BELLIDO DOLFOS, HÉROE DE ZAMORA (III)

01 febrero, 2006

Para cerrar este ciclo dedicado a reflejar la verdadera figura de Bellido Dolfos en la cronística medieval, os voy a transcribir un fragmento de la mal llamada Crónica Silense, que es la más próxima a los hechos que se narran, ya que el cerco de Zamora tuvo lugar en el año 1072, y esta crónica se escribió en torno al año 1115.

“Semurenses etenim ea tempestate inmobiles permansere; qui profecto Semurenses, Adefonsi regis presidio muniti, repulsam domini sui non ferentes, misso magne audacie milite, dum circumsederet eos, Sancium regem dolo interfecerunt. Qui nimirum ab eo lancea inopinate ex adverso perfosus, vitam pariter cum sanguine fudit. Idem uero qui eum tam audaciter percussit, sicuti consilium fuerat, cursu rapidissimi equi, apertis portis, ab opidanis incolumis receptus est. Sed interempto rege, tunc cerneres ex tanta audacia, tantaque letitia, dispersio quanta, quantaque tristitia in illo tanto tanque nobili exercitu fuerit”. (Edición de Pérez de Urbel y González Ruiz-Zorrilla, Madrid, 1959)

La traducción me la ha realizado muy amablemente D. Maurilio Pérez, catedrático de Latín que ha sido sometido recientemente a una operación, y a quien deseo una pronta recuperación. Margarita Torres también ha colaborado con una versión previa, y yo mismo he puesto mis granitos de arena (si hay algún error, la responsabilidad es exclusivamente mía):

"Entre tanto, los zamoranos permanecieron inmóviles en medio de aquella tempestad. Sin duda estos zamoranos, cuyas defensas habían sido fortificadas con el auxilio del rey Alfonso, al no soportar la derrota de su señor, mataron mediante la astucia al rey Sancho mientras les asediaba gracias al envío de un caballero de gran audacia. En efecto, el rey, inesperadamente atravesado por la espalda con una lanza por él, perdió la vida junto con su sangre. El mismo que lo abatió tan audazmente, según se había planeado, montado en un rapidísimo caballo fue recibido incólume por los ciudadanos, una vez abiertas las puertas de la ciudad. Y, muerto el rey, hubieras podido ver cuánta dispersión y cuánta tristeza hubo en vez de tanta audacia y tanta alegría en aquel ejército tan grande y tan excelente"

Este texto es muy interesante por varias razones: en primer lugar, dice que Alfonso había reforzado las murallas de Zamora, lo que indica que, como Rey de León, era su señor superior, incluso por encima de Urraca, a quien le correspondía el señorío de la ciudad (aunque, por cierto, la Crónica Silense no la cita como presente en el cerco). En segundo lugar, que los zamoranos permanecieron fieles a Alfonso (otra posible traducción para "inmobiles" es, precisamente, "fieles"), y que por ello se enfrentaron al usurpador Sancho. Tercero: contra lo que afirma Pérez de Urbel, el cronista simpatiza con Bellido y con los zamoranos: al primero lo califica de "audaz" en dos ocasiones, y está clara la intención irónica cuando el cronista cambia a la segunda persona en la parte final: ese "hubieras podido ver..." parece reflejar una mueca de total ironía por parte del autor ante la desbandada de los asediadores.
Como ya dije en otro momento, el plan urdido por los zamoranos y ejecutado por Bellido tiene toda la apariencia de las acciones de los comandos del siglo XX: actúa dentro de las líneas enemigas, da un golpe maestro, y regresa sano y salvo a la base.
Por cierto: según me ha informado Margarita Torres, se puede rastrear documentalmente la existencia real de Bellido Dolfos y de su hijo: al parecer fueron señores de amplios territorios en la zona norte de Zamora, con lo que el título de "héroe zamorano" se le puede aplicar sin ningún reparo. Ambos vivieron tranquilamente durante el reinado de Alfonso VI, y Bellido no fue mandado descuartizar como afirman los antihistóricos cantares de gesta.
La razón por la que los zamoranos no podían soportar la derrota de su señor Alfonso la veremos otro día, ya que las crónicas reflejan que ni Sancho ni el Cid fueron precisamente unos santos, y que , si alguien merece el apelativo de traidores, son precisamente estos dos personajes.
Si alguna lección podemos sacar de estos episodios, es que no se puede hacer Historia partiendo de cantares de gesta que fueron acuñados en Castilla y por castellanos más de un siglo después de los hechos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Acertada, como siempre, tu exposición. Sin manejar todos los elementos y fuentes a los que haces referencia, es exactamente el sentido de la opinión que vengo manteniendo, desde hace ya bastante tiempo, y contra el viento y el ruido de los supuestos historiadores (algunos) a sueldo que no son capaces de entender aquello de "otros ojos, otra verdad"... ¿Recuerdas?
Adelante, Ricardo; solo la verdad nos hará libres.
Totmundo

Anónimo dijo...

Llevo varios días queriendo copiarte el primer poema de Arde el mar de Pere Gimferrer que empieza: "Bellido Dolfos maó al rey a las Puertas de Zamora/..." y termina "llegan aves de persia,Kublai Kahn ha muerto". Como sabes Gimferer es un poeta extraordinario y este poema es muy bonito para completar tu exposición instructiva, pero no está en la web y yo no tengo fuerzas para copiarlo.

Un abrazo JM Jurado
www.jmjurado.org

Anónimo dijo...

Richard, ¿Podrías poner también como describen el suceso las crónicas castellanas?

Ricardo Chao Prieto dijo...

Ya lo he hecho en los artículos I y II de esta serie. Faltaría poner la crónica Najerense, que es la primera en meter la versión del cantar de gesta. Problema: que está en latín. Y que no tengo mucho tiempo para traducir. De todas formas, tal vez te la pase si te interesa, aunque cuenta la versión que todos conocemos: que Bellido se enamora de Urraca, que hace como que huye de Zamora, que se hace amigo de Snacho, y que lo mata cuando está defecando en un lugar apartado. Y eso que el Cid le había avisado ;-))

Anónimo dijo...

Oye, tengo una duda. ¿De dónde conoces la información de la Crónica Silense? ¿Conoces alguna fuente confiable de donde pueda conseguir información de ella?

Ricardo Chao Prieto dijo...

La Crónica Silense que yo sepa sólo está editada por fray Justo Pérez de Urbel, en latín, en el año 1959.La única manera de acercarse a ella es traduciéndola. Yo tuve que pedir ayuda, porque mi latín está un pelín oxidado.

Anónimo dijo...

He hallado esto en internet.
"Bellido Dolfos, probablemente de origen gallego, y residente de Zamora durante el cerco.
Según la Crónica, "estando la villa mucho afincada, vino el diablo a Vellidos Dolfos en sueños e díxole que si matase al rey don Sancho que casaría con doña Urraca". Bellido la preguntó qué daría si alguien matase a Don Sancho y se levantara el cerco. Doña Urraca, muy diplomática, le respondió: "-Vellidos, de la muerte del rey don Sancho yo no te digo nada, pero quien desçercase a Çamora yo darle ía qualquier cosa que me demandase".

Primero me pregunto: ¿por qué gallego?

Segundo: Eso está más de acuerdo con lo que me explicó un profesor de historia cuando era niño. Como no era posible ¿? que Bellido se casara con Urraca, éste lo que pidió fue "yacer con ella" si libraba a Zamora del cerco. Urraca cumplió su palabra. Como la solución de Bellido no había sido la que ella esperaba, librar a Zamora,matar a su hermano no entraba en sus cuentas, mandó meter a Bellido atado dentro de un saco, para que así que "yaciera" con ella en la cama. Al día siguiente, Urraca ordenó a Bellido que saliera de Zamora. Me gusta Doña Urraca. Eso fue lo que aprendí entonces, la letra pequeña de la historia. Lo demás... ¡si no sabemos la verdad de muchas cosas que pasan ahora, como vamos a "clarificar" lo que sucedió entonces! Bellido era un hombre castellano enamorado muy macho y Urraca una castellana de pura cepa muy hembra.