POBLACIÓN DEL REINO DE LEÓN (SALAMANCA, ZAMORA Y LEÓN) EN 1834

11 noviembre, 2017

De manera inopinada me he topado con un libro titulado "Subdivisión en partidos judiciales de la nueva división territorial de la Península e islas adyacentes, aprobada por S. M. en el Real Decreto de 21 de abril de 1834". Contiene una lista de los partidos judiciales de toda España agrupados en las provincias creadas el año anterior por Javier de Burgos. Además al final de la lista de cada provincia incluye un resumen con el total de pueblos de cada partido, el total de vecinos, y el total de almas. Hay que recordar que el número de vecinos es más o menos el número de casas o familias, y por eso difiere del total de población. Aquí os dejo los totales de población de Salamanca, Zamora y León a comienzos del s. XIX, y así de paso recupero la actividad del blog, que lo tenía abandonado. Al final inserto el libro completo de Google Libros.

Salamanca 210.314 habitantes, Zamora 159.425, y León 267.438. Total de la región: 637.177.



HISTORIA DE LOS REYES DE LEÓN: MI NUEVO LIBRO

11 abril, 2017

Hoy hace justo una semana que llegó a mis manos el primer ejemplar de "Historia de los reyes de León", mi último libro. Se trata de un encargo que me realizó Joaquín Alegre, alma mater de la editorial Rimpego. Estoy muy orgulloso, porque escribirlo ha sido una ardua tarea, ya que ha requerido un gran trabajo de investigación, documentación y redacción a lo largo de más de tres años (el primer capítulo lo inicié el 1 de octubre de 2013). 

Como su propio nombre indica, esta obra está dedicada principalmente a los monarcas del reino leonés, aunque puede llamar la atención el subtítulo: "De Pelayo (718) a Juan I (1300)". Y es que una vez más he optado por alejarme del tan manido año 910, y buscar las razones más remotas que llevaron a que León fuera el origen del principal reino de la alta y plena Edad Media hispanas. Al igual que en "El encargo del rey", estas raíces hay que rastrearlas en la Hispania prerromana, por lo que la primera parte (algo menos de 50 páginas) está dedicada a los ástures, los romanos y los reinos germánicos. 

A continuación hay otra parte, de unas 45 páginas, centrada en los "reyes asturianos", pero dejando bien claro que son inseparables de los reyes leoneses, al ser parte y origen de la misma dinastía. Esa es la razón por la que durante toda la Edad Media y casi toda la Edad Moderna se consideraba a Pelayo y a sus sucesores como reyes de León, a secas. 

La tercera parte ("Reino de León: orígenes") comienza con una exposición de cuáles fueron los distintos nombres del reino a lo largo del tiempo y del espacio, tanto en el interior como en el exterior, y abarca los reinados desde García I hasta Fernando I (1037-1065). 

La cuarta ("Reino de León: esplendor"), va desde Alfonso VI hasta Alfonso VII, y la quinta, desde Fernando II a Alfonso IX. 

Además hay un Epílogo en el que he tratado de recoger los principales acontecimientos para el reino de León desde Fernando III hasta Fernando IV, ya en el siglo XIV, incidiendo especialmente en quien fue el último rey de León, Juan I (1296-1300). 

La parte final, "Sombras de aquel reino", versa sobre diferentes aspectos que han sobrevivido del reino leonés. Como colofón hay un glosario de términos históricos e historiográficos, así como una amplia bibliografía y un compendio de las principales crónicas cristianas para la historia leonesa. 

La bibliografía, que cuenta con casi 250 referencias, la fui realizando según consultaba los distintos libros y artículos en cada capítulo. Me gustaría resaltar la gran cantidad de crónicas musulmanas y extranjeras, porque son de las principales aportaciones de la obra. 

Por destacar sólo una de las novedades, creo que es la primera vez que se incluye una traducción del tratado de paz entre Alfonso IX (que debería ser Alfonso VIII de León) y Juan Sin Tierra, firmado en 1207. No deja de ser curioso, al estar rubricado por los dos supuestos padres del parlamentarismo. 

Puede parecer un libro amplio por la cantidad de páginas, pero os aseguro que son muchas las cosas que se tuvieron que quedar en el tintero... 

"HISTORIA DE LOS REYES DE LEÓN: DE PELAYO (718) A JUAN I (1300)". Editorial Rimpego. 352 págs. Precio aproximado: 19€. 

LOS CÁTAROS EN LEÓN (1216-1234?)

22 marzo, 2017

Tengo totalmente desatendido el blog por razones que espero que en breve salgan a la luz, pero no quería dejar de compartir con vosotros el programa de hoy, en el que hablé de los famosos cátaros (o albigenses) y su vinculación con León. Y es que durante unos quince años hubo una floreciente comunidad de seguidores de esta herejía en la capital leonesa gracias a un francés llamado Arnaldo. Los combatió nada menos que Lucas de Tuy, el famoso cronista leonés, que vino desde Italia para actuar como un auténtico inquisidor. Nos lo cuenta todo en su obra "De Altera Vita", donde les asigna el nombre de "los maniqueos". Aquí os dejo el podcast del programa: espero que os resulte interesante.

"LLIONÉS: LA LLINGUA LLIONESA", UN DOCUMENTAL MUY DIDÁCTICO SOBRE EL LEONÉS

13 enero, 2017

En diciembre se emitió en RTVCYL el documental "Llionés, la llingua llionesa", realizado por la productora RICI, y que en algo menos de media hora realiza una magnífica introducción a esta lengua. En este documental podemos escuchar a catedráticos, falantes de Cabreira y L.laciana, escritores y cantores en leonés. 

Tuve el placer y el honor de participar a través de una entrevista que me realizaron en la Biblioteca de San Isidoro, donde conté -entre otras cosas- cómo fue mi primer contacto con el asturleonés. Se da la circunstancia de que este contacto se produjo precisamente allí, en la sala de investigadores, a través de los documentos en leonés del siglo XIII. También conté a los amables miembros de RICI cómo el leonés es una lengua invisible, ya que los hablantes patrimoniales que quedan la ocultan con vergüenza en cuanto hay cerca un forastero. 

Os recomiendo ver el documental entero, porque está realizado con gran profesionalismo, resultando entretenido y casi sabiendo a poco. 

2017: EL AÑO DEL MILENARIO DEL FUERO DE LEÓN

11 enero, 2017

El programa de las semana pasada estuvo dedicado a recordar que este año se cumplen mil años del Fuero de León promulgado por Alfonso V en 1017. Para hablar de su importancia entrevistamos a Nicolás Bartolomé, abogado, jurista y amigo, que ha publicado varios artículos sobre este tema.

Alfonso V (999-1028) subió al trono con tres o cinco años, según la crónica que consultemos. Tuvo que sufrir, además de los últimos coletazos de los ataques de Almanzor y sus hijos, los ataques vikingos (a los que parece que hizo frente en persona), y también tuvo que someter a los nobles rebeldes del reino. Los historiadores musulmanes relatan que cuando Alfonso llegó a mayor de edad logró someter a la nobleza díscola. También fue por aquel entonces cuando convocó curia regia en León y promulgó el Fuero de 1017, aunque como nos dijo Nicolás no es un nombre muy afortunado, ya que era tanto un conjunto de leyes para todo el reino como un fuero propiamente dicho para repoblar la maltrecha ciudad de León. El nombre original de estas disposiciones fue “Decreta Adefonsi regis et Geloire regine”. 

En el programa charlamos sobre por qué es un texto singular, y por qué marca un antes y un después en la historia jurídica de España, aunque Nicolás también desmitificó algunas falsas creencias, como esa que dice que del Fuero de León acabaron surgiendo los fueros vascos y navarros. 

Os dejo la grabación a continuación. Espero que os preste. 

"MUERTE EN LEÓN": UNA SERIE DE NO-FICCIÓN SOBRE EL ASESINATO DE ISABEL CARRASCO

05 enero, 2017

Seguimos con los retrasos: en este caso de casi un mes. El 7 de diciembre se estrenó en Movistar+ "Muerte en León", una serie de cuatro episodios que trata sobre el asesinato de Isabel Carrasco, centrándose en el juicio del crimen. Aunque tiene la apariencia de un documental, el director, Justin Webster, prefiere la etiqueta de "serie de no ficción".

La serie se centra en la asesinada y en las tres acusadas del crimen, ya que Justin nos confesó que eligió este episodio porque no conseguía entender las circunstancias tan peculiares que lo envuelven. A estas alturas ya se han acabado de emitir todos los episodios, y en algún caso han desvelado aspectos que se desconocían, y que se optó por no investigar en el juicio

Podéis escuchar la entrevista que le hicimos a Justin Webster en el reproductor que os dejo a continuación. 

EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS Y DE MIGUEL DE UNAMUNO.

31 diciembre, 2016

Me pide Miguel Ángel Diego Núñez que publique en este blog sendos artículos suyos dedicados a la memoria de dos salmantinos (uno de nacencia y otro de adopción) que fallecieron este mismo día, uno en 1931 y otro en 1936. Yo lo hago con mucho gusto (además no es la primera vez que publico aquí un artículo suyo), porque como él mismo dice "es un homenaje a su leonesidad y a su enseñanza". Insisto en que los dos son obra y mérito de Miguel Ángel, y no mío.


I SÁNCHEZ ROJAS

Una misma fecha para recordar la coincidencia en el adiós de dos hombres  muy distintos unidos por la amistad, por la sensibilidad, por el afán de profundizar en el análisis de la realidad y por el amor a Salamanca. Ambos bucearon en el ser y en las raíces de Salamanca y de los salmantinos, cada uno a su modo, cada uno con su perspectiva y sus conocimientos.


  José Sánchez Rojas (1885-1931) tenía una sensibilidad a flor de piel que le permitía conocer profundamente y hacer suyos los paisajes y las gentes, una sensibilidad que ya en 1919, en uno de los escasos libros que publicó en vida, le lleva a afirmar sin ningún género de dudas:

    ‘En Paisajes leoneses he querido apuntar y señalar las diferencias, más reales que aparentes, que separan a los dos viejos reinos de León y de Castilla. Salamanca, León y Zamora participan, en su espíritu y en sus piedras, de la gracia gallega, de la sutileza astur, de la mansedumbre lusa y de la sequedad de la meseta. Estos cuatro factores integran el sentido leonés dentro de la historia nacional’.

    En esas páginas nos descubre el espíritu leonés, tanto cuando escribe sobre la Catedral Vieja de Salamanca:

    ‘Estas piedras nos hablan de las turbulencias de la Edad Media, del gracioso balbuceo del romance, de la formación lenta, segura, del espíritu leonés.’

    -y se lamenta:

    ‘Pero Salamanca, lentamente, por incuria, por dejadez, va encerrando sus recuerdos, haciéndose avara de ellos, ignorando acaso que los tiene.’-;

    como cuando dedica su atención a Zamora:

    ‘Zamora pertenece al Reino de León. Históricamente, geográficamente, espiritualmente. Con las provincias de León y de Salamanca…

    Espiritualmente… ni Zamora (Toro, Benavente), ni Salamanca (Ledesma, Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes), ni León (Astorga, Sahagún), son pueblos castellanos.
    Así, León es una cosa distinta de Castilla.’

  Y refiere alborozado su descubrimiento del espíritu leonés, de la región leonesa, y su negativa a ocultarlos –de hecho este artículo será publicado reiteradamente hasta 1931- (1):

    ‘Pero León es, ante todo y sobre todo, Zamora. He descubierto estas cosas aquí en Zamora, ante este románico típico, leonés, ante este paisaje, y no voy a ocultar mi descubrimiento a los sociólogos e historiadores de hogaño.

    He tenido, voy teniendo, tendré en Zamora la sensación de lo que era el reino de León, de lo que todavía es y de las diferencias que le separan de la región castellana. León no era una nomenclatura geográfica.

   Mirad estas gentes zamoranas, leonesas, salmantinas. Esa unilateralidad y esa pobreza mentales del castellano, no rezan con ellos.
    Viven una democracia llana. Nadie es más ni menos que nadie.’

    Otro tanto ocurre en la ciudad de León, siendo en San Isidoro donde

    ‘revivimos la historia de León, no la estruendosa, sino la otra, la subterránea, la formada por el trabajo, lento y obscuro, de los que dieron fisonomía al reino fronterizo’

    Ya en 1927 abraza a todos los escritores en los que identifica la fisonomía espiritual leonesa, tanto naturales del reino de León, como leoneses adoptivos, como Fray Luis de León y Miguel de Unamuno.

  Han pasado los años, muchos años, 85 nada menos, desde aquel año 31 que trajo la República que saludó Unamuno desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca, del mismo modo que Sánchez Rojas lo hizo en Alba de Tormes colocando la bandera tricolor en el Ayuntamiento -‘la nueva enseña de mi Patria libre’– llegando a conocerla durante poco más de ocho meses- y cinco años menos, 80 años, desde el fallecimiento de su maestro Unamuno, don Miguel, que recibió y abominó el golpe que la derribaría.

    Del primer año republicano, Sánchez Rojas dirá:

    ‘Y 1931 es hijo de la Universidad; su símbolo, símbolo de ella y del pensamiento español todo, se llama Miguel de Unamuno.’

    El 22 de diciembre de 1931, 9 días antes de su muerte, Sánchez Rojas escribe una carta abierta al promotor de un homenaje a su persona en Salamanca en la que lo acepta y confiesa:

    ‘Porque… ¿te lo digo? De las felicitaciones que recibo, las que más agrado me producen, son las de Salamanca; los escritos que hago con más cuidado son para Salamanca; los aplausos que con más ahínco busco, y también las censuras más acres que esta arriscada labor de escritor público me han deparado los hados, son, precisamente, las censuras y  los aplausos de esa ciudad.’

 Ha pasado tiempo, como diría Sánchez Rojas:

‘¡El tiempo que todo lo explica, que todo lo justifica, que lo perdona todo!’


Miguel Ángel Diego Núñez
(Miembro del Instituto de Estudios
Zamoranos Florián de Ocampo)




(1) El 6 de agosto de 1927 el artículo es publicado en ‘El Adelanto’ en primera página con el título ‘Del espíritu leonés’, y en él introduce algún matiz: ‘Vivimos una democracia llana, democracia de concejo abierto, de concejo leonés’. Seguimos aquí el texto publicado en ‘Nuevo Mundo’  el 9 de enero del año de su muerte.



II MIGUEL DE UNAMUNO (1861 – 1936)

   
 La fecha del 31 de diciembre une a dos leoneses y salmantinos, uno natural –Sánchez Rojas- y otro adoptivo –Miguel de Unamuno- en la fecha de su fallecimiento. Pero a estos dos hombres les une el amor a Salamanca, la búsqueda de sus raíces históricas y culturales así como las de los salmantinos y el descubrimiento de su leonesidad, cada uno a su modo; ambos están unidos por la misma Universidad que les cobijó, así como por su pasión por España y por la libertad, desde su republicanismo. También les une el amor por Cataluña y los lazos espirituales con Iberoamérica y con naciones próximas: Portugal, en el caso de Unamuno, Italia, en el de Sánchez Rojas.

    En 1891 Unamuno llega a Salamanca y pronto comienza a realizar excursiones por la provincia que le ponen en contacto con la realidad leonesa de la misma, en sus manifestaciones y en su lenguaje.

    Aquí elaborará a finales del XIX su concepto de intrahistoria, la tradición que se halla ‘en el fondo del presente’:

‘La tradición es la sustancia de la historia. Esta es la manera de concebirla en vivo. (…) La tradición eterna es lo que deben buscar los videntes de todo pueblo para elevarse a la luz, haciendo consciente en ellos lo que en el pueblo es inconsciente para guiarlo así mejor.’

    En 1926 confiesa en su correspondencia a Francisco Maldonado:

‘Cuando pronto hará 35 años llegué a esa ciudad, fue tu padre, fue Luis Maldonado, uno de mis primeros amigos, y el mejor’

    Con él y junto a él descubre los rasgos de la leonesidad lingüística de la provincia de Salamanca, lo que le permitirá aportar sus conocimientos y apuntes a Menéndez Pidal, para constituir un sustento fundamental de la obra de éste ‘El dialecto leonés’, publicada en 1906: ‘Don Miguel de Unamuno tiene del lenguaje de toda la región salmantina reunidos abundantes materiales que ha puesto a mi disposición’. Los datos le llevan a asegurar: ‘En Salamanca y Extremadura los límites lingüísticos ya coinciden bastante bien con los políticos’

    Fruto de estos hallazgos y de la colaboración con Menéndez Pidal y a través la Junta de Ampliación de Estudios y del Centro de Estudios Históricos, el estudio del leonés alcanzará una época de esplendor, con Américo Castro, Federico de Onís, Tomás Navarro Tomás, etc. en las dos primeras décadas del siglo XX.

    Y es la intrahistoria de Salamanca, de Zamora y de León, junto con las peculiaridades lingüísticas presentes en todo el reino de León las que le llevarán a afirmar una y otra vez que Salamanca junto con Zamora son regionalmente provincias leonesas:

    Tanto cuando escribe a Ricardo Palma (1903):

‘Paréceme que a usted le ha llamado la atención la cantidad de voces nuevas que empleo (…) Pero hay otras, las más que las tomo del pueblo, y que son usuales y corrientes no ya sólo en esta provincia sino en el antiguo reino de León.’;

    Como cuando escribe a su discípulo Federico de Onís (1907):

‘aquí hay tres regiones, la de cerrar, la de candar y la de pechar. Mi idea es que Salamanca no es Castilla sino una transición de León a Extremadura con toques portugueses y algunos castellanos.’

    o cuando comenta la obra de Amado Nervo (1909):

    ‘Y aquí acaso falta Salamanca, que Nervo no conoce; falta Zamora. Pero Zamora y Salamanca no son tal vez Castilla; son tierra de León.’

    En 1913 lo expresa con toda claridad:

    ‘Esta ciudad y región en que vivo, Salamanca, perteneció al reino de León, y leonesas son las particularidades de su habla popular’

      Don Miguel será consciente de la apropiación castellana de todo lo leonés:

    ‘Peregrina virtud la de la enjuta Castilla, esa virtud de apropiarse en espíritu cuanto toca y sin parecer que pone esfuerzo en ello. Castellano se le llama al lenguaje español, aun habiéndose integrado en él otras hablas que no son precisamente las de la estricta Castilla. Castellanos les llaman los demás a los hijos de esta tierra salmantina en que vivo, y eso que ni por la geografía histórica ni por la lengua les compete en rigor técnico ese apelativo. Esto fue, cuándo aún la unidad española no había fraguado políticamente, reino de León (…) Y por lo atajadero al lenguaje, las particularidades del habla de esta tierra de charros, sus dialectismos (…) no son sino particularidades leonesas. Hoy todavía se puede señalar en esta provincia por el habla donde acaba la propia Castilla y empieza León’

    Una y otra vez seguirá repitiendo a todo el que quiera escucharle:

    ‘Salamanca no es la Castilla escueta y ascética (…) es adusta y sensual. (…) Perteneciendo al Reino de León es más extremeña que leonesa.’

    El último lustro de vida de Unamuno coincide con el primer lustro de vida de la II República  -a la que da la bienvenida desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca- y con su decepción con la misma y con la reacción que acaba con ella.

    El año 1931  le trae a Unamuno el acta de diputado del Congreso, y el dolor por el fallecimiento de su discípulo José Sánchez Rojas, cuyo duelo preside en Salamanca. Durante 1934 muere su mujer, Concha, en septiembre es jubilado como Rector, se le tributa un homenaje y obtiene el nombramiento de Rector vitalicio de la Universidad de Salamanca. En abril de 1935 es nombrado Ciudadano de Honor de la República Española, en su discurso anticipa su muerte y dice:

    ‘Y que al enmudecer en mí al cabo, por ley naturalmente fatal, para siempre mi verbo español, quepa a mis hermanos y a sus hijos y a los míos decir sobre el terruño patrio que me abrigue:

    Aquí duerme para siempre en Dios un español que quiso a su patria con todas las potencias de su alma toda y que contribuyó con ésta entera a dar a conocer el espíritu del genio de España, y en especial a conservar y a recrecer y a re-crear el habla inmortal con que ella soñaba su historia y su destino.’

    En agosto de 1936, tras alinearse con los golpistas, la República le retira todos sus títulos.

    El último medio año de su vida constituye un calvario para Unamuno, una agonía que tiene  una expresión visible en el acto del paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936, donde su personalidad le impide permanecer en un silencio cómplice y le hace tomar la voz para advertir lo que poco después pondrá por escrito:

 «Así nunca llegará la paz verdadera. Vencerán, pero no convencerán; conquistarán, pero no convertirán».

    Unos días después es cesado por Francisco Franco como rector de la Universidad salmantina. Desde octubre apenas sale de su casa y le llega el fin de sus días con el fin del año.

    Como un eco dirigido a la muerte, aún nos llegan sus versos:     

‘Hasta que me venciste, mi batalla
fue buscar la verdad.’

Miguel Ángel Diego Núñez
    (Miembro del Instituto de Estudios
    Zamoranos Florián de Ocampo)

¿ES LEÓN SENSIBLE A SU HISTORIA?

28 diciembre, 2016

Ayer tuve el placer de participar en Radio León Cadena SER en un debate titulado "¿Es León sensible a su historia?". Y fue un placer porque también participaban Cristian Martín (el anterior conductor de la sección de Historia de Hoy por Hoy León) y Javier Revilla, a quienes admiro y respeto por su calidad humana, investigadora y divulgadora. Además, como siempre fuimos sabiamente dirigidos por Chechu Gómez, con lo que fue un debate dinámico y (creo) muy interesante. Como duró algo más de media hora, en vez de hacer un resumen os dejo aquí el enlace al audio, y un reproductor para escucharlo aquí mismo. Espero que os preste...





LOS IMPUESTOS EN EL REINO DE LEÓN

13 diciembre, 2016

Como esta temporada he estado liadísimo corrigiendo exámenes he descuidado escribir las entradas relativas a los últimos programas de la sección de historia en Radio León Cadena SER. El programa del día 30 de noviembre hablé sobre los impuestos en el reino de León, que eran muchos más de los que la gente suele pensar. De todas formas al que le interese el tema le remito al último número de la revista de Promonumenta, donde junto a Javier García Montes escribí el artículo "Un testimonio de fiscalidad en el reino de León", donde además se da a conocer un interesantísimo sello que probablemente perteneció al portazgo de la ciudad de León.

"LLUVIA DE AGOSTO". ¿QUIÉN MATÓ A DURRUTI?

30 noviembre, 2016

El programa de la semana pasada trató sobre un personaje histórico que falleció un 20 de noviembre. Si no añadiera nada más, habría dos candidatos principales: José Antonio Primo de Rivera (fundador de Falange fusilado en 1936), y Francisco Franco (dictador que murió en 1975). Pero si además decimos que era leonés para más señas, el candidato es muy diferente: Buenaventura Durruti, el más famoso anarquista de España.

Y es que recientemente ha salido publicado en castellano "Lluvia de agosto", una novela a medio camino entre la ficción y la investigación, en la que se exploran las misteriosas circunstancias de su muerte. Entrevistamos a su autor, Francisco Álvarez (Xixón, 1970), que es periodista, traductor literario y escritor tanto en asturleonés como en castellano. De hecho la obra fue publicada originalmente en asturiano, con la que ganó el premio Xosefa Xovellanos. Os dejo con información sobre la obra accesible en otras entrevistas y en la web del libro. Al final, como es costumbre, dejo el acceso a la entrevista:

Cuando murió en el hotel Ritz de Madrid el 20 de noviembre de 1936, hace justo 80 años, todos los bienes de Durruti se reducían a una muda de ropa interior, dos pistolas, unos prismáticos y unas gafas de sol.
El aterrizaje del cadáver en Barcelona dos días después colapsó la ciudad. Más de cien mil personas tomaron las calles bajo la lluvia para despedir al héroe mientras entonaban el himno anarquista 'Hijos del pueblo'. La comitiva fúnebre debía disolverse después de los discursos pero las masas no se movían de su sitio, fue imposible llegar al cementerio y, en el último momento, tuvo que aplazarse el sepelio al día siguiente. Cuando, muchas horas después, al fin la gente regresó a sus casas, miles de coronas quedaron abandonadas en los charcos.
Al mecánico, miliciano y líder anarquista leonés José Buenaventura Durruti le había alcanzado en el pecho una bala de firma desconocida en la Ciudad Universitaria de la capital, entonces sometida a un durísimo asedio por los soldados de Franco que se habían alzado apenas tres meses antes contra el gobierno republicano iniciando así la guerra civil. ¿De qué color era aquella bala? ¿Azul falangista? ¿Rojo comunista? ¿Negro anarquista? El enigma acerca de quien mató a Durruti, si el enemigo, si algún agente de Stalin para quien los anarquistas eran tan odiosos o más que los fascistas, o si sus propios compañeros libertarios recelosos de una hipotética militarización de su columna, nunca ha sido resuelto.
Durruti nace en León, el catorce de julio de 1896, siendo el segundo de los ocho hijosa del matrimonio entre Santiago Durruti, un trabajador ferroviario, y Anastasia Dumange.b Santa Ana, el barrio donde vive desde pequeño, es un lugar modesto, de casas pequeñas y viejas habitadas por los obreros de la ciudad.4 Hasta los ocho años de edad asiste a la escuela de la calle de la Misericordia. La huelga de curtidores que tuvo lugar en León en 1903, que se prolonga nueve meses, afecta mucho económicamente a la familia de Buenaventura Durruti, por lo que él y sus hermanos pasan a la modesta escuela de Ricardo Fanjul. Sobre su infancia, escribiría Durruti en 1927 a su hermana Rosa: «Desde mi más tierna edad, lo primero que vi a mi alrededor fue el sufrimiento, no sólo de nuestra familia sino también de la de nuestros vecinos. Por intuición, yo ya era un rebelde. Creo que entonces se decidió mi destino».3
En 1910, a los catorce años, abandona los estudios y entra como aprendiz de mecánico en el taller de Melchor Martínez, un socialista que tenía en León cierta fama de revolucionario.5 Durante dos años, Melchor Martínez le enseña elementos de mecánica y de socialismo; cuando considera que no tiene nada más que pueda enseñarle, Durruti se traslada al taller de Antonio Mijé, especializado en el montaje de lavadoras mecánicas para el lavado de minerales extraídos de las minas.6 En 1913, siendo ya tornero de segunda clase, se afilia a la Unión de Metalúrgicos, asociación adscrita a la Unión General de Trabajadores, pero poco tiempo después comenzaría su desencanto ante los consejos de moderación de los dirigentes durante las reuniones celebradas.
La neutralidad española durante la Primera Guerra Mundial impulsa la industria y economía españolas, ya que ambos bandos recurren a España para obtener materias primas y productos manufacturados. El trabajo en las minas aumenta y envían a Durruti junto con otros obreros a la localidad de Matallana para instalar lavadoras mecánicas. Allí los mineros declaran una huelga ante los malos tratos recibidos de uno de los ingenieros, exigiendo su destitución; para apoyarlos, Durruti se niega a continuar los montajes mientras continúe el paro de los mineros, gracias a lo cual se traslada finalmente al ingeniero. A su regreso a León, Mijé le llama la atención por lo sucedido y le advierte de que la guardia civil se interesaba por él, los dirigentes de la Unión Metalúrgica lo amonestan por su conducta, y su antiguo maestro, Melchor Martínez, le aconseja que emigre ante la actitud de las autoridades.7
Su padre le consigue una plaza como mecánico ajustador en la Compañía Ferroviaria del Norte y decide aceptar. En estas circunstancias le sorprende la huelga general revolucionaria de 1917. Por la rebeldía demostrada durante dicha huelga, Durruti pierde su puesto de trabajo en la Compañía Ferroviaria; además, la Junta Directiva de la Unión Ferroviaria (perteneciente a la UGT), de la que era afiliado, expulsa al grupo de jóvenes que había ejercido mayor resistencia durante la huelga, incluyéndolo a él, por defender posiciones revolucionarias y alegando indisciplina.
Tras estos hechos, se refugia brevemente en Gijón y luego pasa la frontera a Francia, huyendo del servicio militar. 
Su muerte
Aproximadamente a la una de la tarde del 19 de noviembre de 1936 (en plena Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid), en la calle Isaac Peral, menos de dos horas después de una entrevista en la calle para el noticiario filmado del PCUS, hieren a Durruti en el pecho con una bala de dudosa procedencia; lo llevan en estado grave al Hotel Ritz,8 sede del hospital de sangre de las milicias catalanas, donde muere a las cuatro de la mañana del día siguiente. La autopsia reveló que la muerte se debió a los destrozos causados por una bala calibre nueve largo, que penetró por el tórax y lesionó importantes vísceras. Su cuerpo se entregó a los servicios especializados del municipio de Madrid para su embalsamamiento, ya que sería trasladado y enterrado en Barcelona.9 Su deceso fue ocultado en un primer momento a la población y a la milicia para evitar desánimos,10 pero la noticia se extendió rápidamente. A su entierro en Barcelona acudieron decenas de miles de personas.
La muerte de Durruti ocurrió en oscuras circunstancias que han propiciado la aparición de diversas hipótesis para explicar su deceso. Según la CNT, escuetamente fue una «bala fascista». Las emisoras de radio de la zona franquista les atribuyeron el hecho a los comunistas, quienes a su vez aseguraron que los autores habían sido trotskistas o hasta los propios anarquistas por su enfrentamiento con la dirección. Se ha dicho también que fue víctima de unos desertores que él mismo intentaba detener. También se asegura que fue un disparo salido de su propia arma: algunos afirman que se le cayó su "naranjero", mientras que otros aseguran que Durruti sólo portaba una Colt 45