOE saca mayoría simple en el ayuntamiento de la capital, y consigue empatar con el PP en número de diputados provinciales. Sin embargo, el PP afianza su mayoría absoluta en Ponferrada, y Silván logra mantener el número de procuradores de la anterior convocatoria. Pero me gustaría centrarme en el papel de la UPL.

A primera vista, podría decirse que son los ganadores: de los leonesistas depende quién gobierne en la ciudad de León y en la Diputación; y, seguramente, en el Consejo Comarcal del Bierzo, el Ayuntamiento de Astorga, y toda una constelación de municipios. Además, la UPL conserva sus dos procuradores en las Cortes autonómicas a pesar de la expulsión de Rodríguez de Francisco.

Sin embargo, hay un hecho que debería preocupar mucho a este partido: en las elecciones autonómicas han tenido 20.000 votos menos, lo que representa que ha perdido la confianza de más de un 30% de los votantes de la anterior convocatoria. Por suerte para ellos, la Ley D'Hont les permite conservar los mencionados dos procuradores, pero deberían reflexionar sobre las implicaciones de esa masiva pérdida de votos.

De esos 20.000 sufragios "fugados", tan sólo 3.000 corresponden a la provincia zamorana, donde al parecer varios ediles de la UPL se han pasado a otros partidos, y han arrastrado también los votos autonómicos consigo. Los 17.000 restantes los han perdido en la provincia de León.

Una cosa curiosa es que en la provincia leonesa la UPL sólo ha perdido un concejal respecto al total alcanzado en el 2003 (178 frente a 179), lo que parece indicar que en las anteriores elecciones hubo un importante número de personas que, a pesar de votar a otros partidos en los municipios, luego optaron por la UPL en las papeletas autonómicas. Eso no ha ocurrido en estas elecciones, y los dirigentes de la UPL deberían reflexionar sobre qué es lo que falla, porque es una dinámica que podría agravarse en futuras convocatorias.