«¡Dibúxame un cordeiru!»
Se presenta este sábado en la Feria del Libro «El Prencipicu», la traducción al leonés de la Cabrera del clásico universal de Saint-Exupéry, realizada por siete jóvenes de aquella comarca
Emilio Gancedo.- «Cuando you tenía seis años, vi una vé un dibuxu mui guapu ñun llibru sobre la selva virxen que se chamaba Historias vividas . Éste representaba a una culuebra, una boa, que xambriaba a una fiera».
El Principito, uno de los clásicos más conocidos, queridos y leídos de toda la literatura universal, el libro que mejor ha plasmado el mundo de la creatividad y la sensibilidad de los niños, esa que suele perderse cuando se cumplen años, es también uno de los libros más traducidos del mundo.
Y ahora, el leonés se suma a esas doscientas lenguas con las que se puede gozar de las aventuras del pequeño príncipe: este sábado día 2, a las 20.30 horas y en el antiguo consistorio de San Marcelo, en el marco de la Feria del Libro, se presenta El Prencipicu , la traducción al leonés de la Cabrera de la inmortal obra del francés Antoine de Saint-Exupéry.
Esta versión, publicada por El Búho Viajero y volcada a una de las dos variantes del dominio lingüístico leonés que a día de hoy siguen vivas socialmente (la otra es la del Alto Sil), nació como una actividad desarrollada en la Residencia de Estudiantes de Astorga, donde un grupo de jóvenes que entonces tenían en torno a los 14 ó 15 años, reunidos bajo el nombre de Aula de Cultura Cabreiresa, decidió iniciar la traducción a su lengua materna de esta joya literaria. Aquellos jóvenes eran Jonatan Rodríguez Bayo, Juan González Pérez, María José Madero Nieto, Belén González Pérez, Cristina Lordén Nieto, Patricia Alves García y Sandra González Carracedo. Dirigidos por el escritor Xosepe Vega, el grupo se reunía todos los días en la biblioteca, después de cenar, y se dedicaban a trasladar al cabreirés que ellos mismos hablaban en sus pueblos, y al que oían a sus padres y abuelos, aquellas deliciosas líneas de Le Petit Prince .
«Cuando tenían alguna duda, preguntaban en sus casas cómo se decía ésta o aquélla palabra o expresión, y así fuimos componiendo el texto», recuerda Xosepe Vega, quien observa que también se intentó «dotar de singularidad lingüística a los personajes de la obra», de modo que la serpiente se expresa en el lenguaje de la Cabrera Baja, como el de Odollo; el Prencipicu, en el puro bañés de La Baña, y las rosas, en el de la Cabrera Alta, el de Corporales, mientras que la voz del narrador correspondería a un cabreirés general. Además, en el acto del sábado se presentarán otros tres libros en leonés de la editorial Filandón.