He de reconocer que mis conocimientos sobre lucha leonesa son muy básicos, y que tan sólo luché un par de veces en las fiestas de Valdelafuente cuando era un guaje (y, para ser honestos, he de reconocer que perdí todas las veces). Aunque he escuchado testimonios en Ponferrada de que hace unas décadas todavía se luchaba entre los rapaces, hasta hoy desconocía que este tipo de lucha se hubiera practicado en Zamora. Sin embargo, en el foro público de la asociación zamorana Furmientu ha comenzado una interesantísima línea de debate sobre este deporte en esas tierras hermanas. Todo comenzó cuando José Alfredo Hernández introdujo el siguiente artículo de José Herrarte titulado "La Lucha", que se publicó en el nº 22 de "Zamora Ilustrada. Revista Literaria Semanal", el 3 de agosto de 1881:
(...) es "la lucha" de Alcañices verdadero pugilato cuerpo á cuerpo entre dos personas, cuyo vitor obtiene el que consigue derribar al suelo á su rival, asentándose en él las espaldas ó parte posterior del cuerpo.Ante tan interesante y antiguo artículo, en el foro intervino Antonio Ramos:
Se verifican de un modo solenme dos veces al año que son los dias 1º de Mayo y 21 de Setiembre ó dia de San Mateo; tiene lugar en la era ante un concurso numeroso, formando corro y presidido casi siempre por el Alcalde. La práctica es que los mozos de "la villa" sostengan la competencia contra todos los forasteros que se presenten y que se dé comienzo, como es natural, por los más débiles, prosiguiendo por los fuertes y más adiestrados (...)
Despojados de las ropas, ó quedando sólo con el calzón y camisa, cada contendiente sostiene la lucha con todos los que vayan saliendo hasta quedar vencido, en cuyo caso se retira, haciendo lo propio el nuevo vencedor, y así sucesivamente hasta quedarse el último sin competidor y por "amo del corro".
Excusado es decir que el público toma una parte muy activa en todas las peripecias de la lucha, y que se promueven á veces cuestiones acaloradas por si en tal
caida se pasó o no la costura del calzón, ó si fué ó no verdadera lucha por los efectos de la ley. Es de oir, sobre todo, las exclamaciones de los amigos, parientes ó convecinos de los atletas excitándolos o animándolos á la pelea, tales como aquella de "Tirate á tener corazón de llobo" "agarrate á la curreya" y otras tan expontáneas en aquellas sencillas gentes como á propósito para producir la hilaridad, la risa del espectador indiferente. El triunfo se celebra con grande gritería tirando monteras y sombreros al alto y diciendo "vitor por los de la villa ó vitor por los de tal pueblo"
Recuerdo de pequeñu n’Almeida, que los niños teníamos competiciones de “lucha” dentro del programa de fiestas de San Roque. Facíase xunta la igresia después del rosariu, onde estaban los culumpios (el suelo yera d’arena de ríu) y había premios del conceyu. Nun séi si daquellu yera “lucha leonesa” o dalgu mui parecíu, peru m’alcuerdo que mos ataban un cinturón de cueiro na cintura que llevaban los que l’organizaban. Llueu yá nun se fizo más y agora cuido que nun hai nada d’esu.José Alfredo tiró de bibliografía más reciente, y citó el libro "Juegos tradicionales sayagueses" de Juan Antonio Panero (2007):
"Echar una vuelta": Es una variante de la lucha leonesa, sin reglas fijas. No se utiliza cinturón para sujetar al contrario ni tampoco se impone el tocar en el suelo, como en aquella. Es un juego mucho más libre. Admite todo tipo de llaves y estrategias en el derribo, y la precisa sujección e inmovilización del contrario.Sin embargo, Antonio contradice a este autor y afirma que sí que se utilizaba cinturón de cuero. Dijo textualmente: "Yo no sé si aquello era lucha leonesa o no, pero lo llamábamos “lucha”, ni vueltas ni nada parecido. Y sólo lo he visto practicar a niños, nunca a mayores".
Se utilizaba como juego y, muchas veces, para dirimir una discusión, a modo de torneo, en el que el vencedor tendría la razón (...)
Jugadores: Generalmente por parejas, también pueden formarse pequeños equipos que se ayudan entre sí. Sólo varones de cualquier edad.
Lugar: Valle o arenal con el fin de amortiguar las caídas
Reglas de juego: Sin formulismos, cada cual se agarra del contrario como puede, con el fin de derribarlo y dejarlo debajo, empleando para ello toda suerte de artes y mañas. Entre ellas está la zancadilla, levantar al adversario para hacerle perder tierra y equilibrio, cogerle por las piernas, etc.
Una vez que está en el suelo, el que está debajo intenta resarcirse, cambiar la suerte de la lucha intentando darle la vuelta al de arriba, para lo que empleará contrallaves y movimientos precisos.
El de arriba evitará esos intentos y tratará de dejarlo inmovilizado. Cuando así sea, el vencido ha de reconocer su derrota y dirá "me doy por vencido". Esta decisión puede tomarla también el árbitro o espectadores cuando aprecien la notable desventaja entre ambos y la supremacía del vencedor.
(1) En Sayagu los valles son los terrenos del común que quedan entre las cortinas y que son zonas de pación, de pastiar.
También de la zona de Sayago Alfredo sacó este otro testimonio del libro "Sayago...al otro lado de la leyenda" de R. M. Carnero (1985):
“La víspera (de San Roque) se celebraban también en otros tiempos, "las vueltas", una especie de lucha grecorromana o leonesa (...). Para celebrar esta demostración deportiva, se reunían los mozos de los pueblos limítrofes con los lugareños diciendo:”vamos a las vueltas de la Muga”. La lucha sólo se desarrollaba a base de desafíos para ver quién era el Gallito. Se trataba de una lucha limpia y deportiva en la que imperaba la amistad del principio al fin, y después de concluida, aunque ganase un forastero. El único galardón que recibía el ganador era el de "Gallito". Esta manifestación desapareció hace unos sesenta y cinco años.”Pero, por lo visto este tipo de lucha también se practicó en Miranda do Douro (Portugal), ya que Alfredo citó el libro "Jogos tradicionais mirandeses", de Hermíni Augusto Bernardo, concretamente el capítulo "Jogos que praticaram pastores e boeiros nos prados":
"Luta"En realidad, no es tan extraño que los aluches se practicaran en otras provincias al Sur de León, ya que, al ser un deporte eminentemente pastoril, por fuerza hubo de acompañar a los pastores trashumantes en sus periódicas emigraciones de ida y vuelta a Extremadura. De hecho, no me extrañaría que en provincias como Salamanca o Cáceres se conserven testimonios de estas luchas, aunque al parecer no se han conservado con la fuerza y el dinamismo con que perdura en León.
Jogadores: Os adultos (...) recorrem frequentemente a fórmulas para ver "angarrar" dois garotos de tenra idade: basta incitálos a que um toque com o dedo molhado na cara do outro, ou, que um empurre o outro. O jogo da luta corpo a corpo conheceu, outrora, em
algumas terras do nordeste transmontano uma prática muito apreciada pelos moços, de tal modo que se promoviam frequentemente torneios entre as mocidades de algumas aldeias, disputados em currais com palha. O sentido da luta cobre, ainda, o comportamento de algumas "mocidades" quando em festas e romarias da regiao, fazem valer os seus pergaminhos, de uniao e de força, perante outras vizinhas. Era assim na festa em honra da Santíssima Trindade, em Fonte de Aldeia, onde estes moços, os de Sendim e os de Prado Gatao, se envolviam, em tira-teimas que davam, frequentemente, en zaragata.
Lugar: Em locais onde haja erva. Nas povoaçoes praticava-se onde houvesse palha, areia, ou terra mais branda.
Regras: Esta variante tem, na maneira dos concurrentes se agarrarem, a norma básica: devem abraçar-se, isto é, cruzar os braços, um com o outro, no momento do encontro corpo a corpo. Isto dá justeza à luta, porque é sabido que ao lutar, colocar os dois braços por baixo dos de outro participante dá, reconhecidamente, vantagem àquele.
Combinando força, destreza, e, agora, também habilidade, é preciso que um concorrente deite ao chao (sí, "chao" significa "suelo" en portugués. N. de R. Chao) o outro, mas para ser considerado vencedor terá ainda que o "fazer cair de costas" ou, entao, já no chao, qualquer que seja a posiçao, conseguir "assentá-lo" de costas. Hai situaçoes em que o que caiu de baixo, cansado, pode "dar-se por vencido".
Para los que no hayáis visto nunca un corro de aluches, os dejo un vídeo de ejemplo en el que mi primo Pedro Llamas se enfrenta a Héctor García en un hermoso y vistoso combate.