EL REINO DE LEÓN Y LA INDEPENDENCIA DE PORTUGAL

11 junio, 2012

Alfonso VI por Alejandro F. Giraldo
Durante gran parte de la Alta Edad Media Portugal fue uno más de los territorios de la corona leonesa: en ocasiones dependió de Galicia, aunque llegó a contar con condes propios. En el año 1095 Alfonso VI (1065-1109) separó ambos territorios, concediendo el condado de Galicia a su hija Urraca y a su marido Raimundo de Borgoña, y el condado de Portugal a Enrique de Borgoña (primo del anterior) y Teresa (una de las hijas ilegítimas que Alfonso había tenido con la berciana Jimena Muñoz). 

Teresa de León (Wikipedia)
Cuando Teresa enviudó siguió controlando los destinos de Portugal, acompañada por su hijo Alfonso Enríquez (Afonso Henriques), que era menor de edad. Parece que gobernaba como si fuera una reina, y de hecho algunas crónicas ya la reconocen como tal en esta época, si bien hay que recordar que en el reino de León frecuentemente se daba el tratamiento de reyes y reinas a los hijos del rey, e incluso a sus hermanas. Teresa tuvo continuos enfrentamientos con su hermanastra Urraca I cuando ésta ya era reina de León (1109-1126), y esta rivalidad pervivió entre sus respectivos herederos (Alfonso Enríquez y Alfonso VII). El emperador leonés llegó a poner sitio a su primo portugués en Guimaraes en 1127, pero se retiró cuando éste le juró lealtad. Al año siguiente estalló una guerra entre Alfonso Enríquez y su madre Teresa que se decidió en favor del primero en la batalla de San Mamede.


Alfonso I de Portugal
Tal y como nos cuenta la Chronica Adefonsi Imperatoris, Alfonso Enríquez invadió tres o cuatro veces el sur de Galicia, aunque todas ellas fue expulsado "sin honor" por los nobles gallegos. En 1139, después de vencer a los almorávides en la batalla de Ourique, fue aclamado como rey por sus soldados, aunque no fue reconocido como tal hasta unos meses después en las llamadas Cortes de Lamego.  Aprovechando un levantamiento de García de Pamplona contra Alfonso VII, Alfonso Enríquez (o Alfonso I, si se prefiere) también alcanzó algunos éxitos en el año 1140, pero tuvo que regresar a sus tierras para hacer frente a las ofensivas de los almorávides. Tras varias escaramuzas y amagos de batallas, leoneses y portugueses llegaron a un acuerdo en ese mismo año, estableciéndose la frontera actual entre Galicia y Portugal.


Tal y como relata el profesor Maurilio Pérez en el libro "Quando Portugal era reino de Leao", en 1143 Alfonso I de Portugal y Alfonso VII mantuvieron un encuentro en Zamora: allí el leonés reconoció como rey a su primo a cambio de que le jurara vasallaje, ya que como emperador le interesaba tener el mayor número de reyes vasallos posibles. Además, el luso obtuvo el señorío de Astorga, lo que tal vez era una maniobra del Emperador para mantenerlo en la órbita leonesa. En cualquier caso, ese mismo año Alfonso Enríquez escribió al Papa para ofrecerle su vasallaje y así librarse del sometimiento a su primo: Lucio II al principio no se atrevió a llamarle rey, aunque aceptó el vasallaje a cambio del pago de una cantidad. Sabemos que Alfonso VII protestó ante el Papado en el año 1147 ó 1148 por este asunto, pero desconocemos el transcurso de los siguientes procedimientos diplomáticos. No obstante, el Emperador no debió darse del todo por vencido, ya que según algunas crónicas en su testamento metió a Portugal como parte de los territorios que le correspondían a su hijo Fernando II (1157-1188), es decir, dentro de la Corona Leonesa. Si esta noticia es cierta, Alfonso VII pecó de optimismo, pues la separación e independencia de Portugal ya era un hecho más que consumado. 


Fernando II, vencedor de Alfonso I.
Las luchas entre el recién nacido reino de Portugal y la corona leonesa fueron constantes, y tanto Fernando II como Alfonso IX se vieron forzados a combatirlo para evitar que les cortara la expansión por el sur, pues Alfonso I intentó tomar ciudades como Cáceres o Badajoz. En el transcurso de una de estas operaciones militares el portugués cayó prisionero de Fernando II, quien tuvo en su mano la posibilidad de deshacerse del que era su suegro y anexionarse Portugal. Sin embargo, el rey leonés prefirió liberarlo y Portugal siguió existiendo como estado independiente... hasta el s. XVI, como veremos.
PD: ¿Hablaba leonés Alfonso Enríquez?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso lo de Portugal. Muy interesante y un ejemplo muy cercano. No ya que se tenga vínculos con Miranda sino por la misma evolución.

Portugal nace del Condado de Portucale, el condado Portucalense. En el siglo IX a Oporto se le llamaba 'Portucale'. Siglos después al mismo condado se le llamó Tierra Portugalense'.

Portus Cale es el nombre que derivó Oporto. Cale de origen griego, y Portus nombre que dieron los romanos.

Es decir, que el nombre de la ciudad en latin da el nombre al país. Lo mismo en nuestra situación con Legio y Legionense.

Pero en su caso está más que claro que es de la denominación latina y su evolución mientras que en el nuestro se confunde reiteradamente la denominación de León actual del origen latino. Incluso se pierden esas referencias a la 'Civitas Legionense' y de las referencias a Legionense, a Leo Civitas. Se pierde esa identidad municipal con sus peculiaridades y todo se entremezcla hasta tal punto que se mezcla y confunde el escudo provincial, municipal y regional.

El problema es que mientras Oporto encontró su identidad municipal la ciudad de León se entremezcla con SU REINO. No es el Reino de Oporto, sino el Reino de Portugal. En nuestro caso con esa situación parece como si fuese el Reino de Oporto...cuando en realidad fue el mismo proceso 'Tierra Portugalense' 'Tierra Legionense'.

Unknown dijo...

Portus cale dispuso de salario o del comercio de la sal. Símbolo de poderío durante la romanización. La zona era conocida como de Cale civitas, o la organización del tardocélticos castros, que a su vez descienden de fenicios y gálatas, que a su vez de norteafricanos como primeros cromagnones, y también, como no, conservan el gen halográfico neanderthal. Gallaecia pura.