«Zamora debería aglutinar toda la cultura tradicional leonesista»
«El famoso tema del Cerco de Zamora y los Romances es una construcción mentirosa y centralista»
JOSÉ MARÍA SADIA
El responsable del comité organizador del congreso sobre antropología que se celebrará en la Fundación Rei Afonso Henriques, José Luis Alonso Ponga, reparte elogios —«Zamora se merece este congreso y mucho más»— y críticas constructivas hacia esta tierra. «Los zamoranos desconocen su historia». En las siguientes líneas, desgrana una ínfima parte de la cultura y el pensamiento que atesora, fruto de su dilatada y activa carrera profesional.
—Ha dicho que el Museo Etnográfico es el mejor de España, ¿qué importancia le concede a este tipo de infraestructuras culturales?
—Es un museo necesario. Los museos etnográficos tienen un valor incalculable. Por un lado, es un contenedor que recoge las manifestaciones de cultura tradicional. Por lo tanto, es un puente sin el cual no podríamos conocer todo lo anterior. Pero es que además es que el Etnográfico deviene histórico. Estamos recogiendo modelos de vida que nos ayudan a entender esa sociedad, por eso debería ser el que estuviera más primado de todos. Por otro lado, a través del museo estamos haciendo entrar en la historia elementos populares que hasta ahora ni se soñaban. Todo esto es la base de la identidad.
—Dice que debería estar primado, pero hay una lucha constante entre las instituciones y los museos por la financiación…
—Nos encontramos inmersos en una crisis económica tremenda, y la financiación ha descendido en todo. No obstante, el Etnográfico de Zamora siempre ha sido ojo derecho de la Junta, me da la impresión. Además, si es el ojo derecho es porque se lo merece. Es un museo del siglo XXI que trata de recoger, estudiar, conservar y poner en valor objetos. Sobre todo, y es lo que a mí más me interesa, crea discursos que nos permiten entender la pluralidad de la vida cotidiana.
—¿Cree que Zamora es una digna sede para el Etnográfico?
Sí, pero voy a decir otra cosa: La mayor representatividad es de las provincias del Reino de León. Quizá, Zamora debería tomar más conciencia de esta importancia, debería ponerlo más en valor y que todo el mundo se entere más de lo que tenemos. Es la ciudad y la provincia que debe aglutinar toda la región leonesa desde el punto de vista de la cultura tradicional. Y además de esto, Zamora tendría que decir de una vez: ¡La frontera portuguesa no separa!
—De sus palabras se desprende, una falta de conciencia de la identidad cultural. ¿Desconocen los zamoranos su pasado?
—Yo estoy seguro de que sí. Los zamoranos conocen un pasado oficial, como los leoneses y los salmantinos, que, últimamente, están imbuidos por unas ciertas teorías hegemónicas que tampoco son válidas. Deben ahondar más en sus propias raíces. El famoso tema del Cerco de Zamora y los Romances son una construcción mentirosa de un centralismo en un momento dado. Bellido Dolfos nunca es un traidor, está al servicio de una causa y ya está.
—Por cierto, ¿está enterado de la rehabilitación que se pretende de la figura de Dolfos?
—Sí, el cambio del Postigo de la Traición por el de la Lealtad. Y en Valladolid un periodista escribió que eso de que Bellido Dolfos era un defensor del Reino de León era mentira, que él defendía lo suyo. Yo digo, claro, él mismo, el escritor, defiende «lo suyo». Todo el mundo defiende lo suyo. Como la frase lapidaria que dice: «Cada uno a su interés, menos yo que voy al mío».
—¿Están engañados los zamoranos con respecto del Cerco?
—Yo no soy medievalista, pero nadie ha estudiado todavía cómo y cuándo se han generado estos mitos «antizamoranos».
—¿Antizamoranos…?
—Obviamente. Yo recuerdo, cuando era pequeño, aquello de «Yo vos reto, zamoranos, por fementidos traidores…» ¿Quién se inventa la mentira de la Afrenta de Corpes por los Infantes de Carrión? Son estudios que hay que retomar. Lo hemos metido todo en un saco. Hay que empezar a decir cuándo se construye esto y quién lo hace.
—Ha hablado uno de los mitos más presentes en la sociedad zamorana. ¿Qué otros, de los que nos afectan, saldrán a debate en el congreso?
—Habría que hablar del mito de la fundación de la Comunidad Autónoma, que tuvo lugar en 1982. El Reino de Castilla y el Reino de León eran otra cosa que no tienen nada que ver. Jamás ha habido unas fronteras de Castilla y León, como se nos quiere hacer ver ahora. Aquí se ha hecho un discurso historicista sesgado, en lugar de hacer uno único, que es el válido. A partir de ahí, será tiempo de ver lo qué hicieron o lo que no hicieron Isabel la Católica o el Cid por estas nueve provincias.
—¿Hemos inventado una Comunidad, entonces?
—Evidentemente. Si hay alguien capaz de demostrar en qué momento Castilla y León tiene esta frontera, que me lo diga.
—¿Ahí radica uno de los principales problemas?
—Para mí, el principal problema es que no se ha creado una identidad real. Quizá, sí que seguimos poner siete llaves al arca del Cid. Por cierto, me parece fabuloso el culto a este personaje como motor de cultura y patrimonio. Lo mismo que debería hacerse de Bellido Dolfos, pero dentro de la Comunidad. Hasta que no seamos conscientes de que somos una Comunidad formada por regiones, provincias y comarcas, y como intentemos dinamitarlas pensando en un hipotético futuro de centralismo, esto no dará resultado nunca. Lo importante es la riqueza.
«Carlos Piñel y Joaquín Díaz son los más importantes recopiladores actuales»
El antropólogo está de acuerdo en que Zamora ha contado con a la altura de su propia cultura tradicional. «El padre César Morán es uno de los más importantes recuperadores de tres grandes provincias del Reino de León. Y obviamente, Cortés Vázquez. Después, los actuales, lógicamente Joaquín Díaz y Carlos Piñel. Pero además Bajo Duero, Miguel Manzano…» cita Alonso Ponga, quien aclara que la investigación de la cultura tradicional «hay que hacerla con dignidad y seriedad, desde una formación académica». El organizador del congreso de la FRAH insiste en que «no todo el mundo, porque le haya contado la abuela el cuento, es capaz de hacer la historia sobre el cuento».
Además, Alonso Ponga defiende que «el antropólogo analiza, no se mete en valorar». El leonés asegura que «la historia, la religión y la literatura son fuentes en las que podemos encontrar todo para argumentar todo», para concluir que «a mí, como antropólogo, en la fundación de mitos, me interesa cómo se crean, no si son verdad o mentira», porque, según recuerda Alonso Ponga citando a Machado: «También la verdad se inventa».