Este signo rodado de 1174 es el más surrealista de todos: casi parece picassiano. Curiosamente, es el único de todos los mostrados hasta ahora (salvo el dorado), que muestra la lengua fuera, aunque casi parece que escupe fuego. Da la impresión de que el "artista" se dio cuenta demasiado tarde de que el cuerpo del león le estaba saliendo diminuto, y que trató de suplirlo dotándolo de una cabeza hipertrofiada. El efecto final es similar al que causaría un león dibujado por un niño de parvulario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario