BELLIDO DOLFOS, HÉROE DE ZAMORA

14 enero, 2006

Desde hace unos meses hay un debate abierto sobre la figura de Bellido Dolfos entre la gente que lo señala como arquetipo del traidor, y los que le proclaman como el héroe que consiguió salvar a Zamora y, por ende, a todo el Reino de León, de las manos de Sancho I de Castilla. Hoy en día predomina la versión que nos han legado los cantares de gesta y la Crónica Najerense: en dichas obras se nos transmite la idea de que Bellido, tras fingir que abandona la ciudad, se pasa a las filas castellanas, consigue hacerse amigo de Sancho para después matarlo de forma ignominiosa a traición y por la espalda mientras el egregio monarca se encuentra defecando en un lugar apartado. La historiografía actual, a pesar de que los cantares y la Najerense presentan graves (gravísimos) errores históricos, ha aceptado sin reservas esta tesis, y la ha divulgado con tal éxito que la mayoría de la gente desconoce las demás versiones. Hoy os quiero incluir el pasaje de la Historia de los hechos de España de Rodrigo Jiménez de Rada (crónica contemporánea al Cantar del mío Cid) para que juzquéis por vosotros mismos:

"Y aparejados los batallones a su mando, [Sancho] atacó la ciudad de Zamora y, luego de rodearla por completo, inició un duro asedio. Pero Arias González, del que he hablado, y los demás asediados se defendían bravamente y el agresor no pudo conseguir lo que pretendía. Mientras se llevaban a cabo los enfrentamientos por uno y otro lado, saliendo de la ciudad un caballero llamado Bellido Ataúlfo, sin pensárselo dos veces atravesó con su lanza al rey que paseaba por el campamento y se volvió a la ciudad con la misma rapidez con que había salido. Mas Rodrigo Díaz el Campeador, llevado por su lealtad al rey muerto, lo persigue al punto y estuvo a pique de darle muerte en las mismas puertas de la ciudad, pero no pudo atajar la velocidad de Bellido. Con la herida perdió el rey Sancho lo que poseía y lo que ambicio­naba, su vida y sus reinos, y surgida una gran confusión en el ejército, se puso fin a la porfía entre asediados y asediadores; y huyendo unos a las claras, otros buscando caminos poco frecuentados, cayeron en las redes de la muerte o del cautiverio"

Y bien: ¿dónde ha quedado la tan famosa traición? ¿No fue Bellido un auténtico héroe al realizar tan osada salida al campo enemigo? Además conviene remarcar que Jiménez de Rada no puede ser sospechoso de "leonesismo": fue un importante personaje de la corte de Alfonso I de Castilla (Alfonso VIII según el uso establecido), y en sus escritos se denota su castellanismo, si bien por lo general suele ser un autor de los más objetivos de la edad media. Escribe su crónica unos años después del Cantar del Mío Cid, por lo que resulta más significativo que no incluya la versión "cidiana" de la muerte de Sancho.

El superbólido del 04/01/2004 y el meteorito Villalbeto

10 enero, 2006

Como el día 4 de enero fue el segundo aniversario del paso del superbólido por el cielo leonés, os incluyo el artículo que escribí para "LEO", la revista de la Asociación Leonesa de Astronomía, explicando las aventuras y desventuras que sufrimos los voluntarios que iniciamos la ardua tarea de la búsqueda de meteoritos, y las no menos duras actividades que realizamos para que los científicos pudieran trazar su órbita, establecer su peso, su lugar de origen, etc. También incluyo algunas variaciones y anotaciones nuevas que no existían en al artículo original, ya que de aquella no se nos había permitido la divulgación de los detalles (lugar exacto de la caída, etc.) Es bastante largo, pero espero que os preste.

Toda esta historia comenzó la tarde-noche del domingo 4 de enero, cuando al llegar a casa mi madre me recibió contándome que mi padre y otros espectadores del partido de la Cultural habían avistado una enorme bola de fuego que atravesó parte del cielo leonés en pocos segundos. Gratamente sorprendido por la noticia, desde el primer momento fui consciente de que la casualidad había elegido a León como destinatario de un bólido (fenómeno que se produce cuando un cuerpo de origen extraterrestre de cierto tamaño penetra en la atmósfera de nuestro planeta): dado que éste había brillado con una fuerza inusitada a pleno día, imaginé que había sido provocado por un objeto de grandes dimensiones.
Mi padre coincidió conmigo en esta apreciación, aunque al parecer muchos de los espectadores pensaron que el responsable del espectáculo había sido un avión. Lo primero que hice fue llamar a mi buen amigo Saúl Blanco, quien además de ser el Secretario de la Asociación, comparte conmigo la afición por estos fenómenos astronómicos. Aunque no sabía nada al respecto, conectó la radio y pronto escuchó que el objeto había atravesado la Península de NO a SE y que un fragmento podía haber caído en el pueblo leonés de Renedo de Valderaduey, muy cerca de la frontera con Palencia. Nada más oír la noticia, nos pusimos de acuerdo de inmediato para visitar juntos la zona la madrugada del día siguiente. Mientras tanto, llamamos a la Guardia Civil y les informamos de la auténtica naturaleza del fenómeno, ya que estaban recibiendo cientos de llamadas de testigos preocupados por la posibilidad de que fuera un OVNI o un avión en llamas.
En Renedo el día 5
Así que el día 5 nos presentamos en Renedo a las ocho de la mañana, mucho antes de que llegaran los medios de comunicación que posteriormente invadirían este pacífico y encantador pueblo. Tras haber hablado con varios habitantes acerca de cómo habían percibido el bólido (altura aparente, zona del cielo que había atravesado, ruido, etc.), aparecieron varios coches de la Guardia Civil, por lo que aprovechamos para identificamos ante los agentes como miembros de la Asociación y gestores del Observatorio Municipal Pedro Duque. Una vez que comprobaron nuestras credenciales (nuestros sencillos carnets de la ALA), nos permitieron acompañarles a la zona donde, según algunos testimonios, parecía haber caído al menos un fragmento del bólido. Emocionados ante la perspectiva de que hubieran caído meteoritos, nuestras expectativas se vieron truncadas cuando comprobamos que aquella área era en realidad un vastísimo bosque de pinos cubierto de una cerrada vegetación que prácticamente impedía el paso. Mientras esperábamos la llegada del helicóptero de la Guardia Civil que iba a rastrear la zona desde el aire, se nos ocurrió hojear el último ejemplar de Leo, y comprobamos que para el día 4 se había predicho que tendría su máximo la lluvia de estrellas Cuadrántidas, por lo que lanzamos a los medios de comunicación allí presentes la hipótesis de que en realidad el bólido había sido causado por una cuadrántida de un mayor tamaño de lo habitual. Posteriormente también descubrimos que ese mismo día la Constelación de Bootes (radiante aparente de esta lluvia de estrellas) estaba en el NO, muy cerca del horizonte, lo que parecía corroborar la trayectoria dada en los primeros momentos por la radio y la televisión. Desvanecida por el momento la posibilidad de recuperar meteoritos, regresamos a León, donde seguimos ávidamente todas las noticias relacionadas con el suceso.

El día 6 me encontraba pasando al ordenador unas bonitas fotografías que había realizado de la puesta de sol del día 4 desde el Monasterio de la Virgen de la Peña (Congosto), cuando me asaltó una idea de manera repentina: ¿no podría haber quedado reflejada en las imágenes la estela persistente que sobrevivió al bólido y que había durado hasta la caída de la noche? Rápidamente miré la hora en que la cámara digital había registrado las fotos, y comprobé que no habían pasado ni cinco minutos del acontecimiento en el momento en que tomé la primera. Tomando como referencia el sol poniente, encontré una única estela que atravesaba el cielo en dirección NO-SE, y la identifiqué como la perteneciente al bólido, si bien no se diferenciaba demasiado del resto de estelas producidas por los numerosos aviones que sobrevuelan habitualmente El Bierzo.

Así que, tras notificárselo a las instituciones científicas, y tras señalar la estela con unas flechas, la Asociación convocó una rueda de prensa en el Observatorio para el día siguiente.
Foto de Salvador Díez en las Hoces de Valdeteja
En ella dimos cuenta del presunto descubrimiento, y advertimos de la imposibilidad de encontrar restos meteoríticos debido a la difícil orografía del terreno de Renedo. Cedimos gratuitamente las imágenes a los medios de comunicación, con la única condición de que mencionaran a la ALA como fuente. Mientras, en los medios locales y nacionales habían ido apareciendo distintas fotos que algunas personas habían conseguido tomar del bólido, e incluso un impresionante vídeo grabado con motivo de una cabalgata de Reyes celebrada en el leonés barrio de El Ejido.

Foto de María Maximina Ruiz en Santa Colomba del Curueño

Vídeo de Luis Alfonso Fdez.

Pocos días después de la rueda de prensa entramos en contacto con la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (también conocida como SPMN), y pronto uno de sus integrantes, Josep María Trigo, nos desveló que, gracias al análisis pormenorizado del vídeo, habían descartado la trayectoria indicada por los medios. El porqué era muy sencillo: en el vídeo aparecía la Luna muy cerca del bólido, lo que indicaba, sin lugar a dudas, que éste se desplazó en dirección NE, y no SE. Esto eliminaba la posibilidad de que la estela que aparecía en mis fotos fuera producto del fenómeno, por lo que concluimos que en realidad fue producida por un avión normal y corriente. Pronto comenzamos a intercambiar emails con su equipo, ya que fueron los únicos científicos que parecían tomarse muy en serio el estudio del fenómeno. Nos pasaron los formularios con las preguntas que había que realizar a los testigos para conocer en profundidad el mayor número de datos acerca de la trayectoria y posible final del objeto, así que Saúl y yo decidimos volver a desplazarnos a Renedo en cuanto tuviéramos ocasión.

El objeto de Villalobar.
El día 10 de enero, los acontecimientos tomaron un giro inesperado cuando recibimos una llamada de una periodista que nos informaba de primera mano del hallazgo de un posible fragmento de meteorito en los Viveros Sofía de Villalobar. Rápidamente nos dirigimos al lugar, aunque durante el viaje nos mostramos bastante escépticos acerca de la autenticidad de los restos. Pero nuestras dudas prácticamente se evaporaron al llegar a la escena del suceso: en el suelo, incrustado en unos plásticos semifundidos, yacía algo que tenía toda la apariencia de ser un meteorito. El plástico del techo estaba claramente perforado en un punto cercano, y mostraba así el ángulo de entrada del objeto. Por si esto fuera poco, el agujero del techo tenía los bordes levemente quemados, lo que parecía eliminar por completo la hipótesis del fraude. Tras realizar las pertinentes fotografías, procedimos a recoger la muestra siguiendo el protocolo que nos había indicado Francisco Miguel Galindo, destacado miembro de la Agrupación Astronómica Palentina, y coordinador voluntario del SPMN. Finalmente, entregamos el fragmento a la Guardia Civil. Este episodio tuvo una amplísima difusión en todos los medios de comunicación, y Saúl llego a aparecer en la portada del Diario de León sosteniendo el presunto meteorito para introducirlo en una bolsa isotérmica.

Por casualidades de la vida, esa misma noche conocimos a José Vicente Casado, experto leonés en fósiles y meteoritos que posee una amplísima colección de rocas espaciales, y que por aquel entonces estaba muy interesado en formar parte de la ALA. Cuando le mostramos las fotografías del objeto, nos informó de que, casi con toda seguridad, era un meteorito, ya que presentaba una marcada costra de fusión. De todas formas, para salir de dudas necesitaba realizar un examen visual de la muestra, por lo que nos las arreglamos para que tuviera acceso a ella. La decepción fue enorme: José Vicente, visiblemente contrariado, nos explicó que no era un meteorito, sino un trozo de chatarra espacial. Este dictamen fue corroborado por el CSIC dos días después, si bien los científicos no se atrevieron a confirmar abiertamente la hipótesis de la basura espacial. Todo ello nos llevó a replantear la naturaleza misma del fenómeno del 4 de enero, si bien el tiempo se encargaría de descartar su posible origen artificial.


Interrogatorios en Renedo.
El día 13, apenas recuperados de este planchazo, Saúl y yo regresamos a Renedo en compañía de José María Pérez, y allí nos encontramos con Francisco Miguel Galindo: juntos realizamos los interrogatorios de los testigos, y tomamos algunas cotas con un teodolito prestado por el Instituto Padre Isla. Gracias a las indicaciones de Josep María Trigo, en esta ronda de entrevistas prestamos más atención al tiempo transcurrido entre la visualización del fenómeno y el sonido de la explosión, y pudimos concluir que al menos habían pasado tres minutos entre ambos sucesos, lo que indicaba sin duda que el bólido había explotado mucho más lejos de Renedo, en dirección Palencia-Santander. Ese día descartamos definitivamente la posibilidad de que aparecieran restos meteoríticos en León, si bien se abría ante nosotros una nueva dirección de investigación. Los compañeros de la Agrupación Astronómica Palentina comenzaron a entrevistar a testigos en varios pueblos del Norte de su provincia, y pronto resultó evidente que allí era donde había que buscar meteoritos, ya que el día 4 algunas personas llegaron a escuchar claramente la caída de varios fragmentos. Además, la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos trazó una trayectoria provisional de la fase final del bólido, por lo que pudieron delimitarnos una amplia zona de búsqueda centrada en la comarca de La Peña. Pero el mal tiempo y la nieve impedían cualquier tentativa de rastreo, así que decidimos visitar el área en cuanto fuera posible.

Mientras, Josep María Trigo nos indicó la necesidad de realizar una serie de astrofotografías desde los sitios en que se habían tomado imágenes del bólido para poder realizar un estudio de la trayectoria exacta: en el caso del vídeo era imprescindible encontrar el emplazamiento, apagar el alumbrado público, y hacer las fotos con un tiempo mínimo de exposición de tres minutos tomando nota de la hora del comienzo y del final de cada una de las fotografías. Para ello nos pusimos en contacto con Luis Fernández Arenas y su mujer Carmen Blanco, autores del vídeo, quienes muy amablemente nos indicaron el lugar desde donde lo habían grabado. Una vez obtenido el pertinente permiso del Servicio de Alumbrado del Ayuntamiento para apagar la iluminación pública, intentamos realizar la calibración por primera vez la noche del 20 de enero, si bien los resultados fueron muy pobres debido a la luz de los enormes focos instalados en el aparcamiento de camiones de las cercanías. Tampoco tuvimos mejor suerte con la tentativa realizada en las Hoces de Valdeteja (localidad en la que Salvador Díez García había obtenido una espectacular foto), ya que no encontramos el sitio exacto. Saúl y yo guardamos todavía un recuerdo muy fresco de esa noche en las montañas, entre la nieve, a 13º bajo cero, con una cámara cuyo objetivo no dejaba de empañarse.

Un par de días después saltó la noticia bomba: habían aparecido pequeños fragmentos de meteorito en un camino de un pueblo de Palencia, y el CSIC confirmaba su autenticidad. En realidad, la noticia ya era algo vieja, pero el poseedor de los restos no había querido hacerla pública antes. Decidimos que no podíamos esperar más, ya que parecían confirmarse las sospechas del SPMN de que la comarca estaba llena de fragmentos, y, además, empezaron a llegarnos inquietantes rumores acerca de la presencia de cazadores de meteoritos extranjeros en la zona. Así que los días 23 y 24 organizamos sucesivas expediciones al área donde parecía más probable hallar fragmentos, en torno a los pueblos de Villalbeto y Tarilonte, aunque no obtuvimos resultados. Dirigidos por José Vicente, recorrimos decenas de kilómetros en coche y a pie, pero la orografía de la zona era muy difícil, y cada vez nos íbamos desanimando más y más.

Atollados en un camino.
Por si fuera poco, la nieve se había fundido y los caminos se habían convertido en tremendos barrizales, por lo que en algunas ocasiones tuvimos serios problemas con la furgoneta de José Vicente (eso por no hablar del estado en que quedaban nuestra botas y nuestra ropa). El día 25, otro equipo del SPMN dirigido por el Dr. Javier García Guinea (del Museo Nacional de Ciencias Naturales) encontró varios trozos muy cerca de donde habíamos rastreado, lo que nos sirvió de acicate para sucesivas búsquedas.

El 27 de enero organizamos otra expedición, aunque en esta ocasión sólo estábamos José Vicente y yo de la ALA, y Francisco Miguel y Stanislaus J. Th. Erbrink (Stan) de la Agrupación Palentina. El día fue especialmente duro, ya que quedamos atollados en dos ocasiones, y en una de ellas fue preciso requerir la ayuda de algunos de los habitantes de un pueblo cercano. Tras una jornada agotadora, cuando ya estábamos a punto de montar en los coches para regresar a nuestros respectivos hogares, Stanislaus le mostró a José Vicente una piedra que había encontrado en las proximidades de los vehículos:
Stan y su fragmento
cuando éste comenzó a gritar alborozado, los demás pensábamos que nos estaba tomando el pelo, pero al final se impuso la evidencia: ¡habíamos encontrado nuestro primer fragmento de meteorito! Tras la inmensa alegría de los primeros momentos, Francisco Miguel nos recordó el protocolo que debíamos seguir: había que fotografiar el lugar de impacto, tomar las coordenadas GPS, presentar las muestras a la Guardia Civil, y después enviarlas a un laboratorio. En estos momentos apreciamos enormemente la labor de Saúl Blanco, quien se había preocupado de leer toda la legislación vigente de Patrimonio para conocer los pasos que había que seguir en un caso como este: sus preocupaciones nos ahorraron un montón de quebraderos de cabeza legales. Mucho más animados, continuamos organizando sucesivas expediciones de rastreo, y la verdad es que la Fortuna comenzó a sonreírnos, ya que rara fue la vez en que no encontramos alguno.



Minutos antes de comenzar la conferencia.
Mientras tanto, dado el interés mediático que había despertado el bólido, decidimos que era un buen momento para organizar una conferencia acerca de estos fenómenos. Para ello contamos con la desinteresada colaboración de José Vicente y del Ayuntamiento de León, y así el acto pudo celebrarse el 3 de febrero en su Salón de Actos con el título "Cazadores de meteoritos: tras la pista del bólido de León". A pesar de la escasa publicidad que tuvo en algunos medios de comunicación, a la conferencia acudieron unas 150 personas, por lo que, aunque no cumplimos las expectativas, pudimos considerarla un éxito. Los meteoritos que llevó José Vicente causaron una gran expectación, aunque nos fue imposible presentar el hallado por Stanislaus al estar siendo sometido a las pruebas de laboratorio.

El 4 de febrero volvimos al trabajo de campo, y esta vez fue José Vicente quien tuvo la suerte de encontrar el fragmento del día. Para cubrir más terreno que en las ocasiones anteriores, las dos asociaciones decidimos reclutar el mayor número de participantes posibles, por lo que en el curso de astronomía de los jueves pedimos voluntarios para organizar una batida ese mismo sábado. Así que el día 7 nos reunimos Jesús San José, Isidro Fernández, Sergio Valbuena, Saúl Blanco, José Vicente Casado y un servidor por parte de la ALA, y Stanislaus, Francisco Miguel y Oscar Díez Higuera por parte de la Agrupación Palentina. Manuel Fernández, músico y fotógrafo aficionado. Mientras tanto, aparecieron nuevas fotos del superbólido tomadas desde el pueblo de Santa Colomba del Curueño, lo que hizo necesaria nuestra presencia allí para realizar las pertinentes calibraciones.
Isidro y su fragmento.
Fue un día fructífero, ya que Isidro, Saúl, y Francisco Miguel encontraron sendos meteoritos, y, por si fuera poco, el de Isidro, con más de 120 gramos de peso, resultó ser el más grande de los hallados por nuestro equipo: éste es el fragmento que se nos ha permitido conservar para ser expuesto en León, aunque de momento el Ayuntamiento no ha demostrado ningún interés por exponerlo al público leonés. La alegría fue enorme, ya que tantos hallazgos hacían casi seguro el que las dos asociaciones pudieran quedarse alguno de los fragmentos para exponerlos al público. Por desgracia, las sucesivas visitas no serían tan afortunadas, y tras una serie de rastreos sin hallazgos en nuevas zonas, y de concienzudos re-rastreos de las zonas ya batidas, tiramos la toalla con la satisfacción del deber cumplido. Todavía nos llevó unos meses a Saúl y a mí acabar con las calibraciones fotográficas, pero en la última, llevada a cabo en Aguilar de Campoo, recibimos la inestimable ayuda de un miembro de la ALA reenganchado.

Finalmente, os contaré el destino de las tres piezas que fueron halladas por gente de la ALA: el fragmento de Saúl fue donado a la Universidad de Barcelona en agradecimiento por los análisis químicos. El de José Vicente se donó al Museo de Ciencia de Valladolid, donde está permanentemente expuesto junto a unos paneles explicativos (allí sí que se preocuparon por conseguir el expositor). El de Isidro sigue a la espera de que el Ayuntamiento decida de una vez si quiere exponerlo o no. Ya hemos recibido distintas ofertas de varios museos, y es muy probable que acabemos aceptando una. [Actulización: ahora es la primera pieza en el recorrido del Museo Histórico Provincial de León, edificio Pallarés]

Como conclusión, os diré que todo el asunto es lo más parecido a una aventura que he tenido en mi vida, aunque el gasto en tiempo y en dinero que conllevó fue considerable. Saúl y yo, en colaboración con más gente, publicamos un artículo en la revista "Astronomía" nº 67 (enero de 2005). Los científicos (Jordi Llorca, Josep María Trigo y otros) ya han publicado la primera parte del estudio científico y, dicho sin modestia, gracias a la dura (en ocasiones durísima) tarea que realizamos aficionados como Saúl Blanco, José Vicente Casado o yo mismo, han podido precisar casi todos los datos del meteorito: su trayectoria exacta, su masa, su altitud en el momento de la explosión, su composición, el momento en el que abandonó el cinturón de asteroides (hace más de 40 milllones de años), la parte del cinturón de la que partió, su edad (más de cuatro mil millones de años), etc.



Mapas antiguos de España (XXV)

Este mapa, al igual que los dos anteriores, es del año 1720. Fue publicado en Amsterdam por I. Covens y C. Mortier, aunque fue confeccionado por el geógrafo G. de l´Isle tomando como base la "descripción" de Rodrigo Méndez Silva. El idioma empleado es el francés. Hay varios asuntos relacionados con León que llaman la atención: en primer lugar, el rótulo del "Royaume de Leon" comienza por debajo del Tajo, a la altura de la ciudad de Cáceres, a pesar de que la línea divisoria entre León y Extremadura se sitúa en la Sierra de Baños.
Por otro lado, comienza a variar los límites entre el Bierzo y Galicia en beneficio de la segunda; poblaciones tan leonesas como Villafranca y Cacabelos (que en los mapas anteriores señalaban el límite del Reino de León) quedan englobadas en el reino gallego. El por qué de esta división nos es desconocido, ya que se salta el Burbia y traza una línea recta artificial que no responde a ninguna realidad geográfica. Como veremos, esta circunstancia se repetirá en mapas posteriores posiblemente por imitación.
Por el Este, la frontera con Castilla queda establecida más o menos en el río Carrión, aunque desde su unión con el Cea el autor traza otra línea caprichosa y arrastra el límite hasta el Pisuerga (seguramente para incluir en León la ciudad de Palencia). Valladolid queda en la parte castellana vieja una vez más. Tierra de Campos queda íntegramente en el Reino de León, lo que contrastará con la costumbre de la generación del 98 de identificar este territorio con Castilla. Y aquí podríamos preguntarnos qué es realmente Castilla, pero no creo que este cuaderno de Notas sea el lugar más indicado para ello.
Cantabria sigue desaparecida en combate y La Rioja, como siempre, forma parte de Castilla la Vieja.

1720

Presentación del libro "500 razones por las que habrá una autonomía leonesa"

03 enero, 2006

Hoy, día 3 de enero, ha tenido lugar la presentación del libro "500 razones por las que habrá una autonomía leonesa" en el Salón de Actos del Ayuntamiento de León, ante unas 200 personas. Esta obra ha sido coordinada por mi amigo Miguel Ángel González, y yo he tenido el privilegio de aportar algunas de las razones históricas. Mucha más gente (intelectuales o no) ha participado en la elaboración enviando sus razones, pero ha sido Miguel Ángel quien tomó sobre sus hombros la titánica tarea de hilarlas y convertirlas en algo coherente que pudiera ser publicado.
A partir de este momento, los leoneses interesados en defender su tierra tienen a su disposición una batería de sólidos argumentos sociales, económicos, históricos, antropológicos, etc. que ningún lacayo de la Junta de Valladolid podrá rebatir. Creo que no sería exagerado afirmar que habrá un antes y un después de la publicación de este libro en el leonesismo cultural, y que es muy posible que se convierta en un auténtico catecismo para los leoneses amantes de su región.
El libro ha sido editado por Lobo Sapiens, y cuesta 10€. Puede encontrarse en las principales librerías leonesas, y también será presentado en Ponferrada, Astorga y otras ciudadades de la Región Leonesa.

Javier Callado, Julio Lago, M.A. González, J.A. Martínez Reñones y Agustín Suárez

¡Feliz Año nuevo 2006!

31 diciembre, 2005

Hoy, último día de 2005, Corazón de León ha alcanzado la cifra de 5000 visitas (desde el 6 de julio). Muchas gracias a todos, y que el 2006 os sea más propicio que lo que os haya sido el 2005. Y ahora una felicitación en leonés "robada" del blog de la Asociación Gastronómica Región Leonesa:

Deseyavos unas perbonas Fiestas ya que’l prósimu Añu 2006 tráiganos a toos salú, paz, ya Felicidá.

(Desearos unas muy buenas fiestas y que el próximo año 2006 nos traiga a todos salud, paz y felicidad)

¡FELIZ SOLSTICIO 2005!

21 diciembre, 2005

(Para el que no lo sepa, hoy a las 18:30 aprox. ha tenido lugar el Solsticio de Invierno, por lo que el Sol comienza su renacimiento. La imagen de Mitra es una broma mitológica: el 25 de diciembre se celebraba el día del Solis Invictus en honor a Mitra, y los cristianos, que desconocían cuándo había nacido Jesús, adoptaron esa fecha para tal fin; éste es el origen de la Navidad)

Mapas antiguos de España (XXIV)

20 diciembre, 2005

Mapa de 1720 en el que sólo aparece el cuadrante Noroeste de la Península Ibérica. Los autores son I. y R. Ottens, de Amsterdam. Resulta curioso observar cómo desaparece Cantabria en todos estos mapas, absorbida por Asturias y, sobre todo, Vizcaya. Este hecho parece contradecir la costumbre de incluir la provincia cántabra en Castilla la Vieja, que, como veremos, es más reciente de lo que algunos imaginan. En cuanto al Reino de León, su límite con Galicia sigue estando en el Burbia y la Cabrera, y algunos pueblos sanabreses entran dentro de los límites gallegos. La ciudad de Palencia sigue en zona leonesa, pero Valladolid, como siempre, aparece en Castilla la Vieja.
Llama la atención la forma en que aparecen los nombres de algunos pueblos del norte de Cáceres: así, Robledillo figura como "Robrailla", Descargamaría como "Decanamana"(posiblemente debido a una mala lectura del mapa original), etc. Lo que más me sorprende es el nombre de la Sierra de Gata: "Sierra de Torras Vaccas". Por lo visto, no aparece ningún pueblo de las Hurdes. La verdad es que hay muchos errores en la transcripción de los topónimos, pero es algo comprensible, al ser extranjeros sus autores. Ya os habreis dado cuenta de que apenas hay mapas españoles en esa época.
1720

VERGONZOSO REPORTAJE SOBRE EL BIERZO EN TELE5

14 diciembre, 2005

Yo no lo ví porque (afortunadamente) no tengo televisión, pero ayer se emitió un vergonzoso reportaje de dos minutos sobre el Bierzo en el telediario de mediodía de Tele 5. Se evitó mencionar las palabras "León" o "leonés" en todo momento, y no pararon de llamar castellanos a los bercianos. Dijeron que existía un problema entre los gallegos y los castellanos, hablaron de la Junta de Castilla (??), etc. Por si fuera poco, entrevistaron a Abel Pardo, y omitieron todas sus referencias a la leonesidad del Bierzo, al leonés, etc.
Es una vergüenza que supuestos periodistas no tengan ni idea de lo que están hablando, aunque es algo a lo que nos vamos acostumbrando. Me parece penoso que ya ni siquiera se tengan unos elementales conocimientos de Geografía e Historia (suponiendo, eso sí, que no haya sido hecho con toda la intención)
Si queréis protestar, he abierto un foro titulado "El Bierzo no es castellano" en http://www.foros.telecinco.es/forost/servlet/verForo?foro=0 Y la dirección de los informativos es redaccionweb@informativost5.com Cuantos más protestemos, más cuenta se darán de que han metido la pata. Eso sí; por favor, sed educados.
PD: No me gusta para nada tratar estos temas en mi cuaderno de notas, pero es que este asunto me ha molestado mucho.

NO ES UN OVNI: ES VENUS

09 diciembre, 2005

Hace unos momentos he recibido la alarmada llamada de un primo mío; estaba con un grupo de gente, y veían una luz muy brillante y extraña en el cielo. Algunos de los presentes, fijándose más, llegaron a afirmar que de vez en cuando salían de ella unas lucecinas verdes más pequeñas (fruto de la autosugestión, sin duda). Me pedía que saliera a la calle y lo viese, cosa que hice, aunque ya sabía de qué se trataba. En realidad era el rutilante Venus, el segundo planeta a partir del Sol, que en estos días, si mal no recuerdo, está alcanzando su máximo brillo. Podéis verlo no muy alto al comenzar la noche, con un hermoso brillo amarillento; con el transcurrir de las primera horas de la noche, continúa su peregrinaje siguiendo al Sol, y se pone más o menos por el mismo punto del horizonte que éste.
No es de extrañar esta confusión: cuando se han hecho investigaciones serias sobre OVNIs, en más de la mitad de los casos fue Venus el culpable de los "avistamientos". Es más, han sido numerosos los pilotos comerciales y de combate que han confundido al planeta con una supuesta nave tripulada por extraterrestres. Estos errores son mucho más frecuentes cuando Venus brilla al máximo. Y es que los urbanitas hemos perdido la costumbre de observar el cielo, por lo que desconocemos los ciclos astronómicos de los planetas, las estrellas, e incluso de la Luna.
Cuando veais Venus, pensad que, a pesar de llevar el nombre de la diosa del amor, es lo más parecido al infierno que existe en el Sistema Solar: nubes de ácido sulfúrico, atmósfera de dióxido de carbono, una presión 90 veces superior a la nuestra, una capa de nubes que nunca deja ver el Sol, una temperatura superior incluso a la de Mercurio (a pesar de que éste se encuentra más cerca del Sol), etc. Como curiosidad, os diré que hasta mediados del siglo XX se pensaba que la capa de nubes se debía a que la superficie venusiana era en realidad un vasto océano donde podían pulular distintas especies animales: podéis ver reflejada esta teoría en la magnífica novela "Lucky Star y los Océanos de Venus", del genial Isaac Asimov . En realidad, en el siglo XIX y comienzos del XX se creía que había grandes selvas, e incluso civilizaciones de seres inteligentes. Por supuesto, las sondas enviadas por soviéticos y estadounidenses desmintieron estas idílicas visiones de nuestro vecino planetario más cercano.

Mapas antiguos de España (XXIII)

29 noviembre, 2005

Fijáos en el escudo que preside la cartela de la esquina inferior derecha. Sí, es el escudo de León y, por si hubiera dudas, así lo pone en la banda superior (que además está coronada por un león muy curioso armado con una espada) Está claro que el Reino debió impresionar al autor, porque lo sitúa por encima de los símbolos de Portugal y los demás reinos. Castilla aparece algo por encima y a la izquierda, pero de una forma muy discreta y en segundo plano, cediendo el protagonismo al león rampante del centro. Un mapa inglés muy curioso.

1720