Esta semana no tuvimos programa, ya que el martes estuvo dedicado al Leonés del Año, D. Juan Pedro Aparicio, a quien me gustaría felicitar desde aquí, aunque ya tuve la oportunidad de hacerlo en persona.
La semana pasada nos centramos en un personaje cuyo nombre seguro que les resulta familiar a todos los leoneses capitalinos, aunque no así su figura ni la labor que realizó. Se trata de Antonio González de Lama, que da nombre a un instituto y a una calle en la ciudad, y que fue un sacerdote un tanto atípico para una época tan sombría para la obra intelectual como fue el franquismo. Para glosar su figura contamos con la presencia de José Enrique Martínez Fernández, doctor en Filología Románica. Catedrático de Universidad en el Área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, en la Universidad de León (España). Además, es compañero de libro en "Leyendas de León contadas por..."
-Antonio González de Lama: (Valderas, 1905-León, 1969)
A continuación os dejo la información que recopilé sobre este intelectual leonés. Por cierto, después de la grabación me enteré de que mi abuela Rosa tuvo trato con este insigne personaje.
El P. Antonio González de Lama. Fte.:Cosinas de León |
Fue profesor en diversos centros como el colegio Leonés y el seminario leonés. En varias ocasiones ejerció como director del Diario de León y fue también bibliotecario de la Fundación Sierra-Pambley; fue también uno de los fundadores de la revista de poesía y crítica “Espadaña”, que dio voz a los poetas que no comulgaban con el franquismo. González de Lama, junto a Eugenio de Nora y a Victoriano Crémer, fundó dicha revista que de 1944 a 1951 “marcó la vida cultural del país”. Autodidacta: Las circunstancias de la época no le permitieron estudios universitarios.
Su vieja casa en la plaza de Puerta Obispo, al lado de la Catedral de León, aún sigue en pie y tiene en la ciudad de León un colegio y una calle que llevan su nombre.
Monolito con forma de atril en recuerdo de Antonio González de Lama, que reposa junto a la casa rehabilitada donde vivió este ilustre sacerdote, pensador, periodista y escritor ubicada en la plazuela de Puerta Obispo.
Entre los múltiples legados que en el ámbito cultural nos dejó D. Antonio G. de Lama y por los que la ciudad de León debe estar muy agradecida, destacaríamos: el enriquecimiento y reestructuración de la fundación cultural Sierra Pambley, exigua representación en la ciudad de la Institución Libre de Enseñanza, cuya biblioteca, conocida como Biblioteca Azcárate, auténtica escuela y fecunda tertulia, organizó y dotó de material bibliográfico.Prestó igualmente una colaboración especialísima en la ordenación y perfeccionamiento de la biblioteca de la Diputación.
Homenajes y Premio en su honor
El Ayuntamiento de León rendió un homenaje a González de Lama, los días 22 y 23 de marzo de 2019, en el salón de plenos. Entre otros actos, hubo: conferencias, mesas redondass, un concierto a cargo de la Orquesta Juventudes Musicales-Universidad de León y un recital poético.
El Ayuntamiento de León ha recuperado el Premio Nacional González de Lama, que en su 44 edición recibió 128 trabajos de toda la geografía nacional, europea y americana. Este premio está dotado con 6.000 euros.
La revista "Espadaña".
Fue una revista leonesa de poesía editada entre 1944 y 1951 y fundada por Antonio González de Lama, Eugenio García de Nora y Victoriano Crémer, que publicó la obra de poetas opuestos al régimen franquista y mantuvo una línea editorial de compromiso político y social.
La aparición de Espadaña quiso oponerse a la revista poética rival Garcilaso. Juventud creadora (1943-1946) que cultivaba una poesía clasicista y afecta al régimen franquista, el Garcilasismo, y sirvió de vehículo a una poesía de tono desarraigado que fue calificada de tremendista. Estas dos revistas representaron las dos corrientes poéticas principales de la poesía de posguerra española.
Espadaña se convertirá en una revista de poesía y de crítica. En ella se publicaron obras de autores como César Vallejo, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Antonio Pereira, José Hierro, Ángela Figuera Aymerich, Gabriel Celaya y Blas de Otero.
“Por lo pronto, el interés de Espadaña fue su carácter anómalo, milagroso casi ser una revista de oposición, de disidencia política, en aquella España de 1944 a 1951. Nadie se engañaba, y creo que desde el principio se sabía que las divergencias en apariencia sólo estéticas con la oficiosa «Juventud Creadora» de Garcilaso, no eran más que la exteriorización (única posible entonces, claro), de unos planteamientos de fondo, en radical contradicción con el falangismo y el nacional-catolicismo imperantes. Así, desde el principio, tanto los disidentes del interior como los republicanos esparcidos por Francia e Iberoamérica nos enviaron colaboraciones y, en algunos casos, una generosa contribución económica. Que, por cierto, era en todo momento, más que bienvenida, indispensable. Pues el otro aspecto casi increíble de la aparición y mantenimiento de la revista es el de su financiación: al no tener en ningún momento ni una peseta de subvención de entidades oficiales (Diputación, Ayuntamiento, etc., y más bien al contrario, su natural hostilidad), la aparición de cada número era, literalmente, milagrosa. En rigor, sólo el hecho de ser Victoriano Crémer tipógrafo de profesión, y estar en relación estrecha y generosa con la imprenta Casado, hacía posible el "milagro”.
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