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LAS ANTÍPODAS LEONESAS

01 enero, 2013

Antes de nada, aprovechar la ocasión para felicitaros el nuevo año 2013. Ayer publicaron en Microsiervos un breve pero muy interesante artículo sobre las (o los) antípodas, ya sabéis, el lugar de la Tierra situado en el punto diametralmente opuesto a nuestra posición. Llama la atención que muchas veces no somos conscientes del hecho de que el planeta está cubierto por agua en más del 70% de su superficie, ya que ello supone que en realidad muy pocos lugares tienen antípodas terrestres. Veamos el mapamundi de las antípodas de la Wikipedia y fijémonos un poco en la Península Ibérica: 


Se ve claramente que nos corresponde Nueva Zelanda, y que el resto de Europa no tiene antípodas terrestres. Pero no toda la Península tiene antípodas, aunque sí la zona que nos interesa: el cuadrante Noroeste, al que le toca Te Wai Pounamula, la Isla Sur de Nueva Zelanda. Usando el Antipodes Map, y centrándonos en nuestra región, comprobamos que la provincia de León sólo tiene en su parte más occidental y sur:


Si vamos más al este de esta zona, o más al norte, acabaríamos en el mar (hay que recordar que hay que pensar "al revés" en el caso de Nueva Zelanda). En todo caso, la mayor parte de las comarcas del Bierzo, Ancares y Cabreira tienen sus propias antípodas, así como un buen trozo de Maragatería y Valdería. Curiosamente, la zona de los petroglifos sí que tiene: veamos el caso de Chana de Somoza, uno de mis pueblos favoritos de la zona:


Tal y como me informa Tere, "las antípodas leonesas están muy cerca de las localizaciones donde se rodaron las escenas de Edoras, Rohan y las almenaras, de las películas de El Señor de los Anillos. la zona se llama Marlborough y es muy agreste, el paisaje es impresionante. No es de los lugares más famosos de Nueva Zelanda, y no tiene ningún parque natural, aunque está cerca de varios. Debe ser zona de pastos, porque es donde está la granja más grande de todo el país". Las antípodas exactas de los petroglifos "son una pequeña ciudad llamada Kaikoura, un sitio muy popular para el avistamiento de ballenas y delfines".

Las antípodas de Ponferrada: 


La situación se repite en el caso de la provincia de Zamora: sólo tienen antípodas las zonas más occidentales. Se da la coincidencia de que el Embalse de Ricobayo coincide con el lago Grassmere


La provincia de Salamanca gran parte cae en el mar, y sólo la parte occidental coincide con el extremo norte de la Isla Sur:


Y, como curiosidad final, éstas son las antípodas de Miranda de l Douro:


Si os queréis ir de vacaciones a las antípodas, podéis comenzar echando una ojeada a esta página

23 DE ABRIL EN EL REINO DE LEÓN, Y OTRA LEYENDA LEONESA DE CÁCERES

23 abril, 2012

Hoy, 23 de abril, es un día importante para el reino de León. Y lo es porque hace 783 años Alfonso IX consiguió lo que ansiaba desde hacía mucho tiempo: tomar la fortificada y magnífica ciudad de Cáceres, que le abría las puertas para conquistar la actual Extremadura y llegar hasta Sevilla, que era el teórico punto máximo de extensión del reino. La importancia estratégica de la ciudad quedó de manifiesto cuando a continuación el monarca leonés se hizo en rápida sucesión con Mérida, Badajoz y otras villas de menor tamaño.

Las antiguas murallas de tapial de Cáceres de época almohade.
Cáceres ya había estado en manos portuguesas durante un breve tiempo gracias a Geraldo Sempavor, un curioso y aventurero personaje que sería el equivalente portugués del Cid, aunque todavía más osado. Pronto perdió la ciudad a manos de los almohades, pero el leonés Fernando II logró tomarla en 1169 y dejó como guarnición a un grupo de monjes-soldados que serían conocidos como “los Fratres de Cáceres”, y que fueron el germen de la Orden de Santiago. Desgraciadamente los almohades lanzaron una gran ofensiva contra el reino de León en 1174 y retomaron la ciudad, pasando a cuchillo a sus defensores. La oleada musulmana llegó hasta Ciudad Rodrigo, y los ciudadanos y el ejército de Fernando II tuvieron que emplearse a fondo para evitar que también cayera esa población salmantina. Con el paso del tiempo la frontera meridional del reino de León se estabilizó en las preciosas sierras que existen entre las actuales provincias de Salamanca y Cáceres.

La impresionante Torre de Bujaco
Fernando II murió en 1188 y fue sucedido (no sin problemas) por su hijo Alfonso IX, quien tardó muchos años en hacerse con las riendas del reino y en lograr sobrevivir a los ataques de todos los reinos vecinos (e incluso de Aragón). En realidad no pudo concentrarse en la expansión hacia el sur hasta la parte final de su reinado, y ello fue gracias en gran medida a la sonora victoria obtenida por las tropas cristianas en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). A pesar de éxitos como la conquista de Valencia de Alcántara en 1221 (ayudado por la Orden de San Julián del Pereiro, futura Orden de Alcántara) o la realización de asaltos de rapiña en los alrdedores de Sevilla, Cáceres se le siguió resistiendo al monarca leonés. 

Iglesia de la Preciosa Sangre,
en la Plaza de San Jorge.
Alfonso IX dedicó muchas campañas veraniegas a asediar la ciudad pero, como ya hemos dicho, no logró tomarla hasta el 23 de abril de 1229, festividad de San Jorge. Hay una bonita leyenda según la cual la hija del caíd almohade que gobernaba la ciudad se enamoró de un apuesto capitán leonés (seguramente en alguna de las embajadas que se intercambiaban entre los contendientes). La mora le enseñó a su amante una poterna o un pasadizo secreto para acceder a la fortaleza desde el exterior, por lo que se multiplicaron sus encuentros amorosos. Pero el capitán tenía clara su lealtad, y finalmente le reveló a su rey el acceso secreto, con lo que prepararon un plan: el día 23 el grueso de las tropas leonesas atacó la ciudad por la Puerta del Socorro, mientras un destacamento dirigido por el capitán penetraba por el pasadizo. Con esta estratagema desbarataron a los defensores y pudieron abrir las puertas e hincar el pendón real en lo más alto de las torres cacereñas. En Cáceres también me contaron una continuación de la leyenda según la cual el caíd era practicante de la magia negra, y al descubrir el desliz de su hija la convirtió en gallina a ella y a todas sus damas de compañía.

Escudo de la Corona de Castilla (o de España) en la iglesia de la Preciosa Sangre.
Nótese la peculiaridad de que el león ocupa los cuarteles preferentes.
El caso es que desde entonces San Jorge es el patrón de la ciudad, y el 23 de abril son sus fiestas patronales. Por ello, y dado el especial aprecio que tengo a las tierras cacereñas, desde aquí me gustaría felicitar a los amigos y conocidos que allí tengo, y recordar a los leoneses que también debería ser una fecha importante para nosotros. Sería precioso que algún año de estos los pendones leoneses visitaran Cáceres durante estas fiestas, dado que su origen militar medieval aportaría todo un nuevo simbolismo (y vistosidad) a las celebraciones.

Os dejo algunas imágenes de la fiesta de Armando Méndez extraídas del periódico hoy.es

Al fondo puede verse el estandarte histórico del reino de León, aunque de color rojo en lugar de púrpura.

EL REGRESO DE PAISLLIONES.COM

22 febrero, 2012

Los que lleven un tiempo en el tema de la reivindicación cultural y social de León recordarán con añoranza el portal paislliones.com, donde se daban a conocer todas las noticias sobre nuestra región y desde donde se podían descargar una serie de recursos de todo tipo. También se hizo famoso por su foro, y por la posibilidad de publicar comentarios en prácticamente todas las secciones. Tal fue su fama, que recibía cientos de visitas diarias y llegó a haber casi 1000 usuarios registrados. 

Pues bien, aunque nunca se fue del todo (la página seguía funcionando aunque no se pudiera meter contenidos nuevos), acaba de regresar a la vida gracias a su primigenio autor ("Maiden"), y con un aspecto y funcionalidades totalmente nuevos.Ha desaparecido el foro por las dificultades que le suponía al webmaster la moderación de tantos mensajes, pero el funcionamiento sigue siendo prácticamente el mismo: tras unos sencillos pasos cualquiera puede registrarse y comenzar a subir artículos, vídeos o archivos, aunque para estas dos últimas cosas los ficheros ya deben estar previamente subidos a algún sitio de Internet (como Dropbox, por ejemplo). Si además tienes un blog y/o web relacionados con cualquier aspecto del País Leonés, puedes registrarla para que tus contenidos se vayan actualizando en el portal gracias al RSS. Esto es especialmente interesante porque Paislliones.com estaba muy bien posicionado en los buscadores de Internet, y por lo que tengo entendido ello volverá a ser así (o mejor).

Como es lógico, Paislliones.com también está en Twitter y en Facebook, y todos sus contenidos están adaptados para ser compartidos en esos medios. 

Me gustaría destacar que es un portal abierto a tod@s, y espero que esta nueva etapa sea un gran éxito: yo ya he enviado mis primeras colaboraciones, y ya he apuntado a este "Cuaderno de Notas" para que figuren allí los posts que vaya publicando. Ojalá Paislliones.com se convierta pronto en un punto de encuentro de la gente interesada en nuestra tierra. 

EL REINO DE LEÓN SEGÚN LOS ESTATUTOS MEDIEVALES DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

04 septiembre, 2011

Fuchicando por la web del Archivo de la Universidad de Salamanca encontré una sección dedicada a los estatutos históricos de dicha institución. Por curiosidad eché un vistazo a los que concedió el papa Martín V el 20 de febrero de 1422, y en ellos comprobé de primera mano un dato que ya había leído antes: que el rector debía ser del reino de León un año, y del reino de Castilla al siguiente. Esta división también se observaba en la elección de los ocho consejeros, ya que cuatro habían de ser de procedencia leonesa, y otros cuatro de origen castellano. Según la monografía "Historia de la Universidad de Salamanca", este sistema de elección procede de tiempos de Benedicto XIII ("El Papa Luna"), pero en tiempos anteriores el sistema era todavía más dúplice, ya que toda la Universidad estaba dividida entre dos naciones: la leonesa y la castellana. Cuando la institución ganó prestigio y empezó a llegar gente de otras procedencias, los portugueses fueron englobados en la nación leonesa, y los aragoneses en la castellana. Cada una de estas "naciones" tendría su rector, con lo que el gobierno de la Universidad era prácticamente una diarquía.

Benedicto XIII anuló este interesante sistema y estableció un único rector, que como hemos dicho un año tenía que ser de la nación leonesa y otro de la castellana. A continuación incluyo un fragmento de los mencionados Estatutos de Martín V, así como la transcripción que he hecho:


[...] Ordinamus quod in Studio Salamantinensis perpetuis temporibus Vnus sit Rector et / Consiliarii Octo quolibet Anno et quod Rector ipse Vno de Castelle et / alio Annus de Legionis Regnis existat et sic successiue perpetuo obserue/tur. Verum si aliquando persona utilis et ydonea Uniuersitati de Regno Legionis/ non reperiatur pro Rectore uel econtra de Regno castelle eligatur uel et / econuerso quod Rectoris et Consiliariorum uel duarum partium imperium / iudicio relinquimus in hoc casu. Consiliarii uero quolibet Anno de diocesis/ Legionensis Ouetensis Salamantinensis Zamorensis Cauriensis Paccensis uel Ciuita/tensis duo de diocesis Compostellanensis Astoricensis Auriensis Mindoniensis Lucensis/ uel Tudensis aut de Regno Portugalie alii duo de diocesis Toletanensis Ispalensis/ Cartaginensis Cordubensis Giennensis Gadicensis Placentinensis seu Conchensis alii / duo reliqui uero duo Consiliarii de diocesis Burgensis Calagurritanensis Oxomensis/ Seguntinensis Palentinensis Abulensis seu Segobiensis aut de Regnis Aragonie/ Nauarre uel alia quacumque natione extranea eligantur.

Resulta interesante ver la enumeración de las diócesis de procedencia de los consejeros de las dos naciones leonesas: aunque ambas carecen de nombre, coinciden a grosso modo la primera con el reino de León y la segunda con el reino de Galicia. Así, la de León incluye: León, Oviedo, Salamanca, Zamora, Coria, Badajoz y Ciudad Rodrigo. La nación "leonesa" de Galicia estaría compuesta por Santiago de Compostela, Astorga, Orense, Mondoñedo, Lugo, Tuy, y la gente de Portugal. 

Otro dato de interés es la extensión territorial de la segunda nación castellana, que se corresponde más o menos con Castilla la Vieja: Burgos, Calahorra, Burgo de Osma, Sigüenza, Palencia, Ávila y Segovia. Lo señalo porque  siempre ha habido dudas sobre si Palencia pertenecía al reino de León o al de Castilla: según este documento, parece clara su castellanidad.

MÁS MAPAS DE LA REGIÓN LEONESA - REINO DE LEÓN

29 abril, 2011

En el mes de enero compartí en este Cuaderno de Notas un magnífico mapa del Reino de León realizado por Ignacio Prietto, en el que usó la tipografía Leonesa Cancilleresca. Pues bien, Nacho no se ha conformado con eso, y ha hecho otros dos más, a escala 1:425.000. Ambos tienen un gran nivel de detalle: uno incluye las principales comarcas, poblaciones, carreteras, etc., y el otro es en realidad una ortoimagen. 
Por si fuera poco, Ignacio ha puesto los tres mapas a libre disposición en la sección de cartografía de su página web, en distintos formatos y resoluciones. Como veréis, una auténtica maravilla, y que además, según el autor,  "son realizaciones no comerciales, hechas por distracción, lo cual quiere decir que se pueden utilizar sin restricciones". 

Voy a intentar dejar un enlace permanente a estos mapas en la columna derecha de este blog, y aprovecharé para eliminar otros menos actualizados, así como el Calendario Leonés, que requiere una mayor atención de la que puedo darle. 

¡Que los disfrutéis, y muchísimas gracias, Ignacio!

RESUMEN DE LA JORNADA SOBRE PATRIMONIO LINGÜÍSTICO DE ASTORGA

01 abril, 2011

El pasado sábado 26 de marzo tuvo lugar en Astorga una Jornada sobre Patrimonio Lingüístico en la que participaron expertos de muy diversa procedencia. Las distintas ponencias tuvieron como escenario la Biblioteca Municipal. Organizada por la Plataforma de Asociaciones en Defensa del Leonés y del Gallego, dicha Jornada ha servido para obtener una visión global de la situación legal y social de las lenguas minoritarias de la comunidad autónoma de Castilla y León.

Ya en la presentación, Enrique Soto, Teniente-Alcalde de Astorga, expuso la evolución del Estatuto de Autonomía en materia lingüística, recordando que desde la última reforma tanto el leonés como el gallego aparecen reconocidos en el artículo 5. Sin embargo, destacó que desde entonces hasta hoy el presupuesto de la Junta para el leonés desde su reconocimiento estatutario ha sido siempre el mismo: cero euros. Soto afirmó que las lenguas son una parte vital de nuestro patrimonio cultural, y que defender las que están en peligro de desaparición es “reivindicar la pluralidad”.

La primera ponencia fue presentada por Ángel Iglesias Ovejero, Catedrático emérito de la Universidad de Orleans, y versó sobre la evolución y la precaria situación actual del habla de El Rebollar (Salamanca), que conserva rasgos leoneses y está muy vinculada a las hablas extremeñas. Iglesias Ovejero se definió como “pesimista optimista” ante el futuro de la “palra” o “rebollano”: “Aunque estemos ante el final de este habla, como mínimo hay que tratar de hacer una recuperación etnográfica y, sobre todo, concienciar a la sociedad del empobrecimiento cultural que supondría su desaparición”.
Ángel Iglesias Ovejero durante su ponencia sobre el rebollano o "palra".
La siguiente ponencia fue la de Fernando Álvarez-Balbuena, profesor de Filología Románica de la Universidad de Oviedo, quien disertó sobre la toponimia mayor en las zonas de León y Zamora donde todavía quedan hablantes de las lenguas asturleonesa y gallegoportuguesa. Allí se da el curioso caso de que los nombres “oficiales” de los lugares no coinciden con los nombres que se les da popularmente. Los topónimos populares siguen existiendo para los hablantes de estas lenguas minoritarias, pero son invisibles para los forasteros, porque sólo aparecen los oficiales en libros, mapas y carteles. Álvarez-Balbuena realizó una defensa de estos topónimos populares, pues “responden a tradiciones muy antiguas y respetables. La restitución de la toponimia popular es reparar la injusticia que se comete con las comunidades humanas que habitan en un territorio: es recuperar la intrahistoria de estas comunidades y su vinculación con la tierra”.
Fernando Álvarez-Balbuena (izda.) junto a Nicolás Bartolomé, alma mater de la Jornada.
La última ponencia de la mañana le correspondió a José Ignacio Martín Benito, profesor de Historia y Geografía en Benavente, y procurador por el PSOE en las Cortes de Castilla y León. Tras señalar la situación legal de otras comunidades autónomas trilingües, Martín Benito hizo un repaso de las preguntas e iniciativas presentadas por su grupo político en las Cortes tras la inclusión del leonés en el Estatuto de autonomía (2007). Entre otras cosas, el PSOE presentó una Proposición No de Ley el 24 de febrero de 2010 sobre la mencionada lengua que fue debatida en el Pleno del 26-27 de mayo y que fue aprobada por todos los grupos. Por ella las Cortes instaban a la Junta a impulsar el leonés, con medidas específicas, en coordinación con las administraciones públicas, así como promover la regulación legal del leonés. Sin embargo, la inoperancia de la Junta ha sido evidente desde entonces, ya que en noviembre Martín Benito volvió a preguntar qué actuaciones se habían llevado a cabo, y la consejera contestó en enero de 2011 justificando que ya se había hecho un ciclo de conferencias titulado: “Leyendas de pastores” en el Museo Etnográfico de León, con la colaboración del Instituto Castellano y Leónes de la Lengua.
Respecto a los presupuestos, Martín-Benito indicó que no había ninguna partida específica para el leonés, así que el PSOE presentó una enmienda a los presupuestos con 120000€ para actividades relacionadas con esta lengua. Esta enmienda, al igual que las demás, fue rechazada tanto en Hacienda como en el Pleno, lo que, en palabras del procurador socialista, “demuestra que la Junta no reconoce la diversidad cultural de la comunidad”.
José Ignacio Martín Benito.
La sesión de tarde fue iniciada por José Manuel Pérez Fernández, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo. Su ponencia, titulada “Tutela de las lenguas minorizadas en la comunidad autónoma de Castilla y León en el marco europeo y estatal”, hizo hincapié en el hecho de que hoy en día hay lenguas minoritarias que aparecen en los estatutos, pero que no son defendidas ni promocionadas. Según su exposición, el estatuto de Castilla y León sigue la tradición del asturiano y del aragonés, utilizando un lenguaje ambiguo y sibilino: el leonés aparece expresamente reconocido, y se afirma que una ley futura establecerá su protección, uso y promoción, pero en ningún momento se lo menciona como lengua. En el caso del gallego el Estatuto sí que lo reconoce como lengua, pero con una protección menor.
Defendió que la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales es un gran instrumento, pero que por desgracia ha sido (y sigue siendo) muy mal interpretada. El profesor Pérez Fernández expuso que España no es consciente de los compromisos que adquirió al firmarla. Y es que la Carta es un tratado internacional, por lo que es de obligado cumplimiento para nuestro país. Según matizó, España suscribió un importante número de compromisos en defensa de las lenguas españolas minoritarias o regionales, 68 de los 98 posibles, a pesar de que solo existía la obligación inicial de ratificar 35. Es significativa la incorrecta interpretación que se hace de la Carta en este punto por nuestro país, pues, estos compromisos solo se asumen a favor de las lenguas oficiales, pero no para aquellas que estando protegidas por sus estatutos no son oficiales, como es el caso del leonés y el gallego en Castilla y León, lenguas a las que solo se les puede aplica una parte mínima de la Carta. Una vez en vigor la Carta Europea, el Estado está obligado a velar de manera activa por su cumplimiento, especialmente en el caso de las lenguas más débiles, lo que es una razón para adoptar medidas de manera urgente antes de que sea demasiado tarde. Además, el Estado es el responsable ante el Consejo de Europa del efectivo cumplimiento de la Carta en relación con las lenguas protegidas por la misma, sin que la eventual inactividad de una comunidad autónoma sea excusa para dejar desprotegida a una minoría lingüística. Es especialmente importante para el leonés el artículo 7.1 de la Carta (objetivos y principios), con sus 9 apartados, que cubren la enseñanza, el fomento del uso oral y escrito, investigación, etc. de esas lenguas. “Por aquí pasa la batalla”, dijo el profesor asturiano.
José Manuel Pérez.

Seguidamente tomó la palabra Xavier Lago Mestre, portavoz del colectivo Fala Ceive, para hablar de la minoría lingüística gallegohablante de El Bierzo. Lago bosquejó la realidad lingüística de esta comarca, señalando que desde antiguo hay una zona cuya habla tradicional es el leonés, y otra (la más occidental) en la que ocupa tal lugar el gallego. Tras hacer un repaso de las relaciones históricas, culturales y humanas entre El Bierzo y Galicia, Xabier Lago afirmó que la parte más occidental de la comarca está en el bloque oriental de la lengua gallega, con algunas divisiones en cuanto a dialectismos. También señaló que aunque algunos autores hablan de un dialecto berciano propio y diferente del leonés y del gallego, él no cree que tal pretensión tanga visos de seriedad. Por otra parte, Lago propugnó el uso del gallego estándar en El Bierzo, así como su unificación con el portugués y el brasileño en el futuro, aunque él mismo reconoció que estas ideas hoy por hoy pueden parecer utópicas. En cuanto a las acciones futuras de Fala Ceibe, el ponente aseguró que se va a intentar implementar el uso del gallego a nivel institucional en el Consejo Comarcal, y compartir el uso oficial con la comunidad gallega, así como integrar a El Bierzo en el espacio mediático gallegoportugués. Para finalizar, Xabier Lago hizo un llamamiento a la unidad, y animó a seguir en la línea marcada por la Plataforma de Asociaciones en Defensa del Leonés y del Gallego.
Xabier Lago después de su intervención.
La siguiente ponente fue la única mujer de la Jornada: María Cueto, licenciada en Filología Románica y becaria de predoctorado de la Universidad de Oviedo, que presentó “Una aproximación a la dimensión social y ecolingüística del asturleonés”. Cueto expuso la problemática de hablar del “asturleonés”, ya que es un concepto que en la actualidad está sujeto a debate ideológico. Actualmente esta lengua sufre la presión del castellano en España y del portugués en Miranda, por lo que se encuentra en grave peligro. Además, es una lengua usada por las capas populares en la se constata una interrupción de su transmisión de padres a hijos, puesto que su empleo se ve como algo negativo y que dificulta el ascenso social. Otro problema que señaló fue el hecho de que la defensa de las lenguas muchas veces responde a esquemas identitarios etnicistas, lo que lleva a algunos a separar asturiano y leonés como lenguas diferentes por simple esencialismo. Mientras tanto, se está dando una sustitución lingüística, ante lo que hay que adoptar posturas de defensa del multilingüismo. Cueto finalizó su intervención afirmando que no se puede sólo defender el asturleonés, sino que además hay que usarlo y dignificarlo.
La filóloga María Cueto.
Para finalizar, José Alfredo Hernández, de la asociación zamorana Furmientu, presentó la ponencia “El asturleonés en el noroeste de Zamora: situación actual y colectivos de fidelidad lingüística”. Tras revisar el trilingüismo existente en la provincia zamorana, Hernández reconoció que la lengua mayoritaria es el castellano ya desde hace varios siglos. Es un castellano de variedad regional leonesa, porque conserva restos del leonés anterior, ya que esa era la lengua romance originaria de la actual Zamora. Ese leonés ha ido siendo desplazado desde la Edad Media por el castellano, pero todavía pervive precariamente en Sanabria, Carbayeda y Aliste. Tras la Guerra Civil se rompió la transmisión de esta lengua de padres a hijos, de tal forma que en la actualidad en las comarcas de Carbayeda y Aliste hay pocos hablantes activos, aunque quedan varios centenares de hablantes latentes (personas que aprendieron la lengua en casa pero que no la usan en su vida diaria). Hernández apuntó que en Sanabria la situación es algo mejor, aunque casi siempre se trata de gente de más de 80 años de edad.
Curiosamente, en estas comarcas zamoranas nunca existió ni el más mínimo movimiento cultural en defensa de la lengua. Habría que esperar a los años 80 y 90 del s. XX, cuando la situación de conservación de la lengua ya era grave. Furmientu comenzó su actividad en los inicios del s. XXI, con un sencillo tríptico con léxico leonés de uso más habitual. Pronto surgieron iniciativas como un concurso de vocabularios tradicionales que ya ha visto cinco ediciones; la edición de una publicación periódica llamada El Llumbreiru, de carácter trimestral y gratuito, etc.
José Alfredo Hernández, de la asociación zamorana Furmientu.
La Jornada fue clausurada por el alcalde de Astorga, el Ilmo. Sr. Juan José Alonso Perandones, quien mostró su interés y aprecio por las iniciativas culturales relacionadas con las lenguas minoritarias.
Juan José Alonso Perandones, alcalde de Astorga.

LA LITERATURA JURÍDICA MEDIEVAL EN LENGUA ASTURLEONESA

16 febrero, 2011

Antes de nada, advertir que soy un lego en asuntos de Derecho; esta entrada no es más que un resumen traducido al castellano de la magnífica conferencia de Nicolás Bartolomé titulada "El Derechu del Reinu de Lleón nel sieglu XIII: fontes, lliteratura xurídica y llingua", que impartió en las Xornaes Internacionales d’Estudiu de l’ALLA de 2008, y que fue publicada en el número 102 de la revista "Lletres Asturianes".

La documentación medieval del reino de León se escribió en latín de forma generalizada hasta el año 1230 aproximadamente. Si bien hay algunos ejemplos anteriores, los diplomas del reino empezaron a redactarse en lengua asturleonesa o en gallego-portugués a partir de ese año, es decir, precisamente cuando León dejó de tener reyes propios. En el terreno jurídico, hubo un Derecho leonés específico tanto en lo territorial como en lo local por lo menos hasta el ordenamiento de las Cortes de Alcalá de 1348, que supuso un auténtico rodillo unificador. Sin embargo, hasta esa fecha los ordenamientos de las Cortes de Castilla insistieron en que cada reino o antiguo territorio tenía su Derecho característico.

En este sentido, es reseñable el manuscrito 772 de la Biblioteca Nacional, que es un códice del s. XVI que es copia de otro del s. XIII: parece recoger el Derecho territorial aplicable al reino de León tras la unión con Castilla de 1230. De hecho contiene el Liber Iudiciorum, el Fuero de León, el Conceyu de Coyanza, la carta de la reina Urraca de 1109 a los habitantes de León y de Carrión, los famosos "decreta" de las Cortes de 1188, y el Fuero de Sahagún de 1152.

·El Fuero o Liber Iudiciorum: fue promulgado en el año 654 por el rey visigodo Recesvinto. Su texto fue revisado y modificado todavía en época visigoda. Constaba de 12 libros, y siguió vigente tras la invasión musulmana del 711 en zonas como Asturias, León, Cataluña y entre los mozárabes, aunque no se descarta que su vigencia fuera mucho mayor. Este libro fue utilizado en León por el llamado Tribunal del Libro, que ya aparece desde el s. XII como un tribunal de apelación donde se revisaban las sentencias de tribunales de menor rango. Este Tribunal estuvo situado originalmente en San Isidoro, pero posteriormente pasó a la Catedral.

En el reino de León, el Libro fue conocido como el "Libro de León", o "Libro Iulgo de León", mientras que en otras zonas recibía el nombre de "Fuero Juzgo". Dada su importancia, fue traducido al leonés en varias ocasiones, y puede que ya en época de Alfonso IX. Tenemos noticias de la existencia de ocho o nueve ejemplares en lengua asturleonesa, alguno de los cuales todavía se conserva.

Página del Liber Iudiciorum
·Cartas de población agrarias: su propósito era la colonización de lugares poco o nada poblados. Fueron otorgadas por obispos, cabildos y abades, así como por los reyes y los nobles. En el s. XIII se redactaron en leonés en muchas ocasiones, como por ejemplo las cartas concedidas a partir de 1238 por los abades de Moreruela por todo el territorio zamorano y la Tierra de Miranda portuguesa. En la provincia de León tenemos el ejemplo de la concedida por el abad de San Pedro de Montes a los pobladores de Velsiello en 1241. Y en Asturias, el "Fueru de Campumanes" (1247).

·Fueros breves: son fueros municipales del tipo del Fuero de León de 1017. Éste tuvo vigencia hasta el s. XIII, por lo que se tradujo al leonés, al igual que el "Conceyu de Coyanza": ambos textos fueron publicados en edición facsímil por la Academia de la Llingua Asturiana en 2008. Por otra parte, los diferentes fueros de Sahagún se expandieron por toda la Tierra de León, Galicia, Portugal y Asturias. El de Avilés (año 1155) fue una de estas adaptaciones, y constituye el primer documento en lengua asturleonesa. 
Fuero de León y de Coyanza

·Fueros extensos: son redacciones muy amplias de las normas de un lugar con la intención de recoger todo el Derecho en vigor. En el reino de León fueron propios del s. XIII y de la Extremadura Leonesa, es decir, de las ciudades al sur del Duero, como Salamanca, Alba de Tormes y Ledesma. Los fueros de estas ciudades fueron redactados en leonés a lo largo del s. XIII. A veces se suma el Fuero de Zamora, pero esta ciudad quedaba al norte de la Extremadura.

Los fueros de la región portuguesa de Cima Coa (que fue parte del reino de León hasta 1297) derivan del de Ciudad Rodrigo de 1190, que desgraciadamente no se ha conservado. . De esta región, los fueros de Alfaiates y Castelo Bom están redactados en latín, pero ya cuentan con léxico asturleonés. El de Castelo Melhor está en lengua asturleonesa, pero con rasgos gallego-portugueses. Y el de Castel-Rodrigo está redactado en una lengua híbrida gallego-leonesa. Todos estos fueros están vinculados con los de Cáceres, Usagre y Coria.  

·El Derecho Común: Antes del s. XIII, la cultura jurídica del reino de León tenía como hitos el Liber Iudiciorum, la colección canónica "Hispana", y los libros V y XX de las Etimologías de San isidoro. Del s. XI al XIII se fue desarrollando el Derecho Común, una resurrección del Derecho Romano mezclado con el canónico y con una parte del Derecho feudal lombardo. También fue conocido como "Ius Commune".

Hubo un personaje de gran importancia en el mundo del Derecho medieval hispano y europeo: el Maestro Jacobo "el de las Leyes". Se sabe muy poco sobre sus orígenes: estudió en una universidad italiana, probablemente Bolonia, y seguramente participó en redacción del libro tercero de las Partidas de Alfonso X. Elaboró tres obras de Derecho procesal: "Flores de Derecho", "Summa de los nove tienpos de los pleytos", y el "Doctrinal de los juicios". Las dos primeros fueron traducidas al leonés en Zamora y en León en el siglo XIII.

·Flores de Derecho: Es un tratado procesal que recoge algunas cuestiones de Derecho sustantivo, y que estaba destinada a abogados y jueces. Se divide en 3 libros, 18 títulos y 96 leyes. Se compuso entre 1252 y 1274, y se basó en textos latinos de Derecho Romano. El original no se conserva, pero se sabe que fue  redactado en una lengua romance (probablemente en castellano). Se conservan 22 manuscritos medievales de "Flores de Derecho", de los que 6 son de origen leonés. Al estar escrito en una lengua diferente a la del reino de León, no es de extrañar que se tradujera a la lengua asturleonesa en varias ocasiones.
Se conservan varios fragmentos de esta obra en el Archivo Histórico Provincial de León procedentes de la parte más occidental de la provincia, pero los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre si están en leonés, gallego, o una mezcla de ambas lenguas. En cualquier caso, "Flores de Derecho" no fue aplicado en Galicia, pero sí en León.

·Summa de los nove tienpos de los pleytos: también es obra del maestro Jacobo. Se conservan seis manuscritos, de los que dos son de origen leonés.

·La Margarita de los Pleitos: su autor fue Fernando Martínez de Zamora, que nació en la ciudad del Duero entre 1220 y 1230. Estudió en la universidad de Bolonia, y desde 1272 fue Notario Mayor del Reino de León. A partir de 1274 fue arcediano de Zamora, si bien murió al año siguiente. De la Margarita se conserva un manuscrito del s. XIII con rasgos leoneses, aunque no se conserva más que en parte.

Lo verdaderamente interesante del hecho de que muchas de estas obras fueran traducidas al leonés es que nos revela un cierto grado de conciencia lingüística asturleonesa frente a otras lenguas como la castellana o la gallega, aunque lo más seguro es que en la época no pensaran que era una lengua totalmente diferente.

Imagen de las Siete Partidas de Alfonso X

MAPA DEL REINO DE LEÓN 2011 POR IGNACIO PRIETTO

27 enero, 2011

Hace unos días subí a Los Telares un mapa del Reino de León hecho por Ignacio Prieto que ha confeccionado utilizando la tipografía Leonesa Cancilleresca. Hoy ha vuelto a ponerse en contacto conmigo para enviarme la versión definitiva, que tiene una apariencia todavía mucho mejor. Os dejo una imagen a baja resolución: para descargarlo a resolución completa, pasaros por Los Telares. ¡Muchísimas gracias por compartirlo, Ignacio! Yo  creo que incluso podría tener salida comercial...

VALIENTES DECLARACIONES DE JOSÉ LUIS ALONSO PONGA

24 septiembre, 2009

Os copio por su interés una entrevista a José Luis Alonso Ponga que ha salido publicada en el periódico La Opinión de Zamora. Pero antes me gustaría destacar el noble y valiente gesto hacia nuestras tierras leonesas que ha tenido el Director de la Cátedra de Estudios sobre la Tradición en la Universidad de Valladolid, y transmitirle desde aquí mi agradecimiento. Lo que dice no deja de ser una serie de verdades evidentes, pero en los tiempos que corren ya se hace raro escucharlas en boca de académicos. (La foto de José Luis Alonso Ponga en la Fundación Rei Afonso Henriques está firmada por Emilio Fraile).

«Zamora debería aglutinar toda la cultura tradicional leonesista»
«El famoso tema del Cerco de Zamora y los Romances es una construcción mentirosa y centralista»

JOSÉ MARÍA SADIA

El responsable del comité organizador del congreso sobre antropología que se celebrará en la Fundación Rei Afonso Henriques, José Luis Alonso Ponga, reparte elogios —«Zamora se merece este congreso y mucho más»— y críticas constructivas hacia esta tierra. «Los zamoranos desconocen su historia». En las siguientes líneas, desgrana una ínfima parte de la cultura y el pensamiento que atesora, fruto de su dilatada y activa carrera profesional.

—Ha dicho que el Museo Etnográfico es el mejor de España, ¿qué importancia le concede a este tipo de infraestructuras culturales?
—Es un museo necesario. Los museos etnográficos tienen un valor incalculable. Por un lado, es un contenedor que recoge las manifestaciones de cultura tradicional. Por lo tanto, es un puente sin el cual no podríamos conocer todo lo anterior. Pero es que además es que el Etnográfico deviene histórico. Estamos recogiendo modelos de vida que nos ayudan a entender esa sociedad, por eso debería ser el que estuviera más primado de todos. Por otro lado, a través del museo estamos haciendo entrar en la historia elementos populares que hasta ahora ni se soñaban. Todo esto es la base de la identidad.

—Dice que debería estar primado, pero hay una lucha constante entre las instituciones y los museos por la financiación…
—Nos encontramos inmersos en una crisis económica tremenda, y la financiación ha descendido en todo. No obstante, el Etnográfico de Zamora siempre ha sido ojo derecho de la Junta, me da la impresión. Además, si es el ojo derecho es porque se lo merece. Es un museo del siglo XXI que trata de recoger, estudiar, conservar y poner en valor objetos. Sobre todo, y es lo que a mí más me interesa, crea discursos que nos permiten entender la pluralidad de la vida cotidiana.

—¿Cree que Zamora es una digna sede para el Etnográfico?
Sí, pero voy a decir otra cosa: La mayor representatividad es de las provincias del Reino de León. Quizá, Zamora debería tomar más conciencia de esta importancia, debería ponerlo más en valor y que todo el mundo se entere más de lo que tenemos. Es la ciudad y la provincia que debe aglutinar toda la región leonesa desde el punto de vista de la cultura tradicional. Y además de esto, Zamora tendría que decir de una vez: ¡La frontera portuguesa no separa!

—De sus palabras se desprende, una falta de conciencia de la identidad cultural. ¿Desconocen los zamoranos su pasado?
—Yo estoy seguro de que sí. Los zamoranos conocen un pasado oficial, como los leoneses y los salmantinos, que, últimamente, están imbuidos por unas ciertas teorías hegemónicas que tampoco son válidas. Deben ahondar más en sus propias raíces. El famoso tema del Cerco de Zamora y los Romances son una construcción mentirosa de un centralismo en un momento dado. Bellido Dolfos nunca es un traidor, está al servicio de una causa y ya está.

—Por cierto, ¿está enterado de la rehabilitación que se pretende de la figura de Dolfos?
—Sí, el cambio del Postigo de la Traición por el de la Lealtad. Y en Valladolid un periodista escribió que eso de que Bellido Dolfos era un defensor del Reino de León era mentira, que él defendía lo suyo. Yo digo, claro, él mismo, el escritor, defiende «lo suyo». Todo el mundo defiende lo suyo. Como la frase lapidaria que dice: «Cada uno a su interés, menos yo que voy al mío».

—¿Están engañados los zamoranos con respecto del Cerco?
—Yo no soy medievalista, pero nadie ha estudiado todavía cómo y cuándo se han generado estos mitos «antizamoranos».

—¿Antizamoranos…?
—Obviamente. Yo recuerdo, cuando era pequeño, aquello de «Yo vos reto, zamoranos, por fementidos traidores…» ¿Quién se inventa la mentira de la Afrenta de Corpes por los Infantes de Carrión? Son estudios que hay que retomar. Lo hemos metido todo en un saco. Hay que empezar a decir cuándo se construye esto y quién lo hace.

—Ha hablado uno de los mitos más presentes en la sociedad zamorana. ¿Qué otros, de los que nos afectan, saldrán a debate en el congreso?
—Habría que hablar del mito de la fundación de la Comunidad Autónoma, que tuvo lugar en 1982. El Reino de Castilla y el Reino de León eran otra cosa que no tienen nada que ver. Jamás ha habido unas fronteras de Castilla y León, como se nos quiere hacer ver ahora. Aquí se ha hecho un discurso historicista sesgado, en lugar de hacer uno único, que es el válido. A partir de ahí, será tiempo de ver lo qué hicieron o lo que no hicieron Isabel la Católica o el Cid por estas nueve provincias.

—¿Hemos inventado una Comunidad, entonces?
—Evidentemente. Si hay alguien capaz de demostrar en qué momento Castilla y León tiene esta frontera, que me lo diga.

—¿Ahí radica uno de los principales problemas?
—Para mí, el principal problema es que no se ha creado una identidad real. Quizá, sí que seguimos poner siete llaves al arca del Cid. Por cierto, me parece fabuloso el culto a este personaje como motor de cultura y patrimonio. Lo mismo que debería hacerse de Bellido Dolfos, pero dentro de la Comunidad. Hasta que no seamos conscientes de que somos una Comunidad formada por regiones, provincias y comarcas, y como intentemos dinamitarlas pensando en un hipotético futuro de centralismo, esto no dará resultado nunca. Lo importante es la riqueza.

«Carlos Piñel y Joaquín Díaz son los más importantes recopiladores actuales»

El antropólogo está de acuerdo en que Zamora ha contado con a la altura de su propia cultura tradicional. «El padre César Morán es uno de los más importantes recuperadores de tres grandes provincias del Reino de León. Y obviamente, Cortés Vázquez. Después, los actuales, lógicamente Joaquín Díaz y Carlos Piñel. Pero además Bajo Duero, Miguel Manzano…» cita Alonso Ponga, quien aclara que la investigación de la cultura tradicional «hay que hacerla con dignidad y seriedad, desde una formación académica». El organizador del congreso de la FRAH insiste en que «no todo el mundo, porque le haya contado la abuela el cuento, es capaz de hacer la historia sobre el cuento».
Además, Alonso Ponga defiende que «el antropólogo analiza, no se mete en valorar». El leonés asegura que «la historia, la religión y la literatura son fuentes en las que podemos encontrar todo para argumentar todo», para concluir que «a mí, como antropólogo, en la fundación de mitos, me interesa cómo se crean, no si son verdad o mentira», porque, según recuerda Alonso Ponga citando a Machado: «También la verdad se inventa».

EL REINO DE LEÓN EN EL SIGLO XV SEGÚN LAS PESQUISAS DE LA HACIENDA REAL

23 enero, 2009

Es un hecho innegable que el Reino de León, al igual que el de Galicia, siguió existiendo después del año 1230 (fecha de la tan cacareada unión con Castilla). Hay muchas, muchísimas pruebas de ello, pero hoy quisiera compartir con vosotros una en particular: se trata del artículo del profesor Miguel Ángel Ladero Quesada titulado "Derechos de oficiales"y "Derechos ciertos" en la Hacienda Real de Castilla (año 1430). En él se analiza la pesquisa (una especie de recuento) realizada en dicho año para averiguar la cuantía exacta de algunos ingresos de la Hacienda del rey.

Esta pesquisa se plasmó en un documento de la época que contiene los partidos fiscales del reino, los "Derechos de oficiales", y los "derechos ciertos". En cuanto a la historia del Reino de León, este documento es interesante porque en la enumeración de lugares se sigue la distribución por reinos. Así, en los partidos fiscales, aunque falta la parte del reino de Castilla y de Salamanca y Ciudad Rodrigo, aparecen agrupados el Obispado de Zamora, el de León, el de Astorga, y las "cuatro sacadas de Asturias de Oviedo".

Más adelante, en los derechos de oficiales, en la sección que Ladero Quesada llama "Reino de León. Asturias" figuran juntos el obispado de Salamanca y Ciudad Rodrigo, el de Zamora, los de León y Astorga, y las cuatro sacadas de Asturias de Oviedo. En ese mismo apartado, vienen reflejadas las jurisdicciones de los respectivos notarios mayores de Castilla, León, Toledo, y Andaluzía (sic.). En el caso de León, el Notario Mayor es el adelantado Pero Manrique, y su jurisdicción incluye: las sacadas de Coria y Cáceres, el obispado de Badajoz, los de Salamanca y Ciudad Rodrigo, el de Zamora, los de León y Astorga, las 4 sacadas de Asturias, el arzobispado de Santiago con el obispado de Tuy, el obispado de Mondoñedo, el de Orense, y el de Lugo. Conviene recordar que este Notario Mayor de León cubre la extensión que tenía el reino (más bien Corona) en 1230, y que éste seguía siendo tenido en cuenta por la Hacienda en una fecha tan tardía como 1430.

Podéis bajaros el artículo en PDF en la sección Documentos de mi página "Los Telares".

¡EXTRA, EXTRA! HA NACIDO "EL NUESO PAÍS"

03 noviembre, 2008

Era un proyecto largamente acariciado, y por fin ha visto la luz: ideada y realizada en el sur y el centro de nuestra región, el día 1 ha nacido "El Nuesu País", una publicación que se espera periódica, y centrada en las tres provincias leonesas. Está abierta a colaboraciones.

Tenéis más información, y la posibilidad de descargarla en http://elnuesupais.blogspot.com/


LOS ATAQUES DE ALMANZOR AL REINO DE LEÓN

27 agosto, 2008

Almanzor fue sin duda el mayor azote musulmán en las espaldas de todos los reinos cristianos peninsulares de la Edad Media. Ni siquiera Abderramán III (912-961 d.C.), el fundador del califato hispano, fue capaz de amenazarlos de muerte de la manera tan directa y tangible como lo hizo el general que hoy nos ocupa.

Almanzor” en realidad es la forma españolizada de “Al Mansur”, que significa “El Victorioso”. Su verdadero nombre era Mohamed Ibn Abdalá Ibn Abu Amir, es decir, “Mohamed (o Muhamad) hijo de Abdalá hijo de Abu Amir”. Esto quiere decir que el sobrenombre por el que le conocemos es un apodo que recibió por sus múltiples victorias, aunque sus correligionarios le llamaban simplemente Ibn Abu Amir. En cualquier caso sabemos que nació en torno al año 938 d.C., poco antes de que los ejércitos del leonés Ramiro II vencieran a Abderramán III en la decisiva batalla de Simancas.

Con el tiempo obtuvo el cargo de cadí, y el año 977 comenzó la que sería una larga serie de campañas contra los reinos cristianos peninsulares. Ese mismo año fue nombrado hayib (primer ministro), lo que le convirtió en el máximo lugarteniente del califa Hisham II, a quien manejó a su antojo. Y es que, tras resultar vencedor en las luchas intestinas por el poder, a partir del año 981 se convirtió en el auténtico señor del Califato.

Almanzor llevó a cabo nada menos que 56 campañas entre los años 977 y 1002. Los cronistas musulmanes afirman que todas fueron victoriosas, pero como veremos esto no es del todo cierto, ya que en muchas de ellas este general no alcanzó los principales objetivos previstos. De todas estas campañas, sabemos que al menos 14 tuvieron como objetivo territorios y ciudades de la región leonesa. El resto de acciones las repartió por Castilla, Cataluña, Aragón, Galicia y Portugal. Aunque en realidad en esta época tanto Castilla como Portugal y Galicia eran parte del Reino de León, en el presente artículo me ceñiré a los ataques que sufrieron las actuales provincias de Salamanca, Zamora y León.

Por otra parte, uno de los problemas que existen a la hora de conocer con seguridad los lugares arrasados por Almanzor es que muchas de estas campañas tan sólo las conocemos gracias a las crónicas musulmanas, que utilizan su propia forma de nombrar a los lugares. Ello da lugar a muchos posibles equívocos, ya que en el árabe escrito no existen las vocales, y además muchos de los topónimos proporcionados no han podido ser identificados.

-Eso es lo que nos ocurre, por ejemplo, con su primera campaña (meses de febrero a abril del año 977), cuyo objetivo fue el castillo de Al Hamma, que podría ser identificado tanto como Baños de Ledesma (Salamanca), como Baños de Montemayor (norte de Cáceres). Los andalusíes arrasaron toda la región alrededor de la fortaleza, pero según los historiadores de la época finalmente no pudieron tomarla. Como veremos, esta situación se repetirá varias veces en las primeras razzias de Almanzor, en las que comandaba los ejércitos conjuntamente con el general Galib, que llegaría a ser su suegro y su peor enemigo.

-La tercera campaña de Almanzor y Galib (septiembre-octubre de 977) también tuvo como escenario a la región leonesa: en este caso su objetivo fue la ciudad de Salamanca. Tomaron varios castillos por el camino y asentaron su campamento en la orilla izquierda del Tormes, sometiendo a un duro asedio a la capital charra. A pesar de haber devastado todos los alrededores, de haber reclutado forzosamente a cristianos de la zona, y de haber sometido la ciudad a los ataques de las máquinas de asedio, Salamanca resistió sus embates, y tuvieron que levantar el cerco. Después de esta campaña, Almanzor se casó con una hija de Galib, con lo que los dos principales generales de Al Ándalus quedaron unidos por lazos familiares.

-La quinta campaña la dirigieron contra Ledesma de octubre a noviembre del 978, ya que esta ciudad defendía el camino a Zamora de posibles avances musulmanes. Sin embargo, el invierno arreció y su ejército tuvo que retirarse para no perecer de frío.

-Almanzor y Galib no se rindieron por este contratiempo, y volvieron a atacar Ledesma en la siguiente primavera (sexta campaña). Esta vez la población no pudo resistir, y quedó prácticamente deshabitada hasta tiempos de Fernando II de León (2ª mitad del siglo XII).

Por esta época surgieron graves desavenencias entre el suegro y el yerno, que salieron a la luz cuando Galib intentó asesinar a traición a Almanzor en el transcurso de una cena. El anciano general fracasó en su intento y sólo logró herirle, lo que desembocó en una cruenta guerra civil. Los cronistas contabilizan las batallas de esta guerra como otras tantas campañas de Almanzor, ya que tras algunas derrotas, éste al final se impuso sobre su suegro y sobre sus aliados cristianos (castellanos y navarros, principalmente), y se convirtió en el único caudillo del califato.

-Así, las tierras leonesas disfrutaron de un corto respiro hasta el ataque del verano del año 981. Esta campaña, conocida como la “Campaña de las Tres Naciones”, fue la decimocuarta según la cuenta que hace el autor del libro “Dikr bilad Al Andalus”, o la decimotercera si nos atenemos al relato de su casi coetáneo historiador Ahmed Ibn Omar Ibn Anas, conocido como “Al Udri”. En esta ocasión, el hayib cordobés dirigió sus miras contra la hermosa y aparentemente inexpugnable ciudad de Zamora, que era la principal fortaleza de la frontera del Duero. De la calidad de su estratégico emplazamiento da fe el hecho de que sus murallas habían sido capaces de resistir las embestidas de los ejércitos de Abderramán III. Almanzor la sometió a un estrecho cerco en septiembre, con máquinas de asedio. Entre los defensores hubo deserciones como la del conde gallego Rodrigo Velázquez, quien se pasó al enemigo, aunque la mayoría se quedó a luchar. Cuando la situación se estaba volviendo desesperada, los leoneses, dirigidos por Rodrigo González, trataron de hacer una salida por la noche, pero fueron rechazados y tuvieron que regresar a la ciudad. Al comprobar la pertinaz resistencia de sus habitantes, Almanzor optó por realizar una maniobra de diversión: dejó al cargo del cerco a un subalterno, y se dirigió con parte del ejército hacia León. La trampa funcionó, y algunos de los defensores abandonaron Zamora para reforzar el ejército de su rey, Ramiro III (966-984). Pero, inesperadamente, Almanzor dio la vuelta y regresó al cerco, pensando que ahora sería más fácil tomar la ciudad. Sin embargo, no fue así, a pesar de los continuos ataques. El hayib arrasó por completo toda la región, pero los infatigables defensores no cesaron de acosarle con continuas salidas, por lo que finalmente tuvo que regresar a Córdoba en septiembre sin haber cumplido su objetivo.

-La siguiente campaña que tuvo como escenario la región leonesa fue la decimoséptima según el cómputo del autor del “Dikr bilad”, o la decimoquinta y la decimosexta según Al Udri. En cualquier caso fue una campaña extremadamente larga, y cubrió buena parte del verano y del otoño del año 982. Almanzor atacó las ciudades de Toro y León: tras arrasar la primera, entabló una batalla campal con Ramiro III. Al principio fueron ganando los leoneses, pero cambiaron las tornas y al final huyeron de vuelta a la capital del reino. Los musulmanes les persiguieron, pero una repentina tormenta de nieve y granizo los hizo retirarse, aunque antes saquearon los arrabales de la ciudad. Veamos como narra la Crónica Najerense (que copia a la Silense) estos hechos:
“(...)El rey de los sarracenos, quien se había impuesto el falso nombre de Almanzor, tras entablar un acuerdo con los sarracenos de ultramar, penetró en tierra de cristianos con una infinita muchedumbre de ismaelitas, y cruzó por un vado el río Duero, que en aquel entonces se consideraba la frontera entre los cristianos y los moros (...) Devasta entonces a espada y fuego la franja de terreno situada al otro lado de la frontera cristiana, y envalentonado plantó su campamento sobre la ribera del río Esla para atacar la capital leonesa, suponiendo que si llegaba a conquistar la propia ciudad regia no encontraría ninguna oposición en las restantes. Al enterarse de ello, Ramiro, armado, sale al paso de las huestes con algunos condes, y tras entablar combate hasta las propias tiendas los derrotó en medio de una gran carnicería. Almanzor, al ver cómo los suyos huían, enojado saltó del trono y, quitándose la corona, se sentó en el suelo muy entristecido por la afrenta. Cuando los moros lo vieron descubierto y sentado en el suelo, retomaron fuerzas y exhortándose entre sí con un gran griterío rodean por doquier a los cristianos y, cambiando las tornas, los ponen en fuga; y habrían irrumpido entremezclados en las puertas centrales de la ciudad [León] si no hubiera dirimido la lid un enorme aguacero acompañado de aparato. Ese año Almanzor, ante la proximidad del invierno, se retiró a su patria sin acabar la labor”.
Tras esta campaña, los ejércitos de Al Ándalus vencieron a una coalición de leoneses, castellanos y navarros en Rueda y en Simancas, en el interior del condado de Castilla.

-La decimonovena campaña según “Dikr bilad”, o decimoctava según Al Udri (septiembre del 983) tuvo el mismo objetivo que la tercera: Salamanca, que era la mayor fortaleza del sur del Reino de León. Almanzor comprendió que esta plaza era la clave para avanzar sobre Zamora, por lo que arreció en sus ataques contra la ciudad, aunque tampoco pudo tomarla en esta ocasión.

-Como hemos visto, hasta este momento las principales ciudades del Reino de León mal que bien habían conseguido mantener el tipo frente a Almanzor. Sin embargo, el sempiterno cainismo leonés cambió esta tendencia. Y es que en la vigesimosegunda (“Dikr bilad”) o vigésima (Al Udri) campaña (febrero-marzo del 984) el hayib cordobés avanzó nuevamente sobre Zamora, aunque en esta ocasión se vio ayudado por las luchas intestinas que surgieron en el seno del reino. Ramiro III estaba en guerra con su primo Bermudo II (hijo de Ordoño III), por lo que tuvo que pactar una tregua momentánea con Almanzor, entregándole la ciudad del Duero. Finalmente el que venció en esta guerra civil fue Bermudo (984-999), quien había contado con el apoyo de gallegos y asturianos. Pero el Reino había quedado tan desgastado y asolado que el vencedor también tuvo que pactar con el líder musulmán, pagando tributos y permitiendo guarniciones cordobesas dentro de algunas ciudades leonesas, si bien a cambio Almanzor le concedió a cambio un ejército musulmán en el verano del 985 para sofocar las rebeliones de los nobles. Esta situación se mantuvo algunos años, y supuso en la práctica una especie de protectorado de Córdoba sobre el Reino de León. Almanzor devolvió el señorío de Zamora a Bermudo II, pero mantuvo un grupo de sus soldados en el interior.

Aquí cabe preguntarnos si esta situación de subordinación al Califato habría sido posible de no haber mediado una cruenta guerra civil en León. Es un hecho que, como veremos, hubo un antes y después en los resultados de las razzias del hayib pero, en cualquier caso, conviene recordar que así como los cristianos aprovecharon los momentos de debilidad de los reinos musulmanes, éstos hicieron lo propio cuando cambiaban las tornas.

Almanzor, aprovechando que tenía las manos libres por el lado leonés, atacó sin tregua a los condados de Castilla y Cataluña, llegando a tomar Barcelona en el año 985.

Poco después, en el 986, Bermudo II se cansó del dominio musulmán, y expulsó a las guarniciones cordobesas de sus ciudades. Esto provocó la reanudación de las hostilidades.

-La vigesimoquinta campaña(según “Dikr bilad”, que será la fuente utilizada de aquí en adelante) o vigesimotercera según Al Udri se hizo famosa como la “Campaña de las Ciudades” (junio-agosto del 986) ya que se dedicó por completo a castigar la espina dorsal del Reino, atacando a las ciudades de Zamora, Salamanca y León. Muchos nobles enemigos de Bermudo y ex-partidarios de Ramiro III se pasaron al bando de Almanzor, lo que le facilitó las cosas. Realizó un rápido ataque sobre Zamora, que tuvo que capitular. Al entrar en la población y descubrir que los nobles que la defendían habían huido, Almanzor se enfureció y ordenó saquear y destruir la ciudad. En pocos días cayeron Zamora, Salamanca, Alba de Tormes y León, aunque no es seguro que pudiera entrar en la capital del reino cristiano. De cualquier manera, a juzgar por la documentación de la época, la ciudad de León no sufrió daños de importancia.

-En posteriores campañas se dedicó a atacar territorio portugués, pero la trigésima (abril-agosto del 988) regresó a Zamora y Toro, prácticamente indefensas, y volvió a arrasarlas.

-La trigesimoprimera campaña (agosto del 988) la dirigió contra el corazón del reino leonés: primero atacó y destruyó Astorga y varios castillos cercanos, aunque no se sabe a ciencia cierta si atacó y tomó León. En esta campaña también destruyó el monasterio de Eslonza y el de Sahagún.

-La trigesimotercera campaña (año 989) fue una expedición contra Toro para castigar a Bermudo II por haber dado asilo al rebelde gobernador moro de Toledo. Almanzor capturó la plaza sin demasiadas dificultades, produciendo una gran matanza y capturando a muchos cristianos para ser vendidos como esclavos.

Pasaron casi cinco años hasta que Almanzor volvió a atacar territorio leonés. Entre tanto, dirigió sus campañas contra Castilla, Portugal y Navarra.

-En la cuadragesimosegunda campaña (segunda mitad del 994), el caudillo cordobés volvió a centrar sus miras en las ciudades de Astorga y León. Antes de iniciarse las hostilidades, Bermudo II expulsó del reino a los condes traidores a su causa, quienes se pasaron al bando musulmán sin dudarlo un momento. Bermudo II y sus súbditos, sabiendo que no podían ofrecer una buena resistencia, abandonaron la capital llevándose a Oviedo las principales reliquias de santos, y los cuerpos de los reyes anteriores. Pero León no quedó completamente desguarnecida, ya que quedaron en ella los nobles hermanos gallegos Rodrigo y Guillén González, junto con varios valerosos soldados leoneses que se dedicaron a reforzar las dañadas defensas. Almanzor rodeó la ciudad y la atacó con máquinas de asedio, pero la guarnición cristiana resistió estos ataques iniciales e incluso hicieron varias salidas, por lo que los combates continuaron incluso por la noche. Los musulmanes y sus aliados forzaron la puerta occidental de la muralla, y penetraron en León, aunque los defensores los repelieron y volvieron a asegurar esa entrada. Cuatro días después, cayó la puerta del Sur y los invasores abrieron brechas en varios puntos. Rodrigo y Guillén resistieron heroicamente los embates del enemigo, pero el segundo murió en los combates, y el primero fue hecho prisionero. Almanzor arrasó la ciudad, y posteriormente hizo lo propio con Astorga, Coyanza (Valencia de Don Juan), y Sahagún. Intentó pasar al Bierzo y a Asturias, pero le detuvieron los castillos de las montañas (Luna, Gordón...). Según las crónicas, en León sólo dejó una torre en pie para que las generaciones venideras pudieran contemplar la anterior grandiosidad de la capital. Después de este desastre, Bermudo II ya nunca regresó a León. Una muestra de la alegría que causó esta victoria entre sus compatriotas la constituye este fragmento de un poema de Ibn Darray, poeta que estuvo al servicio de Almanzor desde el 992:
“A propósito de Almanzor, que Alá le conceda su misericordia, felicitándole con ocasión de la vuelta de una razia, que Alá lo beneficie.
Tú has dirigido a la tierra de los herejes escuadrones que son el augurio de su destrucción y su demolición.
Y has abandonado León como si no hubiera estado poblada en el tiempo más próximo.
Las banderas han sido allí izadas muy altas cuando sus monumentos han sido demolidos.
Tropas separadas, quebrantadas por la fuerza de las espadas se han retirado con el deseo de poder vengarse.
Y unos evadidos, después de haber preferido la fuga, vinieron siempre empujadas por su huida a abatirse entre tus manos.
Después que se habían refugiado, para conservar que vidas, en torres inaccesibles donde sólo las estrellas son sus vecinas.
Y habían buscado protección en fortalezas, que habían llegado a ser una presa de la muerte al mismo tiempo que les era traba y cautividad.
Se aturdieron con el vino puro de la guerra que bebieron; esta guerra cuyos odios y peligros son su velo.
Como si un fuego los hubiera visto refugiados en sus escondites y se precipitara sobre ellos con sus llamas...
Sus montañas se han cubierto de nieve y sus ríos se han salido fuera de sus lugares...
Hasta atravesar el Duero semejantes a barcos que atraviesan océanos de peligros.
Con lanzas que cortan sus vidas, y sables que quebrantan sus días”.(Traducción de Margarita Lachica Garrido)
En sus siguientes campañas Almanzor atacó Navarra y Castilla y, según las crónicas, casi todo el ejército de este condado fue aniquilado. Durante los años 995 y 996 hubo un protectorado cordobés de facto sobre los reinos cristianos, lo que no impidió a Almanzor atacar nuevamente a Castilla y Portugal.

-En la cuadragesimoséptima campaña (año 995), el objetivo fue Astorga, ya que esta ciudad se había convertido en la capital del Reino tras la destrucción de León. Los anteriores ataques la habían dejado muy debilitada, por lo que fue rápidamente conquistada y arrasada.

-La cuadragesimooctava campaña (julio-octubre de 997) es posiblemente la más conocida de todas las que llevó a cabo, ya que tuvo como destino la destrucción de Santiago de Compostela. Como ya era costumbre, a los musulmanes les apoyaron los nobles cristianos que eran rebeldes a la autoridad de Bermudo II. Al enorme ejército reunido por Almanzor se sumó la flota califal, que avanzó al mismo tiempo por las costas portuguesas. Las dos fuerzas fueron saqueando las poblaciones que se encontraban a su paso, llegando a Santiago el 10 de agosto. La ciudad, alertada y aterrorizada por la fama que precedía al hayib, estaba desierta. Las tropas invasoras saquearon y destruyeron la población, aunque, inexplicablemente, Almanzor ordenó respetar la Tumba de Santiago: hoy en día resultan inimaginables las consecuencias si la decisión del caudillo hubiera sido otra. En cualquier caso, como símbolo de su victoria sobre la capital religiosa del Reino de León, los cordobeses se llevaron a la mezquita de su ciudad las puertas y las campanas de la Catedral, estas últimas para ser usadas como enormes lámparas. En el camino de vuelta, sus tropas arrasaron el territorio leonés del Bierzo, aunque la peste se cebó en ellas, y además sufrieron el acoso de Bermudo II en su retaguardia. Algunos de los nobles cristianos que estaban en el bando musulmán, horrorizados tal vez por el alcance de la campaña, planearon traicionar a Almanzor, pero fueron descubiertos y ejecutados.

Posteriores expediciones le mantuvieron atareado en el Norte de África y Algeciras, pero a partir del año 1000 atacó nuevamente a Castilla, Navarra y Portugal. Fue en esta época cuando, según la Crónica Najerense, Alfonso V (999-1028), hijo de Bermudo II, le entregó su hermana Teresa a un líder musulmán como esposa a la muerte de su padre, lo que dio lugar a una curiosa leyenda:
“Su hermano Alfonso se la entregó en matrimonio a un rey pagano de Toledo a cambio de la paz. Pero ella, como era cristiana, le dijo al rey pagano: “No me toques, porque eres un pagano. Como me toques, el ángel del señor te matará”. Entonces el rey se rió de ella y se acostó con ella una vez, y al instante, como ella le había predicho, fue golpeado por el ángel del señor. Cuando sintió que la muerte ya estaba cerca, llamó a sus asistentes y consejeros y les ordenó que cargaran camellos con oro y plata, con piedras y vestidos preciosos, y que la llevaran a León con todos aquellos regalos”
Según el arabista e historiador decimonónico Reinhart P. A. Dozy, quien se basó en las fuentes árabes, esta historia fue real, y el rey de Toledo no sería otro que el propio Almanzor. Sin embargo, otros historiadores, como Emilio Cotarelo, niegan la veracidad histórica de este episodio, atendiendo a aspectos como el hecho de que Alfonso V, en la época mencionada, era apenas un niño.

Sea como fuere, ninguna otra expedición de Almanzor tuvo como víctima a ninguno de los territorios de la actual región leonesa. Durante la última, la quincuagesimosexta (mayo de 1002), se cebó en Castilla, destruyendo e incendiando el Monasterio de San Millán de la Cogolla, sin haber encontrado resistencia de ningún tipo. Ya había salido enfermo de Córdoba, pero al empeorar su estado de salud decidió regresar a Medinaceli, aunque murió por el camino. Los historiadores actuales descartan la leyenda según la cual castellanos, navarros y leoneses, comandados por el conde de Castilla(!!), vencieron a Almanzor en Calatañazor.

Abd al Malik, el primogénito del caudillo, se hizo con el poder a su muerte, y también fue reconocido como hayib por el débil califa Hisham II. Su primera razzia fue contra Portugal y León, aunque en esta última se encontró mucha resistencia, y tuvo que retirarse tras pactar una paz con los cristianos. Su cuarta campaña también fue contra Yilliquiya (el Reino de León), en el invierno del año 1004 al 1005: saqueó Zamora y el norte de León, sin encontrar apenas resistencia. Murió el 22 de octubre de 1008.

Le sucedió su hermano Abd al Rahman “Sanchuelo”, quien quiso atacar a Alfonso V de León apoyado por traidores castellanos, pero tuvo que retirarse cuando se enteró de que se estaba desarrollando una rebelión contra él en Córdoba. Fue ejecutado en el camino de vuelta junto a García Gómez, conde de Carrión. Con él terminó la línea de caudillos cordobeses descendientes de Almanzor. Éste último dejó una impronta indeleble en la historia de Hispania, de tal modo, que hasta las crónicas cristianas lo recuerdan con una mezcla de respeto y odio. Por ejemplo, en la Crónica Najerense se le describe en los siguientes términos:
“Éste hasta tal punto era desprendido y generoso y esforzado en dictar justicia que, si surgía alguna disputa o riña entre cristiano y moro, antes castigaba al moro que al cristiano, de ahí que no sólo por la generosidad de su fortuna, sino también por su justicia se había granjeado a muchos soldados cristianos”.
En otro lugar de la misma Crónica se le califica como “vara de la cólera del Señor sobre los cristianos”. La Crónica Silense, más cercana a los hechos, narra su muerte de la siguiente manera:
“Almanzor fue muerto en la gran ciudad de Medinaceli, y el demonio que había habitado dentro de él en vida se lo llevó a los infiernos”.
BIBLIOGRAFÍA
-SÁEZ, Rubén. “Las campañas de Almanzor”. Almena Ediciones. Madrid, 2008.
-RUIZ ASENCIO, J. M. “Campañas de Almanzor contra el Reino de León (981-986)”, EN Anuario de Estudios Medievales. Tomo V. Instituto de Historia Medieval de España. Barcelona, 1968.
-CARRIEDO TEJEDO, Manuel. “Las campañas de Almanzor contra la ciudad de León”. Revista de Estudios Humanísticos: Geografía, Historia, Arte. Nº 8. Universidad de León, 1986.
-ESTÉVEZ SOLA, Juan A. “Crónica Najerense”. Ediciones AKAL, Madrid, 2003.
-MOLINA, Luis. "Las campañas de Almanzor a la luz de un nuevo texto". EN Al-Qanṭara. Vol. II, págs. 209-263. CSIC. Madrid, 1981.

La foto de las murallas de León es de Javier Adán.