La semana pasada lo estaba leyendo Borja, un interno de 4º de Diversificación, por lo que cuando lo acabó y me dijo que le había emocionado, aproveché para pedírselo prestado picado por la curiosidad. Comencé a leerlo este último lunes, y a pesar de estar en temporada de exámenes parciales, lo acabé ayer por la noche.
No sé muy bien qué decir de esta novela, aparte de que me ha impactado. En cualquier caso, me produce una gran satisfacción comprobar que no todos los éxitos de ventas carecen de calidad literaria o, ahora que está tan de moda la novela histórica, de un mínimo de rigor histórico.
Este libro ha sido y está siendo un éxito de ventas por méritos propios, en el que ha funcionado mucho el boca a boca, ya que los medios de comunicación sólo le prestaron atención una vez que se había convertido en un fenómeno de masas. Por desgracia, es muy diferente la situación con "El Mundo sin Fin", pretendida segunda parte de "Los Pilares de la Tierra", al que los medios ya se habían encargado de convertir en un "best-seller" mucho antes de que saliera a la venta, a pesar de que, en mi humilde opinión, la calidad literaria e histórica de Ken Follet deja muchísimo que desear (todavía recuerdo horrorizado esa escena de "Los Pilares" en la que a unos recién casados del s. XII les arrojan ¡¡maíz!!, siglos antes de que se descubriera América).
Volviendo al libro de Zafón, hay que reconocer que es muy difícil resumir el argumento sin reventar algunas de las "sorpresas", por lo que me limitaré a decir que trata de un niño que en plena posguerra se encuentra con una novela, "La Sombra del Tiempo", la cual le causa tan profunda impresión, que con el tiempo decide investigar acerca de Julián Carax, el casi desconocido autor. Esta investigación le lleva a recorrer la Barcelona de entonces, descubriendo una plétora de personajes e historias que dejan boquiabierto y emocionado al lector. Muchos de los protagonistas y algunos de los laberínticos episodios tienen un sabor borgiano, e incluso en ocasiones recuerdan a Umberto Eco. Los pasajes más oscuros, sin embargo, tienen ecos lovecraftianos, y provocan un suspense gótico, en el que uno se encuentra esperando a cada momento la aparición de lo sobrenatural. Sin embargo, Zafón goza de un estilo peculiar y muy personal que le honra, con el que consigue salir airoso hasta en las escenas más trepidantes y escabrosas, a diferencia de algunos de los autores mencionados.
Concluiré diciendo que, a pesar de que las tramas y la cohorte de personajes constituyen un laberinto de bastante complejidad, el autor ejerce de Ariadna de una manera magistral, y evita que nos perdamos entre los diversos episodios y nombres, guiándonos con delicadeza y sabiduría.
En definitiva, un libro que os recomiendo encarecidamente, y que creo que no decepcionará a nadie, aunque se acerque con demasiadas expectativas.