MITOS, RITOS Y COSTUMBRES DE LA CEPEDA (LEÓN): UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO de Germán Suárez Blanco

16 diciembre, 2017

En el programa de este martes hemos charlado con Germán Suárez Blanco sobre su reciente libro "Mitos, ritos y costumbres de La Cepeda (León). Un estudio antropológico", editado por Lobo Sapiens. En él quedan retratados, muchas veces en cepedanu (la variante comarcal del leonés), un montón de leyendas, personajes mitológicos, tradiciones, etc. Así van desfilando por la obra los trasgos, los relatos de ánimas, el calendario tradicional, las vírgenes, la Candelaria, San Blas y la garganta, el Reñubeiro, la bendición de las cosechas, blasfemias, los juramentos y maldiciones, las brujas y curanderos, las tareas más penosas, la desaparición del pueblo de Sencil, la hospitalidad cepedana, las subastas, las conroblas y almonedas, la cuelga, los feijes y manoyos, las galochas, la campana tañida, etc. 

Germán incluso nos leyó un fragmento en cepedanu, ya que tuvo la suerte de contar con sus padres para aprenderlo y comprenderlo. Podéis escucharlo en el programa, en este enlace.

Aquí os dejo una pequeña biografía de Germán, en la que se puede apreciar que ha tenido una vida de lo más intensa e interesante: 

Nacido en Villarmeriel, en 1942, en plena posguerra, época de máxima escasez económica, cuando la mayor parte de quienes habían emigrado del pueblo en busca de mejores condiciones laborales acababan de regresar para matar el hambre con el producto de dos palmos de tierra heredados de sus mayores.Admitido en la escuela del pueblo a temprana edad, allí sació sus primeras curiosidades intelectuales. El Bachillerato, en Astorga, en el Seminario, con beca ganada por oposición. Allí de unas cosas se aprendía muchísimo más que en los institutos y de otras muchísimo menos.Dos años de trabajo como periodista en Radio Popular de Astorga y otros dos de servicio militar entre las arenas del Sáhara.A la vuelta, oposiciones a Inspector de Policía. Destinado en Oviedo, allí se licenció en Filología Española obteniendo el doctorado bajo la dirección del profesor Alarcos Llorach.Las oposiciones a profesor de Enseñanza Media lo llevaron a Lérida y la obtención de la Cátedra deLengua lo devolvió a Asturias donde ejerció como catedrático de Lengua Española hasta su jubilación.


LA ÚLTIMA CLASE DE D. VICENTE GARCÍA LOBO

07 diciembre, 2017

El pasado 29 de noviembre  el catedrático de Paleografía y Diplomática de la Universidad de León, Vicente García Lobo, impartió su última lección en el Aula Magna de la Escuela Universitaria de Trabajo Social, de la que fue director un buen puñado de años. Haciendo un juego de palabras, la tituló "Alma Mater o Mater ‘Dealmata’".
Por una serie de casualidades nunca tuve a D.Vicente como profesor en la ULE, ni en la carrera de Biblioteconomía ni en la de Historia, pero sí que fui su alumno en los cursos de Paleografía que impartía la Fundación Sánchez Albornoz. 

Este es su perfil biográfico:  Vicente García Lobo es asturiano de nacencia: nació en Casorvida (Lena, el 1 de abril de 1947. Hijo de Celso García ,Fernández y María Purificación Lobo Pérez . En 1958 ingresó en el Seminario Menor de Covadonga donde estudió dos años Humanidades. Estudió en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde completó la especialidad de Historia. Impartió clases de Paleografia y Diplomática en la Universidad a Distancia. Se casó con Carmen Morilla Rodríguez, y tuvieron cinco hijos. En 1.982 ganó por oposición la cátedra de Paleografia y Diplomática de la Universidad de León. 

García Lobo ha desarrollado una larga trayectoria docente e investigadora en la ULE. Fundador de la Escuela Española de Epigrafía Medieval, de la que hoy es reconocido como creador y su principal contribuyente desde el punto de vista metodológico y divulgativo, cuenta con más de 150 publicaciones en su haber. 

Académico de la Real Academia de la Historia desde 1990, se inició en las tareas investigadoras de la mano de Marín Martínez, con quien realizaría una de las principales aportaciones a la historia de la provincia de León con su estudio doctoral sobre el Monasterio de San Miguel de la Escalada. 
Creador del proyecto de investigación Corpus Instriptionum Hispaniae Mediaevalium, reconocido internacionalmente y participado por las universidades de León, Burgos, Valladolid, Complutense de Madrid, Poitiers, Siena Lisboa, se le sitúa como uno de los padres de la Epigrafía Medieval en España.

Como él mismo nos dijo en el programa, en total lleva 50 años en el mundo universitario, contando desde sus tiempos de estudiante. Es muy conocida su pasión por San Miguel de Escalada, a quien dedicó su tesis y un buen montón de publicaciones. 

Tal y como reflejó la ULE en la nota de prensa sobre el acto, entre sus trabajos se pueden destacar los que se relacionan a continuación:

- Como referente de la Historia de León sus estudios sobre ‘Santa María de Arbas: proyección social, religiosa y cultural de una canónica’. 
- Artículos sobre San Miguel de Escalada como ‘El scriptorium’ de San Miguel de Escalada y su relación con el Obispado de Astorga’, o ‘La asistencia social de la Iglesia durante la Edad Media: la hospitalidad monástica’. 
- De epigrafía cisterciense: ‘Las inscripciones del monasterio de Carracedo’, o ‘Las inscripciones diplomáticas (siglos VI a XII)’. 
- De Epigrafía Medieval: ‘Introducción y álbum’, en colaboración con su discípula, María Encarnación Martín López. 
Su dedicación investigadora fue pareja a su vocación universitaria, que le llevó a ocupar diversos cargos en la Universidad de León, como Vicerrector de Estudiantes, Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras, Director del Departamento de Patrimonio y de la cultura escrita, o Director del ‘Colegio Mayor San Isidoro’. 

Finalmente hay que reseñar que, como Director de la Escuela Universitaria de Trabajo Social, Vicente García Lobo adecuó los estudios a las exigencias europeas, metiendo la escuela de lleno en el siglo XXI, haciendo posible la formación acreditada de varias generaciones de trabajadores sociales y facilitando su acceso al mundo laboral. 


HOMENAJE A JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS, UN LEONESISTA SALMANTINO

04 diciembre, 2017

Como en ocasiones anteriores,  Miguel Ángel Diego (Zacut) ha decidido colaborar con este blog, y en esta ocasión para volver a hablar del salmantino José Sánchez Rojas, un regionalista leonés que falleció en 1931. Espero que os preste.. 
 
Un año más queremos recordar y rendir homenaje a José Sánchez Rojas en el aniversario de su muerte, el 31 de diciembre de 1931.

José Sánchez Rojas no es solamente un  enamorado de su Alba de Tormes natal, ni de la provincia de Salamanca, sino que siente y reivindica el reino de León y el espíritu leonés que descubre en Salamanca, Zamora, León, Toro, Peñaranda o en la montaña leonesa. Así lo manifiesta en sus textos y nos lo transmite sin rodeos. Comparte con nosotros, a pesar del tiempo y la historia, sus percepciones sutiles, sus revelaciones, sus descubrimientos. Con la certeza de Antonio Machado en cuanto a cultura, entiende que lo que se guarda se pierde y lo que se da se gana. Sánchez Rojas nos regala todo cuanto tiene, todo lo que acopia en sus idas y venidas por la geografía de la región leonesa, por España y por el mundo. Y nos maravillan su sensibilidad, sus dotes perceptivas, su fidelidad a la realidad que hace suya y nos transmite directamente con sencillez y elegancia. A través de todos sus sentidos capta multitud de detalles y construye un cuadro de conjunto revelador.

En 1918, cuando se lanza desde Burgos el ‘Mensaje de Castilla’ contrario a la autonomía de Cataluña, Sánchez Rojas publica ‘La mascarada regionalista’ donde afirma que ‘Castilla no pasa hoy de ser una mera nomenclatura geográfica, que no tiene personalidad’, y subraya ‘Ante todo, Castilla, geográficamente, no está delimitada todavía. Frente a Burgos, León sostiene a su modo, una personalidad regional, la del antiguo reino de su nombre, harto confusa y borrosa.’

Sánchez Rojas, en multitud de artículos, se dedicará a desentrañar la personalidad leonesa de las ciudades, comarcas y provincias del reino de León. En 1919, a modo de conclusión señala las diferencias reales entre los reinos de León y Castilla: ‘Salamanca, León y Zamora participan, en su espíritu y en sus piedras, de la gracia gallega, de la sutileza astur, de la mansedumbre lusa y de la sequedad de la meseta. Estos cuatro factores integran el sentido leonés dentro de la historia nacional’.

Resume así su experiencia vital por tierras de España. Confiesa también que ‘He advertido en Palencia un secreto recelo hacia Valladolid. De la misma dolencia padece también un poco Salamanca, y hasta León, aunque León explique su reconcomio con graves disertaciones eruditas acerca de las diferencias regionales, más profundas de lo que parece, que separan a leoneses y castellanos.’

¿Y qué escribe desde 1919? Leamos principiando por el Sur, por ejemplo por Peñaranda:

‘En Peñaranda, tierra de paso, primero mesón y luego feudo de los Bracamontes, acaba el reino leonés para comenzar la altiplanicie de la vieja Castilla. Es tierra fronteriza Peñaranda como Aldeaseca y Zorita, y bien colocada, centro de un mercado natural de granos de una comarca feracísima y rica.’

En su cercanía, ‘Cantalapiedra, Palacios Rubios, Paradinas, pueblos ricos, iglesias de sillería, casonas labradoras anchas y sonoras de portón de roble, campanarios graciosos, espigas de piedra que recuerdan al cielo el dolor del llano… Es un oasis esta altiplanicie fronteriza del viejo reino de León.’

La Semana Santa, en la ciudad charra, le impulsa a afirmar: ‘En la catedral vieja de Salamanca se venera estos días, encuadrado en un altar, más que barroco, churrigueresco, el Santo Cristo de las Batallas (…) este Cristo, tan viejo como el habla leonesa y como la fábrica de su primera iglesia mayor.’

Es en la ciudad de Zamora donde encuentra concentrado el espíritu leonés, y también en su provincia, como nos describe en un artículo de 1929: ‘Recientemente he visitado Toro de nuevo, y fue tan honda la impresión que me produjo, que en estos días no sé pensar en otras cosas.
(…) Y en su Colegiata está todo León. Dejemos a un lado la riqueza de su fábrica y la maravillosa policromía de la portada de la Gloria. La Colegiata no es el palacio de Dios, sino la casa leonesa que se ha levantado a la orilla de la vega, sobre la peña ingente, para adorarle.
  (…) Conocía yo todas las ciudades leonesas, menos Toro, y al asomarme hace pocas tardes al Duero, desde el Espolón, tuve la clara visión de conjunto de estas tierras. Sin Toro, faltaba una de las facetas más características y nobles de la comarca: la del tipo de ciudad que mira a Castilla, que la vigila, que tiene que defenderse de Medina y de su Mota, y de los mercados formidables de los castellanos.
  (…) ¡Suaves tierras estas queridas tierras de León!

De la catedral de León dirá ‘Esta iglesia tiene su perfume, su encanto, su alegría, su optimismo, su niñez perenne. No tiene paredes, no tiene muros, no tiene cimientos la catedral de León. La piedra en ella no es fruto ni flor. No es siquiera piedra. Es anhelo, gloria, ansia de eternidad y de vida.
(...) yo me he saturado de pureza dentro de  estas naves, y mi espíritu no percibe las estridencias de la tierra y sueña despierto, con los ojos abiertos, por las calles de la vieja capital del reino de León.’

Y en la montaña leonesa: ‘Yo creo que la diferencia fundamental que separa a un campesino castellano del gallego o del astur es que el primero es, racialmente, terrícola o labrador, y los otros, ante todo y sobre todo, ganaderos. (…) Así el labrador de Castilla es receloso y desconfiado. Lo espera todo del azar. Es siempre fatalista.
(…) El ganadero gallego, astur o del Norte de la provincia de León ya es de otra suerte. Tiene su porvenir atado al de la vaca. Su vientre es siempre más fecundo y da más sorpresas agradables que el de la tierra.
(…) Y el amor que sentía Josué Carducci por el buey piadoso
io t’amo, oh pio bove!,
es el mismo que yace soterrado en el corazón de nuestros campesinos ganaderos.’

En el día de Navidad de 1931, pocos días antes de su fallecimiento, aparece publicada una nueva colaboración de Sánchez Rojas, que exclama su invitación y su llamada:

‘¡Hacia Oriente y hacia el Portal, amigos! La noche es clara; el sendero está perfumado de flores; el lucerito de Oriente brilla sobre nuestras cabezas, curtidas en todos los temporales. Ya se parará algún día la estrella; tal vez sobre nuestra tumba, que es donde cesará nuestro sendero hacia lo desconocido. Porque la vida es eso: una senda y una estrella.’

Miguel Ángel Diego Núñez
Diciembre de 2017