ARTÍCULO SOBRE PUENTE CASTRO EN LA REVISTA "MUY INTERESANTE"
24 agosto, 2006
El reino de León dejó huella en la Historia moderna
23 agosto, 2006
El paso del siglo XVIII al XIX marca también la transición entre el Antiguo Régimen y el Estado Liberal. La organización territorial del Antiguo Régimen es sumamente compleja con multiplicidad de instituciones y demarcaciones que se solapan por lo que el proyecto que esta nueva etapa acomete es el de lograr una nueva organización territorial uniforme. Previamente y en esta línea, Felipe V en 1707 había promulgado los decretos de Nueva Planta por “mi deseo de reducir todos mis reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente todos por las leyes de Castilla tan loables y plausibles en todo el Universo”. La organización fiscal de la Corona Española se realiza en función de las intendencias, que en 1785 son: Galicia, León, Zamora, Toro, Salamanca, Extremadura, Palencia, Valladolid, Ávila, Burgos, Segovia, Soria, Guadalajara, Madrid, Toledo, Cuenca, La Mancha, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Murcia, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca e Islas Canarias, estando, según la Real Cédula de 13 de noviembre de 1766, el ámbito competencial de los intendentes circunscrito a las áreas de hacienda (recaudación de tributos) y guerra (levas y abastecimiento del ejército). En cuanto a la organización judicial, encontramos las chancillerías de Valladolid y Granada, las audiencias de Galicia, Asturias, Extremadura, Sevilla, Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca, Canarias, los adelantamientos de Campos y Burgos, partidos del anterior adelantamiento de Castilla, el adelantamiento del Reino de León y, a nivel inferior, los distintos corregimientos. En lo relativo a la organización militar, los Borbones habían creado las capitanías generales de Galicia, Castilla la Vieja, Extremadura, Andalucía, Granada, Guipúzcoa, Navarra, Aragón, Valencia, Cataluña, Mallorca y Canarias. En 1805 se crea la Capitanía de Asturias. Paradójicamente, en 1805 la Capitanía General de Castilla la Vieja estaba formada por las provincias de Asturias, León, Zamora, Salamanca, Valladolid, Palencia y Ávila mientras que la de Burgos lo estaba por las de Santander, Burgos, Logroño y Soria.Llegados a este punto, podemos preguntarnos ¿qué es León? En esta transición León tiene tres ámbitos distintos. El primero, el correspondiente a la provincia de León integrada por los partidos de Oviedo, Ponferrada y León hasta que se escinde definitivamente la de Asturias de Oviedo a finales del siglo XVIII. El segundo, el correspondiente al Reino de León, que al igual que el resto de los reinos españoles desaparecería con el Antiguo Régimen. El alcance de sus instituciones (Adelantamiento, Procurador General y Defensor, Sargento Mayor, etc. del Reino de León) quedaba limitado al espacio comprendido entre la Cordillera Cantábrica, el Cebrero, el Duero y el Cea aunque otras instituciones tuvieran un ámbito mayor, el correspondiente al Reino de León medieval (Galicia, Asturias, León y Extremadura) como el Notaría Mayor del Reino de León. Finalmente, el tercer ámbito de León se refiere a la consideración del Reino de León como parte integrante de la división territorial española en reinos y provincias, como ya vimos en el capítulo anterior. En torno al siglo XVI había surgido un concepto exclusivamente geográfico que fue denominado Castilla la Vieja identificado con la Meseta Norte, frente a Castilla la Nueva identificada con la Meseta Sur, considerados como territorios nucleares de la Corona de Castilla (Galicia, Asturias, León, Andalucía, etc.) que era identificada con Castilla. Sin embargo, el Reino de León y Extremadura (que toma su nombre de la Extremadura del sur del Duero) consiguen diferenciarse de ambas Castillas, resultando la división regional que ya conocemos.
Con objeto de racionalizar estas divisiones surge la división de Floridablanca de 1785 en la que se recogen ocho regiones divididas a su vez en treinta y una provincias. Una de estas regiones era la del Reino de León que contaba con las provincias de Extremadura, León (con Asturias de Oviedo), Palencia, Toro, Zamora, Salamanca y Valladolid. En 1799 la Superintendencia General de Hacienda durante el reinado de Carlos IV continúa la labor de racionalización de mapa provincial, suprimiendo la provincia de Toro y creando las de Oviedo, Sanlúcar, Alicante, Cádiz, Cartagena, Málaga y Santander.
Después del alzamiento de los leoneses el 24 de abril de 1808 (¿Por qué retrasarlo al dos de mayo?) podemos considerar que comienza la Guerra de Independencia consecuencia de la ocupación de los franceses (sabemos de la existencia, en 1809, de un Gobernador General del Reino de León en nombre de Napoleón). La resistencia se organiza en 13 juntas provinciales: Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, La Mancha, Madrid, Mallorca, Murcia, Navarra, Sevilla, Toledo y Valencia. Con objeto de constituir una Junta Central, tratan de unirse las Juntas de Galicia, Asturias, León y Castilla la Vieja. Asturias abandona y el 10 de agosto se ratifica el Tratado de unión entre los reinos de Castilla, León y Galicia. Por otra parte, el gobierno francés de José I crea la división en 38 prefecturas y 111 subprefecturas entre las que se encontraba el Departamento del Esla o Prefectura de Astorga. Un curioso guiño al antiguo Convento Astur (Astura = Esla).
Surge una confrontación entre la Junta de León y la Capitanía de Castilla la Vieja por el intento de ésta de disolver e incorporar a aquella. Éste conflicto alcanza su máxima tensión cuando el capitán general detiene a los delegados de la Junta de León que iban a incorporarse a la Junta Central. El conflicto es resuelto por la Junta Central que arresta al capitán general y ordena que se admitan los diputados en representación del Reino de León. Durante la Guerra de la Independencia, la Junta Central convoca Cortes en la ciudad de Cádiz cuyo acto inaugural se celebra en septiembre de 1810. León envió a las Cortes de Cádiz siete diputados, cinco en representación de la provincia y reino de su nombre, uno de la Junta y otro de la capital, por tener esta ciudad voto en Cortes. En el artículo 10 de la Constitución de Cádiz de 1812 se enumeran los territorios españoles: “El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de África”. De acuerdo a esta Constitución, se plantea una nueva división provincial en 1813, cuyo responsable sería Felipe Bauzá. Como novedad, este proyecto dividía las 44 provincias en tres clases: las de 1ª clase serían las provincias de gran volumen de riqueza y de población. Las de 2ª, en sus propias palabras, serían las “de menos estensión, población y riquezas, (pero) que siempre se han manejado por sí solas”. Finalmente, Bauzá dice de las de 3ª clase: “he formado dentro de las de primera clase otras de tercera (...), subalternas necesarias por la demasiada extensión de aquéllas”. León aparece dividido en dos provincias: la de León (de 1ª clase), y la de Astorga (de 3ª clase, y que incluiría El Bierzo y otras comarcas orientales leonesas), si bien, como hemos visto, ésta última estaría incluida en la primera. Pero en 1814 Fernando VII declaró nula la Constitución y toda la obra legislativa de Cádiz, restableciendo el Antiguo Régimen previo a la ocupación napoleónica. La proyectada división de Bauzá, que estaba a punto de ser llevada a cabo, dormirá el sueño de los justos.Con el restablecimiento del orden constitucional de Cádiz durante el Trienio Liberal (1820-1823), vuelven a abrirse las Cortes (9-VI-1820) y se reanudan los proyectos interrumpidos seis años antes, culminando con la promulgación del Decreto de división del territorio del 27/1/1822, entre cuyos autores estaban el mencionado Bauzá y José Agustín Larramendi. Esta vez se eliminaron las referencias a los antiguos reinos, y se crearon algunas provincias nuevas, entre las que se contaba la de Villafranca. Esta provincia no se circunscribía al Bierzo, sino que, en palabras de los autores, “casi toda la gobernacion de Cabrera, el Valle de Orres y los Concejos del Sil de arriba y de abajo, Salientes, Salentinos y Valseco, Tejedo y Mata de Otero quedan comprendidos en esta provincia”.
En realidad, esta división es considerada “provisional” en el artículo 1º del mismo Decreto, y algunos historiadores como Eduardo Garrigós Picó creen que nos encontramos ante una resurrección de la provincia de Astorga de 1814, aunque con algunas variaciones en sus límites. El Decreto debía servir como marco para la elección de diputados, pero las elecciones no llegaron a tener lugar. Pocos meses después de su promulgación, se estableció una nueva clasificación jerárquica de las provincias, dividiéndolas en de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª clase. Desconocemos si las de 3ª y 4ª se pensaban incluir en las de 1ª (como ocurría en el caso de 1814), pero, en todo caso, toda esta obra desaparece en 1824: la Provincia de Villafranca seguirá el mismo destino que las de Játiva y Calatayud, y no volverá a aparecer en ninguna de las posteriores divisiones provinciales.QUEDADA EN LEÓN
08 agosto, 2006
1ª YERA DE FOLK DE LLIÓN Y ASTURIES
28 julio, 2006

El próximo fin de semana (5 de agosto, a las 19,30) se organiza la 1ª Yera de folk de Llión y Asturies en Villimer. Tocan grupos como Risca l'Alba (Asturies), Begoña Díez y Alejandro P. del Campo (Llión), Elena de Tineo, Melchor y Sonia de Conceyu (LLión).¿Nos vemos en Cabreira?
Desde esta tarde y durante todo fin de semana estaré en el Festival Celta de Cabreira. Os animo a encontrarnos allí. La noticia ha sido publicada hoy en el Diario de León y en La Crónica. Es una pena que en este fin de semana se hayan concentrado un montón de actividades festivas (Astures y Romanos en Astorga, Fiesta del Vino Tierra de León, encuentro nacional de Frikis de StarWars en Benavides de Órbigo, fiesta del Donante de Sangre de León, etc., etc. Echad una ojeada a la sección de Cultura de los periódicos, porque es para volverse loco) EL REGRESO DE LAS LEYENDAS URBANAS
23 julio, 2006
- La del examen sorpresa de Filosofía con una única pregunta: "¿Por qué?" Todos suspendieron menos el listillo que respondió "¿Y por qué no?" En León se dijo que había ocurrido en la Universidad, en el Legio VII, en el Lancia, etc. AL viajar, me han dicho que de eso nada, que ocurrió en Cáceres, Valencia, Madrid, etc. (dependiendo de dónde me encontrara) Y casi siempre se añade el instituto donde pasó, aunque si hay dos o más interlocutores nunca se pondrán de acuerdo sobre ese punto.
- La del perro Rufo y Ricky Martin: esa sí que fue sonada. En un programa de Concha Velasco, en directo, para dar una sorpresa a una adolescente escondieron a Ricky Martin en su armario, y pusieron una cámara oculta en la habitación. La chica llega, pero en lugar de abrirlo y llevarse la sorpresa de su vida, llama a su perro ("Rufo" según la versión predominante en León), y se unta nocila (paté según otras versiones) en cierta parte de su cuerpo para recíproco disfrute del can y de la interfecta. Nadie vio el programa, donde supuestamente casi le dio un soponcio a los presentadores, pero todo el mundo "tenía un amigo que te juro que lo vio" o, como me dijeron a mí, "te juro que una amiga mía lo tiene grabado en vídeo". Por supuesto todo fue mentira.
Pero las leyendas urbanas no son un invento de hoy en día: en la Edad Media, fueron frecuentes las que acusaban a los judíos de asesinatos rituales para beberse la sangre de pobres e inocentes niños (que luego eran canonizados a pesar de no haber existido nunca). Y en la Roma Imperial, los cristianos fueron acusados de exactamente lo mismo por sus enemigos. En ambos casos, judíos y cristianos fueron asesinados a cientos por el populacho y los Estados respectivos. Hoy cambian los sujetos, y afortunadamente los resultados, pero el medio de transimisión sigue siendo el mismo: Radio Macuto.
PD: Podéis encontrar el desmentido de este escabroso asunto en este enlace.
PDD: Hay otras variantes de esta historia, cambiando a la pareja de ancianos por un niño y su madre. He llegado a escuchar que cuando entró la policía el niño estaba desnudo, muerto, y con el pelo rapado y extrañas marcas por el cuerpo. A veces esta historia se añade a la anterior con el consabido "y además, los chinos en otro sitio hicieron algo parecido en...".En fin...
Reacción de la señora Xiuxiu cuando le contaron la historieta
III FESTIVAL CELTA DE CABREIRA
18 julio, 2006
-Día 28, viernes
-Día 29, sábado
-Día 30, domingo
Mapas antiguos de España (XXX)
EDICIÓN CONMEMORATIVA DE "EL DIALECTO LEONÉS"
04 julio, 2006
Una ojeada a León desde la cartografía histórica
03 julio, 2006
Historia Visual de León, nº5, Revista del Diario de León 2/7/2006 Diario de León 2/7/2006 MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ RICARDO CHAO
Hasta 1540, los portulanos medievales, al ser mapas diseñados para ser utilizados en la navegación marítima, mostraban sólo las áreas litorales. Los primeros tratados geográficos del Renacimiento manifiestan dos tendencias: una consistiría en la representación de las divisiones existentes en la época de Ptolomeo (s.II d.C.); la otra, coetánea a los geógrafos, muestra las coronas, reinos y principados del mapa político vigente.
En la obra clave Crónica General de España iniciada por Florián de Ocampo (Zamora, 1543) y completada tres décadas más tarde por Ambrosio de Morales (Alcalá, 1574), se dedican varios de los capítulos introductorios a tratar «la cosmografía de España», y uno específicamente a las divisiones (lo que ellos llaman «repartimientos») provinciales, antiguas y actuales, de la Península. Tras mencionar las sucesivas divisiones romanas, los autores se refieren a los diferentes «pueblos y gentes españolas» actuales situándolos en el marco de los «cinco reinos principales de cristianos que en España se hicieron después que los árabes y moros africanos entraran en ella cuando la hallaron en poder de los Godos, a saber: el reyno de Portugal, el reyno de León, el reyno de Castilla, el reyno de Navarra y el reyno de Aragón» (ibíd., fol.XVI). A continuación, describe con relativa precisión, longitudes y distancias incluidas, sus límites territoriales principales; y nombra también, al igual que hacía Fernández de Enciso, algunos de los reinos, provincias, comarcas y señoríos englobados en ellos.
El Libro de Grandezas y Cosas Memorables de España (Sevilla, 1548) de Pedro de Medina extrae la mayor parte de sus informaciones de la Crónica de Florián de Ocampo, pero a diferencia de éste organiza la descripción de la Península en once grandes apartados, con las denominaciones y el orden siguientes: «Provincia del Andalucía; Provincia de la Lusitania y Reyno de Portugal; Provincia de Extremadura; Reynos de Castilla y León; Reyno de Galicia; Asturias, señorío de Bizcaya y provincia de Guipúzcoa; Reyno de Navarra; Reyno de Granada; Reyno de Cartagena y Reyno de Valencia; Reyno de Aragón; Principado de Cataluña; e Islas de Mallorca, Menorca e Ibiza». La portada de la edición sevillana de la obra de Medina contiene el primer mapa moderno de España impreso en la Península, en el cual aparecen, sin expresión de sus límites territoriales, los nombres de las provincias y reinos relacionados y descritos en el libro.En las obras Regni Hispaniae post omnium editiones locupletissima descriptio de Abraham Ortelius de 1572 y en la Regni Hispaniae post omnium editiones locupletissima descriptio de Pirro Liborio de 1578 encontramos un Reino de León entre los ríos Cea y Duero aunque todavía no se muestran los límites entre los distintos territorios.
En el siglo XVII se delimitan mejor los reinos: Galicia, Asturias (de Oviedo y de Santillana), León, Extremadura, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Vizcaya, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Andalucía, Granada, Murcia, Mallorca e Islas Canarias. Hasta mediados del siglo XVII el límite oriental del Reino de León llega hasta el río Pisuerga, manteniéndose el occidental en el Burbia, el septentrional en la cordillera Cantábrica y el meridional en el río Duero. La explicación de por qué se considera el Pisuerga como el límite entre León y Castilla no es bien conocido. Podría ser por tradición recogida por Pedro de Medina, el Padre Mariana en la Historia General de España de 1603 ó Esteban de Garibay en el Compendio Historial de España de 1628. A. Melón, en «De la división de Floridablanca a la de 1833» (1958) lo explica de acuerdo a una convención de Alcalá de Henares de 1349, por la cual quedaron fijados los límites entre León y Castilla: al norte del Duero estaban señalados por el Pisuerga; y por el sur, siguiendo el Adaja hasta Ataquines. Después seguían una línea quebrada, pero siempre con dirección sudoeste hasta las sierras de Béjar y Gata.
Con frecuencia encontramos al Principado de Asturias y al Reino de León representados juntos en los mapas, como en la obra Legionis Regnum et Asturian Principatus de Willem Janszoon Blaeu de 1640.A partir de mediados del XVII y hasta finales del XVIII se mantienen todos estos límites excepto el del Sur que alcanza la Sierra de Gata. Encontramos un Reino de León extendido por el territorio de las actuales provincias de León, Zamora, Salamanca y la mitad occidental de las provincias de Valladolid y Palencia, con frontera en el río Pisuerga quedando las ciudades de Palencia en el Reino de León y de Valladolid en Castilla la Vieja. Las obras Hispaniae et Portugalliae Regna de Nicholaus Visscher de 1670 y Carte Historique et Geographique Des Royaumes D Espagne Et de Portugal Divises Selon Leurs Rouyame et Province de Henri Chatelain de 1719 son dos ejemplos.
A finales del siglo XVIII se busca racionalizar la división regional española con la provincial, por lo que se ajusta la delimitación de los antiguos reinos y principados a los de las provincias coetáneas que contienen. La división en reinos española estaba formada entonces por Galicia, Asturias, León, Extremadura, Castilla la Vieja (que incorpora la provincia de Santander), Castilla la Nueva, Provincias Vascongadas, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Andalucía (reinos de Sevilla, Córdoba y Jaén), Granada, Murcia, Islas Baleares e Islas Canarias. El Reino de León ajusta sus límites a las provincias de León, Zamora, Toro, Palencia, Valladolid y Salamanca, aunque en ocasiones se incluye también Asturias de Oviedo. Algunos ejemplos son los mapas Spain and Portugal: divided into their respective Kingdoms and Provinces from the Spanish and Portuguese Provincial Maps, de William Fadem de 1795 ó Carte d'Espagne et de Portugal en neuf feuilles, de Edme Mentelle de 1799.
En lo relativo a talleres españoles, la obra de Tomás López y Vargas (1731-1802) encuentra una gran difusión que alcanza los primeros decenios del siglo XIX, permaneciendo en el primer plano del panorama cartográfico español, sintetizada en las sucesivas ediciones y reimpresiones póstumas del Atlas geográfico de España (1804-1844) por sus hijos.En representaciones como España dividida según acostumbran los geógrafos de 1757, se muestran las regiones de Andalucía, Asturias (denominación aplicada ya solo al área del Principado), Aragón, islas Baleares (el nombre no
aparece, aunque López colorea de forma unitaria el archipiélago), Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Extremadura, Granada, León, Murcia, Valencia y Vizcaya (denominación que aplica al conjunto de las tres provincias vascongadas). En su última etapa, incluido el llamado Mapa General de España de 1802 se combina ya la identificación cromática de las unidades corográficas principales (reinos y grandes provincias) con la especificación de los nombres (y en ciertos casos de los límites) de las intendencias o provincias incluidas en aquellas como explicamos anteriormente.
Asimismo, Antillón y Marzo (1778-1814) en su obra más conocida, los Elementos de la Geografía astronómica, natural y política de España y Portugal coincide casi totalmente con la de los mapas finales de López describiendo las unidades: Castilla la Nueva; Castilla la Vieja; Extremadura; Reinos de Córdoba, Jaén y Murcia; Reinos de Valencia y Aragón; Reinos de Sevilla y Granada; Principado de Cataluña; Islas Baleares; Reino de Navarra; Provincias Vascongadas; Principado de Asturias; Reino de León; y Reino de Galicia.
Resulta evidente que el Reino de León o región leonesa ha formado siempre parte de la división territorial española, lo cual queda evidenciado en la cartografía referida a la Península Ibérica de los siglos XVI al XX.






