15 marzo, 2005

El Reino de León tras su unión con Castilla en 1230

Este artículo mío ha sido publicado en el Diario de León del domingo 13 de marzo de 2005

EL REINO DE LEÓN TRAS EL AÑO 1230

Muchos historiadores de todas las épocas y lugares coinciden en un punto cuando tratan del Reino de León: éste desaparece sin dejar rastro en 1230, año en el que, por una serie de casualidades, las Coronas de León y Castilla recaen en Fernando III. Esta súbita desaparición resulta cuando menos sospechosa, ya que la Corona Leonesa englobaba diversos reinos y territorios a los que hoy nadie osa a negar su identidad (Reino de Galicia, Asturias y Extremadura). Sin embargo, y paradójicamente, no ocurre lo mismo con el Reino de León, núcleo de la Corona. ¿A qué se debe este contrasentido? Sin duda, la ignorancia y el desconocimiento son los principales culpables. Pero es indudable que hoy en día gran parte de la culpa recae en los historiadores al servicio de la Junta, cuya principal intención es hacernos creer que el Reino de León se fundió totalmente con Castilla, e inmediatamente perdió su identidad y personalidad en favor de un presunto e inexistente “Reino de Castilla y León” que se uniformó con bases castellanas. La intención del presente artículo es hacer un somero repaso por una serie de aspectos históricos que demuestran que la realidad fue muy diferente.
-Las Cortes: Tras la desaparición de sus monarcas, serán las Cortes de la Corona Leonesa las que ostentarán la representación de los territorios que ésta englobaba. Durante todo el siglo XIII, leoneses y castellanos celebran sus respectivas Cortes por separado. En ocasiones se convocan en la misma ciudad, pero los representantes de cada Corona se reúnen y deliberan en dependencias diferentes: por ejemplo, esto fue lo que ocurrió con las que se celebraron en Valladolid en 1293. Las relaciones entre unos y otros no debían de ser muy cordiales, ya que Fernando IV justifica la separación “por evitar peleas y reyertas que pudieran ocurrir”. Los temas a tratar a veces eran similares en ambas Cortes, pero también abundan las peculiaridades: así, los leoneses hicieron hincapié en que el Fuero Juzgo tenía que continuar siendo la principal guía en sus pleitos, y exigieron que los naturales de sus reinos sólo pudieran ser juzgados en los tribunales leoneses. Estos aspectos fueron magistralmente estudiados por el recientemente fallecido José Luis Martín, catedrático de Historia de la Edad Media en Salamanca.
La unidad de la Corona leonesa con la castellana corrió grave peligro en varias ocasiones en los convulsos años de finales del siglo XIII: el infante Juan llegó a pretender reinar sobre Galicia y León (que incluía a Asturias), y la situación prácticamente se volvió a repetir en 1319, lo que demuestra que las dos Coronas estaban prendidas con alfileres. En el siglo XIV comienzan a imponerse las Cortes conjuntas, pero se continuó dando ordenamientos a los concejos de León muy distintos de los de Castilla. De todas formas, se siguieron convocando Cortes por separado de forma esporádica, y así parece que ocurrió en las de los años 1302, 1305, 1318, 1322, etc., cuando ya hacía más de un siglo de la unión de los reinos. Como muestra de esta diversidad, hasta 1348 el rey contaba con el asesoramiento directo de cuatro consejeros de León y Galicia, cuatro de Castilla, cuatro de las Extremaduras, y cuatro de Toledo y Andalucía. Pero, por desgracia, la vía de la pluralidad fracasó, ya que a mediados del siglo XIV se impuso el rodillo castellano, y a partir de entonces las leyes serán las mismas para todos los reinos.
-La Hermandad del Reino de León: En un nivel más popular, durante el caos y las guerras civiles de finales del siglo XIII y comienzos del XIV, las ciudades comenzaron a organizarse en hermandades. Esta situación fue legalizada en 1295, y cada reino creó su propia hermandad. La de los reinos de Galicia y León (que, insistimos, incluía a Asturias) se reunía anualmente en la ciudad legionense, y estaba integrada por los concejos de 31 ciudades y villas (Salamanca, Zamora, León, Astorga, Oviedo, etc.). El sello de esta hermandad incluía la figura del león del reino, y una representación del apóstol Santiago a caballo. Sus principales atribuciones fueron la administración de justicia y el mantenimiento del orden, llegando en ocasiones a usurpar las funciones de los oficiales reales. En 1315 se intentó crear una Hermandad General que englobara a las de los distintos reinos, pero las desavenencias fueron constantes, y ésta tuvo que ser disuelta en 1318 ante la negativa de leoneses, toledanos y extremeños a reunirse con los castellanos, por lo que la división de las hermandades por reinos continuó durante muchos años. Herederos de estas agrupaciones fueron los irmandiños gallegos, que provocaron fortísimas revueltas sociales en la segunda mitad del siglo XV.
-La Cancillería y la Notaría del Reino de León: La Cancillería fue creada como tal por el emperador leonés Alfonso VII, y tal cargo recaía en el arzobispo de Santiago, sobre quien recaía así la responsabilidad de emitir los documentos regios. Cuando Castilla contó con un rey propio, creó una nueva cancillería en la persona del arzobispo de Toledo. Tras la unificación de las dos coronas llevada a cabo por Fernando III, durante siglos continuó habiendo un canciller de León, y otro de Castilla, aunque acabarían convirtiéndose en meros títulos honoríficos. Alfonso X y Sancho IV intentaron acabar con esta duplicidad, pero sus sucesores la conservaron.
Con Alfonso X surgen las Notarías de León, Castilla y Andalucía, y, algo más tarde, la de Toledo. Cada una de estas Notarías se encargaba de elaborar y tratar los documentos que hacían referencia a sus respectivos territorios. En las Cortes de 1295 los procuradores exigieron que los notarios sólo fueran dos, el de León y el de Castilla, y así se hizo.
-El Tribunal del Libro: Este tribunal especial, netamente leonés, sentenciaba los pleitos utilizando el Liber Iudiciorium o Fuero Juzgo, del que se sabe que existieron copias romanceadas en leonés y en gallego. Era una reminiscencia del Derecho visigodo, pero continuó teniendo vigencia en León más allá de Alfonso X. Las reuniones de este tribunal tuvieron lugar casi con seguridad en el Locus Apellationis de la Catedral. Estaba presidido por un eclesiástico asistido por varios jueces ordinarios: atendía pleitos en primera instancia, y en apelación de la corte regia, lo que le dotaba de una extraordinaria importancia.
-La Merindad Mayor del Reino de León: los merinos mayores eran oficiales públicos de categoría superior en cuyas personas delegaba el rey gran parte de su autoridad. Tuvieron competencias muy amplias sobre todo el reino leonés. Ya aparecen documentados en el siglo XII, y Fernando III los estableció por separado en León y en Castilla, y, más tarde, en Galicia y en Murcia.
-El Adelantamiento Mayor del Reino de León: sustituyó a la anterior institución, aunque poco a poco vio cómo se iba reduciendo el territorio sometido a su jurisdicción, hasta que en el siglo XV quedó limitado a los límites de la actual provincia de León, y algo más de la mitad de la de Zamora. Asturias fue desgajada del Adelantamiento del Reino en el año 1402. Durante muchísimo tiempo no tuvo una sede fija, ya que constituía un tribunal itinerante, aunque a mediados del siglo XVII acabó estableciéndose en la ciudad de León. Su cárcel y su archivo se localizaban en La Bañeza. Esta institución tuvo amplísimas competencias de justicia y de gobierno, y con el nombre de Alcaldía Mayor del Reino de León perduró al menos hasta el año 1799. Entre sus atribuciones estaba el mantenimiento de bosques y de infraestructuras viarias. Al ser un tribunal de carácter regio, sirvió de freno a la justicia señorial, por lo que era visto con simpatía por las clases populares. En Castilla tenían sus propios adelantados, y no les estaba permitido entrar en el Reino de León.
-El Defensor del Reino de León, o Procurador General del Adelantamiento: prácticamente fueron la misma institución con distinto nombre según la época. Aparecen en la documentación a partir del siglo XVII, y su función consistía en prestar ayuda y defensa a los pobres y a los lugares que así se lo pidieran. Su ámbito de actuación era el Adelantamiento del Reino, y podían “apelar todas las cosas que hicieren contra las Leyes del Reino”.Esta institución existió al menos hasta finales del siglo XVIII.
-La Iglesia leonesa tras 1230: en general conservó su propia idiosincrasia y organización, pero, a pesar de la reunión de las dos Coronas en una sola, durante casi un siglo los obispos de cada reino se reunieron en sínodos separados. Por ejemplo, en 1302 tuvo lugar un sínodo en Peñafiel al que sólo acudieron los obispos castellanos, mientras que en 1310 hubo otro en Salamanca convocado únicamente por los obispos leoneses. Al desaparecer el Estudio General de Palencia, se llegó al acuerdo de que el rector de la Universidad de Salamanca fuera un año de origen leonés, y al siguiente, castellano, estableciéndose así una alternancia anual que duró siglos. En cuanto a las órdenes militares, la de Santiago continuó manteniendo la Encomienda del Reino de León.
-Los concejos abiertos: esta noble institución tiene sus orígenes en la Alta Edad Media, y ha sobrevivido hasta el día de hoy en algunos pueblos de la región. Son uno de los más claros ejemplos de democracia popular, ya que pueden participar todos los vecinos. Solían reunirse alrededor de un árbol, en los soportales de la iglesia, en una plaza o en una casa de concejo a la salida de la misa. Atendían los asuntos comunales, y todo lo que podía afectar al pueblo de forma más inmediata. Han sido muy bien estudiados por el catedrático de Historia Moderna Laureano Rubio.
-La moneda de la Corona Leonesa: Con Fernando II, a León le correspondió la gloria de acuñar las primeras monedas de oro cristianas de la Península y de toda Europa occidental. Como es lógico, las monedas leonesas eran totalmente diferentes de las castellanas tanto en su aspecto externo como en su sistema de valores. Cuando se unen ambas Coronas, cada una mantuvo su propia moneda hasta las reformas del año 1265 de Alfonso X. Aún así, el maravedí leonés (o “longo”) continuó teniendo un valor distinto al del maravedí castellano (o “curto”) hasta el siglo XIV. Por si fuera poco, en la Corona de León la moneda portuguesa circulaba con valor legal, y lo mismo ocurría en Portugal con la moneda leonesa, ya que ésta fue moneda oficial en varias regiones lusas. Estos y otros aspectos de la moneda leonesa fueron estudiados por la fallecida Mercedes Rueda Sabater, aunque en realidad todavía hoy está casi todo por hacer.
-Mapas: Como muy bien señaló el periodista Emilio Gancedo en la Revista del Diario de León del 31 de octubre de 2004, no hay ni un solo mapa general de España desde el siglo XV que no incluya al Reino de León de una u otra manera. La excepción la podrían constituir algunos de los llamados portulanos, pero ello se debe a que su principal interés estaba en trazar las costas, puertos y rutas marítimas de la manera más exacta posible, por lo que prestaban poca atención a las zonas del interior. Los mapas anteriores a la segunda mitad del siglo XVII constriñen el reino a la actual provincia de León, y la mitad norte de Zamora, mientras que a partir de esa fecha prácticamente todos lo extenderán a Salamanca, Zamora, León, y la mitad occidental de las provincias de Valladolid y Palencia. Aunque que la división provincial de 1833 dejaba al margen a estas últimas dos provincias, en muchos de los mapas del siglo XIX continúan apareciendo.
-Los símbolos del Reino y la proclamación de los reyes: A pesar de la creación del escudo cuartelado de castillos y leones, no será raro encontrárnoslo en diversos lugares del Viejo Reino con el león situado en el primer cuartel, que es el predominante. El símbolo de nuestro reino aparece esporádicamente en solitario en algunas representaciones, como en la fachada Oeste de la Catedral, o en las plasmaciones artísticas del cortejo fúnebre de Carlos I de España y V de Alemania. Por otra parte, sabemos que se enarbolaba el pendón de la ciudad de León con ocasión de la proclamación de los reyes hasta la época de Isabel II (s.XIX): cabe destacar esta ceremonia, ya que dentro de la Corona de Castilla, tan sólo Galicia y León tenían el privilegio de tremolar su propio pendón en lugar del real de Castilla.
León también dejó clara su personalidad en múltiples ocasiones tras la caída del Antiguo Régimen, como en la Guerra de Independencia, en la I República, en la división provincial llevada a cabo en 1833, en las guerras carlistas, etc., pero todo ello será materia de otro artículo.

10 comentarios:

  1. Esta discusión me interesa.

    Usted sostiene que León no se unificó verdaderamente con Castilla, perdóneme que le exprese algunas dudas, con posterioridad a 1230:

    ¿Mantenían por ejemplo doble diplomacia con otros estados con los que mantuvieran relaciones?

    ¿poseían dos ejércitos?

    ¿Había dos formas juridicas diferentes de practicar la justicia?

    ¿Había acaso dos monedas distintas?

    En otro orden de cosas, salvo que interpretemos como dos regiones la licencia propia de los autores de los mapas que se hagan con posterioridad a 1230, que por otros conceptos subjetivos "regionalizan" pictóricamente León y Castilla la Vieja, con el transcurso del tiempo. Pero no creo que se base en documentos que digan claramente que, Fernando III y sus sucesores manifiesten que, sus estados después de 1230, deban aparecer separados o "regionalizados" a efectos de representarlos en un pergamino o un mapa.

    Finalmente, no se si usted es el propietario del espacio blog ESPACIO NEUTRO.

    He intentado poner varios post en "comentarios", pero no lo he conseguido, no se si tiene alguna especie de "protección" anti spam o es un fallo de los enlaces correspondientes.

    En concreto quería haber preguntado por unas imágenes coincidentes con la máxima expansión del reino de León, para saber a que fechas concretas se refieren dichas imágenes.

    En estos temas no se porque pero todos los naZionalistas siempre aparecen con el mapa más grande que les interesa para demostrar sus tesis.

    Un cordial saludo.

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  2. En primer lugar, decirle que no soy la misma persona que la que mantiene el Espacio Neutro (¡ni muchísimo menos!). No soy nazionalista ni nacionalista, sino regionalista. Considero que mi única nación es España, aunque soy bastante universalista en mis planteamientos.Así que permítame ignorar sus preguntas respecto al Espacio Neutro.

    Le responderé a la otra parte de su mensaje con otras preguntas:
    -¿Mantuvieron diplomacia separada los otros reinos y territorios de la Corona de Castilla (Galicia, Asturias, Extremadura, etc)
    -¿Poseyeron ejércitos los territorios mencionados?
    -Entonces, ¿por qué son considerados regiones históricas si también estuvieron integrados en la Corona de Castilla? ¿Y por qué no León?
    La persona que sostenga que León se unificó verdaderamente con Castilla, tiene que sostener que lo mismo ocurrió con Galicia, País Vasco, Asturias, etc. ¿Es usted de esa opinión?
    -En cuanto a las monedas y a la forma de practicar justicia, creo que puede encontrar respuesta en el artículo: sí. La moneda leonesa existió como moneda de cuenta al menos hasta el siglo XIV. La justicia de la corona leonesa se rigió por el Fuero Juzgo hasta los Ordenamientos de Alcalá, y luego contó con el Adelantamiento del Reino de León como institución propia de justicia.

    Le animo a que continúe el debate si lo considera oportuno. Reciba un cordial saludo.

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  3. Muy gallega su respuesta, más preguntas para contestar a unas preguntas.

    Que yo sepa, hasta el advenimiento de la II República, ninguna parte de Españ manifestó interés o deseo de ser "autónomo".

    Si repasamos un poco la historia, el primer conflicto que pudo haber en este terreno nos vino por el cambio dinástico que sobrevino a la muerte de Carlos II sin descendencia. Una parte de España optó por una dinastía y otra por otra.

    Entre ellos se encontraban Cataluña, y por eso se encontró que se le quitaron instituciones propias, porque además había recibido como a "enemigo" al ejército español de la época (para ellos castellanista).

    Lo que produce más alucine es que estas regiones con sentimientos nacionalistas "históricas" (para mí todas de las actuales 17 comunidades son tan históricas como las demás), en la época del carlismo, estaban no por el progresismo, si no por reinstaurar la más rancia monarquía, bajo la férula de la más rancia Iglesia Católica.

    Lo cual me induce a pensar que lo que son es unas simples moscas cojoneras que siempre aprovechan la debilidad de los gobernantes de turno.

    Para mí el tema está muy claro, los Vascos en su día poco menos que vinieron a Castilla a decirle "por favor haznos súbditos vuestros, porque Navarra nos axfisia a impuestos".

    Ese es el problema que han tenido siempre los nacionalismos de España, que no han sido solidarios con el resto del país o con el conjunto, y nunca les ha gustado tocarse la cartera.

    Para bien o para mal, desde hace 1500 años hemos sido una comunidad de vecinos, que el Islam perturbo con su presencia durante aproximadamente el 50% de ese periodo, y la última vez que se consolidó una buena comunidad de vecinos fue hace unos 500 años.

    Y esto está perfectamente resumido en el escudo que mayoritariamente se ha mantenido durante la mayor parte dee esos 500 años, o sea, las antiguas coronas de Castilla, de León, de Navarra y de Aragón.

    Lo demás es pura poesía, juegos florales, filosofía barata y marear la perdiz.

    El resultado es que esas nacionalidades que pretenden apellidarse históricas ninguna figura en este escudo directamente, y amparadas básicamente en un folclore y una cultura "diferenciada" unido a un idioma propio, ya piensan que tienen todos los elementos para argumentar esa nacionalidad histórica.

    De las cuales podría respetar un poco a Galicia, puesto que sí se le nombra como reino y tuvo algunos reyes, tanto en la época sueva, como en la reconquista, a remolque o como entidad idependiente de León, pero en el tema que debatimos, cuando León se unió a Castilla en 1230 d-e-f-i-n-i-t-i-v-a-m-e-n-t-e, Galicia iba en el paquete de la parte de León.

    Pero ¿donde están los reyes vascos o los catalanes?.

    ¡Ah! que en un caso son los de Navarra (¿no habíamos dejado claro que con los Lara de Haro habían pedido integrarse en Castilla?), y en el otro los de Aragón, porque el tal Berenguer Ramón se casó con Petronila, y desde ahí cuentan. muy bonito.

    Los únicos que fueron inteligentes fueron los Navarros que al unirse a Castilla pactaron un estatus especial para el tema fiscal, que se ha mantenido hasta el presente, con ligeras modificiaciones.

    Y a remolque de esto, Euskadi, obtuvo un estatus similar, tras la última guerra carlista, antes no disfrutaba de ese estatuto de tener una hacienda peculiar.

    El gran problema es que en los tres últimos siglos, se ha confundio Castilla con España, con toda la mala intención o porque finalizado el proceso de unión, tras la reconquista, era el territorio más extenso dentro de la península, y de alguna manera estos territorios "históricos" han demostrado una gran envidia a Castilla, y han pensado que debían tener alguna compensación dada su aparente mejor suerte en su expansión.

    Pero vamos, hasta el siglo pasado, vascos y catalanes eran de los más orgullosos de formar parte de España, como lo demuestra la nómina de peronas ilustres que en varios campos han dado a varias ramas de la historia, militar, científica, humanística, política. etc.

    Por lo demás, todos los conflictos mantenidos en Europa o por el Mediterráneo, le han venido a España por tener que defender los intereses de una de las coronas que forman parte de la tal España, o sea Aragón.

    Búsqueme usted una guerra mantenida por España después de 1492 (salvo la de la incorporación de Navarra), que no haya estado vinculada a defender antiguos territorios afectados por los estados vinculados a Aragón (incluso Navarra, aunque incorporada a Castilla, fue un asunto en el que tuvo interés el último rey de Aragón).

    La historia nos muestra que no se puede hablar propiamente de España hasta la época de Felipe II, ya que su padre y antecesor, mientras vivió su madre Juana I, determinados papeles los firmaba como Reina de Castilla y León. Aún así, efectivamente todos los territorios de Aragón tuvieron instituciones propias y virreyes en sus capitalidades. En esta época creo que León ya no tenía instituciones propias.

    Por lo tanto me remito a lo anterior, veo el tema como una licencia de los artistas que decoraban las geografías de diferentes épocas.

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  4. seguimos siendo aldeanosParece mentira que sigamos mirando hacia atrás en vez de mirar hacia adelante. Una duda... ¿Reino de Extremadura?, no me hagas reir.

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  6. Sr. Murcia sin Agua: no había visto su respuesta. No, Felipe II NUNCA firmó nada como "rey de Castilla y León"; en todo caso como "Rey de Castilla, de León, etc." En segundo lugar, el Reino de León siguió teniendo varias instituciones propias. A nivel oficial, el Adelantamiento del Reino de León, importantísima institución con atribuciones judiciales, gubernativas y de infraestructuras. Esto es más de lo que pueden decir algunas de las actuales comunidades autónomas. Y los concejos abiertos continuaron ( y continuán) existiendo.
    Y la unión de 1230 no fue tan definitiva como usted remarca: al menos en dos ocasiones la Corona de León se escindió de la Castellana (Juan I). Ignoro las motivaciones que le impulsan, pero razone un poco más sus respuestas.Me parece incomprensible que reconozca a Galicia como reino, y le niegue esta categoría a León, cuando todos los reyes así lo hicieron. Tal vez le haga falta entrar un poco más en contacto con la documentación de la época.
    Y ya que pontifica tanto sobre Castilla, ¿me podría decir QUÉ es Castilla? Porque yo cada vez estoy más convencido de que Castilla no existe.

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  7. "Territorio" de Extremadura, Sr. Pucelano Sin Pasado

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  8. Ah! pero existe alguna persona inteligente que se considere a sí misma C-A-S-T-E-L-L-A-N-O-L-E-O-N-E-S-A. Vamos no me j....!

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  9. "Provincia de Extremadura", ése es el nombre histórico. También ha sido, como se señala en esta misma bitácora, "intendencia, cancillería y capitanía general de Extremadura"

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  10. «Por el testamento nulo de un rey embrujado, obra del cohecho, de la coacción y de la imbecilidad, una familia extranjera adquirió el derecho a regirnos a perpetuidad». Joaquín Costa dixit.

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