Vuelvo a ser universitario

16 noviembre, 2007

Ayer formalicé la matrícula para el trabajo de investigación, lo que supone que retomo el largo camino al doctorado tras tres años de paréntesis. Se me hizo algo extraño regresar a la Facultad de Filosofía y Letras, aunque en unos minutos comprobé que todo sigue igual: rencillas entre Departamentos, alumnos desmotivados, buenos profesores que se van, malos profesores que se quedan... ¡ah, la Universitas ¿Legionensis?!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Consolémonos: en la misma facultad de la Complutense ocurre más o menos lo mismo :) Ánimo

Anónimo dijo...

Muy bien, consolaros, queridos universitarios. Resignaros a las rencillas a los malos profesores. No hagais nada, de todas maneras la sociedad os va a poner en un escalafon alto. Lo triste es que ahora estais justo por debajo de los constructores. Cuando yo estudié en la ULE el nivel más alto era el de los Catedráticos y demás, se de lo que hablo, ya que me toco estudiar siendo hijo de ex-rector. Ahora que han pasado los años y soy el que no acabó la carrera, pero no el más inculto lo veo desde otra perspectiva Prefiero vivir lo que la vida me aporta que volver a ser universitario y quejarme sin hacer nada. Un saludo

Anónimo dijo...

Ánimo, siempre ánimo. Investigar, independientemente de todo, es algo gratificante. La imagen de mi doctorado (en el que aún me hallo inmerso) es una etapa de crecimiento intelectual. Respecto a la universidad, yo no lo hubiera descrito mejor. En todo caso, yo diría que como en cualquier cosa de la vida, hay de todo: muy bueno, bueno, regular, malo y muy malo. Pero no nos equivoquemos. Así, como dice la aseveración que no es lo mismo Justicia que Derecho, tampoco es lo mismo Ciencia que Universidad.

Mónica dijo...

Pues no, no creo que haya que consolarse. Los que salimos huyendo y tuvimos la oportunidad de conocer otras universidades lloramos de rabia por tener que regresar, por ver que si los alumnos están desmotivados es porque nadie los motiva, porque ante cualquier interés fuera de las clases te miran como a un marciano, te ignoran y no te ayudan. Son muy pocos los profesores que no se dejan llevar, casi siempre los jóvenes que llevan poco tiempo y aún creen que la universidad puede ser otra cosa, pero salen corriendo (y hacen bien, es sano para su salud mental) cuando este mundo intenta arrastrarlos a la mediocridad. Echaré de menos a Angel.

Mónica dijo...

Por cierto, ... suerte con el doctorado. A veces un distanciamiento es lo más adecuado para retomar con interés y encontrar las ganas dentro de ti, no en lo que los demás te dicen. Seguro que lo haces muy bien. Si tengo razón con quien creo que es tu tutora, será como mínimo apasionante.