II ENCUENTRO DE BLOGUEROS LEONESES

09 octubre, 2007

A iniciativa de La Zorrera, se hace saber que habrá un "Filanblog leonés" el día 3 de noviembre en torno a un cocido maragato. Puede participar cualquier bloguero leonés, en el sentido más amplio del término. El lugar elegido es Castrillo de los Polvazares y más concretamente “Cuca la Vaina”, aunque puede cambiar si somos muchos y no hay sitio. El precio del cubierto está en los 21 euros para grupos. Tienen dos turnos: uno a las 13:30 h y otro a las 15:30h. De momento se está optando por el segundo turno: vosotros diréis.

Para apuntarse, basta con dejar un comentario en esta entrada de La Zorrera.

Este es el segundo encuentro de blogueros leoneses: el primero también fue en la Maragatería, en Astorga, aunque esta vez fue en plan "cafetero". Podéis ver sendos artículos sobre su desarrollo aquí y aquí (yo no escribí nada al respecto porque soy un vago). A ver si este año somos más: os animo a que acudáis, porque es una forma muy divertida de conocer gente. Como consecuencia de ese encuentro, hice varios amigos, me pasé al Linux, etc.

ORDOÑO II, EL GUERRERO INCANSABLE

07 octubre, 2007

Como ya ha concluído la I Exposición Filatélica 1100 Aniversario del Reino de León, aprovecho para publicar en este Cuaderno de Notas mi artículo sobre Ordoño II que aparecía en el Catálogo de dicha exposición.

Durante toda la Alta Edad Media, el Reino de León tuvo varios periodos de esplendor protagonizados cada uno de ellos por un rey de gran personalidad. Por desgracia para el Reino, a cada uno de estos periodos casi siempre le sucedió otro de decadencia y guerra civil. Así, a Alfonso III El Magno, el último rey propiamente asturiano y el primero con una clara vocación leonesa, le siguió en el año 910 una división del Reino entre sus tres hijos: León para el primogénito, García; Asturias para Fruela (futuro Fruela II), y Galicia para Ordoño. Muerto el primero al poco tiempo, será este último el que ceñirá la corona leonesa y el que llevará al reino a una nueva etapa dorada gracias sobre todo a sus innegables dotes militares.

Este Ordoño (segundo rey asturleonés de este nombre) ya había demostrado en vida de su padre sus grandes aptitudes, dirigiendo al menos una campaña victoriosa contra los musulmanes del sur. Según reconocen los propios cronistas de Al-Ándalus, el futuro rey de León (que debía contar entonces algo más de 35 años) tomó en el año 908 “la ciudad de Regel”, que algunos historiadores han identificado con un populoso barrio de la Sevilla medieval. Si esta identificación fuese cierta, demostraría sin lugar a dudas el arrojo de Ordoño, ya que habría supuesto una de las más profundas penetraciones cristianas en territorio enemigo. Esta impresión se ve corroborada por otra exitosa campaña que llevó a cabo en el año 913, siendo ya rey de Galicia. En esa ocasión el objetivo fue Évora, que cayó rápidamente en manos de los cristianos tras una cruenta lucha en la que perecieron los setecientos soldados defensores, así como su gobernador Marwan Abd al-Malik. Ordoño ya era reconocido por los musulmanes como un azote del Islam, ya que en sus crónicas registraron esta derrota en los siguientes términos: "Nunca habían sufrido los musulmanes de Al-Ándalus desde su establecimiento derrota más espantosa y horrible de ver a manos del enemigo".

Poco tiempo después, en la primera mitad del año 914, falleció su hermano García, y tras el concilio de magnates y obispos de rigor, Ordoño fue ungido rey de León, siendo reconocido como rey superior por su hermano Fruela II desde Asturias. No será la última vez en la historia del Reino que el heredero del trono provenga de Galicia: casi dos siglos después Alfonso VII el Emperador fue entronizado en la capital tras haber sido proclamado rey de Galicia por sus partidarios con anterioridad, cosa que no ha de extrañar, pues fue una costumbre de la monarquía leonesa el mandar a educar a Galicia a los herederos antes de convertirse en reyes.

Una vez investido rey de León, Ordoño II no sólo no abandonó las armas, sino que dio un nuevo impulso militar al reino a pesar de que ahora se enfrentaba a Abd al-Rahman III, uno de los personajes clave en la historia de Al-Ándalus. Rápidamente se dirigió hacia el sur y atacó el territorio de Mérida, tomando el castillo de La Culebra, que cambió su nombre por el de Alange. El ejército leonés tomó el camino de Badajoz, pero sus habitantes pagaron grandes cantidades de dinero a Ordoño a cambio de la paz, y éste se retiró con sus ejércitos.

Sin embargo, Abd al-Rahmán no se quedó quieto; sus huestes atravesaron el Duero en el año 916 y en el 917, sembrando la destrucción en distintas partes del reino leonés. En la última de estas incursiones, el propio Ordoño tuvo que acudir en ayuda de sus vasallos castellanos de San Esteban de Gormaz. Tras una desesperada batalla, logró dispersar a los atacantes en lo que supuso una brillantísima victoria de las armas leonesas, que en esta ocasión se vieron reforzadas por la asistencia de Sancho Garcés I, rey de Pamplona. Ambos monarcas aprovecharon la positiva coyuntura creada por esta victoria, y en el año 918 penetraron profundamente en La Rioja, conquistando Arnedo y Calahorra, aunque no lograron tomar Nájera.

Abd al-Rahmán pasó a la ofensiva durante los años 919 y 920, y sus generales lograron retomar algunas de las plazas que les habían sido arrebatadas por leoneses y navarros. Tras una serie de éxitos, las tropas musulmanas se dirigieron hacia Pamplona, lo que alarmó grandemente a Sancho Garcés. El navarro pidió ayuda al rey leonés, y juntos se enfrentaron a las huestes de Al-Ándalus en el Valle de Junquera (Valdejunquera), cuando éstas se encontraban a sólo una jornada de la capital del reino navarro. Fue allí donde Ordoño II sufrió su mayor derrota, fruto tal vez de la precipitación por ayudar a su aliado, y de la ausencia de los condes castellanos, quienes por causas que desconocemos no asistieron a su rey. Éste se vengó cumplidamente ordenando su encarcelamiento en León, aunque no tardó en liberarlos.

A pesar de la gravedad de este desastre, Ordoño tuvo arrestos para dirigir otra exitosa incursión en el año 921, demostrando que podía haber perdido una batalla, pero no la guerra. En este complejo juego de ajedrez en que se convirtió la Reconquista, en el que se sucedían ataques, defensas y contraataques, el rey leonés dejó claro que conocía muy bien el tablero y sus piezas, y tras una serie de brillantes victorias regresó a Zamora cargado con grandes cantidades de botín. Esta ofensiva se vio reforzada por otra de mayor calado en el año 923 que tuvo como objetivo las tierras al sur del Ebro. Ordoño logró tomar Nájera, aunque se la entregó a su aliado navarro. Para sellar más firmemente su alianza con Sancho Garcés, Ordoño contrajo terceras nupcias con su hija Sancha. Ambos monarcas estaban planeando nuevos ataques conjuntos contra los musulmanes, cuando la muerte sorprendió al rey leonés en el año 924.

Tan sólo fueron nueve años y medio de reinado, pero sin duda resultaron suficientes para que Ordoño dejara demostrado que fue ante todo un rey guerrero con grandes cualidades. A diferencia de lo que ocurrió con reyes posteriores que sufrieron las acometidas de Almanzor, no se dejó amilanar por la soberbia figura que tuvo enfrente durante casi todo su reinado, aunque se tratara del magnífico Abd al-Rahman III.

En su muerte tal vez tuviera que ver la enfermedad que sufrió en el año 914, de la que creyó que iba a morir. Efectivamente, eso puede deducirse de lo que dejó escrito en una donación a Mondoñedo en el citado año: “Tengo el presentimiento de que la muerte se me avecina, y de que no hay para mí esperanza”. En esa ocasión logró superar su dolencia, pero tal vez ésta quedara en estado latente hasta que al final se lo llevó a la tumba. Nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero sí que conocemos la impresión que dejó en su pueblo este brillante monarca leonés: según el continuador de la Crónica Albeldense, "era, en efecto, previsor en toda guerra, justo con los ciudadanos, misericordioso con desvalidos y pobres y destacado en el conjunto de los deberes de gobierno del reino". Pocas cosas mejores se pueden decir de un monarca medieval.

Tras su muerte los hijos de Ordoño II se vieron privados de la sucesión en beneficio de su tío Fruela II. Sin embargo, el reinado de este último fue muy breve, y su muerte dio lugar a uno de los consabidos periodos de guerras civiles, decadencia y escaso lustre que prácticamente duró hasta Ramiro II, otra de las mayores figuras de la monarquía leonesa.

I EXPOSICIÓN FILATÉLICA "1100 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL REINO DE LEÓN"

04 octubre, 2007

Supongo que muchos ya lo habréis leído en la prensa local: del 28 de septiembre al 6 de octubre está teniendo lugar la citada exposición en el Ayuntamiento Viejo de la ciudad de León (Plaza de San Marcelo). Abre de 11 a 14 horas, y de 17 a 21, y está constituyendo un éxito sin precedentes que ha sorprendido hasta a los organizadores. En ella se pueden adquirir los tres sellos dedicados a los tres primeros reyes de León (García I, Ordoño II y Fruela II), así como un matasellos conmemorativo. Si os interesa haceros con alguno, debéis daros prisa, porque se están agotando las existencias. Además, podréis disfrutar de los cuadros de los Reyes de León del Ayuntamiento, ya que están dispuestos en las paredes de la Exposición.

Lo que me parece una pena es que la Sociedad Filatélica Reino de León haya tenido que recurrir al servicio de personalización de sellos de Correos, ya que desde el Gobierno se han negado a emitirlos de forma ordinaria. Se ve que la veintena de monarcas leoneses y los 320 años de duración del Reino no tuvieron mucha importancia para la historia de España.

En todo caso, los organizadores seguirán sacando los sellos correspondientes al resto de reyes leoneses a lo largo de estos años hasta concluir la serie en las proximidades de la efeméride referenciada en el título (año 2010). Me enorgullece haber aportado mi granito de arena habiendo elaborado un artículo sobre Ordoño II que aparece en el catálogo de la Exposición.

La visita es altamente recomendable para aquellos que, como yo, no conocen nada o casi nada del mundo de la Filatelia. Estoy seguro de que os sorprenderá la cantidad y variedad de temas seleccionados y expuestos a través de multitud de colecciones. Los filatélicos proceden de distintas zonas de España y Portugal, pero que tuvieron en común haber pertenecido al Reino de León (Galicia, Asturias, León, Castilla, Portugal...

Una exposición que permanecerá mucho tiempo en la memoria colectiva de los leoneses.

Ha fallecido el Padre Luis Enrique ("El Vice")

02 octubre, 2007

Os anuncio este fallecimiento porque sé que por este blog se pasan algunos ex-alumnos de Agustinos, y sé que esta noticia les afectará. El Padre Luis Enrique, el famoso "Vice" (por "vicerrector") de nuestros años de infancia, ha fallecido ayer lunes a consecuencia de múltiples achaques que sufría. Hace cuatro o cinco años corrió el rumor entre los ex-alumnos de que El Vice había muerto en Valencia víctima de un ataque al corazón. Aquella vez el rumor resultó ser falso, pero por desgracia ayer llegó el temido momento.

Va a ser extraño estar en el colegio, y pensar que Luis Enrique ya no se encuentra aquí entre nosotros. Como bien sabréis los que le conocisteis, fue todo un personaje y una institución de nuestra infancia y adolescencia, y decir "Vice" llegó a ser casi tanto como decir "Agustinos". Fue el terror de vagos y novilleros, y aunque muchos no compartían sus métodos, es innegable que fue uno de los Padres que más interés se tomó por el colegio. Tanto es así, que conocía por su nombre a prácticamente todos los alumnos, y sabía perfectamente de qué pie cojeábamos cada uno.

El funeral es hoy a las diez en la capilla del colegio. Os dejo la breve biografía que se ha colgado en la web del colegio:
El P. Luís Enrique nació en Valdemorilla en 1945. Los lugares donde se dedicó a los estudios fueron su leonés pueblo natal, Mayorga de Campos (Valladolid), Guernica (Vizcaya), Calahorra (La Rioja) y La Vega (República Dominicana). En Calahorra fue ordenado sacerdote el año 1968. Su dedicación principal, desde entonces, ha sido a la enseñanza y sobre todo en este Colegio de León, donde ha estado 24 años impartiendo clases y en algún periodo de Jefe de disciplina, exceptuando sus estudios en La Vega (1973-1976), donde también impartía clases y el periodo 1993-2005 transcurrido en el Colegio de Valencia.

Ya había sufrido un duro achaque en Valencia y en varias ocasiones desde que llegó a León en el 2005 había tenido que visitar los Hospitales. Al comenzar este curso académico ingresaba de nuevo en el Hospital de León y varias complicaciones de corazón y riñón, unido a su diabetes hicieron que no pudiera en esta ocasión alcanzar la recuperación. La noche del 1 de octubre, a la 1 aproximadamente de la madrugaba entregaba su vida en los brazos de Dios. Descanse en Paz.

Mini-reportaje portugués sobre el mirandés

Me gustaría compartir con vosotros este vídeo que me pasó el señor Reis Lima Quarteu. Se trata de un breve reportaje de una televisión portuguesa sobre el mirandés, la variante del asturleonés que se fala en la región de Miranda do Douro. A mí me ha parecido muy interesante, sobre todo porque estuve allí este pasado fin de semana. De paso pude comprobar que todos los carteles turísticos, los de los nombres de las calles, etc. están escritos en las dos lenguas: en mirandés y en portugués. Conviene recordar que el mirandés es la única lengua oficial en Portugal después del portugués. A ver si os presta.

Nueva indización de los artículos de Historia

01 octubre, 2007

Acabo de incluir en el índice temático de Historia los artículos con esa temática que había dejado "descolgados" por el Cuaderno de Notas. Desde hace unos meses cada entrada (o "post") ya lleva su/s propia/s etiqueta/s al final, y si pulsáis sobre ella/s os aparecerán todos los artículos que lleven esa etiqueta en concreto. Sin embargo, no he aplicado etiquetas a los artículos anteriores a la fecha en que comenzó a estar disponible esta nueva opción de Blogger, por lo que, en todo caso, los artículos de Historia seguiré incluyéndolos en el citado índice "manual".

ZAMORA, JOYA DEL DUERO

22 septiembre, 2007

Ayer por la tarde Tere y yo estuvimos en Zamora capital para visitar a Ana, una amiga que ha estado casi un año entero en Nicaragua y que ha regresado a España recientemente.


Volviendo a caminar por las calles de la ciudad estuve reflexionando acerca de cuál de las tres principales ciudades del Reino de León es la más bella. Y, aunque nací y vivo en la capital leonesa, he de reconocer que, en mi opinión, ésta ocuparía el tercer y último lugar en la lista. Con ello no quiero decir que León sea una urbe fea, sino que, en conjunto, claramente me parece la menos hermosa de las tres.

Una vez resuelto el último puesto, la duda que me embargaba era la posición a ocupar por las otras dos ciudades. Y es que Salamanca y Zamora son, sencillamente, unos conjuntos monumentales que apabullan al visitante. Recorrer sus rincones es siempre un placer, independientemente de la época del año en que se haga. Perderse a paso lento por sus callejas es una de las experiencias más deliciosas que uno puede permitirse. La cosa es que, después de meditarlo bastante, me he decantado por la ciudad del Duero, aunque creo que tomé esta decisión en parte por las vistas de las que disfruté ayer desde el otro lado del río.

El gran defecto de Zamora es, sin duda, que es una ciudad prácticamente muerta debido a la desatención de la que ha sido objeto por las administraciones. Un simple paseo (y he dado muchos por ella) vale para darse la cuenta de que no queda casi juventud, que lo único que abundan son los viejos, y que reina una especie de sensación de agobiante pesimismo por toda la ciudad y prácticamente por toda la provincia. Un dato real que refleja crudamente esta sensación es que hay más zamoranos viviendo fuera de la provincia, que dentro de ella.

En fin, tras estas tristes reflexiones, quiero compartir con vosotros una de las fotos que hice anoche a la que considero La Joya del Duero. Un saludo muy especial a tod@s l@s zamoran@s que tienen la paciencia de leer este blog.


MI PRIMERA CLASE DE HISTORIA

17 septiembre, 2007

Hace escasamente una hora he concluido la que ha sido mi primera clase de Historia. Y es que este año he sido designado profesor de 4º de la E.S.O. en el Colegio Nuestra Madre del Buen Consejo. Sólo son 3 horas a la semana, pero creo que será interesante como toma de contacto. Hasta que hice el CAP tenía muy claro que mi vocación era ser profesor de Historia, pero después de ese curso la verdad es que empecé a ver las cosas de otra manera. En cualquier caso, lo dicho, hoy he comenzado mi docencia, y espero no arrepentirme de ello. De momento he de decir que la clase ha respondido razonablemente bien a pesar de las tareas que les he mandado, y de que ya les he explicado dos apartados del primer tema. A ver si siguen por este camino.

Las fotos de nuestro viaje por el Sur de Francia, por fin en mi Flickr

09 septiembre, 2007

Podéis verlas en http://www.flickr.com/photos/ricardochao/
A ver si os prestan. Pulsad sobre la foto grande para ir pasando a las siguientes. Si dejáis el puntero sobre la foto pequeña, podréis leer el comentario.

¿QUÉ ES EL LEONÉS (O LLIONÉS, O LLEONÉS, O ASTURIANO, O ASTURLEONÉS, O MIRANDÉS)?

04 septiembre, 2007

En estos días se está hablando mucho en la prensa acerca de la posibilidad de que el leonés llegue por vez primera a las escuelas, aunque todavía no están nada claros los detalles. Por ejemplo: ¿Se implantará sólo en la ciudad de León, o en toda la provincia; o también en Zamora y Salamanca? ¿Se usará una versión normativizada, o en cada comarca se enseñará la variante local? En caso de que se opte por la normativización, ¿se utilizará una de las ya creadas (la del mirandés de Portugal, o la del asturiano), o se acuñará una nueva bajo los dictados políticos de Conceyu Xoven y asociaciones satélites? Etcétera.


En cualquier caso, ¿qué es el leonés? ¿Es un dialecto, o una lengua? ¿Cuándo surgió? ¿Cuál es su extensión teórica?¿Cuál es la denominación más correcta? Estas son las cuestiones que me gustaría tratar en la presente entrada, aunque plasmaré mis opiniones personales sobre la actual polémica en un próximo artículo.


Empecemos por el principio: el asturleonés es el dialecto del latín que surgió en la Edad Media en el entorno geográfico del Reino de León. Nació al mismo tiempo que el gallego, el catalán, el aragonés y el castellano, y por lo tanto comparte con ellos la categoría de lengua romance. Es decir, el asturleonés o leonés es una lengua, y sólo se le puede denominar dialecto en relación con el latín, tal y como ocurre con el castellano, el francés, el italiano… Probablemente nació en tierras astures y se expandió por la Región Leonesa, así como por parte de Extremadura y Portugal. Algunos estudiosos amplían su área de influencia a Palencia, Valladolid y Cantabria, aunque éste es un aspecto dudoso. En todo caso, tampoco se puede descartar que esta lengua surgiera como una adaptación más o menos espontánea del latín en el solar astur, sin necesidad de acudir al concepto de Reconquista como única explicación de la expansión por algunas de las zonas mencionadas anteriormente.


Aunque ya aparecen palabras sueltas, giros y topónimos en documentos de siglos anteriores (por ejemplo, la “Nodizia de Kesos” del año 974, muy anterior a las famosas Glosas Emilianenses), los primeros documentos escritos íntegramente en leonés aparecen al mismo tiempo que sus homólogos en gallego y castellano, esto es, a partir aproximadamente del año 1230. Ello no implica que anteriormente la población sólo hablara latín: está más que claro que estas lenguas se hablaban con anterioridad, pero por unas u otras causas vieron retrasada su plasmación por escrito.


Actualmente, la lengua asturleonesa goza de cierto reconocimiento en Asturias y en Miranda do Douro, que también son las zonas en las que tiene más vitalidad. De hecho, a pesar de su escaso número de hablantes, en Portugal el mirandés es la única lengua reconocida de manera oficial junto al portugués. En León, Zamora y Salamanca, por el contrario, su uso ha quedado restringido a las comarcas más aisladas, y su número de hablantes es menguante: sólo mantiene algo de su pujanza en pueblos de Cabrera, Laciana, Sanabria… En la mayoría de las comarcas esta lengua ha quedado relegada a un puñado de “falantes” pertenecientes en su mayoría a la tercera edad. Sin embargo, los leoneses, de una manera inconsciente en muchos casos, seguimos empleando parte del vocabulario e incluso de la gramática de la lengua asturleonesa. Esto es palpable en palabras de uso tan frecuente como “gocho” (cerdo), “prestar” (gustar), etc., o el hecho de no utilizar tiempos compuestos (un leonés casi siempre dirá “apagué la luz”, en lugar de “he apagado la luz”). Esto es común a las zonas del área donde se habló esta lengua (el “dominio”, en jerga lingüística).


Esta lengua, como casi todas las demás, presenta variantes según el marco geográfico y social, por lo que en cada comarca recibe un nombre propio: “bañés” en La Baña (Cabrera), “patxuezu” en Laciana, etc. Afortunadamente, cada una de estas variantes puede ser comprendida fácilmente por los hablantes de las demás.


Uno de los grandes problemas para la lengua asturleonesa a lo largo de la historia es que casi nunca fue una lengua de prestigio, ya que a partir del siglo XIV este puesto quedó reservado para el castellano. En este sentido, hay un hecho muy curioso que me he encontrado en el Archivo de San Isidoro: cuando los documentos comienzan a escribirse en lengua romance (a partir de 1230, como ya he dicho), todos los particulares y las instituciones oficiales de Asturias y del Reino de León (concejos, cabildos de las catedrales, etc.) emplean la lengua asturleonesa. Sin embargo, los documentos que llegan desde la cancillería regia transmitiendo órdenes, concediendo privilegios, etc. vienen redactados en castellano, lo que necesariamente tenía que llamar la atención de leoneses y asturianos. Conforme iba pasando el tiempo, se puede constatar en la documentación que las instituciones fueron adoptando la forma de hablar y escribir de la corte castellana, y que la lengua asturleonesa quedó relegada al pueblo llano. Por esta razón, desde la Edad Media se ha considerado al castellano como lengua de prestigio (era -y es- la que usaban las clases dominantes), y se ha tenido en baja consideración a las demás lenguas romances. Añádase a esto la mofa de que fueron objeto las hablas asturleonesas como el sayagués en las obras literarias del Siglo de Oro, y se comprenderá mucho mejor por qué los propios falantes han considerado que utilizar su lengua es “hablar mal”. Y si a esto añadimos el omnímodo poder uniformador de los medios de comunicación, tendremos la explicación de la franca decadencia de estas hablas.


La lengua asturleonesa comenzó a ser objeto de estudio a finales del siglo XIX y principios del XX por prestigiosos filólogos como el alemán Fritz Krüger. También fue investigada por Ramón Menéndez Pidal, el padre de la filología hispánica, quien publicó en 1906 el libro “El dialecto leonés”, recientemente reeditado por “El Búho Viajero”. Entre otros investigadores también se podría incluir a Miguel de Unamuno y a Gabriel y Galán, que se ocuparon de las hablas al sur del Duero, aunque con un espíritu muy poco científico.


En cuanto a la polémica sobre el nombre de la lengua, es un hecho que estos primeros investigadores la denominaron sencillamente “leonés”, posiblemente por motivos historicistas. Sin embargo, también es cierto que en Asturias, que es el área donde más pujanza experimenta, se la conoce como “asturiano”. Por su parte, en Miranda do Douro se conoce como “Mirandés”. En León, durante la Transición se denominó “lleunés” o “lleounés” a esta lengua, aunque las formas más correctas parecen ser “llionés” o “lleonés”. Como se puede comprobar, estas denominaciones continúan la tendencia de vincular el nombre de la lengua con el marco geográfico, si bien en estos casos se supera el límite comarcal y se expande al provincial. En cualquier caso, si algo está claro (y en esto coinciden todos los estudiosos) es que siempre se trata de la misma lengua, por lo que desde hace un tiempo varios investigadores de Zamora, León y Asturias apuestan por una etiqueta más globalizadora, como la de “asturleonés” o “lengua astur”, haciendo referencia en este último caso al pueblo prerromano cuyos límites geográficos prácticamente coinciden con los de la lengua.