“Defiendo Castilla y León allá por donde voy con mi célebre colección de orinales” (El Pesetos, coleccionista, pág.14)
Vaya por delante que las líneas que siguen son mi opinión personal sobre una revista que, como leonés, me ha ofendido. En este mismo sentido, he de recordar que éste es mi blog personal, y por ello creo que tengo el derecho a exponer libremente mis opiniones, por muy críticas que sean. Así que si usted es un ferviente "castellanoleonés"(sic) o un seguidor de dicha revista que va a leer este post por casualidad, tal vez debería pensárselo dos veces y pulsar a continuación el botón de "cerrar ventana" de su navegador. Advertido queda.
Pero metámonos en harina. ¿Qué es ARGI? Aunque en euskera esa palabra significa "Luz", por lo visto este nombre es la forma corta de “Argimiro”, que era el pseudónimo de su director, y el nombre de un hijo suyo.
En cualquier caso, es una revista dirigida por Javier Pérez Andrés cuyo principal y casi único objetivo es cantar las excelencias de esta nuestra comunidad. El tal Javier Pérez es un cántabro-castellano que se siente castellanoleonés (sic), escribe en el Norte de Castilla y que dirigió o dirige el programa "El arcón" en Televisión Castilla y León. Parece ser un personaje muy pagado de sí mismo, porque puso su foto como portada del nº1 de la revista, y de hecho aparece en pequeño tamaño en las portadas de todos los demás números. Presume de ser uno de los mejores conocedores de Castilla y León, título que no voy a entrar a discutirle. Lo que sí queda claro es que Javier Pérez es un ferviente defensor del actual marco autonómico, y que echa mano de cualquier argumento, por ridículo que sea, para justificarlo. Ello es algo muy típico de este tipo de personajes, a los que en plan jocoso llamo “castillones”, porque pronuncian tan rápido “Castillaleón” que parece que dicen “castillón”. Los castillones se caracterizan por usar una corta serie de argumentos muy manidos y sobados que se han aprendido de memoria desde la Transición: que si somos una región geográfica (como si estar en la misma cuenca fuera un requisito para crear una autonomía: que se lo digan a los de la Cuenca del Ebro), que si Castilla y León unieron sus destinos desde el año 1230 (sin recordar que en ese año también se incorporaron Galicia, Asturias, etc), que si somos un destino en lo universal, etc. etc.
En ese sentido, el concepto que tiene esta revista de la comunidad queda claro ya desde su propio logotipo: una especie de pegatina con un castillo como protagonista, mientras se advierte por un doblez que en la parte trasera hay un león boca abajo, ya que asoma tímidamente sus patas delanteras, talmente como si estuviera aplastado por el peso del castillo. Y es que eso es León para la gente que defiende a capa y espada esta autonomía: un simple "apellido" que a veces molesta, aunque su símbolo queda muy bien en la bandera cuartelada.
Pasemos a ver someramente cómo es el nº 8 de esta revista ("La conquista de un sueño"), eso sí, sin entrar a analizar los contenidos, porque en ese caso el comentario podría abultar más que la propia publicación. Dicho número corresponde a los meses de abril/mayo, cuesta 3€ (que conste que me la regalaron), y está dedicado casi monográficamente a la fiesta(?) de la Comunidad, ese día que en León es más conocido por otro acontecimiento sin duda más agradable: el "Día del Libro".
Empecemos por la “Carta del Director”, una especie de editorial presidido nuevamente por la efigie aparentemente pensativa de D. Javier Pérez Andrés: en ella el infatigable periodista nos relata entusiasmado la agradable sorpresa que se llevó al encontrar el cuartelado de castillos y leones grabado en una pared en la fortaleza de San Cristóbal y en otros lugares de Puerto Rico. Ello le lleva a reflexionar lleno de orgullo acerca de que el dibujo era prácticamente igual al de la actual enseña autonómica, aunque a continuación se lamenta de que esa bandera
El director dedica los últimos párrafos a cantar las excelencias de la fiesta (?) de Villalar y sus símbolos, rematando con un colofón autoexplicativo:
El resto de la revista está plagado de artículos de temas muy diversos, pero que tienen en común el mismo tufillo propagandístico y panegirista: “Los comuneros: Los primeros héroes de la región”; una entrevista a Juan Vicente Herrera (quien sin duda se sentirá muy cómodo y ufano en una revista de este tipo); “Los vinos del Estatuto”, en el que “el comité de cata analiza once vinos de la añada de 1983”; un análisis del Estatuto de la comunidad de mano de Fernando Rey (uno de los dos perpetradores del texto), etc., etc. Y es que 82 páginas a todo color dan para mucho. ¿O tal vez no? Veamos:
Uno de los artículos está dedicado a la famosa “Fundación Villalar”, con el significativo título “El reto de forjar una identidad”. Y es que, sin duda, tratar de forjar una identidad desde cero debe de ser una tarea muy difícil, porque es algo inédito en el resto de España. Pero con dinero todo se puede arreglar (o eso piensan ellos).
Además de la mega-entrevista al presidente de la Junta (6 paginazas), hay otra hecha a Demetrio Madrid bajo el título “Castilla y León: el sueño de los valientes”, aunque hubiera quedado más propio “la pesadilla de los leoneses”.
Algo que está presente en toda la publicación es el uso (y abuso) del término “regional” para referirse al conjunto de la comunidad autónoma, a pesar de que hasta el preámbulo del actual Estatuto viene a reconocer que está compuesta por dos regiones históricas diferentes. Hasta el señor Juan Vicente Herrera lo utiliza con total desparpajo, cosa que no ha de extrañarnos, pues su administración ha empezado a poner el apellido “regional” a algunas de sus nuevas instituciones, como el Ente Regional de la Energía.
Otro artículo que no tiene desperdicio es “Castilla como necesidad” del periodista Carlos Blanco, quien deja bien claro que para él sólo existe la fórmula Castilla+León=Castilla. Por supuesto, esta Castilla “ni fue dominante ni imperialista” (menos mal, porque si llega a serlo...). Al menos el autor tiene la decencia de hacer examen de conciencia “regional” en la parte final:
Un artículo que hay que reseñar es el kafkiano “El Motín de la Trucha”, que trata acerca del famoso y semi-mítico motín que tuvo lugar en la Zamora medieval. Lo surrealista del asunto es que inaugura la sección “Castilla(!) milagrera”, que pretende recordar “un tiempo en que en Castilla se produjeron hechos sobrenaturales”.
No menos kafkiano es el artículo “Regionalismo sano”, de Fernando Rey, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid y, como ya se ha dicho, uno de los dos padres del Estatuto que no parece estar demasiado a gusto con cómo le ha quedado el “hijo”. Por ejemplo, se lamenta de que “no se ha conseguido que las sedes de las instituciones aparezcan en el Estatuto, incumpliendo, por cierto, el mandato constitucional”. Una pena y un escándalo, oiga.
Hay muchos más artículos, pero la mayoría están dedicados a la que parece la gran pasión de Javier Pérez Andrés: los vinos y la gastronomía. Algunos están salpicados por pintorescos comentarios de diversos personajes de la vida social, cultural y política de la comunidad acerca de lo que les dice “Castilla y León” (ninguno negativo, por supuesto). De entre ellos he sacado el que encabeza este post, por lo que tiene de simbólico.
En cuanto a la revista en sí, sólo me queda desearle que siga el fulgurante camino trazado por la editorial Ámbito, de la que es hija intelectual en cierto modo. Que siga el derroche, que paga mamá Junta.
Pero metámonos en harina. ¿Qué es ARGI? Aunque en euskera esa palabra significa "Luz", por lo visto este nombre es la forma corta de “Argimiro”, que era el pseudónimo de su director, y el nombre de un hijo suyo.
En cualquier caso, es una revista dirigida por Javier Pérez Andrés cuyo principal y casi único objetivo es cantar las excelencias de esta nuestra comunidad. El tal Javier Pérez es un cántabro-castellano que se siente castellanoleonés (sic), escribe en el Norte de Castilla y que dirigió o dirige el programa "El arcón" en Televisión Castilla y León. Parece ser un personaje muy pagado de sí mismo, porque puso su foto como portada del nº1 de la revista, y de hecho aparece en pequeño tamaño en las portadas de todos los demás números. Presume de ser uno de los mejores conocedores de Castilla y León, título que no voy a entrar a discutirle. Lo que sí queda claro es que Javier Pérez es un ferviente defensor del actual marco autonómico, y que echa mano de cualquier argumento, por ridículo que sea, para justificarlo. Ello es algo muy típico de este tipo de personajes, a los que en plan jocoso llamo “castillones”, porque pronuncian tan rápido “Castillaleón” que parece que dicen “castillón”. Los castillones se caracterizan por usar una corta serie de argumentos muy manidos y sobados que se han aprendido de memoria desde la Transición: que si somos una región geográfica (como si estar en la misma cuenca fuera un requisito para crear una autonomía: que se lo digan a los de la Cuenca del Ebro), que si Castilla y León unieron sus destinos desde el año 1230 (sin recordar que en ese año también se incorporaron Galicia, Asturias, etc), que si somos un destino en lo universal, etc. etc.
En ese sentido, el concepto que tiene esta revista de la comunidad queda claro ya desde su propio logotipo: una especie de pegatina con un castillo como protagonista, mientras se advierte por un doblez que en la parte trasera hay un león boca abajo, ya que asoma tímidamente sus patas delanteras, talmente como si estuviera aplastado por el peso del castillo. Y es que eso es León para la gente que defiende a capa y espada esta autonomía: un simple "apellido" que a veces molesta, aunque su símbolo queda muy bien en la bandera cuartelada.
Empecemos por la “Carta del Director”, una especie de editorial presidido nuevamente por la efigie aparentemente pensativa de D. Javier Pérez Andrés: en ella el infatigable periodista nos relata entusiasmado la agradable sorpresa que se llevó al encontrar el cuartelado de castillos y leones grabado en una pared en la fortaleza de San Cristóbal y en otros lugares de Puerto Rico. Ello le lleva a reflexionar lleno de orgullo acerca de que el dibujo era prácticamente igual al de la actual enseña autonómica, aunque a continuación se lamenta de que esa bandera
“aquí, en mi región, sólo ondea en edificios oficiales y casi siempre en mástiles a mucha altura de los ojos, de las manos y del corazón”A juzgar por esta frase, se ve que este señor sería feliz llevando un sombrero, un antifaz, unas manoplas y una camiseta de la Junta. Si alguna vez D. Javier tuviera la desgracia de tener que usar un marcapasos, sus médicos ya saben qué motivo grabar en el aparato antes de implantárselo. El resto del artículo sigue en el mismo tono patriotero, por lo que en vez de titularlo “un descubrimiento fascinante” debería haberlo llamado “Banderas de nuestros padres”. Por supuesto, el señor Pérez Andrés parece olvidar convenientemente en todo momento que el escudo y la bandera cuartelados representaban en esa época a toda la Corona, y no a las nueve provincias actuales, pero, claro, ese es un detalle sin importancia.
El director dedica los últimos párrafos a cantar las excelencias de la fiesta (?) de Villalar y sus símbolos, rematando con un colofón autoexplicativo:
“Feliz día de Castilla y León. ¿Por qué nos costará tanto?, con lo sencillo y fácil que es sentir y no ocultarlo”Bueno, los leoneses podemos responderle a esa pregunta cuando quiera.
El resto de la revista está plagado de artículos de temas muy diversos, pero que tienen en común el mismo tufillo propagandístico y panegirista: “Los comuneros: Los primeros héroes de la región”; una entrevista a Juan Vicente Herrera (quien sin duda se sentirá muy cómodo y ufano en una revista de este tipo); “Los vinos del Estatuto”, en el que “el comité de cata analiza once vinos de la añada de 1983”; un análisis del Estatuto de la comunidad de mano de Fernando Rey (uno de los dos perpetradores del texto), etc., etc. Y es que 82 páginas a todo color dan para mucho. ¿O tal vez no? Veamos:
Uno de los artículos está dedicado a la famosa “Fundación Villalar”, con el significativo título “El reto de forjar una identidad”. Y es que, sin duda, tratar de forjar una identidad desde cero debe de ser una tarea muy difícil, porque es algo inédito en el resto de España. Pero con dinero todo se puede arreglar (o eso piensan ellos).
Además de la mega-entrevista al presidente de la Junta (6 paginazas), hay otra hecha a Demetrio Madrid bajo el título “Castilla y León: el sueño de los valientes”, aunque hubiera quedado más propio “la pesadilla de los leoneses”.
Algo que está presente en toda la publicación es el uso (y abuso) del término “regional” para referirse al conjunto de la comunidad autónoma, a pesar de que hasta el preámbulo del actual Estatuto viene a reconocer que está compuesta por dos regiones históricas diferentes. Hasta el señor Juan Vicente Herrera lo utiliza con total desparpajo, cosa que no ha de extrañarnos, pues su administración ha empezado a poner el apellido “regional” a algunas de sus nuevas instituciones, como el Ente Regional de la Energía.
Otro artículo que no tiene desperdicio es “Castilla como necesidad” del periodista Carlos Blanco, quien deja bien claro que para él sólo existe la fórmula Castilla+León=Castilla. Por supuesto, esta Castilla “ni fue dominante ni imperialista” (menos mal, porque si llega a serlo...). Al menos el autor tiene la decencia de hacer examen de conciencia “regional” en la parte final:
“¿Quién puede decir, sin sonrojarse, que la autonomía ha sido el resultado de la conciencia de identidad del pueblo castellano?(...) Han pasado 28 años, juzguen por ustedes mismos. ¿No seguiremos, a pesar de lo que parece, en el punto de partida?”Personalmente, supongo que Castilla sí que sigue en el punto de partida. Las provincias leonesas, por desgracia, han quedado mucho más atrás en el devenir de la comunidad.
Un artículo que hay que reseñar es el kafkiano “El Motín de la Trucha”, que trata acerca del famoso y semi-mítico motín que tuvo lugar en la Zamora medieval. Lo surrealista del asunto es que inaugura la sección “Castilla(!) milagrera”, que pretende recordar “un tiempo en que en Castilla se produjeron hechos sobrenaturales”.
No menos kafkiano es el artículo “Regionalismo sano”, de Fernando Rey, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid y, como ya se ha dicho, uno de los dos padres del Estatuto que no parece estar demasiado a gusto con cómo le ha quedado el “hijo”. Por ejemplo, se lamenta de que “no se ha conseguido que las sedes de las instituciones aparezcan en el Estatuto, incumpliendo, por cierto, el mandato constitucional”. Una pena y un escándalo, oiga.
Hay muchos más artículos, pero la mayoría están dedicados a la que parece la gran pasión de Javier Pérez Andrés: los vinos y la gastronomía. Algunos están salpicados por pintorescos comentarios de diversos personajes de la vida social, cultural y política de la comunidad acerca de lo que les dice “Castilla y León” (ninguno negativo, por supuesto). De entre ellos he sacado el que encabeza este post, por lo que tiene de simbólico.
En cuanto a la revista en sí, sólo me queda desearle que siga el fulgurante camino trazado por la editorial Ámbito, de la que es hija intelectual en cierto modo. Que siga el derroche, que paga mamá Junta.
27 comentarios:
LLevamos 30 años soportando toda esta manipulación y nadie les pone freno: ni asociaciones pro derechos del hombre, ni la fiscalía actuando de oficio...
Se tergiversa más y mejor con la anuencia de la "Junta Castillón", cuando debería ser la primera en poner orden. NO se puede tratar de "castellanas" ni a Zamora, ni a León ni a Salamanca ( en sus culturas, folklore, tradiciones, fiestas, etc, etc ) como se hace en la actualidad y desde el año 1983..
Vale.
No me sorprende que la Junta a través de este tal Javier Pérez Andrés (llamémosle JPA para ahorrar caracteres) continúe haciendo propaganda "patriótica" al más puro estilo peneuvista o convergente en otras tierras. El PP de Castilla y León es un partido seminacionalista, y se ha empeñado en generar de la nada toda una historia y una cultura que jamás existieron. Con el dinero de los contribuyentes, por supuesto, y ahí está el hecho más grave. A mí me parece muy bien que alguna organización privada y financiada por sus socios se dedique a defender este aborto de autonomía en los términos que estamos hablando (semi o pseudonacionalistas). Pero que lo haga la Junta, el gobierno autonómico de leoneses y castellanos, me parece un exceso inadmisible.
Aunque afortunadamente para JPA y don Juanvi, el León duerme plácidamente.
En mi pueblo,a los amantes del buen vino y la buena mesa,con mofletes de luna llena y barriga tonelera....les llamamos "panzapegos".
Buen invento eso del mando a distancia que me permitía cambiar de canal cada vez que salía el interfecto.
De los demás,nada que añadir que no haya dicho ya Ricardo.
Sin duda un ejemplo más de la política "cultural" y propagandística de la Junta. Ahora, si bien ellos hacen bien su papel, no quepa duda que la mayoría de los leoneses facilitamos la labor: Opción A: Las cosas son como son, nos metieron en la Autonosuya y ahora ya no hay nada que hacer; Opción B: León sólo no puede hacer nada, no nos queda más remedio que conformarnos con esto; Opción C: No nos va tan mal y no podemos aspirar a más, ya que cualquiera lo haría mejor que los leoneses, que nunca podrían gobernarse por si mismos; Opción D(muy extendida): Yo soy partidario de León sólo, pero en el bar, en casa y con los amigos, en el resto de los ámbitos de mi vida, a callar y a aguantar; Opción E: Soy muy leonesista, tanto, que todo aquel que no esté conmigo, está contra mi..........Y así llevamos 25 años, y salen revistas, cadenas de TV, libros de texto y fundaciones ¿Cuándo vamos a reaccionar? ¿Podemos seguir contemporizando desde posiciones más o menos tolerantes?
Hara apología de su castilla imperial cuantas veces les venga en gana, pero en mi tierra zamorano-leonesa, siempre encontrara una pintada en contra de este bodrio de comunidad, siempre quedará alguien que reivindique nuestra autonomía, y eso amigos, los tiene que joder.
Estomagos agradecidos los hay en todos los sitios. Yo soy leonés y muy orgulloso de serlo, eso sí, nunca seré anticastellano, ante todo respeto y tambien seriedad porque el leonesismo del bombero torero ha hecho mucho daño a la identidad de esta tierra, cascos en las cortes, zapatazos en el escaño, etc, etc, etc. Leonés hasta la médula, leonesista nunca.
Cojonudo el ultimo comentario.
No entiendo el subtitulo de la entrada con referencia al Pesetos. Este hombre, natural de Ciudad Rodrigo, millonario (tiene la segunda mejor finca de la provincia de Salamanca, y está casado con una galesa propietaria de las mayores minas de pizarra de su país), tiene un amor por su tierra fuera de toda duda, ha cedido la exposición su colección de bacines y orinales (quizá la tercera mejor del mundo) sin ánimo de lucro, y en muchas cosas haciendo el mismo en persona de guía. Para mi su colección, y el como persona, tienen un mérito innegable, y tu no le llegas ni a los tobillos, me molesta que lo pretendas poner como un personaje ridículo, cuando yo que lo conozco en persona te puedo decir que es alguien infinitamente más digno que tú.
Que tu digas que "A juzgar por esta frase, se ve que este señor sería feliz llevando un sombrero, un antifaz, unas manoplas y una camiseta de la Junta." es de risa. ves la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Tú que te dedicas a diseñar banderas con leones, y a encargarlas, que crees pertinente hacer referencia a la Región leonesa en los carteles de "no fumar", y que si mucho no me equivoco llevaras hasta un león en los clazaoncillos como otros llevan calzoncillos del Barsa o del Madrid. Hacer ostentación de simbolos de la menera que tu lo haces es ridículo, pero tú serás el ultimo en darte cuenta.
LLevará los calzoncillos del color que quiera, de todas formas siempre habra alguien como tu, con
la pituitaria muy fina, para olisquearlos. Para olisquear los calzones de Ricardo y los de cualquier leonesista que pulule por internet. TONTORRRRRRRON
Arsaces, ¿el artículo habla de mí o de Javier Pérez?
"No al leonesismo etc": me he limitado a exponer el comentario del Sr. Pesetos, sin introducir ninguna opinión. Es usted el primero que da una sobre ello.Al final del post digo bien claro que escogí ese comentario por lo que tiene de simbólico (orinal-Castilla y León), aunque a lo mejor es un juego de conceptos demasiado enrevesado para usted. Y no entro a juzgar al Pesetos como persona, porque no tengo la suerte de conocerle, ni le juzgo digno ni indigno como usted hace tan alegremente conmigo. Sepa que esta pasada Semana Santa estuve a punto de ir a Ciudad Rodrigo (al final acabamos en Miranda del Castañar), y una de las principales cosas que quería visitar era precisamente su Museo del Orinal.
Y al anónimo anterior: yo tampoco soy anticastellano. Todo lo contrario. Conozco y valoro Castilla lo suficiente para desear que tenga su propia autonomía separada de este engendro en el que nos metieron a las dos regiones. Y a mí tampoco me gusta el leonesismo de bombero torero al que hace referencia.
Pues yo a los leonesistas les llamo "lelos", porque dicen "León solo" tan rapido que solo se les entiende "Lelo".
Veo que has comprado la burra coja de la "Castilla imperialista", y sin embargo se te hace el culo gaseosa cada vez que hablas del "Imperio leones" y de Alfonso VII. Supongo que es que habrá imperios buenos e imperios malos, y ya me imagino cuales son los malos para ti. Que yo sepa ningún rey de Castilla se intituló emperador.
¡Joder castellano! como entiendes de culos gaseosos y burras cojas, como te jode cuando te meten el dedo en el ojo, y no precisamente en el ojo que a ti te gustaría, heeeeeeeeeee.
Richard, debe ser muy acertado este artículo tuyo (a mi me lo parece) para que haya despertado tan feroces críticas (algunas de las cuales parece que no encuentran en el texto la excusa para justificarlas y necesitan inventar agravios).
No conozco al célebre "Pesetos" así que no puedo juzgarlo pero su frase, hay que admitirlo, es muy simpática: "Defiendo Castilla y León allá por donde voy con mi célebre colección de orinales". Está cargada de sugerencias.
¿Un museo del orinal? ¡¡Es fantástico!! Y también alucina cómo en Puerto Rico ya había banderas de Castilla y León, siglos antes de esta nuestra comunidad. Eso se llama castellanoleonesismo "avant la lettre". Sencillamente fantástico. Y el mote del "Peseto". Ya es que lo flipo.
JMD
Muy bueno este post, me ha gustado especialmente,y a los críticos con el mismo se les ve el plumero q no tienen mucha idea de lo q hablan, como pasa siempre.
Carba
Yo soy el que ha defendido al Pesetos. ¿Qué plumero se me ve?. ¿Es justo ridiculizar de forma insultante a este gran hombre sólo por decir que defiende a Castilla y León? Si hubiera dicho que defiende sólo a León otro gallo cantaría, y sería puesto como ejemplo de hombre cabal y comprometido. Se ve que el fin aquí justifica los medios, y que como en la biblia a los puros, es decir, a los leonesistas, todo les está permitido: insultar, ofender, ridiculizar... a alguien que defiende una opinión tan legítima como cualquier otra.
ESte SR. (EL Pesetos ¿?) nunca podrá defender el Reino de León ni el País Leonés, porque está comprado, no con treinta ni veintinueve monedas de plata, sino con una subvención -se supone que millonaria- para una revista en la que siempre su imagen es portada.
¡¡un dechado de virtudes, ¡vaya !!
Este último anónimo es analfabeto o no se entera. El Pesetos es multimillonario, así que mal se le puede comprar, y una subvención "millonaria" para él no es mas que calderilla. Él es objeto de un reportaje, por el que seguramente no ha cobrado nada. El de la revista es Javier Pérez Andrés, que éste sí está posiblemente subvencionado, aunque lo que yo no entiendo es que una revista subvencionada y "oficiosa" cueste 3 euros.
Entre "el pesetos", "el Xabi", y "el enterao" se dan la mano con "el juanvi".... y nos están haciendo la puñeta a los leoneses.
En mi opinión la revista argi es de las mejores que hay en castilla y león.
Pues yo a los chalados les llamo chaos, por que en mi pueblo dicen chalado tan rápido que solo se oye Chao.
creo que javier pérez hace leonesismo del bueno: apoya al botillo del bierzo, a la DO tierra de león o a las jornadas gastronómicas de sahagún. hace lo mismo con zamora y con salamanca.
lo que sucede es que el leonesismo cultural o etnográfico, que él practica, poco tiene que ver con el leonesismo político: aquel que cuestiona -a veces de forma obsesiva- el marco político.
algunos miramos a españa, europa o el mundo y nos olvidamos de rencillas pueblerinas como las que alimentan upl, prepal, tierra comunera...
saludos y, pese a todo, enhorabuena por este blog
Disiento totalmente con el último comentario anónimo: podría tener razón si el Sr. Javier Pérez se limitara sencillamente a apoyar el botillo, la DO Tierra de León, etc. sin más florituras. Sin embargo, no lo hace,porque para él simplemente es una forma más de exaltar esta comunidad autónoma artificial y artificiosa, por lo que siempre tiene que apostillar algo sobre lo rica y variada que es Castilla y León, o algo por el estilo, haciendo en ocasiones que parezca un hombre-anuncio de la Junta.
Por otra parte, el leonesismo político a mi hace mucho tiempo que me dejó de interesar, por lo que no entraré a opinar. Mi campo es el leonesismo cultural y, a veces, el social. El marco político se cuestiona cuando se ve que no funciona, o que sólo funciona de manera centrífuga.
Algunos miramos a la región leonesa, España, Europa o el mundo (tengo pasión por viajar y conocer culturas), y nos olvidamos de una comunidad artificial y paleta en la que nos metieron con calzador.
De todas formas, gracias por su opinión.
Creo que os gustará leer la firma invitada de Pedro García trapiello (imagino que le conocereis) en la revista Argi del mes de Julio que lleva por portada la romanización. Os va a gustar como habla de León. Titulo: Ancha es castilla pero León la agranda.
Tambien leer lo que os afecta a vosotros (leonesistas foreros)
Uy q malvadus sun en la Castilla imperialista, q nus uprimen a les lleuneses...
Publicar un comentario