La cosa es que pasé muchas temporadas tanto en la provincia de Cáceres como en su capital. En la hermosísima ciudad vi en varias ocasiones la representación de su escudo: está partido, y en el cuartel izquierdo figura una torre, y en el derecho un león. Por aquél entonces me imaginé que el animal evidentemente representaba al Reino de León, ya que fue el que reconquistó esta región española. Lo que no tenía tan claro era la torre: ¿representaba a la ciudad fortificada, o a otra cosa?
Hace no mucho me encontré ese mismo escudo en color: el león tenía los mismos colores que el del Reino de León, y el castillo (porque al final resultó ser un castillo muy alargado por la disposición del cuartel), los mismos colores que el Reino de Castilla.
Intrigado por el tema, me encontré con una historia que yo supuse que era una mezcla de leyenda y realidad, en la que se explicaba el origen del escudo de Cáceres. Resulta que, originariamente, la ciudad fue tomada por Fernando II de León en el año 1169, pero en 1173 los almohades la recuperaron y se hicieron fuertes en ella. Algunas décadas más tarde, Alfonso IX de León se empeñó en retomar la población, y desde 1218 la sometió a varios asedios. Pero no será hasta el 23 de abril de 1229, día de San Jorge (patrón de la ciudad desde entonces), cuando Cáceres cayó en manos leonesas. Alfonso dotó a los pobladores de un fuero bastante generoso, muy del estilo leonés, y dispuso lo siguiente:
Que doze omes bonos de la villa de Cáceres por todo el Concejo otorgaron y fizieron juramento, que fuessen sugetos, y obedientes con la villa de Cáceres y todas sus pertenencias, al Rey que regnare en el Reyno de León, y no otro ninguno, e si el Concejo esto assi fiziese, que sean leales y bonos vassallos, y si este pleyto quebrantasen, que ellos y sus hijos y sus herederos sean traydores y malditos, con Judas trydor sepultados en el infierno.
Al parecer, en esos momentos el sello de la ciudad era el mismo que el de la monarquía leonesa. Pero, al ser repoblada por leoneses, asturianos, gallegos y castellanos, con el tiempo sus habitantes se dividieron en dos bandos: el de los leoneses (que también incluiría a las gentes originarias de Galicia y Asturias), y el de los castellanos. Los primeros habitaban la parte alta de la ciudad (barrio de San Mateo), y los segundos en la baja (barrio de Santa María).
Los nobles de ambos bandos se enfrentaron violentamente con frecuencia, y la situación llegó a tales extremos, que Cáceres contó en la práctica con dos concejos diferentes que no cesaban de pelearse. La situación perduró hasta la llegada de Isabel la Católica el 28 de Mayo de 1.477: la reina se hospedó en el palacio de los Golfines de Abajo, y residió en la ciudad durante varias semanas. El 9 de julio decidió pacificar la situación, y redactó unas nuevas Ordenanzas. La quinta reza así:
Item mando, y ordeno, que luego la justicia, regidores desta dicha villa, desfagan los dos sellos que tienen del Concejo, y faga uno, y no más, que tenga un escudo de armas, y en la mitad del aya un Castillo, y en la otra mitad un León; las quales dichas Armas yo doi por armas propias suyas a la dicha Villa de Cáceres para siempre jamás, y que este sello esté siempre en poder de uno de los regidores y del procurador...